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Un diálogo

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Antes de nada, agradeceros a todos los que habéis leído mis relatos anteriores y los comentarios que me habéis hecho (que siempre son bien recibidos). Quizá pronto recibáis algún relato erótico mío, pero últimamente me da más por escribir cositas así. Espero que os guste…

 

Un diálogo

- ¿Sabes?

- ¿Qué?

- ¿Y si fuera cierto?

- ¿El qué?

- Que los homosexuales somos unos enfermos. ¿Y si fuera verdad?

- ¿Por qué lo dices?

- Bueno… Has oído decir a todos tus amigos en alguna ocasión que esto es una mierda. Y que las parejas gays no duran.

- No todas se rompen.

- ¿Conoces alguna que dure?

- No sé… ¿Elton John y Bernie Taupin?

- Te hablo en serio.

- Lo sé, bobo. Claro que las hay.

- Te digo yo que no. Que no puede haber estabilidad entre dos hombres.

- ¿Y eso?

- Pues porque todos son unos salidos que no se cortan en darse un capricho y tirarse a cualquiera que les ponga mínimamente.

- Ya. Darse un homenaje.

- Claro. Por eso los cuernos van como van y las parejas no duran.

- Ya.

- Y la que dura es porque uno de los dos ignora que es un astado.

- Ya. ¿Y eso que tiene que ver con lo de estar enfermo? ¿Y qué pasa con las parejas hetero?

- Que también se los ponen, pero como divorciarse es un engorro, pues no lo hacen y aguantan.

- ¿Y las parejas de tías?

- ¡Y yo qué sé! Supongo que otras enfermas.

- Y dale con la enfermedad.

- Mira, si esto fuera natural habría parejas gays estables y felices.

- No sé… Yo no pienso que estemos enfermos.

- Que sí, tío, que sí… El hipotálamo, las hormonas… algo chungo por ahí dentro y ¡plaf!, te ponen los tíos.

- Sigo sin creerlo.

- ¿Pero por qué no?

- Porque alguien no puede ser considerado un enfermo por tener capacidad de amar y vivir el amor de forma sincera. No debe serlo o la enfermedad sería el propio amor.

- Muchas canciones dicen que lo es. Y la música la escriben artistas. Y vividores de la noche.

- Ya pero entonces todo el mundo, gays y heteros, son unos enfermos. No solo los primeros.

- Ya.

- Claro.

- Entonces según tú, la homosexualidad no es más que una clase de amor y no sería serio hablar de ella como una enfermedad.

- Eso es.

- ¿Y lo del hipotálamo?

- Yo qué sé. Que estudien el cerebro de los fans de Elton John. A lo mejor descubren que su hipotálamo también es distinto.

- A lo mejor dirán también de ellos que son unos enfermos.

- O que estudien el hipotálamo de los rapperos. O de los countrys.

- O el de los votantes de Bush.

- ¿Te imaginas? ¡Qué punto!

- ¡Joder! Sería la hostia…

- Sí.

- Pero…

- ¿Qué?

- No lo tengo claro aún.

- ¿El qué? ¿Lo de la enfermedad?

- Sí.

- ¿Por?

- Es que si estás bien con tu pareja, ¿por qué la necesidad de buscar fuera de ella?

- No es una enfermedad. Es más una forma distinta de pensar. Ser gay te coloca en un lugar diferente de la sociedad y entonces la ves desde otro punto de vista.

- Ya.

- Vives la vida y la sientes de forma distinta, por eso tus esquemas mentales son distintos.

- Tus planteamientos vitales son distintos.

- Claro. Muchos gays se consideran distintos no porque sí, sino porque se dedican a explicar la vida desde su punto de vista.

- Y de paso se explican a si mismos las cosas.

- Suele comenzar por ahí el tema del arte. La promoción se la dan luego.

- Ya. Por eso has escrito este diálogo como si estuvieras conmigo cuando en realidad estás solo.

- Sí. Porque necesitaba explicarme.

- ¿Y no te da miedo? Yo no existo.

- Existes mientras tenga mi bolígrafo. No me das miedo.

- ¿Y tú?

- ¿Cómo?

- Si no te das miedo tú mismo.

- Mmm… No. Pero este no es el tema del diálogo.

- Vale. ¿Algo más que añadir? Acabamos de empezar la tercera página.

- No, de momento. Ya es muy tarde. Pero me gusta hablar contigo. ¿Seguimos otro día con el tema?

- Vale, tengo muchas más dudas.

- Pues qué bien.