miprimita.com

Mi vecina (II)

en Grandes Series

Bueno, voy a continuar con mi relato sobre mi vecina. Después de aquella noche no pude volver a observarla porque mi mujer estaba preparando un viaje para ir a ver a su familia que vivían en otro país y varios días tuvimos que quedarnos en la ciudad, debido a que era muy tarde y estábamos muy cansados para volver a casa.

Una semana después, un lunes, mi mujer salió de viaje y cuando regresé al chalet me apuré a ver si mi vecina estaba en casa. No la vi por ningún sitio, entonces llamaron a la puerta, maldije mil veces porque me interrumpieran y estuve a punto de no abrir, pero al final fui a la casa, mi sorpresa fue mayúscula cuando vi ante mí a esa pedazo mujerona frente a mí con un traje de chaqueta y mini-falda espectacular.

Ho, hola.- tartamudeé

Hola, me llamo Helena, soy la vecina de esa casa- dijo señalando hacia su casa- verás es que he perdido mi guía de teléfono y necesito llamar a un fontanero, no me sale agua caliente en la ducha.

Ah, pasa, pasa, yo me llamo Juan, espera que te tomas un café mientras yo te busco uno bueno en la guía.- dije sin apartar la vista de su escote, cosa de la que sin duda se percató. Entonces adoptó una actitud totalmente diferente.

Muchas gracias, verás, no sabes lo escalofriante que puede ser sentir rodar el agua fría sobre todo el cuerpo.- dijo frotándose el cuello y bajando hasta la cintura por su seno.

Eh, si, bueno, pasa, pasa.- me estaba empalmando, pasamos al salón y se sentó cruzando las piernas y ofreciéndome una buena vista de sus muslos.

Dime, Juan, ¿qué te hizo venir a vivir aquí?.- preguntó con voz dulce.

Bueno, mi mujer quería vivir en el campo y no pude negarme.- lejos de aplacarse ella siguió.

Ah, me encantaría conocer a tu mujer, ¿está por aquí?

No, se marchó hoy una temporada de vacaciones.- dije sin apartar la vista de la guía, mi excitación era extrema.

O sea que te ha dejado solito un tiempo ¿eh?.- dijo levantándose

Sí, mira aquí tienes un buen fontanero.- le dije levantándome y dándole un papel con el número de un fontanero.

Muchísimas gracias, me has salvado la vida.- dijo con sus labios muy cerca de mi boca. Se dio la vuelta e hizo un amago de irse, pero se volvió a girar.- mira, creo que se me ocurre una forma de agradecértelo, ¿por qué no vienes mañana a cenar a mi casa?.- dijo agarrándome el paquete, a lo que yo di un respingo.

Claro, claro, iré a cenar, por supuesto.- ahh, ahh, dios me estaba cogiendo el paquete.

Bien.- dijo soltándome, se marchó y en la puerta se dio la vuelta.- te espero mañana a las nueve, con un poco de suerte juzgas tú mismo si el agua de mi ducha sale lo suficientemente caliente.- me guiñó un ojo y se fue.

Después de eso tuve que darme una ducha fría, al cabo de un rato, y todavía un poco excitado fui a observar sus ventanas, llegué justo a tiempo para ver cómo estaba el fontanero en su ducha apretando algo en los mandos, entonces salió del baño y se sentó en la habitación, ella se metió en la ducha y empezó a ducharse. Supuse que le había dicho que lo probara, estaba mirando sus senos moverse bajo el agua cuando vi que se paraba y miraba hacia la puerta del baño, enseguida miré la habitación y en lugar del fontanero vi su ropa, no me lo podía creer, ese animal era capaz de violarla.

Pero todo lo contrario, ella se rió y se lamió un pecho, después de eso el fontanero se tiró a por sus enormes senos, comenzó a lamerlos, a saborearlos, de pronto la cogió en el colo y se la debió de clavar, ella se agarró a la barra de las cortinas mientras él la follaba, ella estaba totalmente en el aire, y él no dejaba de hundirse en sus tetas, estuvieron así un rato, se movían acompasadamente, arriba y abajo, de vez en cuando ella serpenteaba con la cintura, alejando sus senos del fontanero para volver a acercárselos más, observar su cuerpo serpenteando era un espectáculo maravilloso, en algún momento también soltó la barra de la cortina quedando solo sujeta por el fontantero, él también le metía uno o dos dedos en el culo, y así siguieron, con el agua rodando sobre ellos, sobre los enormes senos de Helena…hasta que ella gritó, o eso imagino y él le mordió un pecho para ahogar un grito seguramente por haberse corrido.

Después de eso ella se siguió duchando y él se fue a la habitación, se vistió y se fue sin cobrar más que el polvo.

Entretanto yo me había estado haciendo una paja y había puesto la silla y el suelo perdidos de semen, algo parecido me esperaría a mí al día siguiente, ya no quedaba mucho.

Helena, mañana me iba a follar a Helena.