El dolor de los pobres ante el derecho de pernada de que imponen los ricos
Así, métemela toda, hasta el fondo... ¡aaagggg! Será nuestro último polvo...
¿Preliminares?, no, estas confesiones no lo son; pero bien pudieran serlo de un nuevo relato para la sección de Sexo con Maduras si es que les gusta la idea. De lo contrario, siento haberles defraudado y robado su tiempo.
Cuando llegué a España, descubrí que había caído en manos de la mafia. Mi destino, como el de muchas, no era otro que abrirme de piernas y darle el culo a cuantos estuviesen dispuestos a gastarse el dinero...
Aquí, sobre esta cama de hierba, bajo las de estrellas junio, deja que te desnude, que descubra al estío esos dos quesos gallegos...
...Se la acerqué, apoyé la punta en el comienzo de su raja. ¡Aaaggg!, gimió casi a gritos. Y se cubrió el sexo con la mano. No, no me la metas; dentro no. Un escalofrío me zarandeó de la nuca a los huevos. Apreté los dientes, el culo y cerré los ojos con todas mis fuerzas...
Abre el portal, regresa. Afuera queda la calle, la noche, los neones rojos y la música desgarrada...