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Una fantasia con algo de realidad 5

en Grandes Relatos

En el final de la sesión anterior María, la hermana de Elena, me dijo que podía pasarme a ser dominante.

Dije, “me gustaría ser dominante”.

María dijo, “¿cómo hacemos para dominar 3 personas a una?”

Respondí yo, “dos tenemos sexo entre ambos y luego limpia Elena las corridas y mientras que el otro haga lo que quiera a Elena, y luego cambia el humilla a Elena, hasta que lo hagamos los tres”.

Dijo María, “perfecto, empieza, Nuria, luego tú y luego yo”.

María y no pusimos a hacer un 69, abrí su culo con las dos manos y pasaba la lengua despacio y suave desde su coño hasta su culo, una y otra vez, mientras ella chupaba mi polla. María estaba muy caliente, no paraba de gemir y decir que se iba a correr, me centre más en su clítoris lamiéndolo hasta que empezó a temblar y decir que se corría a gritos. Me llenó la boca con sus flujos, que me tragué con gusto. María me dice, “Métemela ya que estoy muy caliente”

Empecé a follarla primero lento y luego subiendo la intensidad, ella movía su culo queriendo más yo le daba cachetes suaves al culo y ella a cada cachete gemía más fuerte, empecé a follarla más rápido y cuando más caliente estaba le metía un dedo en su culo y a lo que dijo que se volvía a correr, por lo que seguí rápido hasta que se corrió gritando.

María dijo a Elena, “puta limpia mi coño, mientras te folla el culo Nuria”.

Ella se puso a limpiar su coño, y cuando acabó de limpiarlo, le dice Nuria, “espera puta, voy a mearme en tu boca, ¡trágate todo puta”.

Cuando acabó, Nuria le dijo a Elena, “puta, danos las gracias por dejarte que te tragues nuestra corrida y mi meada”.

Elena dijo, “gracias por dejarme sacar la puta que soy, y beber sus corridas y su meada, me gustaría tragar todas sus corridas y sus meadas”.

Nuria le dijo a Elena, “eres una puta obediente y sumisa, sigue así”.

Ahora me tocaba humillar a Elena, le dije, “puta, chupa polla, chúpala bien, que quiero echarte en tu boca de puta todo mi semen”.

Empieza su camino en mis huevos, los envuelve con su lengua y los besa. Mi piel se eriza con el contacto de su boca en toda mi polla.

Es mi puta caprichosa, da lamidas largas y suaves por el cuerpo de mi polla que ahora está más grande y dura, gime y me excitas más. Envuelve con su boca alrededor de la cabeza de mi pene, chupa tu polla, le da lamidas largas y suaves. Abre toda su boca para tragarlo completo, su garganta se alegra de tenerme de invitado, su saliva me lubrica. Sube y baja mil veces por mi pene y siente como si estuviera penetrándole su coño, baja una de sus manos y se toca el clítoris mientras me pajea con la otra mano y su boca lame la cabeza de mi huevo rosado hermoso que le brinda gotas divinas de líquido pre seminal que le embriaga de mí aún más.

Está muy excitada, se ve a los ojos y observo su placer, su perversión y sus ganas lo que hace que se vuelva loca y le lleva a sentir un orgasmo mientras me la mama.

Su clítoris estalla entre sus dedos, … esboza una sonrisa y le preguntó si acabó.

Afirma con la cabeza mientras engulle toda mi polla con movimientos cada vez más rápidos y profundos. Siente que ya se aproxima mi orgasmo, sé que viene su premio, me contrae y palpito, los gemidos ya no lo puedo aguantar más. Mis manos en su cabeza apoyadas se aferran a su cabello mientras sientes que ahora soy su semen y ella mi adicta, lo siente salir en su lengua, pero no lo deja escapar, cada gota que sale llega a su garganta y se la traga como si de una ambrosia única se tratara, cada gota es saboreada y disfrutada, … es su momento perfecto.

Cuando acabó de limpiarme la polla, le dije, “me siento muy orgulloso por la estupenda que eres”.

Elena respondió, “me siento muy bien siendo una estupenda para Vd.”

Le dije, “puta, ponte a cuatro patas que te voy a follar tu culo”.

Eché un buen chorro de aceite entre sus nalgas, empecé a acariciar entre sus nalgas y a meter mis dedos en su culo, primero un dedo, luego dos, dilata bien la puta, el lubricante ayuda, pero más ayuda lo cachonda que está, meto tres dedos que los acoge con algún gemido de placer.

La tumbe en la cama, hago que se coja las piernas por detrás de sus rodillas, le pongo una almohada debajo de sus caderas lo que deja su culo y su ojete totalmente expuesto a mi voluntad.

Cojo más aceite y me embadurno bien la polla que la tengo a reventar. Apunto a la entrada de su culo, y empiezo a apretar poco a poco para que vaya entrando – uf, uf, uf, es muy grande amo, no me va a entrar – me dice, yo sonrío y sigo empujando despacio, noto como va resbalando poco a poco y va entrando despacio. – empuje más amo ya casi está, empuje aunque me duela, empuje, clávemela – joder con la puta sabe cómo encenderme, no me he podido resistir, se la he clavado de un empujón, joder que apretado, noto su respiración agitada, pero no se queja – muy bien puta, deja que tu culo se acostumbre un poco y seguimos – ya suficiente, no me aguanto las ganas, la saco despacito apenas cuatro o cinco cm y vuelvo a metérsela hasta que noto su culo chocando contra mí, empiezo a follarla despacio, le separo las piernas, quiero ver ese cuerpo, acaricio su coño, meto el dedo gordo dentro de su coño, y noto como presiona mi polla desde su culo.

Le sobo las tetas, la pellizco los pezones, la acaricio el clítoris – me voy a correr amo, me corro, me oh no porque para amo, estaba a punto de correrme – de eso nada puta, aun no – le saco la polla, queda un agujero dilatado precioso, no llega a cerrarse, le pongo 4 patas con el culo en pompa, le agarro de las caderas y apunto mi polla a su coño, se la meto de un empujón, no se queja, al contrario, gime.

Le agarro del pelo y le hago una coleta, con la mano izquierda lo sujeto a modo de riendas y empiezo a follarla el coño, fuerte y ¡zas!, azoto su nalga – muévete puta – gime mucho y cada vez más alto, espero no tener vecinos en las habitaciones de al lado – me corro amo, me corro, por favor no pare – y no paro esta vez quiero que se corra – córrete perra, córrete puta, quiero sentir tu orgasmo en mi polla – me corro amo, me corro – noto como se corre, se tensa, se enerva, gime sin control, gruñe, noto sus espasmos en mi polla, y cuando terminó, se relaja.

Estaba a punto de correrme, pero no quería correrme en su coño, saque mi polla y la puse encima de ella para que cayese su semen sobre su boca y sus tetas, y así pueda ayudarse de sus para tomarse todo el semen.

Dirigiéndome a Elena le dije, “puta, usa tus manos para llevar todo el semen a tu boca”.

Elena comenzó a usar sus dedos para llevarse el semen a su boca y tragárselo, cuando acabó le dije, “abre bien la boca puta, que me voy a mear en tu boca para que tragues toda mi meada”. Elena se tragó toda mi meada con placer y como si le gustase lo que hacía. Le dije,

“Elena, me gusta que sean tan puta, por eso te quiero tanto”.

María dirigiéndose me digo, “veo que eres un buen amo, y buen sumiso, eso tiene mucho mérito”.

Respondí, “no tiene mucha importancia, me gustan hacer bien todo lo que hago”.

Nuria me dijo, “quiero que metas la polla en el culo, y me folles fuerte”.

Ensalivé su agujerito y mi dedo entró suave. María gimió y era puro placer, seguía concentrada, con los ojos cerrados frotándose el clítoris casi poseída. Aproveché para dirigir mi polla a su culo, ya que estaba hambriento y dispuesto. Su ano parecía tragarse la punta con las mismas ganas con las que la expulsaba. Empujé cada vez más fuerte con el miedo de que a María se le cortara la excitación, pero entonces me sorprendió.

Sus manos dejaron descansar a su coñito lubricado para invitarme a entrar mejor abriendo sus nalgas. Y entró. Ella soltó un nuevo gemido más agudo y yo la introduje lenta, pero hasta el fondo. No podía creer que tuviera a María empalada por el culo. Me apretaba como un guante muy ajustado y era tan placentero que me inundaban las ganas de correr en los primeros movimientos, pero yo estaba dispuesto a que aquello durara el máximo posible.

Entraba y volvía a entrar sin salir completamente. La fina piel de su ano se comprimía con su coñito mojado y se estiraba de nuevo. Ella suspiraba acelerada como si fuera un parto abriendo bien sus nalgas. Seguí así hasta que estaba a punto de correrme y la saqué. Respiré con la polla palpitando y la metí de nuevo. Esta vez entró con algo menos de amor y María lanzó un grito ahogado. Sus manos volvieron a frotar su clítoris con fuerza y me miraba con furia mientras la penetraba de nuevo.

Esta vez sabía que no iba a poder parar y ella tampoco podría. Estaba tensa arqueada y de repente gimió. Gimió fuerte, gimió como una gata en celo, como en las mejores folladas que había tenido. Se corría, su flujo blanquecino y caliente empezaba a caer alrededor de su ano. No pude más y me corrí dentro con todas mis fuerzas, me corrí tanto que se salió mi polla resbalada mezclando mi leche con la suya.

María dirigiéndose a Elena le dijo, “puta, limpia mi culo y déjalo bien limpio, y limpia también la polla y deja el suelo bien limpio”.

Cuando acabó de limpiar todo, dijo María, “me gustaría humillaros sola a ti y a Elena, ¿cuándo puedo?”.

Respondimos Elena y yo, “mañana a la hora que digas”.

Dijo María, “a las 9, os haré un desayuno especial”.