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La secta de las gozadoras:

en Confesiones

·La Gran Medicina de la Montaña de Tres Picos se encuentra en el cuerpo de la mujer y se compone de tres jugos o esencias: uno en la boca de la mujer, otro en sus pechos, y el tercero, pero más poderoso, en la Gruta del Tigre Blanco, que está en El Pico de la Seta Púrpura·.

-Octavio Paz, Conjunciones y disyunciones -

 

LA SECTA DE LAS GOZADORAS:

El secreto de las dos colinas y las tres cavernas.  

 Dos pináculos y tres cavernas poseen los trascendentales gérmenes de mi deleite, regiones de mi organismo donde me hago más sensitiva. Topografía forjada en la carne, mente, energía y libido.  Cinco trillos, senderos que se juntan y bifurcan frenéticos caminos que conducen todos al orgasmo cuando activados los transito  como torrentes de delectación  que recorren directo de mi alma al clítoris del punto G a mi corazón  y se aposentan en la parte sumisa de mi cerebro cuando comparto el viaje con un hombre y necesito ser poseída y a la demandante y tirana cuando gozo con otra mujer.   Caminos que son todo mi aliento, motivo de vivir,  resuello y alegría.

/////// LA BOCA. Caverna de deseos

Fascinante fresa, que se ofrece e implora, rosa perfumada pintada de rojo  profundo que se brinda entera al anheloso compañero de ruta por la senda del placer y apresa con su centro de saliva a su presa. Boca que besa, boca que mama, boca que succiona en mordisco, roce y lacta. Asistida por la lengua, las miradas, las manos y los suspiros de hembra satisfecha. Froto, la meto suave o con ritmo de la punta hasta la donde abrace en la garganta, trago y la introduzco más y más en mí hasta ahogarme.

 Siento el placer que me da el hedor del miembro del macho, fuerte aroma dulzona, acida, mescla de pis, líquido seminal y sudores. Tufo que me marea entrando por las narinas y enajenándome en un vahído delicioso cuando se argamasa con los sabores de mi vagina y mi perfume y queda flotando en el ambiente una feromona que llama al sexo.

 Entre gimoteos y sollozos, de rodillas como quien adora su dios  me pongo irremediablemente a  libar con la ternura de una cordera mamadora, esclava dadora de placer que inexorable necesita el  líquido seminal para sorber las mieles de la vida, y al beber esperma me transformo en sublime reina.

/////// MIS PECHOS. Tótems de sensibilidad

Las dos cúspides de sensibilidad de mis pezones sitiados por las aureolas de mis senos, sílices tenues de los tótems, que se hinchan al soñar placer por los roces de las manos y desean apretones, succiones entre mordiscos salvajes. 

Es mi alarma de sensibilidad, cuando quieren escapar de mi cuerpo, cuando se alzan y quieren aventarse del sostén, o los pezones se hinchan y duelen  y me viene esa sensación de ser deseada, de que me succionen las mamas, solo me calmo segundos al tocarlos, sobarlos, apretarlos y rozarlos, esto entrando en trance y me viene cada vez más intenso,  necesito que me cojan. Sé que los botones de mis pezones son un imán obligado de las miradas de los hombres, me desean los enardece con el vaivén de mis tetas

 Rosada y sensible la piel de sus halos se conectan directas a mi cerebro en eléctricas descargas de adrenalina. Comprimir, aspirar, mordisquear, frotar y relamer son los verbos que mejor conjugan para llevarme volando por el  universo y salgo desesperada a buscar un macho, una hembra, masturbarme o un lugar para gozarme.

/////// LAS DELICIAS DE MI VAGINA

Bajando el abrevadero de los tigres, entre los pliegues mayores de mis labios, que se dividen, mi vagina encubre dos hijas del delirio, esos pequeños labios que se dilatan, que tiene su tótem pequeño que transforma el clítoris su centro en caja de resonancia del delirio. Separar, penetrar, socavar, babear, chupar y con deleite mamarme aseguran un tránsito directo a la parte de mis sesos que manda en mi razón.

 La profundidad de mi vagina, adora las estocadas lentas y profundas que dilatan, me separan y me dejan inflamada por el friega del mete y saca. Me estremezco, melesco en sabores, padecimientos deliciosos, cosquilleos que activan y turgentes sazonan la carne y delectaciones que te enajenan en vibrantes convulsiones. Adoro también la penetración áspera  del enajenado semental, o de hembra insaciable que te pide más profundo cuando tus manos la dilatan, que no se sacia y quiere más y más de tu tormento en la vagina.  

 Adorado el mete y saca, mucosa sobre mucosa, que delira la humedad del deseo, donde dedos, penes, aparatos y la boca son bienvenidos a su médula, y me trasforman en tu hembra, tu macho, en todo. Ni siquiera sé si tenemos cuerpo, o donde termina el mío y comienza el otro.

/////// MI CULO DELICIA DE PLACERES. Caverna de la metamorfosis

Centro de sumisión, mi culo, el macho que me penetre gozara de mi sufrimiento y mi delicia. Caverna de las nalgas que se abren y aprecia el beso en su portal. Esfínter aflojándose para ser empalado. Mucho aceite con aroma a almendras, mucho dedo, mucho aparatito hasta que el atrio se afloje y se abra como flor en primavera.

 Dominante te necesito dentro mío se ofrecerme en cuatro bien abierta, obediente e implorante. Como te explico, - nada que decir si lo has probado y te gusta -  es el placer de seducir, el poder de sentirse deseada, de enajenar al macho de apetito. Ganas de ser dilatada, de que me abran.

 Y cuando adjudicada como cautiva a tus instintos de incrustar la verga en mi culo la puntita y después toda hasta el tronco y socavarme, lo gozare irremediablemente como una poción mágica de poder y encanto.

/////// LA SECTA DE LAS GOZADORAS. El gran secreto del placer

Pero quiero que sepas te trasmutaras en mi adicto, hijo del deseo, sometido a mi, cuando todo el libido de tu fuerza se concentre en empellones y feroces estocadas, en mi culo y me des tu borbollón de esperma.  Entre gritos de encanto y de padecimiento cuando penetras, y me sientes irremediablemente tuya, tiranizada y deseosa hembra, con tu leche me darás tu energía, tu voluntad y tu esencia.

Dulce morir y renacer en profundos orgasmos

 melodía de vida de mis colinas y cavernas. 

María Marta