Por eso me perturbé el segundo día del segundo curso, durante la segunda hora de Investigación del Medio, embelesada por sus ojos incoloros, atravesada por esa llama en forma de invisible dardo que lanzan los hombres carnales y jugosos como Néstor. ¿Aprovechas el descanso para tomar un café?.
Abogado pulcro y elitista, pagado de sí mismo, interiormente un rotundo egoísta, gustaba de presumir de su dúplex de medio millón pagado en ocho años, su agenda de contactos, los doscientos veinticinco euros la hora que cobraba por llevar asuntos verdaderamente apestosos, su mujer etiqueta de las que se casan con uno para lucir y termina siendo ella la lucida, su ideario rotunda y fariseamente conservador .tan católico de misa dominical que, sin embargo, no parecían impedirle el follarse a Esme, a su gran amiga, con aquel torbellino de ritmo que provocaba el tremendo y desasosegante empentón carne contra carne y los gritos casi histéricos de ella .!mete, mete, mete siii, mete!!.
Miedo. Miedo y ganas de salir a escape. De verdad no sé por qué no lo hice, que pasaba por mi cabeza. ¿Qué haces aquí? me preguntaba. Pero todo se borró cuando me abrazó desde atrás y comenzó a besarme el cuello.
Y aceleró con tal saña que sus uñas abrieron surco sangriento en mi trasero, mi pobre trasero, estremecido, desacostumbrado a semejante ardor, a semejante amante, obligándolo a hincarse tan adentro que creí rozar las paredes del placer eterno, ocultas dentro del coño de la venezolana.
Porque si la expresión facial de Isabel era de por el amor de Dios no pares de meterme lo que me estás metiendo la de Alberto era otra cosa.
Veinte días después de nuestro fin de semana soriano, abrí la puerta de casa para encontrarme con su cara enrabietada .Soy profesional, hija, madre, amiga, hermana, pero nunca he sido hembra. Una puta hembra .un rostro decidido, evidente, bravo Enseñádmelo-suplicó-enseñádmelo todo.
Nos despertamos abrazados. Nos despertamos no por la alarma sino por el ruido que emitían nuestras respectivas parejas, a las tantas, aprovechando para follar con más conciencia, con más conocimiento y menos alcohol de por medio.
Lucas tiene un cuerpo para devorarlo. Que era lo que hacía, de arriba abajo. Y dejaba que se corriera sin condón ni ostias porque llegó un momento en que me parecía s tan mierda, que me hubiera encantado que criaras al hijo de otro. ¿Sabes que hacía?...¿lo sabes?.
Al fin y al cabo, tres años antes había sido yo quien pecara fuera del lecho conyugal y me pareció injusto, infantil y machista el echar un grito al cielo, pidiendo restaurar mi honor o el divorcio por una necesidad tan natural para mi como para ella.
Mi claudicación produjo el bálsamo del olvido .no, no me acordé de ninguna faceta oficial cuando chorreé en la boca de aquel amante con besos sabor a Mahou, ni cuando, asiéndo con una firmeza prodigiosa, levantándome como si de un culturista se tratara, me llevó en volandas una cama inesperadamente firme, silenciosa y sobre todo inmensa.
¿Por qué no olvidamos lo de separarnos?. Esto brotaba desde los labios de Elsa, todavía jadeante, todavía jugosos, mordidos, enrojecidos, carnales y sabrosos, recuperándose entre halitos, respirando esforzada, sudorosa, con los párpados intensamente fundidos y sus piernas abiertas y grapadas a m
El bolso cayó al suelo mientras la lengua de la chica se deshacía desde la base hasta el prepucio .arrojé los zapatos de tacón mientras volvía a meterse el miembro hasta la garganta ..desabroché lentamente cada botón del abrigo y luego la camisa mientras su mano aferraba la cabeza de la empleada obligándola a abrir la boca casi hasta la arcada .bajé la cremallera cayendo la falda mientras la saliva y la succión provocaban un gustoso ruido .avancé lenta cautivada, respirando como si el corazón sostuviera ritmo de salsa mientras la cara de aquella desconocida se giraba para mostrarme victoriosa, gozosa, cada milímetro de aquella polla invitando con la mirada a que no rechazara aquel dulce regalo.
Quiero follarte. Follarte hasta la extenuación, hasta el agotamiento
Siendo montada por aquel mastodonte deslumbrante que me penetraba con una avidez desbocada provocándome un hasta entonces ignoto multiorgasmo mientras el estiraba la espalda, cerraba los ojos, hundía su culo entre mis piernas para llenarme con unas eyaculaciones tan generosas que durante minutos parecía una fuente abierta de par en par.
Quiero verlo la interrumpí. ¿Cómo iba yo a humillarla, doblegarla, dejar que cargara con tanto peso, cercenarle la poca libertad que la crianza le dejaba?. Aunque ella traicionara, mis principios no se basaban en pisotear a ninguna hembra .menos a la que amaba. - ¿Verlo? acertó por primera vez a mirarme. - Si, quiero verlo.
El amigo Jorge nos va poco a poco, enseñando el camino. A mi con palabras, a mi mujer con....
Teniamos pendiente una cena...y muchos deseos.
Nuestro amigo Jorge, su insoportable ex y los nuevos descubrimientos de ambos.
Ana reapareció tras la cortina, esplendida y mojada, dominante y tierna, con su mirada afilada y directa, clavándose como solo ella sabía, entre las entrañas. Ella y no yo era la única en aquel piso, que había derribado las barreras. - Nunca me perderás Manuel acarició mi mano. Cuando la penetré lo hice besándola bajo el agua hirviendo, sintiendo sus piernas, cortitas y ágiles aferradas a mi cintura con un poderoso abrazo, atenazándose con mayor firmeza con cada embestida que nos propinábamos. - Ooooo Ana cielo. - Manuel, Manuel, no te pares Manuel.
Ocho años casado con ella y los preservativos y aquel chupatintas arreciaba contra su coño a carne y pelo, con toda su fuerza. Mi mujer desconocida, lejana y sumisa, se dejó tumbar y abrir de las piernas, colocándoselas sobre los hombros con una flexibilidad que desconocía. Sus pies que adoraba, sus pies que a la mínima oportunidad besaba, se estiraron a medida que aquel tronco carnoso iba poco a poco introduciéndose ..
Gasta hasta la última ordenó mientras pululaba en torno suyo. Ella se masturbaba con aquel prodigioso instrumento .sus ojos abiertos, sus piernas alzadas, sus pies apuntados, el primer orgasmo, por sorpresa, soltando su corrida sobre el colchón y dándose la vuelta para metérselo por el culo No dejes de disparar o te capo amenazó con el rostro mezcla de placer y dolor con cada centímetro que le estaba entrando Ayúdame, mételo entero. ¡Entero joder, entero!.
Pero tanto a mi como a ella, en el segundo sin retorno, nos daba absolutamente igual que Javi se desvelara, nos sorprendiera y decidiera si se unía en trío o sacaba la espada. La primera lechada, aun con luz tan escasa, le hizo abrir los ojos, como si le desbocara el sentir mi semen abriéndose paso
Antes de hacerlo, metí un dedo, dos, tres y su coño se abrió como si hubiera soñado durante meses con aquello. - Hace mucho que no he visto uno tan mojado. Cuando se la metí, jugué a ser delicado. - ¡Más fuerte ostias no me seas marica!. Y el orgullo herido hizo el resto.
El Bruno italiano que no daba una con el castellano, pero que se hacía entender de todas, todas con ese aspecto seguro y chulesco, propios de quienes fingen regresar cuando los demás ni hemos empezado. Ella no respondió. Ella se sacó la polla, se alejó con cuatro sutiles pasos para colocarse al bo
Penas sumaban cuatro horas desde que nos presentamos y sin medrar ni casi recordar nuestros nombres, ella hablaba de chispa para coartar lo que media hora antes la había llevado a insultarme mientras penetraba salvajemente la humedad de su entrepierna.