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El casero

en Gays

Después de varias semanas buscando piso, al final lo encontramos. Aunque nos hubiera gustado encontrarlo más cerca de Barcelona, estábamos a solo 20 minutos en coche, y además, teníamos la playa cerca.

Hacía tiempo que Carla y yo hablamos de ir a vivir juntos, pero fue el trabajo lo que nos dio el último empujón para alquilar un piso.

Nos conocíamos desde primaria, y con el tiempo nos hicimos inseparables. Pasaron los años y seguimos estudiando juntos, tanto en el instituto como en la universidad. Cursamos la misma carrera y al graduarnos, decidimos montar nuestra propia empresa de productos ecológicos, que abarcaba desde ropa a alimentación o mobiliario para casa, entre otras cosas, todo libre de plástico y hecho a mano.

Si bien los comienzos fueron duros, poco a poco fuimos asentandonos e incluso fuimos creciendo, lo cual nos permitió contratar a más gente.

Los días de mucho trabajo, podíamos pasar casi las 24 horas juntos. Podríamos pasar por una pareja si no fuera porque soy gay. Carla fue a la primera persona a quién se lo confesé, estando en el instituto y la única persona que me apoyó en todo momento. Podía contar con ella para cualquier cosa, siempre estaba dispuesta a escuchar y ayudar. Al igual que yo hacía con ella. Ciertamente no sabría que hacer si ella no estuviera.

Quisimos buscar el piso por nuestra cuenta pero ante la imposibilidad de encontrar uno que se adaptara a nuestras necesidades, nos pusimos en manos de una inmobiliaria. Después de enseñarnos varios pisos sin éxito, al fin encontramos el piso que nos enamoró. Era un edificio que en su día había sido una fábrica textil. Al cerrar la empresa, la familia propietaria reformó el edificio y lo convirtió en un bloque de pisos. En total había 6 viviendas. Una se la habían quedado los padres y dos para los hijos. Las otras 3 viviendas, las dedicaron al alquiler. Los dos hermanos vivían en el ático, en sendos dúplex. Nosotros estábamos en la segunda planta, junto al piso de los padres.

El piso disponía de dos habitaciones, un baño y un salón amplio que compartia espacio con una cocina americana. No era gran cosa pero el salón y las habitaciones nos encantaban. El precio para la zona en la que estaba era algo elevado, pero no estaba mal en comparación con los alquileres en Barcelona.

Cinco días antes de empezar el mes, fuimos a firmar el contrato a la inmobiliaria. Allí aparte de la chica que nos enseñó el piso, estaba uno de los hermanos, David, el más joven de los dos. Aún así, rondaría los 45 años. Tenía el pelo corto y canoso. Una barba corta y bien arreglada igualmente canosa. Era bajito, no llegaba a 165cm y su forma física había vivido tiempos mejores, aún así tenía un cuerpo robusto. Durante la firma del contrato, estuvo simpático y no dejo de hablar con nosotros. Una vez firmado el contrato, nos invitó a llevarnos en coche al piso. Tuvimos que rechazar la oferta porque habíamos venido en el coche de Carla, así que nos dió las llaves de casa y nos acompañó al coche.

Poco a poco, nos fuimos acomodando a la casa y al barrio. David, lejos de ser un casero pesado, era amable y arreglaba al momento cualquier avería que tuviéramos en el piso. Con el tiempo fuimos trabando cierta amistad con él. Habiamos subido a su ático alguna veces a tomar algo. Normalmente subía yo solo y en otras ocasiones con Carla.

Al cabo de un tiempo, recibí un WhatsApp al móvil. Era de David, para ver si me podía pasar por su casa para hablar de un tema. Le dije que me pasaría esa misma tarde.

Cuando llegamos de trabajar, Carla se fue a casa y yo subí a ver a David. Estaba visiblemente nervioso, lo cual me preocupo un poco. Me invitó a entrar ofreciendome algo de beber.

- Perdona que te haga venir pero quería comentarte una cosa.

- Claro David, dime de qué se trata.

- Verás, llevais unos meses que os estáis retrasando en el pago del alquiler. No es algo que me preocupe porque al final, acabáis pagando.

- Si, lo sabemos, intentaremos que no vuelva a ocurrir.

- De verdad que sí tenéis algún problema para pagar el alquiler, me gustaría saberlo y ver cómo te podría ayudar.

 

En realidad no teníamos ningún problema para pagar el alquiler, la empresa empezaba a despegar y nos iba bastante bien. Lo cierto es que el pago del alquiler debíamos hacerlo mediante ingreso bancario cada mes. Nos retrasamos más bien por pereza o porque no nos daba tiempo. Pero quería saber a qué se refería con ayudarnos, quizás bajando algo el alquiler. Lo cual nos interesaba.

- La verdad es que nos estaba costando un poco levantar la empresa. Algunos pagos se estaban retrasando y muchos de los proveedores exigían el pago al instante. Las ventas crecen poco a poco pero no al ritmo que esperábamos.

- Lo entiendo y en eso te puedo ayudar, solo te pediré que a cambio de eso, tú me ayudes a mi.

- Si claro, todo lo que esté en mi mano. En que podía ayudarte?

- Pues verás, hace un tiempo que me separé y desde entonces, digamos que no he encontrado a nadie para satisfacer ciertas necesidades. Mi propuesta es rebajarte sobre un tercio el precio del alquiler y a cambio, un par de veces por semana, me alivies esas necesidades.

- A que te refieres exactamente con necesidades?

- Me alegra saber que no te han negado en redondo y creo que sabes a qué me refiero. Estoy hablando que me masturbes o me la mames dos veces por semana. Desde que te vi en la inmobiliaria me has puesto muy cachondo y el hecho que seas hetero me pone aún más. Sabes que me la estás chupando mientras tu novia está en el piso de abajo, ya ni te digo. Puedes estar tranquilo, soy muy discreto, Carla nunca se enterará de nada. Quedará entre los dos. que me dices?

- No sé qué decirte, esa rebaja nos iría muy bien, eso seguro.

- Hacemos una cosa, piénsatelo está noche y mañana me dices algo.

- No te prometo nada, pero lo pensaré. Ahora sí me disculpas vuelvo a casa.

 

Salí de su ático con una tremenda erección y con unas ganas enormes de contárselo todo a Carla.

Al llegar a casa, ella estaba en pijama leyendo en el sofá.

- Deja el libro ahora mismo, que tengo que contarte algo que va a hacer que se te caigan las bragas al suelo.

- A ver con qué tonterias me has a deleitar hoy.

- Calla perra y escucha. El casero está dispuesto a bajarnos un tercio del alquiler.

- Que dices? Así por las buenas?

- No, quiere que le haga pajas y le chupe la polla dos veces por semana.

- Y que haces que no se la estás chupando ya? O ya lo has hecho?

- Por mi se la hubiera chupado el día de la firma de contrato, pero quería hacerme el duro. Así le doy un poco más de credibilidad. Por cierto, se cree que somos pareja y le excita pensar que te estoy poniendo los cuernos.

- Y parecía buena persona. Bueno, lo importante es que tu boca nos va a quitar una parte del alquiler, así que esmerate y hazlo bien.

- Siempre tan considerada, cariño.

- Así soy, mi amor.

Tiempo más tarde, nos enteramos de porque se había separado el casero. Resulta David y su ligue reservaban una habitación siempre en el mismo hotel para aliviarse, como decía él. Por casualidad, el recepcionista era conocido de su mujer. Al verlo aparecer varias veces, la informó de que su marido alquilaba una habitación durante un par de horas por la tarde junto a otro hombre. Le dijo al recepcionista que la avisara si volvían al hotel. Así lo hizo y se presentó a la salida del hotel, pillandolos de pleno al salir. Lo echo de casa inmediatamente y al poco le pidió el divorcio.

Pasó el día y antes de que me escribiera para preguntarlo, se lo dije yo por mensaje:

- Nos vemos esta tarde en tu casa, asegúrate de que no sube nadie.

- Me alegro de que te hayas decidido a hacerlo. Sobre las 18:30 te va bien?

- Perfecto, a esa hora estoy en tu casa.

 

Durante todo el día el día siguiente estuve pensando en el encuentro de la tarde. Y cuando no pensaba en ello, Carla se ocupaba de recordármelo haciendo gestos como si tuviera una polla en la boca. Me excitaba la situación de que un madurito atractivo me pagará por tener sexo con él. Porque al fin y el cabo, la rebaja es dinero.

Llegó la hora y me encontraba delante de su puerta. Llamé y al poco me abrió la puerta. Estaba recién duchado, aún tenía el pelo húmedo, lo cual me gustó. Me invitó a pasar mientras terminaba de vestirse. Desde el baño me dijo que cogiera cualquier bebida de la nevera. Cogí una Cocacola y fui al salón.

- Pensaba que al final no ibas a aparecer, llevo esperando este momento todo el día.

- No te creas que no lo he pensado, pero un trato es un trato.

- No sabes lo que me alegra que no lo hayas hecho. Por cierto, quieres que vayamos a la habitación o lo hacemos aquí?

- Lo que tú prefieras, a mí me da igual.

- Pues vayamos a la habitación mejor

 

Estando ya en la habitación, me dijo que me sentara en el borde de la cama . Abrí un poco las piernas y David se colocó entre ellas. El bulto en su pantalón era evidente. Desabroché el cinturón y los pantalones cayeron al suelo. Los boxers ajustados no dejaban nada a la imaginación. No era excesivamente grande, pero se notaba gruesa. De las que duelen, cuando te empalan. Se agarró la goma de los boxers y al bajarlos, la punta de quedó enganchada en ella. Al ser liberada, salió disparada hacia arriba, quedando erecta frente a mi cara. Efectivamente, era gruesa. El glande era de un color púrpura y su tronco estaba surcado por gruesas venas. No tenía ni un solo pelo, ni en el pubis, ni en los huevos. Acarició mi pelo mientras yo miraba fijamente su polla . Agarró la base con una mano y con la otra acerco me cabeza hacia su miembro. Abrí la boca y su capullo entro en mi boca. Posé los labios en los bordes y apretandolos, recorrí todo el glande, mientras estimulaba el agujero con la lengua. David, intentaba meterla entera, pero aquí llevaba yo el ritmo. Estaba disfrutando la experiencia. Me la saqué de la boca y la recorrí entera con la lengua, incluidos los huevos. La agarre firmemente con la mano y lo masturbe mientras volvia a mamarle la punta. Me dijo que bajara el intensidad o se correría enseguida. Ante mí negativa, me rogó que le dejara correrse en mi boca. Saqué su pene de mi boca para decirle que no y fue entonces cuando se corrió. No me dio tiempo a apartarme y todo su semen acabó en mi cara. Eyaculó con tal potencia que incluso el pelo acabo empapado.con su leche. No era el único que se había corrido, notaba en mis boxers el líquido caliente y el placer aún me recorría el cuerpo.

- Siento haberme corrido tan rápido y hacerlo en tu cara, no podía aguantar más.

- No pasa nada, solo quería que no lo hicieras en mi boca.

- Pues lo hubiera deseado, pero igualmente me ha encantado la mamada. Parece increíble que sea la primera vez que lo haces.

- Nada mejor que un hombre para saber lo que le gusta a otro hombre.

- Muy cierto. Por cierto, si quieres, ves al baño a lavarte o duchate si quieres. Con creo que quieras ir a tu casa con la cara llena de esperma.

- Si, será lo mejor. Que otro día quieres que venga?

- Te va bien dentro de 3 días a la misma hora?

- Si claro, nos vemos el viernes entonces.

- Yo me marcho ya, cuando termines de limpiarte, cierra la puerta. Nos vemos el viernes. Y que sepas que me ha encantado.

Mientras estaba en la ducha, David se marchó. Bajo el chorro de agua, volvía a estar empalmado. Cerré los ojos y volví al momento en que se corría. Me agarré la verga y empecé a masturbarme. Imaginaba que David acababa en mi boca. Imaginaba que me enculaba sobre la cama. Imaginaba como me llenaba por dentro con su néctar. Apenas pude aguantar. Me corrí enseguida. Abrí los ojos y vi como el esperma resbalaba por el cristal de la ducha. Con la alcachofa de la ducha, lo limpie. Una vez, secado y vestido, volví a casa.

- Mi cornuda esposa, ya estoy en casa.

- Quiero que me lo cuentes todo, no escatimes en detalles, sé que eres un depravado, no me voy a escandalizar.

Le conté todo lo he había pasado en ese ático, con todo lujo de detalles. Carla disfrutaba de las historias que le contaba como yo cuando ella me contaba las de sus ligues de Tinder. No parábamos de reir mientras comentábamos. Me gustaba verla reir. Siempre he pensado que si no fuera gay, ella hubiera sido la pareja perfecta.

 

- Bueno zorra, se ha hecho un poco tarde y estoy cansado, será mejor que vayamos a dormir.

- No quieres cenar?

- No, ahora no me apetece. Habías hecho algo de cena?

- No, solo para mi, no sabía si te quedarías toda la noche allí.

- Era solo una mamada, cuánto tardas tu en hacer una?

- Eres odioso. Hazme un sitio en la cama, que hoy duermo contigo, aún hay cosas de las que hablar. Ah y una cosa más. Cómo esposa cornuda, me merezco que me lleves a cenar este fin de semana como compensación.

- Como te aprovechas. Que remedio. Sushi?

- Como sabes lo que me gusta, canalla.

 

Muchos días dormíamos juntos. Carla es una persona que no paraba de hablar, mucho y muy rápido. Yo tampoco me quedó atrás, pero lo suyo era exagerado. Hablábamos hasta que estábamos tan cansados que solo teníamos que cerrar los ojos y quedarnos dormidos.

Con el casero, seguí quedando dos veces por semana durante un mes. A partir de la tercera vez, ya dejaba que se corriera en la boca y poco más tarde, me lo tragaba. Hay gente que le da asco todo eso pero a mí era lo que más me excitaba. A partir del mes, la situación fue a mayores. Habiamos bebido de más y después de practicarle la felación acordada, quedamos tumbados en la cama, desnudos. David estaba un poco más perjudicado por el alcohol. Se levantó y se tumbó detrás de mí, apretó su miembro contra mis nalgas. Volvía a estar como una piedra. Intento colocarla para metermela pero me aparté.

- Que estás intentando? Eso no forma parte del trato.

- Podemos pasarlo muy bien, seguro que lo deseas tanto como yo. acerca ese culo, que te lo quiero desvirgar.

- No, tú sabes bien cuál era el trato. Solo sexo oral o pajas. A no ser que ofrezcas algo mejor. Ya me entiendes.

- Así que es cuestión de dinero, no?. A ver qué te parece. Solo pagarías un cuarto de alquiler. A cambio quiero que al uno de los dos que quedamos, pueda follarte el culo.

- Suena bien la oferta. Me gusta.

- Pues elijo que ese día sea hoy.

Pasó su brazo derecho por entre lo cuello y el colchón, y me apresó el cuello entre su antebrazo y su bíceps. Con su mano libre, acercó mi cintura a la suya, volviendo a sentir la dureza de su rabo. Ahora agarrándosela, la encaró hacia mi agujero y comenzó a hacer presión para meterla. Había estado con tíos que tenían el pene grueso, pero el de David parecía que me fuera a desgarrar. Me tenía inmovilizado, a merced de sus deseos, pero de repente me libero el cuello y la sacó.

- Que pasa David?

- He estado pensando y tengo una oferta mejor que ofrecerte.

- Te escucho.

- No tendrás que pagar nada de alquiler, pero quiero que siempre estés disponible para mi, a cualquier hora, las veces que quiera. Que seas mío.

- Suena tentador, pero deberías mejorar tu oferta. Por ese precio, en la calle solo tendrías un par de servicio como mucho.

- Y que más quieres que pague, ya te he quitado todo el alquiler.

- Pues verás, otras facturas que no se pagan solas. Eso ya lo consideraría yo un buen trato.

- Yo lo considero demasiado. Si que me va a salir caro alquilarte el piso.

- Con todos los pisos alquilados y sin hipoteca, para ti no es un problema que no pague nada por el piso y lo de pagar las facturas, es un pequeño precio que pagar por realizar tus fantasías. No quiero ser cruel, pero ya me dirás cuándo volverás a tener la oportunidad de volver a follar con un joven de 24 años. Y como ahora , ya he terminado lo que he venido a hacer, me vuelvo a casa. Si te lo piensas, ya sabes dónde estoy.

- Eres un buen negociador, pero te has pasado pidiendo. Lo mismo te digo, si decides aceptar, aquí estoy.

- Has sido tú quien ha querido entrar en este juego.

Cerré la puerta antes de que tuviera tiempo a contestar. Tenía el corazón acelerado. Había mantenido el pulso hasta el final, sin titubear. Estaba deseando llegar a casa para contarle todas las novedades a Carla, pero no estaba en casa. Había quedado y no iría a casa esta noche. Al final, tuve que llamarla para contarle todo. Me dijo que no cediera que al final seguro que el casero accedía. Me confirmó que no vendría a casa esta noche pero que llegaría pronto por la mañana y quería saberlo todo.

Cuando por fin pude sentarme en el sofá, se me despertó un tremendo apetito sexual. Cómo no iba a ceder y estaba solo en casa, decidí masturbarme. Volví a recrear mentalmente como me tenía inmovilizado, solo que en mi imaginación me penetraba hasta el fondo. Una y otra vez, lentamente. El sonido del móvil me sacó de la ensoñación, en principio pensé en terminar y luego ya vería el mensaje, pero tenía curiosidad por si fuera David.

- Tú ganas. Acepto el trato. Ahora sube, que quiero terminar lo que había empezado.

 

Volvió a dispararse la excitación. Aunque antes de subir, le mandé un mensaje a Carla.

- A que no sabes quienes van a vivir de gratis?

- Y todo gracias a mi prostituto favorito

- Mañana te cuento todo, disfruta zorra

- Yo también te quiero.

Llamé a timbre de su casa, me abrió al instante. Estaba desnudo de cintura para abajo. Me llevo a la habitación cogido por un brazo y me lanzo sobre la cama. Caí de boca al colchón. El casero gateo por la cama hasta estar encima. Bruscamente, bajó los pantalones y los boxers de golpe, dejando mi culo a su disposición. Abriéndome un poco la piernas, se tumbó encima mío. La cabeza de su polla se incrustó en mis testiculos. Al segundo intento, dónde se incrustó fue en mi ano. Solté un quejido de dolor. Con el glande ya dentro, me agarró los hombros con firmeza y se ayudo de ellos para llegar hasta el fondo. Conforme se iba abriendo paso en mi interior, notaba como me ardía, como si me desgarrara, hasta que acabó metiéndola entera. Notaba su aliento en mi oído, respiración agitada, el placer. Bombeaba despacio, la sacaba unos centímetros y volvía a embestirme. Mordía mi cuello suavemente y acercaba su boca a mi oído para susurrarme cosas.

- Que estará haciendo ahora Carla?

- ... no lo sé, la cena... ohh si, la cena

- Y mientras ella hace la cena, yo me estoy follando a su maridito.

- ....

- Y ahora voy a rellenarlo de crema.

Sus manos apretaron con fuerza mis hombros y se ayudo de ellas para penetrarme hasta el fondo. En una de sus acometidas, la mantuvo totalmente metida y entre gemidos de placer, se corrió en mis adentros. Sentía como si esperma caliente me llenaba el recto.

Cuando pensaba que todo había terminado, soltó mis hombros pero sus manos se apoyaron en el colchón, dejando mi cabeza entre sus brazos. Levantó su pecho de lo espalda y quedamos unidos solo por las cinturas. Entonces, comenzó a follarme de nuevo. Cada bombeo me incrustada violentamente contra el colchón. El incesante choque de carne contra carne era lo único que se escuchaba. Notaba como su semen iba saliendo del agujero y resbalaba por mis testículos. No había conocido a nadie que pudiera pegar dos polvos sin sacarla. Y lo estaba disfrutando. El dolor lacerante del principio, fue desapareciendo poco a poco, transformándose en placer. Para tener 45 años, su fondo físico no estaba nada mal. Mantenía el ritmo e incluso lo aumentaba. Cómo siguiera así, quien me correría sería yo encima de sus sabanas. Pero fue él que volvió a correrse. Temblaba de placer mientras derramaba su leche, primero en mi agujero y luego sobre mis nalgas. Seguidamente cayó rendido a mi lado.

- Dios, como lo necesita. Hacía mucho desde la última vez. Cómo ha ido la.primera vez que te revientan el culo?

- Pensé que me dolería más, pero solo ha sido al principio.

- Con el tío que me costó mi matrimonio, no pude metersela la primera vez, ni la segunda. Bueno, duchate si quieres y ya puedes irte. Y pendiente del móvil, ya sabes a qué me refiero.

 

De dos veces por semana, pasamos a tener sexo todos los días. Algunos días más de una vez. David era insaciable, siempre estaba dispuesto. La mamadas y las pajas fueron residuales, casi siempre prefería follarme el culo. Y yo encantado. A él le gustaba hacer fotos y grabar nuestras relaciones sexuales con el movil, para luego ponerlas en la tele mientras lo hacíamos. Cada día, esperaba su mensaje para subir al ático.

- Cuando puedas sube, tengo un sorpresa para ti.

- Dime que es, no me gustan mucho las sorpresas.

- Cuanto antes subas antes lo sabras.

- Ok, en 10 minutos subo.

 

David me abrió la puerta y fuimos como siempre hacia la habitación. Para mí sorpresa, allí se encontraba también Jose, su hermano.

- Espero que no te importe que haya invitado a mi hermano. Solo viene a mirar.

- Si es solo a mirar, por mí no hay problema. Pero este no es el trato que teníamos.

- Te equivocas, el trato era que serías mío y eso implica que yendo hacer lo que me plazca, como por ejemplo invitar a mi hermano. De todas formas, Jose te ha traído un regalo como muestra de buena voluntad. Cuando acabemos te lo dará.

 

Jose se desnudó y se sentó en un sofá a dos metros de la cama. Aunque eran 3 años mayor que David, estaba en mejor forma que él. Era un poco más alto y más delgado que David, y llevaba el cuerpo lleno de tatuajes. Apenas hablaba y su aspecto era de tipo duro, lo cual me ponía cachondo. Además, era muy guapo de cara. Mientras lo miraba, David ya se había desnudado y ahora me estaba desnudando a mi. Eso pareció excitarle a José porque ya tenía la polla tiesa y se estaba acariciando. Era más delgada que la de su hermano y quizás del mismo tamaño, lo cual no estaba mal.

David me colocó a cuatro patas en cama mirando hacia Jose y poniéndose detrás de mí, empezó a encularme. Jose podría ver cómo disfrutaba mientras su hermano me daba por culo. Le sonreía mientras se marturbaba. Fantaseaba con que era él quien estaba detrás dándolo todo. Le hice una seña con la cabeza para que se acercara. Quería comerle la polla mientras David me follaba. Se acercó hacia nosotros y cuando iba a chuparsela, me agarró suavemente del pelo y sin dejar de cascarsela, eyaculó en mi cara. David, que lo vio todo perfectamente, aceleró el ritmo y entre espasmos de placer, también se corrió. Tenía la cara cubierta de lefa. El casero se desacopló y se tumbó en cama. Nadie dijo nada, así que fui a lavarme para ir a casa. Cuando salí, Jose me acompañó a la puerta y antes de salir me dio el regalo.

En casa me estaba esperando Carla para que se lo contara todo. Cómo siempre se lo conté todo con todo lujo de detalles. Estaba fascinada por el hecho de que me lo hubiera montado con dos tios y más que fueran hermanos. Abrimos juntos el regalo, era un móvil de última generación, Carla se moría de envidia. Me dijo que le pasará el móvil del hermano, que se lo follaba si hacía falta. Ella tenía el mismo móvil pero dos generaciones anteriores.

 

- No pagamos piso, nos pagan las facturas, te regalan móviles y haces tríos, nos pueden ir mejor las cosas?. Una cosita más, esta noche tengo invitado.

- Uy uy, voy a conocerlo?

- No lo creo, viene a otras cosas.

- Entiendo, que me encierre en mi habitación y me ponga los auriculares, no?

- Exacto, gracias por entenderlo. Te quiero. Voy a arreglarme

- Para que? Si solo vais a follar.

- Pues claro, pero hay ciertas zonas que tienen que estar arregladitas.

- Ya... Pásalo bien putón.

Cuando vino su ligue y se fueron a la habitación, pasé de ponerme los auriculares. Me divertía mucho escuchar lo escandalosa que era Carla cuando follaba, se oía en todo el edificio. Encima su cama sonaba una barbaridad, podía saber incluso que posición estaban practicando y por lo que escuchaba la estaba empotrando contra el cabecero de la cama. En ese momento, recibí un mensaje al móvil.

- Cuando acabes de follarte a tu mujer, sube que os estoy escuchando y me muero por volverte a follar.

 

Espere a que el ligue de Carla se fuera y entonces subí a su piso. Volvía a estar el hermano, solo que ya estaba desnudo y sentado. David también lo estaba. Solo me dio tiempo a quitarme los pantalones y los boxers. David volvió a ponerme en la misma posición pero antes de que me pudiera penetrar, me baje de la cama y me acerqué hacia donde estaba su hermano. Le di la espalda poniéndole el culo cerca de la cara. Lo empecé a bajar en dirección a su rabo. Jose lo mantuvo apuntando hacia mi ano y me senté encima clavándome su virilidad. Con su miembro dentro, mire a David, no se lo podía creer pero parecía divertido. Ahora era él quien se sentaba en la cama y se masturbaba. Quería provocarlo y sabía cómo hacerlo.

- Mientras tú pagas el alquiler y las facturas, es tu hermano quién me folla mientras tu te haces una paja.

- Me gusta este juego, pero mi hermano también te ha pagado, aunque sea con un regalo.

- Si, pero no tendría porque hacerlo y sin embargo, tengo su polla metida en el culo. Que por cierto, menuda polla.

 

Jose me la agarró mientras botaba encima de él y me hizo una paja. No tarde en correrme. Mi pene empezó a escupir semen en dirección a David, pero todo acabó en el suelo.

El casero se cansó de masturbarse y pasó a la acción. De un tirón me levantó del regazo de su hermano y me lanzó sobre la cama. Traté de levantarme pero solo pude ponerme a gatas antes de que David me empalara. Me agarró de la nuca y hundió mi cabeza en la almohada mientras me follaba frenéticamente. Jose se subió también a la cama y se turnaron para sodomizarme. Sabía perfectamente que verga tenía dentro en cada momento. Ambos me follaban cada vez más duro. Hasta que que primero acabó David y seguido Jose. Estaba exhausto y con el esperma de los dos hermanos dentro del culo.

Pasó el tiempo y lo que era un trato de dos, fue de tres. Normalmente estábamos solo David y yo, pero de vez en cuando se unía Jose. Lo pasábamos bien y ellos creían que se tiraban a un hetero y yo vivía gratis. Todo estaba bien. Pero más adelante, conocí a un chico por Tinder, espoleado por Carla y nos fuimos pillando y aunque durante un tiempo seguía con las dos relaciones, iba siendo hora de dejar la primera. Por un lado porque la empresa iba bien y si antes no necesitaba el dinero, ahora menos, y por otro lado, quería centrarme en el chico que me gustaba de verdad. Así que cuando terminé uno de los polvos con David, decidí hablar con él.

- David, tengo que decirte una cosa. Desde hace unos días, estoy pensando en dejar el trato. La empresa va bien y ya no necesitamos el dinero. Además, no quiero engañar más a Carla. Ha estado bien pero debe acabarse.

- Sabía que este día podría llegar pero quiero decirte algo. Deja a Carla y quédate conmigo. Estos meses han sido los mejores de mi vida y quiero seguir. No quería decirte esto, pero me he enamorado de ti, no me puedes hacer esto. Sé que has disfrutado tanto como yo. Que me dices?

- Lo siento mucho, yo no siento lo mismo, esto era solo un trato. Me caes bien y lo único que quiero es hacerte daño, pero la decisión ya está tomada. A partir de hoy, pagaremos el alquiler y todas las facturas.

- Como veas, pero estoy convencido de que volverás.

- No lo creo, pero nunca se sabe. Ahora tengo que marcharme.

 

Me vestí y volví a casa, pensaba que no volvería a esa habitación, pero no tardaría en regresar.

En casa, encontré todo el apoyo que necesitaba en Carla. No estaba triste ni nada parecido, pero ella me ayudó a encararlo. No le dije nada a Dani, el chico de Tinder, me parecía un tema demasiado turbio para contárselo. Ahora por fin me había quitado un peso de encima y salimos a cenar para celebrarlo. Cómo en todas las celebraciones importante, a nuestro restaurante de sushi favorito. A veces pensaba que ojalá Carla hubiera sido un hombre o que me gustaran las mujeres, porque con ella podía hablar de cualquier cosa y nos entendíamos a la perfección. Después de la cena, cogimos el coche para ir a bailar. Carla había bebido demasiado vino en la cena, así que me tocó llevar el coche. Por el camino, ella iba pendiente del móvil, en ese momento recibió un mensaje y me dijo que parara el coche inmediatamente. Aparqué en un carga/descarga y le pregunté por el motivo de tanta urgencia.

- He recibido un WhatsApp del casero, bastante feo.

- A ver, déjame verlo.

- "Hola Carla, no creo que tu maridito te lo haya dicho, así que lo haré yo. Llevo desde que os mudasteis, follandome a tu marido prácticamente cada día, si que te enteres. Y no solo me lo he follado yo, sino que también se lo ha follado mi hermano. Que maravilla, como nos ha comido las pollas y como le gustaba que le diéramos por culo. Piensa que cada vez que llevaba a casa y te besaba, seguramente aún tenía el sabor a semen en la boca. Porque no solo nos dejaba corrernos dentro, sino que se lo tragaba todo. Quizás es un poco difícil de creer, pero para eso te mando unos vídeos. Para que veas qué clase de marido tienes. No tengo nada contra ti, pero creo que mereces algo mejor."

En los vídeos que había mandado, en uno salía comiéndole el rabo de José, en otro recibo la corrida de los dos en la cara y el tercero, salía David enculandome. Carla parecía entre divertida y sorprendida.

- Vaya vaya maridito, a eso te dedicas cuando estoy haciendo la cena?. Estoy devastada, tendrás que invitarme otra vez a cenar.

- Carla, no tiene gracia, ha ido a hacerte daño y por ahí no paso.

- Olvídalo, es un imbecil, además yo sabía todo lo que hacías y no estamos casados.

- Ahora eres tú quien me rompe el corazón al decirme eso.

- Te casarias conmigo si te pido la mano?

- En tus sueños, zorra.

- Ese ya es mi querido marido.

- Ahora en serio, esto no va a quedar asi, quiero vengarme.

- Y que piensas hacer?. Si puedo ayudar en algo dímelo.

- En realidad si que puedes hacer algo, necesito que estés unos días fuera de casa. Puedes quedarte en casa de tus padres unos días?

- Si claro, sin problema. Que quieres hacer?

- Ya te lo diré, solo necesito que no estés en casa.

 

Y así lo hicimos, Carla se fue de casa, montando una escena. Lo suficientemente fuerte para que se enteraran los vecinos. Los que no se enteraron en el momento, se lo contaron los que si lo habían oído. Y claro, acabó llegando a David. Poco más tarde, recibí un mensaje suyo.

- Siento que haya ocurrido esto, de verdad que lo siento. Se me fue de las manos el mensaje a Carla

- Eres un cabrón, mira lo que ha pasado por tu culpa.

- Lo siento, estaba desesperado. No quería dejar de tenerte, te quiero para mí.

- Me has tenido para ti todo lo que has querido, pero lo has estropeado.

- Se que Carla se ha ido de casa, ahora ya no hay motivo para que sigamos juntos. Sé que tú también lo quieres. Déjame enmendar el error.

- No debería. Eres una persona miserable, pero también deseo volver a sentirte dentro de mi. Pero ahora las cosas van a cambiar, se acabó lo de solo recibir, ahora también voy a dar yo.

- Lo siento, pero eso no me va. No me gusta ser el pasivo.

- Pues no hay más que hablar. Ahora sí se acabó

- Espera, espera. De acuerdo, pero solo sexo oral. No estoy preparado para lo otro.

- Está bien, por algo se empieza. Pero ten claro que te acabaré rompiendo el culo.

- Ya lo hablaremos. Podemos vernos ahora? . Me muero de ganas.

- Ahora no, estoy trabajando. Esta tarde sobre las 8 en tu casa.

- Vale, en casa te espero. Gracias por darme otra oportunidad.

Inmediatamente, llamé a Carla para contárselo, si todo iba a bien esta noche, podría consumar mi venganza. Las horas hasta las 8 pasaron lentas, pero al fin llegó la hora. Llamé a su puerta y abrió ipso facto. Intentó darme un beso en la boca pero la aparté. Le pedí que se arrodillara ante mí, se negó, así que lo obligue a que se arrodillara. Una vez de rodillas, me bajé los pantalones y le pedí que me la chupara. Después de unas dudas iniciales, se la metió en la boca. La verdad es que detestaba que me chuparan la polla, pero quería verlo humillado. No llegue ni a correrme, lo aparté y le dije que fuéramos a la habitación. Dejé los pantalones y la ropa interior donde me los había bajado. David me siguió mansamente. Mientras cruzábamos el pasillo, me agarró del brazo y me puso contra la pared, atrapandome con su pecho. Apresuradamente, se desvistió de cintura para abajo y mientras con un brazo, atraía mi cintura contra la suya, el la otra mano agarraba su pene para encularme. Echaría de menos esa polla gruesa y venosa cuando todo acabará, pero iba a disfrutarla por última vez. Sus empujones, me ponían de puntillas. Mi mejilla recorría la pared blanca arriba y abajo con cada embestida. Cuando la introducía hasta el fondo, notaba leves pinchazos de dolor en el ano. Nuestros huevos chocaban con violencia con cada sacudida. Puede que David fuera un cerdo, pero sabía cómo follar. Volví a sentir como tú esperma me llenaba y como posteriormente chorreaba pierna abajo

- Solo ha pasado un día y ya no aguantaba más. Necesitaba volver a poseerte.

- Ha sido brutal. Yo también lo necesitaba.

- Ahora podremos hacerlo siempre que queramos, no hay nadie que se interponga.

- David, me encantaría que estuviera aquí tu hermano también. Podríamos disfrutar los 3 juntos.

- Había pensado en algo más privado pero si quieres caña, puedo llamarlo. Dame un minuto, le mando un mensaje.

No estaba en casa, pero llegaría en 20 minutos. Así que aprovechamos para tomar una cerveza. Menos por el sexo, sentía un profundo asco por David. No podía dejar de pensar en el mensaje de la noche anterior. Por suerte, esta noche sería la última vez que los vería.

En cuanto vino Jose, les dije que quería jugar a un juego. Saqué dos vendas con las que les taparía los ojos, tendrían que hacer lo que les propusiera y no podían decir ni una palabra. Pareció gustarles la idea, así que les tape los ojos. Una vez a ciegas, aproveché para coger el móvil de David que estaba encima de la mesa. La clave no fue un problema ya que había desbloqueado el móvil un montón de veces para grabar otros vídeos mientras follabamos. Rápidamente borre todos los vídeos y fotos en los que salía, para que no pudiera volver a enviarlos. La primera parte del plan había salido bien, quedaba la parte más complicada. Aunque había pasado apenas un minuto, no quería que se impacientaran.

Desnudé poco a poco a José, acariciando todo su cuerpo. Frotandome contra él. Me puse a su espalda y le susurré al oído que le iba a hacer la mejor mamada que le habían hecho en la vida. Ahora fui a por David, al que solo tuve que quitarle la camiseta. Después de estimularlo un poco, le dije que me metiera la polla hasta el fondo. Los puse uno en frente del otro, con una separación de poco más de un metro. Yo me puse en medio, dándole la espalda a David. En cuanto sintió mis nalgas rozando su miembro, me agarró de la cintura y, de un empujón, metió toda su verga dentro de mi. Mientras, doble la espalda para agarrar el pene de Jose y llevármelo a la boca. Me encantaba tener sexo con dos hombres a la vez, ser una especie de objeto para obtener placer. La polla del casero parecía un pistón, entraba y salía a gran velocidad, mientras mis labios y mi lengua no paraban de recorrer el miembro de Jose, centrándome en el glande.

De repente, paré de chuparsela y saqué el rabo de mi culo.

- Vuelve a poner el culo, no puedes dejarme así.

- Shhh, dije que ni una palabra. Ahora sigue el juego.

 

Volvi a acercarme a la oreja de David.

- Quiero que me hagas una buena mamada, cuando acabe, te dejaré hacerme todo lo que desees por depravado que sea.

 

Seguidamente, le besé en los labios, mientras le acariciaba la polla. Mientras lo moví un poco para deshubicarlo y lo coloque justo enfrente de su hermano.

Con Jose, también hice lo mismo, mis labios se acercaron a su oído por la espalda y mientras restregaba mi polla por su trasero, le susurré.

- Perdona que te haya dejado antes a media, ahora quiero que me llenes la boca con tu leche, quiero tragarmela toda.

 

Sin pedírselo, David ya se había arrodillado, quedando la polla de su hermano a unos centímetros de la cara. Al rozarle los labios, se la metió en la boca. Era el momento que esperaba. Cogí su móvil, lo desbloquee y empecé a grabar como el hermano pequeño le hacía una mamada al grande. Dudo que fuera la mejor felación que le hacían a Jose, pero estaba seguro que le iba a llenar la boca de esperma. Grabe bien sus caras para que se viera que son ellos. Jose agarró la cabeza de su hermano y comenzó a follarle la boca. Hubiera deseado grabar como se corría en su boca pero no quería arriesgarme a que se estropeara el plan. Terminé el vídeo y lo mandé a varios contactos. A sus padres, a la exmujer de David, a Carla y a su grupo de compañeros del trabajo. Cuando me aseguré que lo habían recibido, borre el mensaje, agarré mis cosas y salí del ático para no volver jamás. Hubiera deseado ver sus caras cuando se enteraran de todas las personas queridas que habían visto el vídeo de los hermanos chupandosela. Pero lo que de verdad me alegraba es haber podido vengar a Carla.

Fin