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El lobo y los tres hermanos (2)

en Parodias

EL LOBO Y LOS TRES HERMANOS (II)

Dario había pasado unos días por el pueblo por lo que no echo de menos la presencia de su hermano menor Juan, al regresar pasó por la casa de Luis y este le narró como Juan días antes lo había asustado pegando gritos en medio del bosque, y que al llegar lo encontró totalmente desnudo tirado en el suelo, por lo que para darle una lección agarró la ropa de Juan y se la llevó con él.

A Dario le dio mucha gracia las ocurrencias de Juan, ignorando lo que le había sucedido con el Lobo. Por lo que el joven continuó camino a su casa, al llegar encontró la puerta abierta, y pensó que su hermano menor había entrado a buscar algo de ropa.

Pero al traspasar la puerta se llevó el susto de su vida, ante él se encontraba un hombre gigantesco, barbudo, y mal encarado, el cual le apuntaba con un arma, a diferencia de Juan, a Dario le gustaban los hombres, pero delante de sus hermanos se comportaba como un varón, debido a ello eran sus periódicas escapadas para la ciudad, donde sacaba a la loca que tenía encerrada dentro de él.

Al ver al Lobo de inmediato lo reconoció, y a su mente vinieron todos los comentarios que había escuchado con relación a ese hombre, de como si no había una mujer que violar le comía el culo al primer tipo que se le antojara. Dario algo nervioso por la presencia del arma de fuego, dejo de hablar y comportarse como lo hacía normalmente frente a sus hermanos, con un tono de voz totalmente afeminado y con las maneras propias de una mujer, le dijo al Lobo que en su hogar todo lo que encontrase se lo podía quedar, pero que por favor no lo matara, que él haría todo lo que le ordenase sin chistar.

De inmediato el Lobo se dio cuenta que ante él se encontraba uno al que no tendría que amenazar para que le diera el culo. El Lobo le ordenó pasar y que se desvistiera completamente, acto seguido Dario lo obedeció al pie de la letra, pero el Lobo no era de los que les gustaba acostarse con un maricón, a él le gustaba que su victima opusiera resistencia para disfrutar más de la relación, al si que al ver a Dario totalmente desnudo, de manera desdeñosa le ordenó vestirse. El joven se dio cuenta que no despertaba ningún tipo emoción en el Lobo, por lo que decidió cambiar de táctica. Se dirigió a un baúl que se encontraba bajo su cama, sacó una llave de su pantalón y lo abrió, diciendole al Lobo si quiere puede llevarse todo lo que tengo en este baúl pero no crea ni por un momento, que me pondré esa ropa de mi difunta esposa para usted.

Al escuchar eso de inmediato el Lobo actuó como si dentro de él se hubiera disparado un resorte, de inmediato se dio la vuelta y apuntandole con el arma al joven le dijo, a mi ningún tipo me dice lo que tengo que hacer, así que si quiere ver la luz del día de mañana pongase alguno de esos trapos ya mismo o lo dejo como coladera.

Dario todo nervioso pero a la vez contento, sacó una de sus mejores galas, la cual consistía en un juego completo de ropa intima femenina en satín, de color negro, una falda corta, y una blusa pequeña de esas que dejan el ombligo por fuera. En un dos por tres Dario se vistió y mientras el Lobo meaba fuera de la casa de madera, el joven aprovechó para maquillarse ligeramente, se arregló el cabello el cual lo tenía algo largo y abundante y luego se puso unos zapatos de tacón alto que hacían juego con su ropa.

Al entrar nuevamente el Lobo en la casa se quedo sorprendido ante el cambió de su nueva "victima". Sin decir una sola palabra Dario se dirigió a un gabinete de donde sacó una botella de ron y un par de copas las colocó sobre la mesa y luego prendió un viejo radio de baterías, el Lobo mientras tanto ya se había servido un gran trago de ron, y se lo había bajado como agua, Dario se acercó a la mesa y le sirvió de nuevo otro trago y a la vez se sirvió uno para él. El Lobo se apuró el trago nuevamente, mientras que Dario a penas y bebió un sorbo, el Lobo se sintió lo suficientemente seguro y confiado, por lo que dejó sobre un mueble su arma, y se sentó a la mesa, mientras Dario abría unas cuantas latas de pulpo y almejas las cuales acompaño con pique y limón, el gigantesco hombre se dedico a ingerir los alimentos servidos por el joven sin decir palabra, Dario se sentó a la mesa frente al visitante, y cruzo las piernas dejando ante la vista del visitante parte sus muslos y la panti de satín, luego de un rato el Lobo se volvió a servir otro trago y de igual forma se lo tomo de un solo viaje, en eso Dario con voz algo afeminada le comentó, con este calor que hace usted necesita refrescarse, el Lobo se quedo pensando un rato pero luego reaccionó, preguntandole a Dario a que se refería.

El joven se había inventado que era una tradición que a los visitantes se les refrescase usando una esponja humedecida en agua, acto seguido se levantó de la silla y se dirigió al fondo de la casa de donde regresó con una cubo de agua y una gran esponja, y diciendole al visitante que si se lo permitía él le ayudaría a refrescarse, el Lobo como ya se encontraba algo ebrio por la cantidad de ron consumido, aceptó sin decir más nada, por lo que Dario procedió a quitarle la camisa, y posteriormente a pasarle la húmeda esponja sobre su torso desnudo, ya el Lobo se sentía más relajado, por lo que en cierto momento colocó una de sus manos sobre una de las rodillas de Dario, y comenzó a acariciarle parte de la pierna, mientras que en el radio sonaba una melodia suave, el Lobo cerró sus ojos se encontraba totalmente relajado, y dijo algo con relación a la música, lo que Dario tomó como una invitación a bailar.

El pillo se levantó de su silla y colocó sus brazos por encima del cuerpo del joven, y este se dejó llevar por su pareja, la boca del Lobo buscó la de él, y al encontrarse se dieron un gran beso, las manos del gigantesco hombre recorrieron casi todo el cuerpo de su pareja, ante si el Lobo tenía una ilusión, pero había decidido no ser él quien la rompiera. Después de un largo y ardiente beso, continuaron bailando, el miembro viril del Lobo era sentido por su pareja a la altura de la parte baja de su estomago, Dario se las arregló para soltarle el pantalón a su victimario, mientras continuaban bailando y besandose, una vez que los pantalones del Lobo se deslizaron al suelo, Dario comenzó a deslizarse hasta el poderoso aparato que pertenecía al Lobo, con suavidad su boca se posó sobre el rojo glande del gigantesco hombre, mientras que con su lengua y sus labios jugaba con el.

El Lobo continuaba de pie, hasta que Dario jaló la silla para que este se sentara y estuviera más cómodo durante el proceso, al Lobo se le pusieron en blanco los ojos al sentir como esa boca acariciaba su falo y esa lengua lamía sus testículos, ya el gigantesco hombre no aguantaba más y tomando al joven por los brazos lo levantó, diciendole sientate sobre él que te lo quiero meter ahora mismo, y como un autómata Dario obedeció de inmediato, el Lobo se encontraba totalmente desnudo con su verga en ristre, mientras que el cuerpo de su acompañante se colocaba en posición, dandole la espalda al hombre sentado sobre la silla, se levantó ligeramente la falda, dejando ante la vista del truhán una bellas nalgas apenas cubiertas con un pedazo pequeño de satín negro, al verlas el Lobo fue bajado la prenda intima con cuidado hasta se puede decir que con delicadeza, para dejar al descubierto nuevamente unas blancas nalgas, sin un solo vello, la cara del Lobo se acerco lentamente mientras que sus manos las acariciaban con ternura, la lengua del Lobo se posó sobre el esfínter de Dario, lo que hiso que este dejara escapar un largo suspiro de placer al sentir como la lengua del gigantesco hombre se introducía dentro de él, el joven comenzó a mover sus caderas a medida que la lengua de su "agresor" jugaba dentro de él, ya se encontraba lo suficientemente lubricado para recibir aquella descomunal verga dentro de él, y así se lo hiso saber a su pareja, el cual continuó lamiendole las nalgas y el culo por un buen rato.

Cuando ambos estuvieron listos el Lobo colocó su instrumento sobre el esfínter del joven, y en un abrir y cerrar de ojos esa monstruosidad desapareció dentro de las blancas nalgas de Dario, al principio el joven sintió un dolor indescriptible que posteriormente paso a ser una de las sensaciones mas agradables de su vida, a medida que la verga del Lobo entraba y salia de las nalgas de Dario este movía sus caderas de forma rítmica y con mayor fuerza al tiempo que daba gritos de placer cada vez que se sentía penetrado hasta lo más profundo de su ser, hasta que al fin un chorro de caliente semen lo invadió por dentro, el Lobo quedo como si lo hubieran sedado, y el joven lentamente se fue levantando hasta que la verga del Lobo abandonó su cuerpo, luego cuando se dio cuenta Dario no supo como pero él también había eyaculado una gran cantidad de semen gran parte del cual quedó depositado sobre la panti de satín negro, por lo que procedió a quitarsela procurando no hacer ruido, para no despertar a quien le había hecho pasar tan buen rato.

Dario luego se volvió a cambiar de ropa y en silencio abandonó su casa dirigiendose a la casa de su hermano Juan con el fin de hacerle saber su particular gusto. El Lobo al despertar se vistió de inmediato, y abandonó la casa de madera de Dario, llevandose el radio de baterías que momentos antes lo había acompañado en tan particular experiencia.

Nick: DULCEAMIGA.  dulceamiga1963@hotmail.com