Descárgate, mi amor. Se que llevas un día horrible y necesitas parar, relajarte.

Déjame ayudarte. Déjame desnudarme para ti. Ponerme los pechos en la cara y que me los lamas, que me los mordisquees. Quiero que la polla te apriete dentro del pantalón y que no te la saques todavía. Me he puesto esta faldita corta para ti, ¿acaso no te has dado cuenta, tonto? Méteme la mano por arriba y llega hasta mi chochito. No seas tímido. Indaga. Curiosea. Recréate. Y no dejes de meterme dos dedos dentro. Sabes cuánto me gusta…

Descárgate mi amor. Pero no tengas prisa. Ya noto tu verga imponente debajo de tu pantalón de pinzas. Haciendo fuerza, queriendo salir y meterse en mi boca. ¿A qué esperas? Voy a chupártela hasta ponértela dura como el acero. Cómo me gusta sentir la fuerza de tu polla dura dentro de mi boca, llenándome el paladar de dura carne y sobresalientes venas. Atragantarme también un poco con ella y empaparla con mi saliva. Chupártela una y otra vez como si me fuera la vida en ello.

Se lo que estás pensando, pero no voy a dejar que me la metas. Hoy te vas a correr donde quieras, pero sin entrar en mi vagina ni en mi culo. Me puedes manchar la cara si eso te hace feliz: el pelo, los ojos, los labios. Puedes correrte sobre mi sujetador a medio bajar. Tengo un pecho fuera y otro no, así que puedes elegir manchar mi piel o mi ropa. A mi me excita que me manches la ropa ya lo sabes: esa carrera blanca de semen en mi blusa, en mi falda…sólo de pensarlo me meto los dedos yo misma…Pero nada de meter. Ya me encargo yo de que te corras, no te preocupes. Cómeme el cuello y las orejas mientras te masturbo con la mano, a buen ritmo. Enfurécete, se que te estás queriendo correr ya, pero respira hondo, unos segundos más…déjame sentir tu rabo a punto de estallar unos segundos más…

Y ahora descarga, mi amor. Mánchame donde quieras, que lo estoy deseando. No me saques los dedos, tonto, que yo también quiero correrme. Mánchame cabrón…descarga sobre mi y mírame temblar: ¿Acaso no ves como yo tambiñen me corro para ti?