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Mis amigas (y mi novio) me follan en el jardín

en Sexo Anal

Si habéis leído mis otros relatos, sabréis que soy muy muuuuy gay; que me gustan los hombres fuertes y varoniles, con pollas grandes que puedan romperme el culo. Sin embargo; hoy voy a contaros que también he tenido relaciones con mujeres. Tengo muchas amigas con las que salgo y me divierto. Ellas me ven como un amigo, y no me miran de forma sexual. No obstante, alguna vez ha surgido el sexo.

19 De Agosto De 2018

Playa Nudista

Mi mejor amiga y yo estamos tumbados bocarriba en la arena, totalmente desnudos, cogidos de la mano; tomando el sol. Hablamos de cómics y videojuegos; hasta que surge el tema de los chicos, y me habla de su novio.

-Mi novio no es a capaz de satisfacerme en la cama, Naki. Folla fatal- Dice con tristeza -Creo que hasta tú podrías hacerlo mejor- de ríe.

-¡Eh! ¡Cuidado amiga! Que yo he estado con chicas y las he dejado muy satisfechas- respondo ofendido.

Ella se sienta sorprendida y responde entre risas, cogiéndome el pene con desprecio, con dos dedos:

-¡Anda chiquitín! ¡Con ésta culebrita qué vas a hacer! Si no cabe ni en mi mano- responde, moviéndome el pene, entre risas.

-No necesito mi culebrita para satisfacer a una chica, cariño. Si quieres te cuento cómo satisfice a dos chicas la semana pasada-

Ella se rió; se volvió a tumbar y se puso de costado, mirándome.

-Bueno...sorpréndeme, me vendrá bien reírme un poco. Te escucho, pequeño-

Yo me dí la vuelta, mirando hacia ella y empecé a contarle mi historia:

-Éste sábado, cuando desperté, me percaté de que mi novio no estaba en la cama conmigo. Así que me levanté, me dí una ducha, desayuné, salí al jardín, y me zambullí en la piscina a esperarle. Así; cuando llegara, podríamos jugar un poco en el agua.

A los dos minutos, sentí su coche llegar, y me arrimé al borde a esperarle. Para mi sorprensa; no entró solo, vino con dos chicas lindas, cogiéndole de las manos. En seguida me las presentó:

-Naki; éstas son Laura y María; son amigas mías de siempre; han estado trabajando fuera; pero ayer volvieron a la ciudad, y quisieron venir a visitarme. Espero que no te importe.

-Estupendo Amo; me encanta hacer nuevas amistades. Y más si son chicas guapas-

Ellas rieron.

-Sal a darles dos besos Naki. Debes saludar a nuestros invitados.

-¿No debería vestirme antes, Amo?

-No hace falta, cariño- repondió Laura -No vamos a ver nada que no hayamos visto ya-

Yo salí de un salto, sin dudarlo, a saludarles.

Laura llevaba un vestido azul celeste, sin mangas, hasta las rodillas. El pelo atado en una coleta, zapatos de tacón, rojo oscuro y mucho maquillaje. Un collar de perlas y pendientes brillantes.

María llevaba un falda negra muy corta y una blusa blanca, con dibujos de pingüinos. Un cinturón negro, sandalias y una pamela. Mucho maquillaje, pero el pelo suelto. Y unos pendientes de aro grande.

Amo llevaba una camiseta sin mangas y un vaquero pirata. Una gorra de béisbol, pendiente en la oreja derecha y zapatos deportivos. 

Yo estaba totalmente desnudo y sin maquillar; pero aún así, era el más bonito de los cuatro.

Laura se agachó para darme un beso en los labios. Luego, María me acarició la nuca y me besó los labios. Amo se arrodilló para estar a mi altura; me abrazó, acariciándome suavemente el culo con su mano derecha y la espalda con su mano izquierda; y me dió un largo morreo.

Luego quiso darme un momento de intimidad con ellas y dijo:

-Os dejo que os conozcáis mejor, mientras voy a cambiarme, para darnos un baño-

Las chicas fueron muy buenas conmigo; me abrazaron y me hablaron de su vida. Ambas estaban solteras; trabajaban como periodistas y habían estado de corresponsales en Nueva York durante los últimos dos años. Pero habían decidido volver a España, porque les gustaba más. Habían conocido a mi novio en su adolescencia, y eran buenos amigos. Habían tenido experiencias sexuales maravillosas con él; y le habían extrañado mucho durante su trabajo en América.

-Estamos deseando disfrutar otra vez con tu novio, Naki.

-No sabes la suerte que tienes de estar con él, pequeño...

-¡Qué le vamos a contar, que no sepa ya...!

-¡Y quién iba a imaginar que Javier fuese gay, amiga!

-Mi amo no es gay- corregí -es bisexual. 

-Nos ha hablado mucho de tí, Naki- me dijo María acariciándome el pelo.

-Se nota que te quiere, pequeño. Nunca le había oído hablar de alguien como habla de tí- añadió Laura acariciándome el pecho.

-¿vosotras fuísteis sus novias?- pregunté.

-No, cielo; sólo éramos buenos amigos- me explicaron.

Entonces llegó mi novio con un bañador corto azul oscuro y el pecho descubierto. Los tres le miramos con lujuria.

-¿estábais hablando de mí, chicos?- preguntó en broma.

María se le acercó, le tocó el pecho y le dijo con voz sensual:

-No es momento de hablar, hombretón; es momento de remojarnos-

Amo le tocó el culo por encima de la falda y le besó en la mejilla. No dijo nada. Se lanzó al agua, a modo de respuesta.

Ellas se quitaron los pendientes y la ropa, dejándolos en la hierba; quedando en bikini.

Laura llevaba un bikini azul, con dibujos de pececitos. María tenía un bikini blanco. Ambas se tiraron al agua, y corrieron a abrazar a mi novio. Pero vieron que yo no me lanzaba y decidieron animarme, tirándome. Salieron de la piscina con pistolas de agua y corrieron detrás de mí por la hierba, disparándome y tratando de atraparme. Yo cojí otra pistola y huí de ellos, escondiéndose y disparándoles por la espalda. Fue muy divertido. Duré seis minutos, hasta que acorrolaron y me dieron un buen baño, diaparándome los tres a la vez. Aprovechando un momento de confusión; Laura me placó, tirándome al suelo. Ella me agarró por las axilas y su amiga me agarró por las piernas, me levantaron alto y me lanzaron a la piscina. Se tiraron los tres detrás de mí y me salpicaron con frenesí, sin parar de reír:

-Vale, habéis ganado chicos; me bañaré con vosotros- acerté a decir.

Ellas me abrazaron con cariño; pero Amo consideró que merecía un castigo por mi derrota

-Ahora vamos a torturarte, cielo- me cogió del brazo y me subió a un flotador plano- Colócate bocarriba y no mires- me tapó los ojos con una venda con una venda negra Y me dió un beso en la boca. Luego, entre los tres, giraron la colchoneta para desorientarme y me acribillaron. Fue muy divertido sentir los chorros de agua contra mi barriga, mi pecho y mis piernas; mientras ellos reían. Finalmente me volcaron el flotador, tirándome al agua. Entonces me quité la venda

Les ví riendo. Laura me lanzó una pelota grande, que me golpeó en la cara.

-Vamos a jugar a waterpolo, pequeño-

Cómo la piscina es grande, pudimos jugar un buen partido. Laura y yo, contra María y Amo. Siempre se me han dado los deportes; y ganamos con un estrecho margen. El momento en el que marqué el último gol a mi amo fue muy emocionante. Tanto que Laura me abrazó y me besó en los labios. Pero su amiga propuso la revancha.

-Salgamos afuera, a ver si en fútbol sois tan buenos-

Dicho y hecho; salimos rápidamente y nos dirigimos al campo de fútbol. Amo me mandó entrar a coger toallas, para secarnos. Yo me estaba divirtiendo mucho; mientras buscaba las toallas, pensaba en cosas lindas que hacer con esas chicas. Les entregué las toallas en mano; y una vez secos, comenzamos el partido. Con el balón colocado en el centro, Amo y yo corrimos a cogerlo. Yo soy más pequeño, y también más hábil; por lo que llegué antes a la bola, y se la pasé a Laura con un rápido movimiento de pies, que engañó a mi amo. Luego corrí hacía portería, haciendo un caño a María y pateé el último pase de mi compañera, encestando en portería. En ese partido demostré que mis pequeños pies, no sólo sirven para excitar a mi amo, también para ganar 15-8 una pachanga entre viejos amigos.

Ésta vez mis rivales corrieron a abrazar mi pequeño cuerpo desnudo y decirme lo bien que había jugado. 

-Te mereces una recompensa, nene- me dijo mi amo, acariciándome la cara- relájate en la tumbona y espéranos-

Ellos entraron a casa, mientras yo me tumbé y cerré los ojos, imaginando estar en una isla tropical. Pero lo que ví al abrir los ojos fue mucho mejor. Tres jóvenes que se disponían a mimar mis hermosos pies. Amo cogió mi pie derecho, María mi pie izquierdo y Laura me abrazó. Se arrodilló a mi lado y me besó apasionadamente, mientras me acariciaba el pecho. Aunque a mí no me gustan las mujeres, soy muy cariñoso y acepto gesto de afecto de todo el mundo, por lo que besé a Laura y cerré los ojos para sentir mejor el tacto de su mano en mi pecho, de su lengua en mi boca y de mis amigos en mis pies. Amo le explicaba a María cómo hacerme la manicura, y ella se esforzaba mucho en hacerlo bien. Primero me limpiaron bien los pies con una esponja húmeda y jabón. Luego, Amo comenzó a lamer mi pie derecho, metiendo mis dedos en su boca, chupando y subiendo por el empeine con la lengua. María le imitó en mi pie izquierdo, pero no chupaba bien y mi novio le regañó:

-Así no, amiga; mira cómo lo hago yo-

Y Amo le hizo una buena demostración de cómo lamer mi pie, que ella imitó con desacierto.

-Prueba con el derecho, que es más sencillo-

Ella sacó mi pie izquierdo de su boca, se acercó a mi novio y comenzó a lamer mi pie derecho, mirándole.

Él le quitó mi pie de la boca y le volvió a regañar:

-Fíjate bien cómo lo hago yo- Y le hizo otra demostración. En ésto, Laura también quiso aprender, así que separó su boca de la mía y bajó hasta mi parte más linda.

Cuando Amo le ofreció mi pie a María; ésta se esforzó por chuparlo bien; tanto que ganó el aprobado de su maestro:

-¡Muy bien compañera! Ahora prueba tú, Laura; ¿lo repito una vez más?

-Sí, por favor-

Amo volvió a lamer mi pie con esmero y se lo ofreció a Laura, que lo hizo bastante bien; mientras María cogió mi otro pie para practicar.

Yo me estaba excitando mucho y mi pene había empezado a crecer; pero fue mientras las dos chicas me chupaba con esmero los pies, que me excité del todo y mi pene se puso erecto. Ellas se dieron cuenta y miraron a mí amo. Pero éste les acarició el cabello y les animó a seguir:

-¡Genial chicas; se está excitando, eso demuestra que lo estáis haciendo bien!

Siguieron lamiendo mis pies durante un rato; intercambiandolos cada poco (para probar ambas mis dos pies) hasta que estuve al borde del éxtasis, sin dejar que gemir. Entonces sacaron mis pies de sus bocas y los p usaron suavemente en la tumbona. Se levantaron y miraron con atención mi pequeño pene. Yo gritaba incontrolado, y me corrí, delante de ellas, lanzando semen sobre mi cuerpo, poseído por el placer. Entonces, se acercaron a mí, lamieron ambas mi pene, para limpiara el esperma y lamieron todo el semen de mi cuerpo, hasta dejarlo como si nada hubiera pasado. Luego me chuparon los pezones y se levantaron. Yo aún jadeaba de placer, cuando ví que Amo les felicitaba.

-Perrito, creo que estás chicas merecen un recompensa por el trabajo realizado. Acompáñame a la cocina, mientras ellas se tumban en las tumbonas a descansar-

Amo me puso unas zapatillas, para que no manchara otra vez mis pies y me cogió de la mano.

Mientras les preparamos cócteles, me rogó que las mimara mucho, pues quería darles una buena impresión, y me contó que tenían una sorpresa para mí.

Salimos con las copas en la mano, para dárselas y vimos que se habían quitado los sujetadores y descansaban tiradas en las tumbonas, sobre las toallas, con las tetas al aire, vestidas sólo con bragas de bikini. Amo y yo nos arrodillamos frente a ellas y les ofrecimos las copas. Ellas se levantaron, para cogerlas y nos acariciaron el cabello. Laura tenía las bubis grandes y redondas; mientras las de María eran más pequeñas, pero igual de bonitas.

María posó la copa en la mesa, se volvió a tumbar, y me indicó que me tumbara encima de ella. Así lo hice, con mi cabeza sobre sus senos desnudos, mientras ella acariciaba mi cabello y mi espalda. También Laura invitó a Amo a tumbarse con ella.

Yo le lamí el pezón a mi amiga; a ella le gustó, se dejó hacer, mientras me acariciaba la cabeza. Mientras, mi amo se estaba liando con nuestra amiga. 

Las chicas nos hicieron saber que querían sexo; Amo y yo entramos a casa a prepararnos. Cogimos condones, lubricante y una caja de juguetes sexuales. Las chicas nos esperaban ya tumbadas en la hierba, bocarriba, en bragas, acariciándose las tetas.

-Naki, tesoro; ayúdame a dar placer a estas señoritas- sentenció Amo.

Entonces nos pusimos a cuatro patas y nos acercamos a ellas. Amo le deshizo el nudo de la braga a Laura, dejándosela suelta, pero sin quitársela. Luego subió con su lengua, por su barriga, hasta besar sus pezones, al tiempo que le acariciaba la barriga. Luego subió a besar su boca. Ambos se estaban excitando mucho. Yo mientras, chupaba los pequeños pezones de María, que gemía y me acariciaba la cabeza con cariño. Laura se puso muy caliente, se quitó la braga y comenzó a masturbarse con la mano. Amo dejó de besarle y se levantó, colocándose de rodillas.

Ella se levantó y le metió la mano por debajo del bañador, tocando su pene. María me apartó y se levantó, para bajarle el bañador a mi amo y pelearse con su amiga por su pene.

Las dos chicas se lo estaban chupando; yo me levanté, para ir a jugar con ellas. Me había excitado mucho y tenía el pene levantado. Intenté mediar entre ellas:

-¡Orden, chicas! ¡No nos peleemos! Mejor nos ayudamos para chuparla entre los tres-

Amo me acarició la cabeza:

-¡Ése es mi chico!-

Ellas me dejaron el pene erecto de mi novio, que yo metí en mi boca y lamí con cariño, con todo el cariño que siento hacia mí dueño. Pero cuando María me lo pidió, se lo dejé. Le bajé a mí dueño el bañador hasta las rodillas, y le lamí las piernas, para excitarle. Laura le quitó el pene a María, y éste pasó a lamer las piernas, como hacía yo; hasta que Laura me indicó con la mirada que me dejaba la polla de mi novio, que rápidamente metí en mi boca y chupé. Amo estaba muy excitado, gritaba y nos acariciaba a los tres, mientras nos pasábamos su miembro de una boca a otra, para mamárselo. Mientras se lo estaba chupando Laura; nos apartó y se tumbó en la hierba. Entonces nos repartimos el trabajo. Yo le quité el bañador y procedí a chuparle los pies. María se puso a mamar su polla; mientras que Laura le colocó una almohada bajo la cabeza y  se acomodó para lamerle los pezones. Amo jadeaba y respiraba fuerte, mientras nosotros nos esforzábamos por hacerle disfrutar. No tardó en correrse en la boca de María. Ésta le dió el semen en la boca a Laura, que se acercó a mí y me indicó sacara el pie de mi novio de mi boca y levantara la cabeza. Yo me coloqué de rodillas, miré haciarriba y abrí mi boca; para que depositara la lefa de mi dueño en mi boca, con su lengua. Era una muestra de mostrarnos compañerismo, compartiendo el fruto de nuestro trabajo, compartiendo la victoria. Yo tragué con gusto la corrida y me relamí mirando con lujuria a mi dueño, mientras María relamía su pene para aprovechar todo el esperma. Luego nos juntamos los tres y nos abrazamos con ternura. Cuando nuestro macho se hubo recuperado decidió darnos una recompensa.

-Ahora vais a sentir toda mi hombría, nenes-

Se levantó y me pegó un azote con su mano. Entonces Laura y María se tumbaron bocarriba en la hierba para ser folladas. También yo me tumbé bocabajo para que me follara. María se quitó la braga de forma provocativa, mirando a mi novio. Pero él se agachó a mi lado, me acarició la espalda y me llamó la atención:

-Perrito; tienes que ayudarme a follar a éstas señoritas.

-No, Amo. Yo soy pasivo, yo sólo quiero recibir- respondí con sinceridad.

-No te preocupes, nene; ya había pensado en eso. De momento, entretén a María, mientras cojo a su amiga-

Amo acarició las piernas de Laura para excitarle, le lamió el coño con dulzura; y cuando ambos estuvieron excitados, se puso un preservativo, y se abalanzó sobre ella, follándole con suavidad y besándole el torso. Laura se abrazaba a mi novio con los piernas y brazos; y él aumentaba lentamente la velocidad, hasta que se corrió en su interior. Mientras tanto, yo me divertía con María, chupándole los pezones, al tiempo que ella me acariciaba la cabeza, y acariciaba mis piernas con las suyas, escuchando a nuestros compañeros. Ambos gritaron, y amo le besó la frente. Laura se levantó.

-Es tu turno María. Y tú, Laura; tráele a Naki su regalo-

Me excitó oír eso, seguro que me iban a hacer algo divertido.

María se acomodó en la hierba, a mí lado.

-María, dale la mano a tu compañero- le pidió mi dueño. Ella obedeció, y cuando nos dimos la mano, nos miramos y nos sonreímos con dulzura.

Laura llegó con un consolador strap-on y me lo enseñó. Yo me excité mucho y ella lo notó, porque sonrió con malicia.

Amo se levantó y le colocó el juguete a su amiga, y le puso una funda protectora, por higiene. Amo se puso un condón y le dió el bote de lubricante a su amiga. Luego se agacharon y se tiraron sobre nosotros, acariciándonos y lamiéndonos con ternura. Laura me acariciaba la barriga con suavidad y me chupaba los pezones. Yo me estaba excitando mucho y mi pene se levantó. Laura me levantó las piernas, colocándolas sobre sus hombros, me lubricó el ano y comenzó a follarme. No debía de ser la primera vez que lo hacía, pues se le daba muy bien y me estaba haciendo sentir en la gloria. Mientras el gran dildo penetraba mi culito, yo apretaba la mano de mi amiga, que estaba recibiendo el pene de mi novio. Ambos jadeabamos y gritamos,  agarrando fuertemente nuestras manos. Laura me follaba cada vez más rápido y no tardé en llegar al orgasmo y correrme sobre mi cuerpo. Cuando Laura el dildo de mi culo se agachó a lamer el semen de mi cuerpo, y se tumbó sobre mí pecho. María tardó un poco más en correrse. Pronto estábamos los cuatro abrazados, suspirando sobre el césped. María también quiso penetrarme y así me lo hizo saber:

-Naki; yo también quiero follarte, si te parece bien.

-Me parece genial- quité a Laura de encima mío y me dí la vuelta, mostrando mi culito.

Amo y Laura le ayudaron a ponerse el arnés-consolador y le explicaron cómo utilizarlo. María se reía. Como no perecía decidida, Amo le hizo una pequeña demostración follando con su pene el culo de su amiga. Laura se puso a cuatro patas, con el culo en pompa, como yo; y me cogió la mano. Me miró con complicidad, yo le sonreí. Cerró los ojos cuando el pito de mi novio comenzó a entrar en su ano. Pronto empezó a gritar y jadear. Se ve que nunca le habían dado por el culo, o que mi dueño es de los mejores activos y sabe dar muy bien. Amo le mostraba a María cómo penetrarme, y le iba indicaba. Ella practicaba conmigo y se esforzaba por imitar a mi amo. Cuando empezó a introducir el dildo en mi culo, yo me relajé y exhasperé, apretando la mano de mi amiga. Luego comenzó a moverse, imitando a mi amo. A mí no me daba placer, porque lo hacía mal, de forma irregular y descoordinada. Mi novio salió de Laura y se puso al lado de María para ayudarle. Laura también se levantó, me besó la mano, me miró a los ojos y me deseó suerte. Y fue con ellos, para ver cómo me follaban y animar a su amiga. María se esforzaba por hacerlo cómo mi novio le indicaba y estaba mejorando mucho, mientras Laura le animaba, le aplaudía y le azotaba. Amo le observaba con atención y le felicitaba, porque ya había pillado el ritmo. Yo no veía nada, solo oía; aunque estaba más concentrado en sentir la estimulación anal de mi amiga que en percatarme del entorno; no podía evitar escuchar cómo hablaban y reían, mientras sentía el consolador moviéndose dentro de mí. María se empezó a animar, me pegó un azote y gritó: "Yee-hau"

Luego se abrazó a mí, para penetrarme mejor, y se volvió a levantar, porque le divertía más. Yo estaba disfrutando como nunca, con la penetración de mi amiga y los ánimos de mi otra amiga y mi amo. Era genial, pero todo termina. María se comenzó a venir; por lo que salió de mí, se quitó el strap-on y se corrió sobre la hierba. Yo me levanté desilusionado.

Y miré a mi amo con lujuria, deseando que me follara. Él iba a hacerme disfrutar; pero las chicas tenían otros planes, querían que yo les follara.

-Oye Naki; ¿por qué no usas tu polla y nos haces disfrutar?- me pidió Laura

-No; yo solo soy pasivo. Quiero ser follado- respondí con rotundidad.

-Pero inténtalo, pequeño; hay que probar de todo en esta vida- me animó María.

-Nosotros hemos probado a ser activas, y nos ha gustado- añadió Laura.

-Venga, cielo...por muy gay que seas, debes ser un caballero; y no estaría bien dejar a éstas dos señoritas con ganas de follar- zanjó mi amo, dándome un preservativo.

-Pero nunca lo he hecho, Amo; no sé cómo moverme.

-¿Te gusta cuando te lo hago yo, nene?

-Me encanta, Amo

-Entonces... ¡Sólo recuerda cómo te lo hago yo e intenta imitarme!- me dió un beso en la mejilla, para indicarme que confiaba en mí y me observó masturbar a Laura. Como mi pene no se levantaba; me ayudaron magreó no me,  hasta que se me puso tiesa; entonces me coloqué el profiláctico y abracé a mí amiga; comenzando a introducir mi pequeño pene en sus labios vaginales. Amo y María nos observaban y me animaban a seguir. Y me daban azotes para excitarme más. Aunque no me gustan las mujeres; fue súper excitante y mentiría si dijera que no lo disfruté. También Laura comenzó a disfrutar, mientras yo me movía dentro suyo, y se excitó mucho. Me corrí dentro de ella. Ella no se corrió, pero jadeaba y respiraba como una zorrita. Cuando salí de ella, le abracé, colocando mi cabeza en su pecho. Ella me abrazó y me besó en la mejilla.

-Ha sido un buen polvo, chico. Estás muy lejos de follar como tu dueño; pero para ser tu primera vez, no ha estado mal-

Yo sonreí, porque me sentí halagado. Aunque nunca me ha interesado ser activo; debo reconocer que fue una buena experiencia. También Laura y mi novio me felicitaron.

-¡Muy bien Perrito!- me achuchó mi dueño- pero no te acostumbres, ¡eh! Que me gusta tu culito- me dijo en broma.

Todos reímos. Yo hablé:

-¡Ha estado bien! Pero ahora quiero que las dos veáis cómo mi dueño me va a dar por el culo y me va a hacer disfrutar como un verdadero uke.

-Me parece justo, pequeño; es lo menos que podemos hacer)- reconoció mi amo. Las chicas asintieron. Yo puse el culo en pompa y mi Amo me hizo gozar como una perra, delante de las chicas, que observaban con atención, animaban y aplaudían cuando mi Amo se corrió dentro de mí. Eso fue súper excitante, tanto que me volví a correr.

Estaba yo en el césped tumbado, bocabajo y mis amigos felicitando a mí novio; cuando oí buenas noticias de su boca.

-Ahora que ya nos has demostrado lo uke que eres; vamos a mimarte un poco y descansar antes de salir de fiesta, enano- me dijo mi novio con dulzura.

Yo me levanté y corrí a abrazar a mi amo y le besé en los pezones. Él me abrazó y me tiró al suelo, tumbando se conmigo. Las chicas se colocaron a nuestro lado, acariciándonos; y dormimos la siesta los cuatro juntos, abrazados; hasta que Amo nos despertó, para ir de fiesta.

Las chicas fueron al coche a coger una mochila, donde traían ropa para cambiarse. Yo les acompañé; mientras mi dueño fue a casa a cambiarse de ropa. Ellas se vistieron y se maquillaron muy lindas, para salir. Yo les pedí que me prepararan a mí también; y lo hicieron encantadas. Primero me maquillaron de forma femenina, me hicieron trenzas y luego discutieron cómo vestirme. Finalmente, me pusieron unas medias rojas, una minifalda vaquera, una camiseta de estampado colorido y una diadema. Y unas zapatillas de bailarina.

-¡Pero qué lindo estás, chico! Corre; vé a que te vea tu amo- me animaron dándome un azote.

Yo corrí a buscarle; nos encontramos en el pasillo; Amo me miró con sorpresa y sonrió:

-¡Estás muy hermoso, Naki!- me pellizcó la mejilla- Esta noche tienes que ligar; a ver si me traes algún chico guapo; aunque más guapo que tú, no es posible- me alagó mi novio, acariciándome el pelo.

-¿Y al final ligaste, Naki?

-Sí; con un oso; al principio me confundió con una chicas; pero cuando le dije que era un chico; le interesé aún más; y terminó enseñando a mi novio cómo follarme. Pero esa es otra historia.

-Espero que un día me la cuentes; ¿y que decían tus amigas?

-Ellas me ayudaron a ligar; fueron muy amables conmigo.

-Pues yo no sabría ayudarte a ligar, Perrito; pero que me demuestres tus dotes sexuales.

-¿Quieres follarme, amiga?

-Cuanto antes.

-¿en tu casa o en la mía?

-Vamos a la tuya; que tiene un jardín muy grande-

Me vestí rápido y fuimos cantando y escuchando música en el viaje hasta mi casa. Cuando llegamos; mi Amo estaba tumbado desnudo en el jardín, leyendo. No le importó que mi amiga le viera desnudo  al fin y al cabo, también es su amiga. Sólo preguntó:

-¿Qué os trae por aquí?

-Mi amiga quiere follarme, Amito-

Amo corrió adentro y salió con el strap-on

Mi amiga y yo nos desnudamos y nos Cogimos de las manos.

-Chica, ¿sabes usarlo?- le preguntó mi dueño.

-No; me tenéis que enseñar.

-Yo te explico; cuídamelo bien; mi novio es muy sensible-

Mi amiga me miró con complicidad y me apretó la mano.

-Prometo cuidarle-

Mi Amo le colocó el arnés y le explicó cómo usarlo. Yo me puse a cuatro patas, con el culo en pompa; y le demostré a mí amiga que también puedo follar con chicas. Ella tuvo miedo y comenzó a follarme con cuidado; pero pronto cogió confianza y empezó a darme fuerte y rápido, gritando alegremente.

Y le gustó, pues acabó corriéndose antes que yo. Cuando salió de mí; me dió la vuelta, colocándome bocarriba y me chupó la polla con interés, hasta hacerme correr otra vez. Se tragó mi semen y luego me abrazó con cariño y me besó en la mejilla; y se quedó dormida a mi lado. Se reía mucho, se notaba que lo estaba disfrutando.  Y allí estábamos los dos; tumbados desnudos sobre la hierba; mi amiga encima de mí, abrazándome y yo durmiendo en su abrazo; sintiéndome protegido. Una imagen muy tierna; que mi amo inmortalizó; y ahora mi amiga tiene en su móvil como salvapantallas.  El resto del día lo pasamos los tres juntos (desnudos); jugando y disfrutando en la finca; hasta que se hizo de noche. Nos bañamos en la piscina, jugamos a fútbol, comimos en el jardín, jugamos a juegos de mesa, descasamos en la hierba y follamos en todas las posturas posibles. Estábamos tumbados, bebiendo copas y hablando de la vida, ya de noche; cuando mi amiga quiso marchar a dormir y nos abrazó para despedirse de nosotros. Se vistió; mi Amo también se vistió y se ofreció a llevarle a casa. Se acercó a mí y me besó los pies. Ya se iban a marchar, cuando llamé a mi amiga:

-Amiga; tienes que despedirte de mí- le reclamé levantando los pies en el aire.

-A Naki le gusta que se despiden de él, dándole dos besos, uno en cada pie- le explicó mi novio.

-Perdona cariño- se disculpó- ¡Qué tonta he sido!-

Se acercó a mí; cogió mi pie izquierdo con cariño y me besó en el empeine. Luego cogió mi pie derecho con suavidad y me besó dulcemente los dedos.

-¡Adiós pequeño, sé feliz, y recuerda que te debo una; pues me has demostrado que sí sabes follar con mujeres!- Mi amiga y mi novio marcharon, cogidos de la mano. Yo les observé alejarse con dulzura y el cariño de haber disfrutado con ellos. Me fui a la cama y me acosté tranquilo, con la satisfacción de haber dado placer a mi amiguita. Y espero haberos demostrado que, aún siendo muy gay; también puedo hacer disfrutar a las chicas. Pues mi culito está abierto para todos y para todas.