Todo lo femenino ejerce sobre mí una fascinación que me ausenta tanto que puedo estar horas mirándolas y aprendiendo de ella...en el año que había pasado me habían crecido bastante las caderas y que ahora, al verme, eran notorias las curvas hacia los costados que me nacían desde la cintura.
El grito en el cielo lo puso mi papá cuando la vecina le vino con el cuento a mi mamá. Según la versión dela señora de al lado, el hermano mayor del chico con el que me dejaban jugar, que tenía como tres años más que nosotros, había sido sorprendido conmigo tomados de las manos en una situación sospechosa
Muy joven me di cuenta de lo que mi cuerpo provocaba. No hacía tres años que yo me veía como un chico esmirriado y flaquito, y a la edad en que todos los chicos crecían en músculos y contornos yo me desarrollé en centímetros y cadera
La tengo delante de mí. Entonces abro levemente los labios, como haciendo trompita, y la beso una y dos veces y me alejo para sacar la lengua
Todo tiene un comienzo y el mío fue frente a un espejo de cuerpo entero que estaba en la puerta del baño de mi casa, en el que me reflejaba cuando estaba frente al lavatorio.
A los ocho me puse mi primer vestido. Mi prima era muy insistente y no supe decirle que no. Quería que jugáramos al casamiento con otro de mis primos y me enfundó en una camisa blanca y una larga falda gitana. Hasta me acuerdo que me pintó los labios y me puso un pañuelo en la cabeza.
Jamás me había pasado. Y no sabía que me gustaría tanto. Sera por eso de que la oportunidad llama al ladrón