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¡La Mejor Broma! XD

en Confesiones

Hola.

No pensé que fuera a volver a escribir pronto. Había hablado con mi novio sobre mi primera publicación, y quedamos en que publicaría lo de su hermano si llegaba a 5000 lecturas en menos de una semana... no pensé que llegaría tan rápido... de hecho, no pensé que llegaría. pensar que más de 5000 personas saben lo que hago con él a pesar de que nadie sabe quién soy... es una curiosidad emocionante, y un poco intimidante también. Y ahora, por imponerme una meta así, tendré que hablar de una de las cosas que nos han pasado por el juego... o que me han pasado, porque él parece disfrutarlo. ¿Que donde está él? Él está aquí, dentrás de mí, mientras escribo, para asegurarse de que cumpla mi palabra. 7n7 Es idiota. Habrá muchas "líneas de diálogo"; sobra decir que son reconstrucciones, porque eso pasó hace ya un tiempo. Y la historia será más larga... porque es muy rara y tiene etapas... ;)

Cuando me despedí de su hermano con aire coqueto aquella vez que fui a su casa, estaba convencida de que el juego terminaría el sábado, y que a partir del domingo nuestra vida volvería a la normalidad. Pero me equivoqué. El juego nos gustó, tanto a mi novio como a mí: liberaba nuestros horarios dándonos en unos minutos la emocion de una gran visita, y tanto a él como a mí nos quedaba más tiempo para nosotros. Eso que llaman "calidad mejor que cantidad". Podíamos explorar cosas... Y... además... lo reconozco... la entrada extra de dinero me permitía comprar algunas cosas más... hasta el punto de que cuando organizaba mis gastos a fin de mes, no sólo me sentía innecesariamente excitada, sino que empezaba a pensar "en términos de prestación de servicios"... así acepté hacer con él algunas cosas que antes no había aceptado... y quizás cosas que nunca habría aceptado... de hecho... fui yo la que le propuso que fuera a mi casa ese sábado a hacer algo que nunca le había permitido a nadie antes... definitivamente, ese miércoles, cuando le dije "20, corazón...", fue como si me hubiera convertido en alguien más; como si hubiera roto un caparazón que me había limitado toda la vida.

Como seguimos jugando, pasó algo que tardamos estúpidamente en descubrir: su hermano, y tal vez nuestros vecinos, se darían cuenta de que ya sólo nos veíamos durante un rato durante el cual a veces yo gritaba "cosas", y a veces él también. Además, ese tonto que tengo por novio estaba cogiendo la costumbre de llegar con outfits mucho más... "variados" que de costumbre, de modo que mis vecinos podrían empezar a pensar que yo estaba dejando entrar hombres distintos a mi casa para hacer... cosas con ellos... caí en cuenta de eso un sábado que vino tres veces, a horas distintas, con tres combinaciones distintas, el bobo; pero para cuando me dí cuenta de lo de los vecinos, ya se había ido por tercera vez, y yo había seguido el juego tratándolo como si fueran tres tipos diferentes. Entendí la extensión del juego... pero no todas las consecuencias.

Su hermano, por su parte, pronto empezó a preguntarle por qué yo iba los sábados o a veces algún día entre semana ahora sólo durante un rato pequeño, a veces con gabán, y por qué "en cierta ocasión" él, después de mi visita, ya no tenía tanto dinero como antes (porque una vez le faltaba un inolvidable billete de 50 con un sello horrible sobre la parte de la marca de agua que había visto justo antes); por suerte, la explicación para el chico por el billete fue... una plata que me debía por una boleta de cine. ¡Qué creativo, se merece una cruz de hierro como las de las películas que le gustan! (sarcasmo).

Pero un sábado, cuando hablábamos de esto en la cama, decidimos hacer algo excitante que además debería cortar las imaginaciones de su hermano...

Resulta que ese muchacho, a pesar de haber cumplido la mayoría de edad hace un tiempo, seguía siendo virgen, y además, no tenía novia; no es feo, pero parece que fue mi novio el que nació con toda la valentía de sus padres. Todos sabemos a lo que dedica un virgen su tiempo libre... no, no a ver animé, leer cómics y jugar videojuegos, ¡eso es un estereotipo estúpido! y no siempre pasa. Un virgen siempre saca algo de tiempo para masturbarse viendo pornografía por Internet.

Mi novio se sentía mal por él, porque parecía estar deprimido, y quería darle una experiencia más... realista. Me propuso algo, pero lo rechacé (imbécil). Pero hubo algo que después de algo de insistencia sí estuve dispuesta a hacer; sería un reto rico, emocionante, con un toque de caridad.

Según me cuenta, el lunes se dio un paseo por toda la casa cuando el chico no estaba buscando cierta cosa, y el martes lo invitó a hacer algo parecido juntos, con la excusa de buscar una araña para hacerme pasar un mal rato (no, no le temo a las arañas, pero muchos creen que sí, porque soy mujer... XD). Así, durante esa búsqueda, el chico notó una abertura que mi novio había acondicionado para él, a través de la cual se podía ver con claridad lo que pasaba en la sala desde el cuarto de San Alejo. ¿Que qué eZ un cuarto de San Alejo? ¡Pues vamos, que si eres de España o algún otro país quiZás no te enteraZ! En Colombia algunas personas le llamamos "cuarto de San Alejo" a las habitaciones sin uso que terminamos utilizando para acumular cosas que no siempre usamos: una caja con los objetos de Navidad, herramientas de trabajo, ropa de sobra, las cosas de asear la casa, etc.; algo así como el ático o sótano de las películas gringas. El plan habría salido bien: mi novio y su hermano entraron buscando la araña, la atraparon, y luego "encontraron" una abertura desde la cual su hermano vería cómo él la tiraba sobre mí en un descuido, causándome un gran susto. La abertura estaba en el marco de la puerta: había algo de separación, por torsión de la tabla, entre una de las que lo conformaban y la pared, y la perspectiva daba bien a uno de los sofás de la sala.

Listo; el plan se haría el miércoles, el día que el chico llegaba lo suficientemente temprano. ¿Ya adivinaron? Seguro que sí, así que no me haré más la misteriosa: el plan era tener sexo frente a él, en lugar de la broma de la araña; eso le daría un buen rato a su mente, y le recordaría que es posible hacerlo, que sólo hay que intentarlo con la persona adecuada. :)

Ese miércoles llegué a la hora acordada. Me había vestido tan puta como podía, con ropa especial negra que ya había comprado: medias de malla altas con liguero, tanga diminuta con encaje, minifalda de pliegues muy alta, camisilla de malla muy ajustada que como tal no tapaba nada, tacones (obvio), y maquillaje sexy pero que no alcanzaba a delatarme porque el peinado alisado y el gabán me harían ver como una secretaria guapa. Me puse el gabán, y fui hasta su casa.

Llamé a la puerta. Normalmente abrían rápido, pero esta vez se demoraban: claramente se ponían "en sus posiciones" antes de abrirme. Mientras tanto, a pesar de la costumbre y el plan inicial, un impulso cálido me hizo abrirme bien el gabán antes de tiempo: si su hermano iba a estar escondido en el el cuerto de San Alejo, sería mi novio quien abriría. Me acomodé también una parte el peinado para verme como realmente quería: realmente candente, como una prostituta que se acostaría con el que fuera.

Se abrió la puerta. La calentura se me mezcló con un corrientazo de sorpresa que disimulé como pude. La sorpresa se me convirtió en rabia, y la rabia en más calentura de la que pensé: fue su hermano el que abrió la puerta, y me vio así, con la cara de zorra que estaba guardando para mi novio. No creo que se haya notado mucho mi sorpresa; al menos no por un chico con poca experiencia como él; pero ahora, viéndome como una guarra, con una postura afín y una sonrisa mordiéndome el labio, ¿qué podía hacer o decir?

Me vengué. Sin cambiar de expresión, lo saludé por su nombre y en lugar de preguntar por mi novio como siempre, le pregunté cómo estaba. Apenas respondió. Miré su entrepierna y dí un paso adelante; él dio uno atrás, intimidado; miró hacia los lados: buscaba una excusa para escapar; sentí como si viera llegar a su cabeza el pensamiento "¿Buscas a mi hermano?" ... y hablé antes de que lo verbalizara:

- Oye... ¿te molesta cómo me veo? - le dije, más o menos.

- ..No... ej...

- Bueno, es que, como puedes ver, tengo muchas ganas de hacer cosas ricas...

- ...!

- ¿Tú sabes de un chico que pueda ayudarme? Es que si no lo veo ya mismo podría acostarme con el primero que haya en mi camino...

- ...!

Me sentía como en un animé. Resulta que sí, si un chico está muy nervioso y un poco caliente puede sonreír incluso sin proponérselo... y él luchaba contra eso. Se acomodó el pantalón; no disimulé que me daba cuenta de que estaba excitado, y le pregunté más o menos mientras ponía mi mano frente a su hombro:

- ...¿"eso" significa que te gusta como me veo?

- ...!... gh! - ¡realmente parecía atragantarse con su saliva! Pero era al menos un poco valiente y no salía corriendo ahí donde un chico de animé sí lo haría; sus pasos hacia atrás eran pocos, y parecía luchar más con su falta de determinación que con su consciencia, lo cual me sorprendió de tal forma que me sentía en llamas. 

- ...venía buscando a mi novio... pero parece que voy a tener que comerte a ti... - él siempre usó eso de "comer "conmigo, pero era la primera vez que yo lo usaba, y no era con él. Pendejo traidor.

- ...él... sigue aquí... -respondió ganándose mi admiración. No dijo que lo llamaría, dijo "él está aquí"... ¡o sea que si él no hubiera estado ahí, habría "pecado" conmigo con todo gusto!

Sonreí. Estaba segura de que mi novio me miraba... ¿cuánto aguantaría? Su primera propuesta había sido pagarme por tener sexo con su hermano, pero cuando me negué no insistió, así que bromeaba; en cambio sí insistió para convencerme de hacer un... show. Así que ignoré lo que dijo su hermano; si él seguía ahí, ya aparecería, cuando no aguantara más viéndome calentar a su hermanito. Añadí entonces:

- ¿Y... si hacemos algo mientras esperamos?

- ...¿qué?

- ¿Me besarías? - no sería mucho, pero suficiente para reprender a mi novio.

- ...pero... ¿y... si... nos está... viendo? - confirmado. El chico, por su puesto, sudaba y temblaba sin poder quitarme los ojos de encima, pero no se negó, sólo hablaba de los peligros.

- ...nos interrumpirá y lo regañaré por no llegar antes... quedará tan sorprendido, que me pedirá perdón a mí... - Hay gente que me dice "manipuladora". ¿Será?

Hacía rato ya no podíamos avanzar; él había caminado hacia atrás en una línea torcida hasta uno de los sofás de la propia sala, que era el primer lugar que uno pisaba al pasar por la puerta. Me miró los labios y aceptó a medias, como tratando de estar en una posición de víctima que le permitiera excusarse con su hermano en caso de que llegara... qué chico tan inteligente. Al menos más que este tonto que tengo aquí viéndome escribir.

Lo besé. Mi novio no llegaba... ¡pero estábamos en el sofá equivocado! ¿Habría otra abertura y estaba mirando por ahí? ¿la que me dijo era suficiente? ¿o de verdad quería que yo...?

Le pedí que sacara la lengua. Se la chupé jugando con la mía. Adoro ese tipo de besos. Y fue tan rico dárselo a ese chico... tan pero tan rico... yo ya me le había pegado completamente y sentía su pene duro a través del pantalón... pensé que tal vez hasta lo tenía más grande... ¡Ja, ja, ja,ja,ja! Pero lo que era seguro es lo excitada que estaba; sentía que si no nos separábamos rápido el líquido empezaría a bajar por mi pierna... incluso me imaginé que su lengua no era su lengua...

Me separé unos segundos y sin dejar de mirarlo, me quité el gabán. Él devolvió su lengua a su boca, y seguramente saboreó mejor mi saliva. Yo me sentía bien y mal a la vez... ¿por qué no aparecía el imbécil? ¿me habría engañado a mí después de todo? ¿me arrojaría la araña por sorpresa? Maldije a mi novio y empecé a pensar en qué más estaría dispuesta a hacerle al chico... o en echarme para atrás, no fuera que ese hubiera sido el plan de mi novio desde el principio...

- ¿Qué piensas cuando me ves vestida así?

- ... - Me miró de arriba a abajo. No podía hablar. Supongo que sé lo que pensaba...

- ¿Te gusta lo que ves? - le pregunté recordando que por el material de la blusa él me estaba viendo los senos desde hacía rato... yo quería cubrirme, pero la calentura y las ganas de ver hasta dónde llegaba mi novio me lo impedían... y en lugar de eso eché los brazos hacia atrás para que viera bien. La respiración empezó a acelerárseme en serio, y le pregunté, con la voz quebrada de excitación por lo atrevida que me estaba permitiendo ser: - ¿Crees que me veo como una... prostituta?

- ...!... no... yo...

- Yo creo que lo piensas pero no te atreves a decirme... te cambio la pregunta: ¿te gustan mis tetas, corazoncito?

- ... - No pudo hablar, pero respondió moviendo la cabeza afirmativamente.

- ¿Pagarías... por cogérmelas? - ¿en qué rayos pensaba cuando le pregunté eso?

- ... - No dijo nada; tampoco movió la cabeza.

Así que añadí, como la perra cachonda en la que me estaba convirtiendo esperando que apareciera este pendejo:

- Cógemelas gratis...

Y él respondió... con acciones, más rápido de lo que yo esperaba, a pesar de que la falta de fluidez en sus movimientos demostraba que seguía dudando terriblemente de lo que hacía. Y empezó a acariciarlas, mientras yo abría la boca por la sorpresa al ver que mi novio no llegaba ni así... pero... el placer también llegó... así que debí haberme visto como una pornstar...

Al cabo de un rato dejándolo tocarme metí la mano tras la hebilla de su cinturón, y lo halé hasta el sofá en el que me había dicho mi novio que me sentara; si podía vernos desde el cuarto de San Alejo, nos interrumpiría a tiempo. Le abrí la chapa del cinturón y el botón del pantalón, le bajé el pantalón y el interior, y lo miré a los ojos sonriendo mientras en mi cabeza el calor me hacía explotar y se juntaba con la odiosa desesperación de la espera. Empecé a pensar que tal vez mi novio realmente pensaba pagarme por acostarme con su hermano... pero no era posible, yo no podía haberme equivocado al interpretarlo en esa conversación... ¿hasta dónde quería que yo llegara con ese giro imprevisto en la broma?

Lo senté. Me senté sobre él con las piernas abiernas y lo besé otra vez apoyándome en sus hombros mientras él me amasaba los senos... luego bajó sus manos y me cogió las nalgas... ¿dónde estabas, mi vida? ¡Idiota! Me sorprendí de nuevo... y mi cara... caí en cuenta de que estaba haciendo espontáneamente la cara que tan mal fingen las chicas de la pornografía: esa cara de sorpresa al ser tocadas por primera vez en alguna parte, y esa expresión de suspenso y placer... ¿cómo no me iba a sorprender cada vez, si significaba que mi novio estaba dispuesto a eso?

Jueputa. Empezaba a disfrutarlo... empezaba a desear que no llegara... que no nos interrumpiera... que siguiera viendo de lejos... ¡era tan rico a pesar de que se notaba que nunca lo había hecho antes!...

Bajé la mano hasta su pene, igual al de mi novio pero un poco más recto, y con el pecho a reventar recogí un poco del líquido semitransparente que salía de él, y... mirando a los ojos al chico lo saboreé.

Fue demasiado para él. Tuvo su orgasmo... y fue tan duro, que su eyaculación me salpicó las medias, las piernas, la falda, el vientre, la blusa, los senos, el cuello... y una gota alcanzó mi cara... ¿por qué me pasaba a eso a mí? Nunca había querido que alguien "se corriera sobre mí..." me parecía asqueroso... pero en ese contexto... con la espalda erizada y el cuerpo sobrecalentado por la situación... lo disfruté... el chico virgen se había corrido sobre mí por sorpresa... y me reí, desde antes de que las gotas dejaran de saltar, besándolo luego con cariño como si fuera su amante... o su puta.

- Perdón... - Me dijo sonrojado. Me sorprendió pero no lo juzgué, y traté de responderle amablemente:

- Tranquilo... a veces pasa... eso significa que lo estás pasando demasiado bien...

Él sonrió tímidamente, tratando de evitarlo, porque lo liberé de una carga que al parecer lo preocupaba mucho... me sentí bien por él, pero en lugar de abrazarlo... me llevé la mano a las salpicaduras... y empecé a recogerlas: él había tenido su orgasmo, pero yo todavía estaba caliente... y mientras yo recogía una por una las "gotas", le dije:

- ¿Te gustó?

- ...Sí... - respondió sin dejar de verme hacer lo que hacía. Le calentaba, pero su cuerpo aún no respondía...

- Y si él no viene... ¿te gustaría hacer más cosas conmigo?

- Bueno... si usted quiere...

- ¡No tienes que ser tan formal!- le dije riendo - Háblame de "Tú".

- ...bueno... - pareció pensar en algo serio... luego añadió: - ...pero no tengo cómo...

- ¿Responderme? Tranquilo, dentro de un rato podrás... ¿no lo sabías?

- ...ej... -ladeó la cabeza; no adiviné. Dijo para corregirme, lento y casi susurrando: - no tengo cómo... pa... gar... te...

Quedé fría y con la boca abierta... ¡él realmente creía que yo era o me había vuelto una prostituta! Es algo que ya sospechábamos, pero oírlo así...

Se me aceleró la respiración... ¿o tal vez fue sólo un suspiro contenido? Una forma especial de consciencia, como la que uno tiene cuando tiene mucho miedo, me hizo "ver" en un instante lento cada parte de mi cuerpo... estaba vestida como prostituta sobre un chico al que apenas conocía, le había dicho que me tocara "gratis" y mientras me tocaba había eyaculado sobre mí... y yo estaba recogiendo su esperma para llevármelo a la boca... ¿qué estaba haciendo? ¿era un sueño? ¿Dónde estaba mi novio? ¿Qué pensaría mi familia? ¿Y la de ellos? ¿Y si había alguien más en la casa? ¿Y si el chico se lo decía a alguien? Yo ya había hecho algo así como "reconocer" algo que en realidad no era... ¿había forma de echar eso para atrás? ¿qué debía decirle para echarlo para atrás?

- No se lo diré a nadie más... - Lo oí decir... pero estaba sumida en mis pensamientos... no sé cuántas veces lo dijo... quizás sólo una... pero sí recuerdo esas palabras a la perfección, quedaron grabadas en lo más profundo de mi mente a pesar de ser tenues...

Me acarició las piernas suave y lentamente. Respetaba mi letargo; yo estaba consciente, pero era como si mi cerebro pusiera todo lo que ocurría en el exterior como de baja prioridad, mientras que lo que sentía y pensaba lenta pero intensamente me abstraía por completo, así que no respondí... creía.

Perdí de vista incluso mis pensamientos. Como cuando me abruma una decisión muy difícil. No sé cuánto tiempo estuve así... ni si esas caricias en las piernas y las nalgas influyeron inconscientemente... porque finalmente dije... muy despacio...

- No te... preocupes... luego... - me mataban las palpitaciones pero no acababa de volver en mí... me sentía tan... - luego... arreglamos... co-ra... -zón...

Eso dije. Casi sin pensar, tal vez sin pensar. Poco a poco volví en mí. Me descubrí mirando la cabeza del chico, que se había decidido a chuparme un seno a través de la malla, y más abajo de allí, su pene, erecto y rojizo de nuevo; supe que estaba listo otra vez... sus manos me acariciaban las nalgas... y mi entrepierna estaba tan húmeda... quizás goteaba, pero no podía verlo por la falda... pero el sentimiento más fuerte de todos era el de que mi novio no había querido aparecer... estaría en alguna parte, quizás tras esa puerta, viendo cómo su putita se tiraba a su hermano... pensé: "...Pues si a él le parece bien... ¡Lo pasaré como una verdadera zorra y después le cobraré el show especial! ¡Que disfrute desde donde quiera que esté viendo!"

- Recargaste rápido, corazón... - le dije, acelerada y sin deseo alguno de pensar en ninguna consecuencia.

- Estuviste mucho rato así... -respondió abandonando mi seno, dejándomelo ver envuelto aún por esa malla de dos centímetros entre las hebras que realzaba más de lo que cubría y hora era atravezada por mi pezón, duro casi hasta el dolor, a menos que él se lo echara a la boca...

- No pudo haber sido tanto, mi rey... yo sé... de hombres... les toma diez minutos mínimo... - no, no quería pensar en cómo estaba hablando, sólo quería hacerlo todo sin preocuparme...

- Entonces no sé... - respondió un poco sorprendido. Y añadió, como inseguro de su respuesta: - No hay reloj...

- Créeme, eres un semental... - le dije viéndolo a los ojos con lascivia, y añadiendo para volar en calentura: - y es hora de que pruebes tu verga conmigo... sostenla...

Me enderecé, solté las amarraderas laterales que tan convenientemente tenía la tanga y la puse a un lado junto al gabán, saqué de éste un condón, se lo puse, aunque con un poquito de esfuerzo, y luego rodeé su torso mejor con las piernas; sentí sus manos frente a mí sosteniéndolo para que entrara sin resistirse, y me lo metí más bien rápido, empezando a moverme de inmediato impulsada igual por el miedo y las ganas. Era cálido y uniforme, y a pesar de la pequeña diferencia con el de mi novio, sentí en qué se diferenciaban, y actué en consecuencia: me eché más hacia adelante de lo que lo hacía con él, apretando de atrás, para sentir mejor su roce el punto G. Él, por su puesto, lo disfrutaba mucho y se había separado de mis pechos...

- Chúpame las tetas, papi... las chupas rico... - le dije sin detenerme... y añadiendo con una emocionante vergüenza que me hizo reír un poco: - Y... ¿Cómo... te llamabas?

Él me respondió sonriendo con su nombre y empezó a chupar y acariciar una vez me subí la malla descubriéndolo oficialmente. No me reconocia a mí misma... realmente era como si fuera otra... y disfrutaba tanto esa sensación de estar viviendo sin presiones... sin pensar en el pasado ni en el futuro... me sentía tan libre...

Lo estaba disfrutando demasiado, así que empecé a gritar un poco entre actuando, a propósito, y sin querer, como aquella vez en mi casa, y de algún modo sentí que era "divertido", así que sonreía también. Todo mientras subía y bajaba sin poder (ni querer) detenerme... quería restregarme ese pene casi desconocido hasta olvidarme de todo... lo hice por mucho tiempo hasta que finalmente tuvo un segundo orgasmo, y ver su cara de placer a pesar de ser alguien cuyo nombre había oído hacía dos minutos, saber que yo la causé, y que él realmente pensaba de mí que yo era una prosti... hizo que también llegara yo, haciéndome retorcer de placer, dichosa de estar viviendo uno de los mejores orgasmos de mi vida; me sentí tan plena que mi mente se puso en blanco, y estuve así, disfrutando las intansas contracciones, más segundos que de costumbre.

Finalmente me dejé caer suavemente sobre él, sin perder, ni quierer quitarme, una sonrisa que se negaba a abandonar mi cara, y ahí, sin sacarlo ni moverme, apoyada con las manos en sus hombros, cerré los ojos unos segundos... no estoy segura, pero creo haberme quedado dormida.

- Oye... - me dijo él. Yo "desperté" en seguida, de ahí que dude que me haya dormido realmente, quizás sólo cerré los ojos para disfrutar la relajación.

- ...Dime... mi vida...

- ¿Cuánto te debo?

Estallé en risas impulsada por la situación, y mantenida, de algún modo, por los nervios. Estuve así un rato, mientras él me veía desconcertado. Me permití seguir riendo unos segundos más... ¿qué le respondería? ¿rompería por fin la burbuja? Finalmente, sin pensarlo tanto, le dije:

- Son 50, mi rey... Pero lo hicimos tan rico que mejor no te cobro...

- ...¿¡50!?

- Sí... es lo que normalmente vale... ¡Creo!... ¡Ja, ja, ja, ja, ja!

- ...

- ¿Por?

- Creí que costaría más... - me sorprendió un poco oír eso, pero sonreí y dije: - Gracias, eso me hace pensar que tengo buena mercancía...

- ¡La tienes! Podrías... hacerte rica...

- ... - no sabía qué decirle... ni qué sentir... - Gracias, amor, pero... no todo es tan fácil.

Me sentí un poco triste. Tal vez sentía culpa, o algo así; ya habíamos terminado, así que me organicé la malla, me levanté, me puse la tanga otra vez, que estaba un poco fría pues en su momento se había empapado entre mis piernas, y luego el gabán. Él pareció notar mis sentimientos y me acarició tiernamente la espalda; quién sabe qué clase de historia heroica se imaginaría el muchachito, sabiendo las serias necesidades por las que muchas mujeres entran a eso... sentí que respetaba un poco más la profesión más antigua del mundo, y sonreí; él debió haber creído que era por su consuelo, yo sabía que era por eso y por mil cosas más.

Finalmente dije:

- Bueno... ¿y tu hermano no piensa aparecer? ¿O es que los servicios en realidad eran para ti y debo cobrarle a él?

- No lo sé... cuando llegaste entró al cuarto [de San Alejo], me mandó a abrir, y dijo que saldría pronto...

Era hora de ver a ese idiota.

- ¿Miramos? Tal vez le haya pasado algo... - y de repente temí que quizás sí... :O

- ¡Vale!

Se acercó a la puerta, y la abrió hacia adentro. Palidecí: la esquina inferior de la puerta chocó con la cabeza boca abajo de mi estúpido novio; su cuerpo, más alla, extendido sobre el piso, y por desgracia perfectamente unido a la cabeza; sus brazos dispuestos como cuando se cansa de hacer flexiones de pecho. Me asusté horriblemente y grité su nombre corriendo en su auxilio. Su hermano también se asustó.

Me arrodillé y, contrario a lo que se debe hacer, le dí la vuelta, sin reparar en que en caso de que hubiera sufrido una lesión en el cuello habría podido empeorarla... ojalá hubiera sido así... y lo llamé, sintiendo que estaba en una versión real de un maldito drama de televisión. El idiota, que tenía un negro (hematoma) en la cara, seguramente por la caída, abrió los ojos...

- ¿Estás bien?

- ...hola, amor... - respondió amodorrado...

- ¿Te pasó algo?

- ...hmmm... ¿dónde está la...?

- ¡Se fue! - dijo su hermano viendo un vaso de plástico tirado a dos metros del imbécil junto a una caja, que de repente mostraba un sobresalto.

Viendo que me he extendido, no haré más larga la historia sabiendo dónde estamos. Mejor les explicaré lo que le había pasado: cuando el idiota entró al cuarto, agarró el vaso con la araña, que en ese momento estaba cerrado, y lo abrió... ¡o sea que sí quería echármela encima el muy guevón, y me estaba haciendo creer otra cosa! Pero la araña salió, él trató de atraparla porque se le había subido a la mano, y ella, que no es gravemente venenosa, lo picó... y aquí viene lo estúpido: resulta que no lo sabíamos, pero él tenía dos cosas por descubrir: por un lado, es un cobarde de segunda base, o sea, de los que matan el tigre pero se asustan con el cuero, y segundo, tiene problemas de baja tensión; así que cuando el bicho le clavó los... "dientes", o como se llamen, él entró en pánico, pero antes de llegar a la puerta se descompensó y cayó al piso desmayado. Y al parecer no había dormido la noche anterior, así que eso hizo que su insignificante cerebro "aprovechara"... ¡para echarse una siesta de la que no lo espertaron ni mis gritos de puta!

Fue una conversación de longitud moderada, llena de risa y nerviosismo de parte de... de su hermano... y de parte mía... porque eso significaba que...

Pero su hermano, siendo su hermano, también tiene sus... limitaciones... así que le dijo finalmente algo así como...

- No te preocupes, yo le pagaré...

- ¿A... quién? - preguntó el imbécil frunciendo el ceño.

- A [Yuri]. Ahora sé en qué trabaja, y no hay problema, yo les guardaré el secreto. Gracias, hermano.

- ¡¡¡¿¿GRACIAS POR QUÉ?!!! - preguntó el baboso, palideciendo y enojándose, porque estaba teniendo LA epifanía de su vida...

- !!...Gracias... por... ella... gkj... lo pasé muy...

- ¡¡¡¡¿¿¿QUE, QUÉ???!!!!

...

¿Quieren saber qué pasó entonces?

...

¿Sí?

...

Si no quieren, ya pueden dejar el relato, porque no habrá más sexo por hoy... supongo...

...

...

¡Ja, ja, ja, ja!

...

Pues puede que ya se lo hayan imaginado. El imbécil montó en una cólera que echaba chispas, escapó de mí violentamente, y antes de que yo pudiera detenerlo se le tiró encima a su hermano acomodándole puñetazo de por medio; yo traté de intervenir, pero sentí que podría pegarme si lo agarraba... así que vi... XD Vi cómo el hermano de mi novio acababa de convertirse en hombre recibiendo la paliza de su vida por haber tenido sexo con la mujer de otro. XD

- ¡Yo... pensé... que estabas viendo... y... y no te importaba! - medio-oí defenderse al hermano logrando el efecto contrario a calmar al imbécil.

Y ya no dijo nada más XD; desde una distancia segura, finalmente logré detener al idiota diciéndole que todo fue un error y que si seguía así podía terminar matándolo.

Él se levantó, todavía enfurecido, entre otras cosas porque yo no podía dejar de medio-contener la risa a pesar de ver la sangre del pobre chico, y me echó:

- ¡Se larga de aquí, puta, no la quiero volver a ver!

Y yo no sabía si llorar o seguir riendo... pero me fui, atragantada de emociones, para respetar su enojo, y por cuestiones maquiavélicas.

Por su puesto, no fui muy lejos, pues me preocupaba loque pudiera pasar, y oí a escondidas parándome tras el muro de la casa junto a una ventana medio abierta; no se veía, pero sí se oía (lo cual me hizo pensar ciertas cosas...).

- ¿Está bien?... - dijo mi novio...

- ...

- Tranquilo... ya... llamo una ambulancia...

- ¡No! - dijo lo que quedaba de su hermanito XD - ¡Yo edtoy bied!

- ¿Qué? - preguntó porque realmente no se le entendía bien... sería por los golpes en las mejillas y la boca...

- Que... yo subo... y be labo la cada... do pasa dada.

- ¿De verdá?

- Sí... sí... sólo do me pegue más... de veddá...

- ¡Vaya a ver, malparido!

- Síi... síi... ¡Peddón, peddón!...

Y oí pasos corriendo, y pasos lentos fuertes amenazando. Casi muero de risa. Volví a casa antes de darme cuenta de que no me había echado ninguna menta a la boca esta vez.

Lo llamé, y no contestaba. No timbraba, de hecho. No decía nada en redes sociales. Así que ese día, y los siguientes. Me asusté un poco, y un día fui a escondidas en la mañana, a la hora a la que ambos salían a trabajar; él salió primero, normal pero con aura malgeniada, y luego su hermano, con... "unas cuantas" venditas para las partes de la cara que se rompieron por los golpes. ¡Pobrecito! Pensé en ir a darle apoyo moral, porque se veía un poco mal, pero habría sido peligroso: si mi novio volvía, podía ponerse violento otra vez y de pronto acabarse la relación... temí un poco por mí también, pero lo amo, y dudo que él pueda llegar a hacerme algo así...

Y a la semana siguiente, el sábado en la noche, apareció disfrazado en la puerta de mi casa con ropa rara y un barba grande... se notaba que era él, pero hablaba con otra voz... o mejor dicho, con la de él, pero la agravaba para sonar distinto:

- Buenos días. Me dijeron que aquí trabaja una puta a la que no se puede dejar sola ni con un mocoso de mierda.

- ...! - me sorprendió, pero de inmediato supe para dónde iba la conversación... así que respondí, un poco nerviosa de todos modos, con la actitud adecuada, a pesar de que estaba vestida normal... con la ropa con la que había atendido la visita de unas amigas durante el día -: Te dijeron bien, amor... ¿vienes por un servicio?

- Si le parece. ...¿Cuánto cobra?

- A 60 el básico...

- ¡¿60?! -me reí para mis adentros.

- Sí, amor, por la inflación subí el precio esta semana... - lo vi con ganas de echar para atrás el "personaje", seguro a ver si le rebajaba... añadí: y 25 el oral, y 80 el anal.

- ... - se lo pensó unos segundos; respondió finalmente: - Listo. Quiero lo básico. Tome 30. Le doy el resto después.

- Bueno, corazón... - le dije, recibiéndole excitada los billetes... había sentido realmente la falta de sexo durante todos esos días y no me había masturbado siquiera... y volvía así...

Cerró la puerta, me cogió de la cintura, y cuando creí que me iba a llevar a la habitación, me subió la blusa:

- Vamos a hacerlo aquí, puta...

- ... como quieras, amor...

- Y qué, ¿cómo va el negocio? - preguntó mientras me desnudaba... como a un maniquí.

- Bien, amor... con clientes buenos y clientes no tan buenos...

- ¿Y sí le gusta hacer esto? - sentí una punzada... quería decir la "verdad", y la dije, con el corazón en la garganta:

- Mucho, corazón, si por mí fuera, sería puta de tiempo completo...

- ¿De verdad?

- De verdad, mi rey...

- ¿Y por qué no lo hace? - ya estaba desnuda; empezó a manosearme la vulva... yo estaba tan caliente que... volví a decir... la "verdad"...

- Porque tengo novio y lo amo...

- ¿Sólo por eso?

- Sí, mi vida... - de dije, sintiéndome emocionalmente vulnerable...

- Y si él le diera permiso para eso... ¿lo haría?

Y volví a decir la "verdad":

- De pronto, corazón... - pasó una eternidad de espera en un segundo...

- Pues pregúntele cuando lo vea... quién quita...

Y ya no dijo nada más. Sólo me tocó hasta el último rincón, me besó toda, y me penetró después de ponerse el condón, haciéndolo hasta acabar. Más tarde se lo chupé... o mejor dicho, me lo metió por la boca y lo movió hasta correrse... lo tragué con gusto, poseída por el un sentimiento paradisíaco; más tarde me dio entonces por detrás... dos veces, en realidad... tocamos el cielo esa noche, y lloré un poco mientras lo hicimos. Fue sublime.

Al otro día, cuando desperté, él ya no estaba; pero sobre mi mesa había 240000 pesos, y una nota: "Yo también tengo novia y la amo. Llámalo, seguro él te extraña.".

Llamé de inmediato.

...

Y sí, tal vez el imbécil sea el emor de mi vida. ¡Quién sabe! :)

De pronto nos vemos otro día; lo pasé muy bien hoy, y nos reímos mucho. :)