Meadas, azotes, lefazos y auténtica sumisión hacia mi nuevo Amo.
Iba a ser una mamada para estrenar el coche de mi amigo, pero se convirtió en algo más y terminé con el culo abierto y chorreando semen.
Con Juan, un lector de Todo Relatos que me hizo su putita.
Castigado, follado y humillado por un maduro pollón.
Vienen a reparar una mancha de humedad y acaban rebentándome el culo.
“¿Te gusta que te folle, perro?”. Yo respondía que sí, que me encantaba que me follase el culo y ser su perro.
De como en una tarde aburrida de domingo termino en casa de un maduro que me azota, me ata, me folla y me hace suyo, entre otras muchas cosas.
Continuaban sus embestidas y azotándome, estaba reducido a tan solo un trozo de carne con dos agujeros. “Te voy a llenar el culo de leche, hijo de puta”, dijo Ricardo totalmente ido.
De como vuelvo a ser el sumiso de mi primo y acato obedientemente sus caprichos.
Me ordena que le lama los pies, y mientras le lamo el izquierdo con el derecho me aplasta la cabeza contra su pie. “Te gusta esto eh” me dice, a lo que yo respondo como puedo que sí, que me encanta. Después repetimos el ejercicio con el otro pie hasta que me dice que le chupe la polla.
Y allí, entre camión y camión, me encontraba desnudo y de rodillas delante de cinco hombres con las pollas tiesas listas para ser chupadas