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Tiempo después con un antiguo profesor

en Jovencit@s

Sucedió meses después de que yo acabase el bachillerato con mi antiguo profesor de geografía. Soy una chica de 19 años bastante normal, sin tener un cuerpo de escándalo tampoco estoy del todo mal, pelo castaño, media melena, ojos marrones, nada espectacular, vamos, pero algún encanto debo tener…

Él fue profesor mío en segundo de BAC, me daba geografía y la verdad es que en sus clases me fijaba en algo más que los ejercicios, no era en absoluto dueño de un físico espectacular, lo que más llamaba la atención de él eran sus increíbles ojos azules, por lo demás era un hombre que rondaba los cuarenta bastante bien conservado, solía vestir bastante bien, en la línea de una persona en su situación pero combinado y todas esas cosas. Lo más interesante para mí era su actitud al dar la clase, explicaba con fluidez sin reparar en nadie en particular, parecía ignorar completamente la presencia de todos y de ninguno, es decir, nunca se fijaba demasiado en nadie, y mucho menos en mí, cosa que aumentaba tremendamente su atractivo. Esto unido a su seguridad, la impresión de tener todo bajo control que transmitía…en fin, me ponía por completo. Así transcurrió el año, debo decir que saqué una buena nota, pero nunca di a entender nada más, nada excepto mirarle a los ojos siempre que explicaba y me miraba.

Unos meses después, cuando yo ya me había mudado a otra ciudad a estudiar una carrera me volví a encontrar con él de forma azarosa. Iba a casa de una chica con la que tenía que hacer un trabajo antes del final del cuatrimestre a intentar darle un poco de ritmo a la cosa, poner en orden el trabajo y todas esas cosas, ella me había dicho que suponía que a eso de las 9 estaría en su casa, en la que yo ya había estado, así pues, me presenté allí a las 9:30 confiando en que ella estaría allí, no había demasiada distancia entre el piso donde yo vivía y el suyo, unos 20 minutos andando, el caso es que a mitad de camino comenzó a llover de una forma intensísima y estrepitosa y cuando llegué allí estaba bastante mojada a pesar de haber llevado paraguas. Llamé a la puerta e intenté meter prisa.

La casa donde vivía era una casa antigua de tres pisos, en el bajo había una vivienda, un duplex que los dueños no tenían alquilado, encima vivía ella compartiendo un piso y encima había otro, el caso es que no había portero automático ni nada parecido, solo un timbre que se oía en todos los pisos y al que no solían contestar a la primera si no estaban esperando por alguien. Pues bien, allí me tiré yo unos minutos llamando incesantemente para intentar entrar y resguardarme de la lluvia.

Al rato me abrieron la puerta y me quedé paralizada cuando lo vi allí, a Él, a mi profesor de geografía del último año…me dijo que pasara casi sin mirarme y fijándose únicamente en la fuerza de la lluvia. Una vez cerró la puerta me miró para preguntarme a qué apartamento quería ir y entonces me reconoció. Me saludó amablemente y me pareció notar un brillo en sus preciosos ojos.

Le dije que venia a ver a Marta porque teníamos que hacer un trabajo de la facultad y me dijo que no sabía si estaba. A todo esto me había hecho pasar a la vivienda que estaba situada en el bajo, la verdad es que era enorme y muy bonita, había un vestidor y una sala muy grande a la que me invitó a pasar y en la que había una chimenea encendida. Dejé mi carpeta y me quité la gabardina, que recogió amablemente y me acerqué de inmediato a la enorme biblioteca que había en esa sala, dos de las paredes estaban prácticamente cubiertas con libros de arriba abajo, literatura clásica, moderna, grandes obras del último siglo, los últimos best séller…de todo. Leía los títulos y reconocía muchas obras que yo había leído y que me habían impresionado en su momento, me di cuenta que había ignorado la presencia de mi profesor y de que estaba observando con expresión divertida mi súbito interés por su biblioteca.

Parece que te interesa mucho la literatura

Sí, siempre me ha gustado leer, la verdad es que esta biblioteca es impresionante…- dije temiendo haber sido descortés al ignorar por completo que no estaba allí para admirar sus libros.

¿Te apetece tomar algo?- me preguntó

Algo como qué…

La verdad es que aquí sólo puedo ofrecerte alcohol, acabo de llegar y aún no he estado siquiera por la cocina, no sé si hay café o algo así.

No pasa nada, un con una copa entraré en calor, lo que tomes tú.

Entonces preparó un par de copas y se acercó a la chimenea dándome una. Entonces sonó el móvil en mi bolso, lo cogí y era Marta, que me llamaba para decirme que le había surgido un imprevisto con un amigo, un pequeño accidente, nada grave y que debería pasar la noche en el hospital, que sentía las molestias y todo eso. Después de la corta conversación y de decirle que no pasaba nada, que no había problema, me acerqué a Él para coger mi copa

Era mi amiga, me ha dicho que no podrá venir, por lo visto mi noche de estudio se ha ido al garete.

Bueno, no todo en la vida es estudiar, ¿No?

Vaya, es curioso que diga eso un profesor…

Ya, me refiero a que tendrás otros momentos para el trabajo…¿qué estás estudiando?

Al final me decidí por periodismo, de todas formas, a las listas del paro vamos todos.

Ahm, si, la verdad es que es algo que podrías hacer bien…

Tuvimos una larga conversación sobre literatura y algunos temas triviales de actualidad, era un hombre sumamente inteligente y preparado, seguía conservando ese aire de indiferencia el punto chulo que tanto me había impresionado, con la diferencia de que ahora centraba su atención en mí , en mis opiniones, en los temas que sacaba…entretanto nos habíamos sentado en el sofá, no demasiado cerca, pero tampoco muy lejos… Le di un par de tragos al vodka y sentí que no me convenía beber demasiado por lo que pudiera pasar.

Vaya, no sé por qué razón la gente como tú bebe de esta forma, alcohol a palo seco y en un entorno intelectual

(Sonriendo) bueno, si, la verdad es que esto es el paraíso, un poco de tranquilidad, algo que nuble ligeramente los sentidos, un fuego y…buena compañía.- brindamos y nos acabamos las copas.

Debo advertirte que yo tengo muy poco aguante para esto del alcohol, y más a palo seco y de pronto así que volver a llenar ese vaso sería muy arriesgado…

No creo que pudiera pasar nada demasiado malo si lo intentamos, ¿no?- dijo llenándome el vaso y con una expresión divertida.

Bueno, yo solo digo que el alcohol me afecta de formas imprevisibles…

Seguro que sabes cómo te afecta, si no no estarías tan preocupada.- esta vez se había sentado más cerca y cuando había ido a dejar la botella había bajado un poco la ya de por sí poca luz…mm

Sí, algunos síntomas son bastante comunes, me vuelvo mucho más indiscreta, descarada, se van muchas de mis inhibiciones…

¿Indiscreta? Bueno, forma parte de tu futuro trabajo…- dijo dejando el vaso en la mesita que había frente al sofá. – seguro que no se te ocurre ninguna pregunta inadecuada.

Puedes apostar a que se me ocurre alguna pregunta que no querrás responder.

Inténtalo – definitivamente no eran imaginaciones mías, estábamos coqueteando.

¿Alguna vez se te ha insinuado alguna alumna?

Depende de lo que entiendas por insinuación…

Bueno, algo así… acercarse mucho, mirar muy fijamente, nos comunicamos mayoritariamente por lenguaje corporal, seguro que alguien como tú sabe interpretarlo a la perfección…- ya decía yo que el alcohol me desinhibía, dije eso acercándome a él y tocándole la camisa de forma distraída.

Sí, puede que sí.

Mmm, parece que va a salir una entrevista interesante, ¿has caído en alguna ocasión?

No, con alumnas no…-dijo sin alejarse ni un milímetro

Pero… ¿a ti te atraían también?

No siempre, sólo en algunas ocasiones…

¿Yo te atraigo?

Bueno, depende de lo que entiendas por atraer…

¿Te acostarías conmigo ahora?- no bajó la mirada, pero noté que esa pregunta lo había desarmado-Parece que he conseguido que no contestes eh…

Eso no se pregunta…se comprueba – dijo apartando ligeramente la mirada.

Eso sería extralimitarme, ¿no te parece?

Todo depende de las ganas que tengas de saberlo…- estábamos en el punto definitivo del juego, o ahora o nunca, había que tomar alguna resolución…estaba bastante nerviosa… así que decidí dar una vuelta más al asunto cambiando de tema.

¿Alguna vez has hecho un juego de distancias? – dije como si hubiese olvidado todo lo ocurrido tres segundos antes

¿Un juego de distancias? Creo que no…- no parecía demasiado contrariado por mi cambio de actitud, debía estar acostumbrado a estos juegos. Le indiqué que se levantara y se pusiera frente a mí, a una distancia cómoda para tener una conversación, así lo hizo. Después yo me alejé de él, de forma que ya no era cómodo hablar tan de lejos, y luego me acerqué a él hasta que estuvimos tan cerca que no podíamos hablar cara a cara.

Ahora estoy invadiendo tu territorialidad, y seguramente estés incómodo…

Eso es relativo, ¿no?

Hombre, sí, también cabe la posibilidad de que estés cómodo, de que no te molesten el contacto, la proximidad…la…intimidad- eso último casi se lo susurré al oído, he de decir que ya estaba bastante achispada.

Eso fue lo último, lo noté al acabar de decirlo…me rodeó con los brazos justo en el final de la espalda y nos acercamos más aún si cabía, notando nuestros cuerpos. Yo llevaba unos pantalones de tiro bastante bajo y un jersey que en ocasiones se subía un poco, sobre todo por atrás, dejando al descubierto mi espalda.

Estás helada, estos pantalones que lleváis ahora no son muy adecuados para el invierno – dijo introduciendo una de sus manos en ellos y alcanzando mi sexo, que comenzó a acariciar sin que yo opusiera resistencia

Permanecimos unos segundos así, sólo me tocaba, me acariciaba, me ponía a mil…comenzamos a besarnos, lentamente al principio y cada vez con más intensidad, rodee su cuello con mis brazos y nos apretamos más aún…no tardé demasiado en empezar a sentir un incipiente bulto en su entrepierna, comencé a desabrochar su camisa. Bajó a besarme el cuello, y yo lo conduje a que se sentara en el sofá. Me senté sobre él y me quité el jersey, quedándome con una camiseta de tirantes de lycra y el sujetador negro ( gran día para ir conjuntada con el tanga). Seguí besándole, ahora tenía el mando yo, de algún modo…él se había sentado en la esquina del sofá, por lo que nuestras partes seguían en contacto a través de la ropa y yo notaba como su excitación iba en aumento. Acarició mi tronco subiendo desde la cintura para quitarme la camiseta y le facilité la operación, entonces comenzó a besarme el pecho y me desabrochó el sujetador en un ágil movimiento, cuando hubo dejado de ser un obstáculo comenzó a besarme el pecho y chuparme los pezones de forma muy placentera para mí…mm. Entonces me agarró y me puso a mí sobre el sofá, él se puso encima, después de quitarse rápidamente los zapatos y siguió besándome todo el cuerpo, subió de nuevo a mi cuello y aproveché la oportunidad para acabar de quitarle la camisa y desabrochar su cinturón y sus pantalones, él hizo lo propio con los míos y me quitó los zapatos y los calcetines dejándome sólo con el tanga sobre el sofá. Volvió a ponerse sobre mí y a besarme, entonces yo me puse encima y le quité a él los pantalones, quedando él en ropa interior, ahora quería divertirme un poco. Me puse sobre de él y metí la mano entre su sexo y el mío, acaricié su miembro, bastante excitado ya, y jugueteé con él mientras seguía besándolo y besando su cuello. No veía su cara pero notaba por su respiración que se lo estaba pasando realmente bien. Entonces me paró, hizo que me levantara y me llevó hacia un escritorio situado justo detrás del sofá, me sentó allí y el se arrodilló frente a mí, agarro mi tanga y facilité que lo bajara por completo, acabó sobre un sillón, comenzó a besarme las piernas, los muslos, la cara interna, sabía que estaba a tope y quería hacerme sufrir.

Tenía poco vello, me había dejado solamente una línea en el centro. Comenzó a acariciarme, ya estaba absolutamente excitada después de tanto contacto, y me miró a los ojos antes de acercarse a lamerme…. Un escalofrío me recorrió de arriba abajo cuando posó su lengua sobre mi clítoris y me tumbé totalmente sobre la mesa para disfrutar completamente de las sensaciones que me aguardaban, nunca nadie había demostrado esa destreza con la lengua y los dedos, estaba excitadísima, cuando bajaba el ritmo no hacía más que pedirle que no parase, de forma casi desesperada…le encantaba. No dejó de atender ni un segundo mi clítoris con su lengua, y sucesivamente introducía uno, dos, incluso tres dedos…mmm, de una forma deliciosa. No tardé demasiado en tener un estupendo orgasmo. Me sentí en la obligación de corresponder el favor y como pude me recuperé para llevarlo a un sillón y quitarle la poca ropa que le quedaba, me arrodillé frente a él, ya tenía la verga casi en plenitud, la verdad, parece que la comidita lo había puesto a mil… le miré a los ojos como él había hecho y agarré su verga para empezar a chuparla lentamente, como si fuera un helado de hielo, en toda su longitud.

Luego le di un besito a su glande y comencé a metérmela en la boca, en cada nueva incursión metía más y más, hasta que mi garganta ya no dio para más. Noté que estaba a punto de correrse y él también, me dijo que estaba a punto, que no quería porque quería que lo hiciésemos, entonces paré. Subí por su cuerpo besándolo hasta llegar a su cara y nos besamos de nuevo. Entonces me agarró y me tumbó en el sofá del principio, se puso sobre mí y comenzó a introducirla lentamente, parecía que no iba a acabar nunca de meterla, yo estaba a tope, quería más, más rápido… él lo sabía y quería disfrutar mi deseo. Cuando estuvo totalmente dentro me acordé que no se había puesto condón y se lo dije, me dijo que no me preocupara, que no acabaría dentro. Estuvimos acoplados un tiempo que se me hizo eterno, no se movió, yo gemía y le pedía que por dios diera caña, que me penetrara de forma salvaje, que quería que me embistiera, que quería que me partiera en dos…la verdad es que dije auténticas barbaridades fruto de la excitación… pero por lo visto tuvieron su efecto. Comenzó un ligero movimiento, que aumentó rápidamente de intensidad, yo agarraba sus nalgas para ayudar, quería que llegara hasta el fondo, hasta adentro, estaba excitadísima…cuando estaba a punto de correrme de nuevo se detuvo, entonces le pedí desesperada que no parase, que no parase ahora, que necesitaba más, que le necesitaba dentro, que quería más…él pareció pensar en algo y de pronto paró, entendí lo que quería hacer. No podía con mi propia excitación, lo levanté e hice que se sentara en la esquina del sofá como al principio, había entrado en su juego, así ue me senté lentamente sobre su miembro, aguanté todo lo que pude quieta para intentar hacerle sufrir a él. Inicié unos placenteros movimientos circulares, culebreando, arqueando la espalda, y apretando la vagina…eso fue suficiente para que tuviese un orgasmo, pero seguía queriendo sexo salvaje, comencé a subir y a bajar, cabalgándolo lentamente al principio, era consciente de que estaba haciendo esfuerzos por no acabar. A medida que mi excitación seguía aumentando yo aumentaba el ritmo, cada vez más violento, cada vez más rápido, cada vez me ensartaba con más furia y rapidez… de pronto me agarró las caderas para quedar introducida lo más profundamente posible y se corrió, inundándome y provocándome un tercer orgasmo.

Lo siento, no he podido controlarme – alcanzó a decir cuando nos relajamos un poco- deberías tomar una píldora del día después o algo así.

No te preocupes, tomo la píldora, pero de todas formas prefiero hacerlo con condón para más seguridad, lo que pasa es que a veces hay imprevistos como este…

Perfecto, me dejas más tranquilo…

En cuanto recobre un poco el aliento debería irme, ya es bastante tarde…¡menuda noche eh!, ¿qué tal he estado profesor?

Deliciosa – dijo hundiendo su cara en mis pechos.

Al cabo de un rato me vestí y me marché, ambos sabíamos que no tenía sentido decir mentiras del tipo "ya te llamaré" pero ambos habíamos disfrutado de una noche inolvidable.