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En la biblioteca de la ciudad.

en Hetero: General

Hola, mi nombre es Rocio tengo 25 años, soy algo bajita, de cara bonita según me dicen y algo gordita, pero con buenas tetas y cola. Les cuento que soy una chica aplicada con mis estudios, por lo que suelo frecuentar mucho la biblioteca de la ciudad con mis compañeras del instituto. Soy algo tímida, pero cuando estoy ahí no paro de imaginar todas chanchadas que podríamos hacer con mi novio en los lugares más oscuros y escondidos, más de una vez salí de ahí con el culotte mojado de tanta calentura por imaginarnos coger en ese lugar prohibido; pero sabía que eso nunca iba a pasar, lo más cerca que estuvo mi novio de la biblioteca es en la vereda esperándome cuando salgo tarde. 

Esa mañana de otoño, estaba lloviendo bastante pero necesitábamos si o si terminar un trabajo grupal, asi que alli estabamos con mis compañeras. Hacía varios días que no habíamos podido estar con mi novio y la lluvia y el olor a humedad que entraba por la ventana me hacían desear en exceso sentir sus manos calientes en mi cuerpo hurgando entre mis piernas... más de una vez mientras estaba concentrada en mis estudios inconscientemente me rozaba la conchita con la birome por encima de la ropa, una de esas veces casi me descubre la bibliotecaria cuando nos fue a decir que iba a haber un reunión y teníamos que retirarnos. Sabía que mi novio iba a estar por el lugar haciendo trámites así que le avise que ya me estaba por ir así nos encontrábamos, me contestó que lo esperara, que necesitaba ir al baño. Me pareció rara su respuesta pero era entendible después de toda una mañana haciendo trámites. 

Mientras lo esperaba, mis compañeras se fueron pero mis pensamientos morbosos volvieron calentandome cada vez más. 

Mi novio me mandó un mensaje que ya estaba y le pedí que suba mientras guardaba mis cosas, esperé a que se acercara para pararme de la silla y cuando nos besamos para saludarnos no me pude controlar y le di un beso apasionado olvidándome del lugar donde estábamos, fue Facu el que terminó el beso volviéndome a la realidad mientras me miraba sorprendido por mi reacción. A mi lo que me sorprendió fue notar el bulto en su pantalón, en unos segundos se notaba que estaba caliente como yo...en nuestras miradas se notaba el deseo que nos teníamos. 

Termine de juntar mis cosas y fuimos al baño. Aproveché que él no conocía el lugar y lo lleve al que quedaba más lejos, la calentura se estaba apoderando de mí y tenía la esperanza de darnos una buena apretada por ahí.

Cuando llegamos pasó el primero mientras yo tenía su carpeta con los papeles que había llevado, de paso aproveche a guardarlos en mi mochila y cuando salió se la deje para ir más cómoda. Estando en el baño me toqué, estaba empapada, sin pensarlo agarre mi celular me saque una foto provocativa y se la mande acompañada de una sola palabra “veni”, ni bien la mande caí en la realidad y quise borrarla pero era demasiado tarde ya estaban las dos tildes azules indicando que lo había leído. Me asusté un poco por no saber cómo iba a reaccionar y quise salir rápido pero me lo encontré en la puerta con la mochila en una mano, me miraba confundido pero con la pija bien marcada en el pantalón, al verlo así ya no me pude contener y me abalancé sobre él, me sentía fuera de mi misma por la forma en la que lo besaba, apretándome cada vez más contra su cuerpo, agarre la mochila y la tiré hacia el cubículo de donde acababa de salir y llevé su mano a mi cola, me encanta sentir su mano grande y tibia acariciando y apretando mi trasero. Entre besos empezamos a meternos en el cubículo, ni bien trabamos la puerta empecé a meter mi mano dentro de su pantalón buscando esa pija que tanto me gusta, estaba caliente y dura, se me hacía agua la boca de tantas ganas de chupársela.

Bajé la tapa del inodoro y me senté, era el lugar y la altura perfecta, su pija quedaba justo frente a mí, quería hacerlo despacio, para que disfrutemos cada segundo. Empecé dándole besos bien húmedos desde la punta hasta la base, deje que su pija caliente, venosa y palpitante se apoyara en mi cara para mirarlo a los ojos, mantuvimos la mirada mientras me decía casi sin sonido “¡que putita que sos!” le respondí pasando mi lengua despacio por todo el tronco hasta llegar a la punta para jugar con la lengua bien babosa haciendo círculos en esa cabeza ya brillante por el preseminal. Alcé la vista y lo vi morderse el labio, me calienta mucho verlo disfrutar asi, empece a meterme su pene despacio tratando de que entre todo en mi boca, llegue a que toque el fondo de mi garganta y mientras con una mano le acariciaba los huevos empecé a meterlo y sacarlo cada vez más rápido; Facu acompañaba mi ritmo con su cadera, cogiendome despacio la boca, mientras yo sentía mi concha cada vez mas mojada.

Ya no se escuchaba una respiración fuerte, eran gemidos de placer, paré rápido y me levante a besarlo, me acerque a su odio y le dije “shhh, estamos en la biblioteca”. Nos miramos y su cara cambió por completo, ya no era solo placer, se notaba el morbo y la perversión en sus ojos. Me arrinconó contra una de las paredes y empezó a besarme con lujuria apretando mis tetas por debajo de la remera, lo ayude a sacarmela y él se encargó de bajar mi corpiño dejando al descubierto mis pezones marroncitos duros por la excitación. Empezó a chuparme las tetas, se abalanzó sobre mi pezón izquierdo lo mordía, succionaba y pellizcaba. Yo por mi parte me mordía los labios para no gemir. En un momento siento una de sus manos dentro de mi pantalón buscando mi conchita, siento sus dedos resbalar entre los labios de mi vagina, uno rodea mi clítoris acariciándolo y siento cómo de a poco se dirige hacia la entrada de concha y se introduce fácilmente en mi interior de lo mojada que estoy. Comenzó a pajearme muy rápido sin dejar de chuparme las tetas, no aguante mas y empecé a gemir de tanto placer, pero frenó y llevando sus dedos llenos de flujo a mi boca me dijo “shhh, estamos en la biblioteca, putita”. No se de donde saque el valor para lo que hice, pero me giré y bajando mi ropa deje a su vista toda mi concha mojada, menee mi cola mientras por encima de mi hombro le dije “esta putita quiere que la cojas”. Inmediatamente sentí sus manos en mi cadera y su pija en mi vagina buscando la entrada, me penetró despacio sintiendo como entraba cada centímetro de esa pija en mí. 

Empezó a cogerme cada vez más fuerte, y lleve una mano a mis tetas que se movían sin parar. No dí más y empecé a gemir, Facu se dió cuenta y sacando una mano de mi cadera me tapó la boca para ahogar mis gemidos. Bombeaba cada vez más rápido y más fuerte, me mordió el hombro y explote en uno de los orgasmos más placenteros que tuve en mi vida, al tiempo que sentía como me llenaba la concha de semen. 

Nos quedamos así, abrazados, hasta que sentimos como su pija iba bajando y de mis muslos empieza a chorrear la leche que salía de mi vagina. Nos limpiamos y vestimos mientras nos reíamos con complicidad y Facu me decía que me iba a ir a buscar más seguido...