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Mi querida churri

en Lésbicos

Hola amigas, estoy aquí para contarles y compartir con ustedes una experiencia inolvidable que tuve hace unas semanas con mi actual pareja.

Llevamos ya un tiempo juntas y nos encantan los juegos sexuales que tenemos muy a menudo. Esa noche me llamó para que fuera a su departamento asegurandome que tenía algo muy rico para mí.

Hacía poco que se había mudado y yo aún no había visto decorado y acabado de colocar su departamento. Llamé al portal y me abrió sin mediar palabra. Cuando llegué me enseñó el salón y luego me dijo que lo mejor sería que me vendara los ojos. Al no ver nada mi sensibilidad aumentó mucho, pasó un rato en el que me estuvo hablando pero no me toco, en ese tiempo debió desnudarse.

Luego comencé a sentir cómo me quitaba la chaqueta y me desabrochaba la camisa, me quedé en sujetador frente a ella y entonces me bajó los pantalones y me los quitó, pocos segundos después me besó el cuello desde atrás y me desabrochó el sostén, me lamió y chupó los senos y yo notaba el contacto de su piel desnuda con la mía, entonces me quitó el tanga de un mordisco y me tumbó en el sofá que tenía una manta de raso que hizo las delicias de mi espalda, recorrió mi cuello y mis pechos con su lengua mientras hacía circulos con ella. Luego bajó hasta mi chochito y torturó un rato mis labios y mi clítoris. Yo estaba a punto de correrme cuando ella paró.

Entonces me llevó de la mano hasta el baño, o eso supuse al oír el agua correr. Entonces me ayudó a meterme en un enorme yacuzzi donde las burbujas se deslizaban por todo mi cuerpo desnudo. Se metió ella también y comenzó a besar mi ombligo que estaba bajo el agua, tenía que parar a veces para respirar. Luego me besó en los labios y, estando sobre mí me quitó la venda, tal como estaba lo primero que ví fue el techo, mi sorpresa fue mayúscula cuando vi un enorme espejo en el techo donde la podía ver sobre mí en el agua, pude ver su culito que tanto me pirra y esa visión hizo que me corriera.

Estuvimos hablando y le pregunté cómo había conseguido poner ese espejo, pero me dijo que me contentara con disfrutarlo, que mirara el espectáculo, entonces apartó la poca espuma que había y me dijo que no dejara de mirar arriba, se puso sobre mí cara al espejo y me ofreció un maravilloso espectáculo de su cuerpo, hacía poco que se había operado los pechos y salían sin ningún tipo de problema del agua, comencé a ver como mis manos recorrian sus enormes pechos y bajaban hasta su chocho obligándola a subirse hasta que mi cabeza quedó a la altura de su hombro, entonces se puso de lado y me permitió lamer su delicioso pecho, a todo esto yo lo veía todo en el espejo del techo. Veía desaparecer mis dedos en su interior y veía su cara de placer que también miraba hacia arriba.

En cuanto se corrió le dije que la idea del espejo me había encantado pero que quería seguir con eso en seco, entonces me dijo que no había ningún problema y cuando entramos en su habitación ví que había otro espejo en el techo. Nunca podré agradecerle que hiciera esas obras, era una gozada. La tumbé sobre la cama para que se viera, ahora era su momento. Me arrodillé al borde de la cama y comencé a saborear el líquido agridulce de su chocho, su clítoris salió a mi encuentro y los labios de su vagina se incharon para saludarme. Entonces me dijo que me incorporara un momento y que me diera la vuelta, yo no sabía que iba a hacer hasta que sentí un dedo suyo metido en mi ano, me dijo que quería verme con un consolador en el culo y sobre ella haciéndole un dedo, la idea me puso a mil, cuando mi ano estuvo lo suficientemente dilatado hicimos lo que tantas otras veces y me lo encasquetó de una estacada, entonces yo comencé a lamer sus pechos con cuidado de que mi culo estuviera bien a su vista, entretanto le hice un dedo y nos corrimos a la vez.

Después de un ratito de descanso le dije que mejor nos dormíamos ya pero me dijo que todavia me quedaba de disfrutar a mí ese espejo, entonces me enseñó un juguetito que se había comprado, era un cinturón que tenía un consolador, se lo puso, me agarró, me puso boca arriba y empezó a penetrarme, la visión de la postura que teníamos como si ella fuera un hombre pero con sus enormes pechos saltando a la vez que sus movimientos para metermelo y yo también desnuda allí arriba sintiendo aquel consolador dentro y sabiendo quien lo manejaba me hizo tener un multiorgasmo maravilloso.

Luego nos pusimos de lado y casi sin quererlo comenzamos un 69 que las dos pudimos ver a ratos en el espejo, rodábamos para poder verlo las dos, veía su cara hundida entre mis piernas abiertas y me encantaba, nos corrimos ambas varias veces, fue delicioso.

Desde ese día voy casi todos los días a dormir con mi novia