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DE VISITA EN CASA DE MI AMIGA (tercera parte)

en Erotismo y Amor

Después del mensaje recibido la noche anterior, me pregunté ¿cómo habrá conseguido mi numero?, la emoción no disminuía con ésto, pero me hacía dudar si era ella, simplemente ¡no lo podía creer!.

Al no poder creerlo, no contesté, pasé la noche pensando. No sabía qué excusa inventar a mi amiga, cuando me invitara a su casa, pero pensaba aún más, queé excusa decir para que me invitara.

Sin duda, una telaraña de pensamientos, me encantaba la idea de verla otra vez, pero al mismo tiempo no sabía cómo reaccionar estando mí amiga también presente, era una sensación completamente nueva para mí, nunca me había gustado una mujer, tanto como la mamá de mi amiga.

Los días pasaron y fueron semanas de exámenes, por lo que la convivencia con mi amiga se vio afectada, pero los mensajes no dejaron de llegar al móvil, y por supuesto, llego el momento, en que no resistí, y comencé a responder, con cautela, pero todas las dudas se disiparon, cuando después de responder por primera vez, menciono el beso que nos dimos en fuera de mi casa, ese día no había nadie más que ella y yo, así que no había duda, me convencí que era ella, y que le interesaba tanto, como ella a mí.

Después de corroborar su identidad, le dije que la única vez que habíamos ido al cine, también me había gustado la película, que me había dejado muy excitada, y que me hubiera gustado disfrutar más de su cuerpo, y ella me dijo que no desesperara que ya llegaría el momento, con esta respuesta me di cuenta que todo esto no quedaría en mensajes.

Ocasionalmente recibía fotos, ¡uf!, ¡qué fotos!, con lencería de encaje que dejaba entrever sus pezones y su vagina, pero dejando un poco todavía a la imaginación, que sin duda me calentaban mucho y hacia que me comenzara a tocar.

Otras veces después de recibir las fotos, me decía que tendría una gran faena de sexo con su esposo, algo que hacia despertar mi excitación donde quiera que estuviese, incluso llegue a tocarme en algún baño de la facultad, lo que más me mojaba era pensar en ellos haciéndolo, imaginándola desnuda y gimiendo de placer. Otras veces imaginaba el momento en que estuviera con ella, y esas imágenes me excitaban aún más.

Así pasaron los días y me gustaba cada vez más la idea de verla, por los exámenes,, trabajos finales, etc. Seguíamos sin poder convivir mucho mi amiga y yo, y cuando la veía ya no me sentía incomoda con ella por lo que estaba pasando con su mamá.

Las vacaciones llegaron y entonces por fin pudimos convivir más mi amiga y yo, hasta que el ultimo día de clases, me invito a comer a su casa, inmediatamente acepte, y aunque siempre había sido así, ésta vez, la razón no era solo convivir con mi amiga sino ver a su mamá y por qué no, tener algún acercamiento.

Nos fuimos juntas y llegamos un par de horas antes de la comida, su mama no estaba, así que subimos a su habitación, cuando de pronto se escuchó la puerta de la entrada y escuché una voz que me estremeció, era su mamá diciendo que ya había llegado, mi amiga respondió y dijo que estaba conmigo, hubo un momento de silencio, y después su mamá le ordenó que bajara a ayudarle a cocinar, mi amiga enfadada me dijo que no quería, pero yo, no por buena amiga sino por estar cerca de su mamá, le insistí que sería bueno bajar a ayudar, así que se convenció y bajamos.

Entró primero mi amiga y con enfado, le pregunto que en qué la ayudaba, mientras ella se giraba para vernos, yo quede impactada con su belleza, llevaba una camisa blanca, un collar sencillo pero lo suficientemente visible en su cuello, un pantalón negro, zapato bajo cabello amarrado pero un poco despeinado, en ese momento solo dije hola, y después me acerque para saludarla de beso, fue de esos momentos en que saludas delicada y suavemente para besar lo más cerca a la boca y además disfrutar el momento. Me alejé unos pasos, y le dijo a mi amiga que preparara un poco de agua de sabor, así que eso comenzó a hacer, yo pregunte que podía hacer, pero me dijo que no era necesario, insistí, me dijo que podía ayudar a poner la mesa y eso hice.

Mientras estaba poniendo la mesa, entraba y salía de la cocina, algunas cosas sabía dónde encontrarlas por el tiempo que llegaba a pasar con mi amiga, pero algunas otras debía preguntar y era de lo mejor poder cruzar palabra con ella.

Mi amiga terminó, y dijo que iría a la tienda por algo que se le había antojado, me dijo que si no la acompañaba, le dije que no, que me quedaría terminar de acomodar la mesa, que además la tienda estaba a un par de casas de la suya, seguí acomodando cosas, cuando escuché que ella salió.

Regresé a la cocina y comencé a lavar unos platos que estaban sucios, su mamá estaba de mi lado izquierdo cortando algunas verduras, cuando , dijo que le daba gusto verme, me voltee, me recargué y mientras me secaba las manos le decía que a mi también me encanta verla, aunque me gustaría más verla en otras circunstancias, me paré detrás de ella, tomé sus caderas entre mis manos, mientras le decía que tenía un cuerpo hermoso, acerque mi cuerpo al de ella y poco a poco metí mi mano bajo su blusa, mientras comenzaba a besar su cuello, subí mi mano hasta su sostén, y suavemente metí mi mano bajo él, toque sus pechos, y los pezones más firmes cada vez, ella volteo la cabeza para poder besarnos en la boca.

Nos besamos apasionadamente, ella metía su lengua en mi boca, acariciábamos nuestras lenguas, y yo desabrochaba el botón de su pantalón, metí mi mano, estaba mojada, comencé por presionar sus labios para que sintiera presión después los abrí y acaricie suavemente su clítoris, cuando estaba por llegar al orgasmo, metí dos dedos en su vagina, comenzaba a hacer ruidos así que le tape la boca y seguí besando su cuello, cuando de repente escuchamos la puerta de la entrada, me aparté rápidamente, y ella se acomodó del pantalón y la blusa.

Mi amiga entró sin darse cuenta de nada, y traía en una bolsa de plástico varias cosas, como frituras, pastelitos, etc. que sacó y puso en un plato, me senté a la mesa y comenzamos a comer, le dijo a su mamá que si no quería, ella dijo que si, que en un momento, dio un gran suspiro y se giró para comer y platicar, cuando lo hizo y comenzamos a platicar de diversas cosas, yo tome una fritura la comí y con toda intención chupe mis dedos, ella sabía que no me había lavado la mano después de tocarla, demostrándole así que estaba ansiosa por probar cada parte de ella.

Terminó de cocinar, comimos y me fui a mi casa, más tarde le escribí que me encantó estar cerca de ella y poder tocarla, ella respondió diciendo que le había gustado, que pronto podríamos vernos y estar juntas.

Los días pasaron y seguí hablando con mi amiga ocasionalmente, platicando de cosas comunes del día a día.

Un día recibí un mensaje de esa persona que se había vuelto especial, y me dijo que fuera a su casa; a la casa de mi amiga.

Sin dudarlo, asistí, sabía que no sería la visita que quería, pero con verla quedaba satisfecha.

Llegué a su casa, estaba parada frente a la puerta de la calle, y con nerviosismo toque el timbre, nadie respondió, pero sabía que me habían visto desde dentro, después de unos segundos, la puerta se abrió, era ella, me invitó a pasar, le pregunté por mi amiga, disimulando que quería saber cómo estaba, cuando en realidad quería saber dónde estaba, para saber si estábamos solas o no, me dijo que había salido a una reunión para pedir información sobre un campamento para no pasar todas las vacaciones en casa, me preguntó si no me interesaría asistir, y sin mucho pensar dije que no, que me gustaba más quedarme.

Entramos y me senté en el sofá, ella me ofreció algo de tomar, y por supuesto, a esta edad, ya tomaba cosas más fuertes que una soda con hielos, así que le pedí un whisky en las rocas, me lo sirvió y se sentó junto a mí, el tema de conversación cambio abruptamente cuando me dijo que le gustaba mucho verme, y más le gustaba que estuviera en su casa, para hacerle compañía, mientras lo decía, acariciaba mi mejilla con su mano y tocaba mis labios, hasta que finalmente sus labios llegaron a los míos, comenzó dando besos cortos, suaves, en mis labios, sacaba su lengua y recorría mis labios con ella, comencé a besarla suavemente, por momentos tomaba su labio entre mis dientes, y lo saboreaba con mi lengua, mientras comenzaba a desabotonar su blusa.

Se acercó más a mí, sin dejar de besarnos se quito por completo la blusa, traía el sostén de encaje que tanto me había gustado en las fotos que me enviaba, tocaba sus pechos y los besos iban siendo más apasionados cada vez, ella me saco la playera que llevaba ese día, sacó mis pechos por encima del sostén y comenzó a besarlos, a lamer mis pezones y darles pequeñas mordidas.

Se levantó del sofá, y de pie frente a mí, desabrocho su falda, se giró y con movimientos sensuales se agacho para quitársela, ahora podía ver sus nalgas, estiré el brazo para tocarla y con movimiento brusco la alejó, eso me calentó aún más.

Se giró y caminó hacia mí, se arrodilló y se metió entre mis piernas para besar mi cuello mientras me quitaba el sostén, bajó besando entre mis pechos y al llegar a mi ombligo, desabotonó mis jeans, con su cara muy cerca de mí, me quitó los pantalones, me excitaba mucho sentir su respiración tan cerca.

Me quitó las bragas, abrió mis piernas y comenzó a besar mis muslos, mi respiración se agitaba cada vez más, hasta que con sus manos me tocó, puso su lengua sobre mi clítoris, y sin moverla demasiado comenzó a presionarlo, empezó a mover su lengua, arriba, abajo, no solo lamiendo con la parte anterior sino también con la posterior de su lengua, produciéndome sensaciones increíbles, después hacia presión con su lengua y succionaba.

Después poco a poco, introdujo sus dedos en mi vagina, los metía poco y los sacaba, después los dejaba dentro, haciendo leves movimientos circulares, mientras seguía lamiendo mi clítoris.

Era fascinante como me tocaba, me tenía muy excitada, además de que me encantaba sentir el peligro de que alguien pudiera llegar y nos encontrara en el sofá de la sala, me siguió tocando con sus dedos en mi vagina y su lengua en mi clítoris, hicieron que llegara a un orgasmo maravilloso, que mi cuerpo temblaba y se estremecía de placer.

Saco su mano de mi vagina y subió besando mi abdomen tocando y besando mis pezones, me besaba el cuello, hasta que llegó a mi boca, nos seguimos besando, y entonces comencé a tocar todo su cuerpo, quise recostarla en el sofá, pero ella me tomó de las manos y las inmovilizo, quise seguirla besando y se alejó, me encantaba ese juego de dominación.

Se levantó y sensualmente se quitó las bragas y el sostén, le dije que me encantaba lo que veía, y se sentó en mis piernas, con su espalda frente a mí, toqué su espalda desde el cuello hasta llegar a sus nalgas, subí mis manos por su costado y comencé a tocar sus pechos mientras besaba su espalda, después la acerque a mí, hasta que mis pechos tocaron su espalda, levantó sus brazos y tomó mi cabeza, sentía sus manos entre mi cabello, mientras nos besábamos.

Comencé a tocar su abdomen a mover mis manos por todo su cuerpo, hasta que la excitación era tanta que introduje mis dedos en su húmeda vagina, se estremeció, ella comenzó a mover sus caderas disfrutando la penetración de mis dedos.

Con la otra mano acariciaba todo su cuerpo, le rasguñaba un poco, después, mis dedos los deje más rígidos y comencé a tocarla en el llamado “punto G”, le fascinaba, me decía que no dejara de hacerlo, su cuerpo temblaba, ¡Gritaba de placer!, pellizcaba un poco sus pezones, no dejaba de estimularla, cabalgaba sobre mi mano, hasta que llego al momento cumbre, ¡una explosión de placer!, en mis dedos sentí como su vagina tenia contracciones, su cuerpo temblaba, y terminó agotado después de tan placentera sensación.

Se quedó sentada sobre mí, y nos seguimos besando, después nos recostamos en el sofá y yo puse mi cabeza cerca de sus pechos, mientras conversábamos.

De repente escuchamos ruidos en el patio, perdimos la noción del tiempo, ¡mi amiga había llegado!, nos levantamos corriendo como pude encontré mi ropa y me metí al baño, ella tomo su ropa y subió las escaleras para su habitación, mi amiga entro y después de unos minutos, Salí del baño, y un poco sorprendida me pregunto qué hacía ahí, le dije que no tenía mucho que había llegado, que la había ido a buscar y que su mamá me había dicho que no tardaría en llegar.

En ese momento bajaba su mamá por las escaleras con una bata de baño, al ver la cara de desconcierto de mi amiga, su mamá argumentó que se metería a bañar porque había estado trabajando en el jardín y estaba agotada.

Mi amiga quedo un poco convencida, me quede con ella platicando un poco, y llegada la noche, me fui a casa.

Al llegar recibí, un texto: “me encantó lo que pasó, nunca había sentido algo tan intenso”.

Así pasaron los días entre mensajes, y visitas a su casa durante las vacaciones, siempre con jugando a no ser descubiertas, aumentando la emoción.

Hasta que un día, sin más, me dijo que se irían de la ciudad, a su esposo lo habían ascendido de puesto, pero ahora su trabajo seria en otra ciudad.

Todo fue tan rápido que entre la mudanza y la búsqueda una nueva casa, no tuvimos tiempo de despedirnos en persona, pero sin duda no olvidaré a esa persona especial y sobre todo no olvidare esos días de visita en casa de mi amiga…