Habíamos programado un fin de semana intenso con amigos comunes, pero el diablo metió la cola. En menos de que nos pudiéramos dar cuenta, parte de mi familia eran los nuevos anfitriones que compartirían los días por venir. De allí en más, todo fue producto de las debilidades o sorpresas humanas.
Esta experiencia fue una de las más increíbles que tuve la suerte de vivir. Mi esposo se portó de maravillas, dejándome que me gocen y, a la vez, animándose él también a experimentar lo que se siente con otro hombre. Algo que nos ayudó a descubrir mucho más nuestras sensaciones.
El plan era ir a cenar y bailar para pasar un sábado especial, pero el sexo se metió de por medio y me hizo vivir una noche más que especial. Que me disfruten, a pleno, una mujer y un amigo, me hizo muy feliz.
Luego de mi experiencia en el club swinger. esta, es la experiencia que más me ayudó a abrir mi cabeza y desterrar cualquier prejuicio en materia de sexo. Lo disfruté. Esto, es lo más importante. Necesitaba contarlo.
Después de un tiempo, me animo a contar cómo empecé a frecuentar con la vida swinger dentro de mi matrimonio. Realmente la experiencia inaugural se dio de una manera muy espontanea y querida, por lo tanto, la disfruté enormemente, lo que me abrió la cabeza y me animó a seguir explorando.