miprimita.com

Mi vecina

en Grandes Series

Hola a todos los lectores, me llamo Juan y les voy a contar algo que me pasó con mi vecina. Verán, hace poco me mudé a un chalecito en una parcela de terreno de una urbanización. Yo soy un gran aficcionado a las aves y a los audiovisuales, hacer y montar vídeos…, por eso el chalet tenía una nave a un lado de la propiedad en donde yo podía hacer vídeos, pues tenía el equipo y que estaba lleno de ventanas para poder observar las aves que había en el bosque de detrás de la propiedad. El terreno tenía por detrás el famoso bosque, por un lado otra casa y por otro tras unos árboles que no impedían la visibilidad la casa de mi vecina.

Yo llevaba casado mucho tiempo, pero el mío había sido un matrimonio de conveniencia y nunca me preocupé demasiado de que mi mujer me fuera o no infiel ni de serlo o no. Creo que no he mencionado que soy rico, con lo cual me pasaba el día casi sin hacer nada.

Unas noches después de habernos mudado a esa casa estaba poniendo en orden mi "casita", organizando el equipo y todo eso, era bastante tarde y oí el coche de mi vecina llegar, me pareció muy raro que nadie llegara a su casa a esas horas un martes. La casa de mi vecina tenía unas ventanas muy grandes y nunca bajaba las persianas de las que daban a mi propiedad, con lo cual yo podía ver perfectamente lo que ocurría en las estancias que daban a la parte de atrás de la casa. Aún sigo agradeciendo el momento en que se me ocurrió coger los prismáticos y mirar lo que sucedía allí.

Vi cómo se encendía la luz de su habitación que era, junto con un baño, lo único que había en la planta superior. Entonces la vi entrar en la habitación, llevaba un vestido negro cortito, llegó y se tumbó en la cama, al cabo de unos minutos se levantó y encendió la televisión, se sentó a mirarla hasta que al cabo de un rato se quitó el vestido, me quedé pasmado al ver lo que llevaba por debajo.

Llevaba una especie de body o algo así hecho únicamente de tiras de cuero que se cruzaban sobre su cuerpo, podía ver sus pezones pero no su coño, pues el artilugio este terminaba como un tanga, empezó a acariciarse y se quitó el modelito, dejándome ver esos pechos que eran mucho más grandes de lo que parecían con ese artilugio puesto. Entonces pude ver su coñito con apenas unos pelillos en la rajita, ella seguía acariciándose y gimiendo, no la podía oír pero me lo imaginaba, se metió dos dedos y yo pensé que se iba a correr, pero nada más lejos, lo que hizo fue sacar un enorme consolador de debajo de la mesa y hacerlo desaparecer en su vagina como si nada, entraba y salía de una forma impresionante, y cuando salía lo hacía empapado, luego se lo dejó un rato y llegó a un orgasmo a juzgar por su expresión.

Me quedé empalmadísimo después de aquello, luego ella se fue a duchar y pude apreciar sus senos, pero esa ventana era más pequeña y no la veía de cintura para abajo, de igual modo acabé cachondísimo, cuando volví a mi casa mi mujer me preguntó por qué había tardado tanto, yo sólo pude responderle besándola mientras ella forcejeaba, entonces le sujeté las manos con una mía y con la otra le arranqué las bragas y el camisón, besé apasionadamente y mordí sus senos mientras ella me rogaba que parara aunque comenzaba a soltar algún gemido de placer, yo le había dicho alguna vez que quería tener sexo anal con ella pero ella siempre se había negado, cuando ella pensó que la iba a penetrar la até a la cama volteada y le puse la almohada bajo el estómago para tener su culito mirándome, ella se asustó, pero yo le dije que estuviera tranquila, que le iba a gustar, entonces le fui metiendo los deditos en el ano con vaselina, mientras con otra mano la acariciaba, cuando ya estaba a punto de correrse por mis caricias y yo tenía cuatro dedos en su ano, (más que suficiente para el diámetro de mi verga) se la clavé toda en el culo, gritó pero no le dolió demasiado gracias a mi preparación con los dedos, al poco rato se corrió, yo seguí bombeándola y se corrió otra vez, entonces yo derramé toda mi leche en su ano y lamí lo que le caía, todo esto lo hice pensando en mi vecina. Al cabo de un rato la desaté y ella me aseguró que, a pesar de la brutalidad había sido el mejor polvo de su vida.

Yo me lo había pasado muy bien sometiéndola, pero supe que con mi vecina todo sería diferente, tenía que conseguir follármela como fuera, pero por lo calentorra que la había visto supuse que no tendría demasiadas dificultades, al final mi sueño se realizó, pero eso se lo cuento en otro relato.