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Con mi vecino, el camionero.

en Gays

Todo comenzó con una tontería, me descargué grindr por curiosear a las 7:00 de la mañana. Al instante recibí como 20 mensajes de desconocidos preguntando si quería follar, pero solo uno me llamó la atención.

Estaba a 180 metros de mi, casi tuve que ir al salón de mi casa por si alguien se me había colado, pero no... Era mi vecino de al lado.

Hablé con él y le dejé claro de no buscaba nada, solo curiosear. Quedamos en conocernos un poco más y quedar a tomar algo.

Anoche cuando llegué del trabajo me escribió y me propuso quedar, al principio no quería... Pero poco a poco me fue convenciendo. Bajamos al portal y me pidió que le acompañase al garaje para recoger unas bolsas...para mi sorpresa, cuando llegamos al garaje él se sacó su polla ya erecta y ante mi cara de sorpresa, me invitó a tocarla.

Dudoso de mi, me agarró la mano y pude sentir ese calor inmenso y la dureza de una buena polla. Casi podía sentir su sangre corriendo por aquel rabo, entré prácticamente en un trance del cuál solo salí cuando su mano me fue forzando a bajar poco a poco y me vi con su glande en mi boca. Como si de un sueño despertase, estaba chupando la polla a mi vecino en el garaje de nuestra urbanización.

Levanté la mirada y pude ver su sonrisa, mezclada con un éxtasis profundo y ya todo me dio igual...seguí chupando aquella polla, como si me fuera la vida en ello.

De repente, todo paro y me dijo:"Ven, No quiero que esto termine así de fácil". Me llevó a un trastero donde entramos chocando con todo lo que teníamos en nuestro camino. Al momento me dio la vuelta y comenzó a morderme el cuello con locura, mientras me desabrochaba el cinturón y me bajaba los boxers. Como quien no quiere la cosa, estaba desnudo de cintura para abajo y con el culo dispuesto a esa fiesta.

Él se agachó y comenzó a comerme el ano, siento aún su lengua entrar y salir de mi virginal orificio, tanto que cuando empecé a sentir la presión de su polla no me importó lo más mínimo el dolor... Estaba en una nube.

De nuevo, notando el frío de la noche en mis nalgas y a la vez el calor de su polla en mi interior comenzó una follada que hacía que estuviera mas tiempo comiendo la pared que sujeto por mis brazos. Así, hasta que note como su cuerpo se convulsionaba y sin que le diera tiempo entre grito y grito se corrió dentro de mi, llenando todo mi interior de su leche.

Me pidió perdón por el espectáculo, cosa que al momento negué...en el fondo me había encantado aquello.

Me limpié como pude, me vestí y le prometí volver a vernos... Pero esta vez, no sería yo quien se comería la pared.

Llegué a mi casa algo dolorido por la intensidad y me propuse recrear lo que acababa de pasar. Acabé masturbándome, después ducha y me tire en la cama mirando al techo y pensando en mi vida. Me dormí plácidamente, esperando el momento de volver a encender el fuego de esa noche.