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Unas vacaciones fuera de lo común...I

en Amor filial

 Era enero, vacaciones para todos los estudiantes en Argentina. Ya se terminaron las fiestas, comenzó un nuevo año y Jimena, una estudiante de arquitectura que finalizó su primer año, está en el mes más complicado ya que en Febrero debe rendir finales para ingresar al siguiente año. Ella estaba tranquila, pero a la vez un poco nerviosa porque no había muchas ganas de estudiar ya que es verano y lo único que quiere es pasarlo bien con amigos o con familiares, en piletas o solo pasar el rato para despejar todo un año de estudio.

 Su familia se compone de su madre, Alejandra, y su hermano menor Juan. Jime es rubia de pelo lacio, con unas tetas no muy grandes pero su culo es una manzanita durita y perfecta, mide 1,65 y tiene unos lindos ojos marrones, con una boca digna de ser mordida; es una chica bastante extrovertida, y se la pasaba en compañía de amigos o salía a disfrutar de su ciudad en eventos, fiestas, le gustaba estar rodeada de gente. El año pasado fue su primer año en la facultad, por eso ella se tuvo que mantener un tanto alejada de esos tiempos que tanto le gustaban para enfocarse en el estudio.

Jime no estaba en pareja, pero como imaginaran en todas las salidas de esta chica extrovertida, no siempre volvía directamente a su casa.

En esos días de sus vacaciones llega la llamada a su casa de su tío Jorge, como Jime no lo conocía mucho ya que, se había ido a vivir a España cuando era ella muy chica, sólo lo saludo pasándole el teléfono a su madre, era común que su tío llamara ya que su madre y él eran los únicos hermanos.

Esta vez no fue una llamada de las de siempre. Jime estaba mirando tele en la misma habitación y no podía evitar escuchar la conversación se forma sutil, hasta que su madre dijo algo que hizo desenfocar su atención de la tv y agudizar su oído:

-En serio hermano? no sabes la alegría que me da- Con una sonrisa de oreja a oreja escuchaba lo que su hermano le seguía diciendo

-Si Jorge, ya le digo a Juan que acomode el cuarto de huéspedes para tu llegada.

 Luego de cortar el teléfono, la madre de Jime, exaltada, le conto:

-Hija tu tío viene en tres días! - Sin dejar de sonreír

- ¿En serio mamá? Bueno, me alegro por vos- media intrigada

-Si hija estoy muy contenta.

- ¿Cuánto se va a quedar y porque viene? No me acuerdo que haya venido antes.

-Se va a quedar un mes más o menos, o eso fue lo que entendí. No sé bien porque viene, pero dijo que era solo por ese tiempo, y que me lo contaría al llegar.

-Que bien ma, lo conoceremos al tío después de tanto- Media dudosa al responder.

-Bueno voy a buscar a tu hermano para que me ayude a acomodar el cuarto de huéspedes.

Jimena pensando ya que era bastante raro que viniera, pero como a la vez no le interesaba tanto por no estar presente en esos años como tío. Siguió mirando tv sin importancia.

Pasaron los tres días, ya su madre tenía casi todo listo para la llegada de su hermano.

Cuando estaba saliendo de su casa le dijo a Jime:

-Hija yo me voy al aeropuerto a buscar a tu tío, ¿te podés encargar con Juan de la comida y preparar la mesa?

-Si ma no hay problema ahora voy a buscar a Juan arriba para que empecemos a preparar todo.

Subió hasta el cuarto del hermano y golpeo la puerta, tuvo que golpear varias veces ya que él solía escuchar música alta.

 Cuando por fin abrió la puerta miro a Jime con expresión de agotado, a ella no le importo mucho ya que en su ciudad ese día hacia bastante calor se lo atribuyo a eso.

- Dale Juan ayudame que mamá quiere que hagamos la comida y acomodemos la mesa porque ella se fue a buscar a Jorge.

-Bueno está bien... ahí bajo y te ayudo- con su mejor mala cara cerró su puerta.

 Ella bajo algo molesta y empezó a limpiar la cocina que su madre había ensuciado para hacer el postre favorito de su tío.

Cuando termino de ordenar toda la cocina y se disponía a preparar la cena miro el reloj y se dio cuenta que después de 15 minutos su hermano todavía no había bajado, así que subió enojada a golpear la puerta de su pieza y como no abría decidió entrar, estaba a punto de gritarle, pero lo que vio la dejo muda. Juan estaba medio reclinado en la silla sin remera, mirando porno en su computadora y gimiendo levemente. Inmediatamente dándose cuenta de lo que veía, sin hacer ruido salió del cuarto, y bajó rápidamente las escaleras hacia la cocina, por suerte él no la llego a ver por estar de espaldas a la puerta.

Apoyada sobre la mesada con sus dos brazos, no podía dejar de repetir una y otra vez lo que había visto, su hermano ese chico introvertido de 17 años dejo de ser un niño para transformarse en un joven con un cuerpo flaco que fácilmente se marcaba, con su cabello castaño despeinado masturbándose. Para tratar de sacarse eso de la mente se puso a preparar la comida.

A los diez minutos Juan apareció preguntando.

- ¿En qué te ayudo Jime?

-Anda a poner la mesa, que posiblemente ya estén por llegar- sin mirarlo a la cara por el pudor.

-Bueno ahí lo hago- agarra los platos y cubiertos llevándolos al comedor

Cuando él se da vuelta dándole la espalda, Jime levanto la vista y no pudo evitar mirarlo con otros ojos al observar gotas de sudor en su espalda, eso le genero algo en su cuerpo, pero no entendía bien que. No pudo pensar mucho más porque se escuchó el ruido de la puerta y su madre diciendo.

-Llegamos!

Continuará…

[Si te gustaría que este relato continúe por favor deja comentarios y sugerencias o envianos un mail. Gordiita y León.]