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Inmaculada (02)

en Grandes Series

Después de la cena, Ramón les dijo que salieran del salón, que iba a preparar algo. Las tres esperaron en el pasillo, impacientes, nerviosas. Inma les hacía cosquillas. Sus hijas reían. La metían mano.Intentaban tocarle el coño metiendole la mano entre los muslos. Le apretaban las enormes tetas. Ella se hacía la ofendida. Más risas.

-Venga, ya podeis pasar-

Entraron corriendo al salón, tropezando y riendo. Al llegar a la altura de la mesa baja, miraron pero no comprendían. Se quedaron quietas. Inmaculada, comprendía vagamente.

Ocho lineas blancas estaban extendidas por el cristal, al lado de una piedra blanca de cierto tamaño. Miró a Ramón. Este la sonreía mientras enrollaba un billete de dos mil.

-¿qué.....es esto?- preguntó inquieta

--Cinco gramos de coca peruana, que nos van a poner a tope- le contestó sonriendo

-¿qué es mama?- preguntó Cari inocente.

-Una cosa muy buena cariño- contestó Ramón

-Pero, Ramón........son niñas........y yo nunca he probado esto....-

-Dejate ahora de historias. Esto me ha valido una pasta. Es algo natural. Viene de una flor.

¿o acaso crees que te iba a dar algo malo para ti y las niñas? Es bueno para estar animoso. Mira.-

Ramón se agachó, con el billete enrollado, y aspiró dos lineas, una por cada orificio de la nariz. Las tres le miraban inmoviles.

-Mírame. ¿acaso me ves distinto?-

Inma le observó.

-No sé Ramón.....¿no pasará nada verdad?-

-Que va tía, no jodas. Anda toma.- le alcanzó el turulo

Inma lo cogió. Se agachó lentamente. Ramón le enseñó a aspirar. Dos veces. No sintió nada. El le que enseñara ahora ella a las niñas. Mientras se sentó, cogió un whisky y observó como las enseñaba. Inma comenzó a sentirse algo distinta, pero bien. Marisa snifó, después Cari; ella las guió con el cuidado de una pricipiante.

Cutro rallas después, las cosas habían cambiado. Inma estaba mejor que en su vida, y por lo que veía sus hijas tambien. Hablaban por los codos. Se metían mano. Solo Ramón no participaba. Se reía con ellas pero solo las observaba. De repente, se dirigió a ellas.

-Vamos a jugar a un juego-

-Vale!!!!!!-dijeron todas entusiasmadas.

-Inmaculada, ponte en el suelo de rodillas-

Inma se rió y obedeció rapidamente

-¿así?- preguntó encantanda

-sí, así vale. Ahora niñas quiero que escupais, insulteis y pegueis ostias a vuestra madre-

Las tres se quedaron calladas. Las niñas rieron tapándose la boca. Ramón se levantó y se puso de rodillas tras Inmaculada.

-Tu dejate llevar como siempre- le susurró al oido, mientras deslizaba la mano bajo su falda buscando su clítoris.

 

Media hora después Inma alcanzaba el mayor orgasmo de su vida, hasta casi perder la conciencia, cubierta de escupitajos, ostias e insultos cada vez más soeces de sus propias hijas. Se corrió justo en el momento en que Marisa le arreaba una sonora bofetada. Era el comienzo de su entrenamiento en Bondage y drogas.

La noche seguía a buen ritmo. Ramón instruía a Cari y Marisa, presas de gran excitación, de cómo humillar más y mejor a su madre. La mearon en la bañera. Les costó soltar el chorro, pero al final lo consiguieron, Ella abrió la boca. Se masturbaba. Se corrió.

La obligó a lamer los pies de sus hijas, a obedecerlas como una perra, a lamerlas los coñitos. Se corrieron. Se corrió. Más rayas. El se corrió sobre las tres. Las meo. Una enorme meada. Se morían de risa. Más rallas. Ató a las niñas. Le obligó a azotarlas. La masturbaba. Se corrió a mares. Después chupó a las niñas. Las hizo correrse. Más rallas.

Hizo que excitara a Cari, masturbándola y susurrándole al oido toda una enorme serie de obscenidades. La llevaba al punto. Paraba. Así seis veces. A la séptima la hizo correr. Su hija se corrió a gritos entre sus dedos y se desmayó. La dejaron. Fueron a por Marisa. Era mayor. La obligó a darle de ostias. El la sodomizó brutalmente, mientras ella la comía. Se corrió entre placer y dolor. Cayó agotada.

Después fue a por ella. La sodomizó brutalmente. Se masturbaba. Se corrieron entre alaridos. Todos durmieron.