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Tres no son multitud

en Trios

Me presento. Me llamo Mónica y esto que voy a relatar me ocurrió hace un par de veranos. Mi amiga Sofía y yo habíamos conseguido acabar la maldita carrera y decidimos celebrarlo yéndonos unos 15 días a Ibiza a un hotel a disfrutar de la playa, las fiestas, las discos. En resumidas cuentas, a desfasar.

Al instalarnos en el hotel nos dijeron que por una confusión teníamos que alojarnos en una habitación con una sola cama, eso si, familiar. Después de algunas discusiones decidimos aceptar. Lo primero que hicimos nada mas instalarnos fue abrir las maletas y ponernos los bikinis ya que había muchas ganas de tomar el sol y yo me había comprado un bikini muy cuco. Con las prisas, Sofía se había dejado los bikinis en casa, vaya olvido, así que tuve que dejarle uno mío hasta que se comprase uno. El problema es que ella tiene más pecho que yo, no es que tenga mucho, el problema es que yo tengo poco, y le sentaba un poco pequeño y casi enseñaba mas de lo que cubría. De cadera sin embargo le iba estupendo. Siempre he reconocido que ella tiene un bonito culo, más que el mío.

Bajamos a probar la piscina del hotel no sin antes untarnos bien de crema ya que nuestra piel es bastante pálida. En la planta baja Sofía me dio con el hombro para que me fijar en un chico que salía de una puerta que tenía un letrero que ponía almacén de material, diciéndome que si todos los tíos aquí estaba tan buenos nos íbamos a poner las botas y la verdad es que el chico no estaba nada mal. Colocamos las toallas y nos tumbamos a tostarnos.

-¿Te has fijado en el socorrista que nos cruzamos antes, me sorprendió ella de repente.

-Pues la verdades que no, estoy cansada del viaje y nada más posar la cabeza me adormilé.

-Pues no para de mirarnos y en especial a ti.

-Siempre estas con los mismos cuentos. Seguro que no nos mira y si lo hace seguro que es a ti, como siempre. (No es que Sofía sea muy guapa de cara. Es mediana de estatura, con tucos color castaño, pechos normales pero bien puestos y un cuerpo normal tirando a delgado. Para que os hagáis una idea es muy parecida a Beth la del concurso de la tele. Lo que pasa es que yo a lado de ella la hago destacar. Tengo pelo medio corto liso y negro, bonitos labios rosados, cara normalita, ni fea ni guapa, muy delgada y muy poco pecho. Juzgar vosotros.)

-Ya sabes que los tucos llaman la atención, contesto.

-Y que estás más buena que yo, no te fastidia.

-No digas tonterías, para gustos colores.

La discusión siguió hasta que me levante porque necesitaba ir al baño. Cuando volví, Sofía no estaba en la toalla. Alce la mirada y como me temía estaba hablando con el socorrista, siempre fue muy lanzada y tiene mucha labia. Me tumbé y lo observé y la verdad es que no estaba nada mal. Era muy alto, sobre todo alado de Sofía, y parecía estar fuerte, media melena. La verdad es que Sofía tenía razón, estaba bueno. Conclusión: tendrá tías a patadas y seguro que novia formal. Abstraída en mis pensamientos no me fijé que Sofía me hacía señas para que fuera a hablar con ellos. Me levanté y me acerqué.

 

 

-Mónica, este es Darío .

-Encantada. Al darle los 2 besos y tocarle el brazo me di cuenta de que estaba muy cachas.

-Me comentaba que no es de aquí, que suele venir a trabajar los veranos y sacarse unas pelas.

La conversación siguió unos 10 minutos pero casi ni intervine, solo hablaba Sofía. Yo le iba desnudando con la mirada y me gustaba lo que estaba imaginando. El de vez en cuando me metía en la conversación como si se interesase por mí, pero enseguida Sofía metía baza. Entre otras cosas hablamos de quedar los 3 algún día para que nos enseñara un poco el sitio. Suponía que Sofía se olvidaría de él porque esa tarde en la playa hablo con 2 tíos y consiguió su número de móvil. Esa noche salimos y llamó a uno de ellos que se presentó solo, decía que el amigo le había fallado a última hora, que bien, a ver que hago yo. Por supuesto Sofía se colgó de él toda la noche así que lo único que hice fue beber y bailar. Se acercaron varios pero no había nada que mereciera la pena. Sin darme cuenta porque ya estaba borracha de tanto cacharro, Sofía y el tío habían desaparecido. Me fui a sentar y a los 10 minutos, supongo o a lo mejor fue más tiempo, aparecieron y nos fuimos para el hotel. Cuando nos dejó en la puerta del hotel, me comento Sofía algo que sospechaba, que lo habían hecho en su coche. Vaya notición. Yo le dije que para variar no ligué nada y que la próxima vez el otro se trajera un amigo que había estado un poco colgada. Además seguía con la idea del socorrista en la cabeza, le dije.

Con dolor de cabeza me desperté al día siguiente y bastante tarde. Estaba sola en la cama y en la mesita una nota de Sofía que decía que se había despertado pronto y para no despertarme había salido a dar una vuelta y se acercaría a la playa. Era mi ocasión de hablar con Darío. Me asee, me puse algo y bajé a la piscina. Le busqué pero no le encontré por ninguna parte. Decidí ir a buscarle al almacén del que le vimos salir por si acaso estaba allí. Llegando al sitio empiezo a notar unos ligeros golpes y mas cerca unos leves gemidos. La puerta estaba casi cerrada, la empuje un poco y vi el espectáculo. Sofía estaba encima de una mesa tumbada boca arriba con las piernas por encima de Darío mientras este con el bañador en los pies embestía a más no poder. No es que la tuviera muy grande pero si algo gorda y la cabeza de el pene bien ancho. Se agarraba a los muslos de ella para taladrarla más. Ella posaba sus manos en el pecho de él que debía de estar durísimo porque marcaba bastante pectoral mientras cerraba sus ojos y ladeaba la cara en señal inequívoca de que el polvo la estaba gustando. Todavía no entiendo lo que me paso ese día. No reaccioné, quizás por la resaca, y la escena que estaba viendo me excitaba, a pesar de la rabia que debería tener por ser Sofía quien se lo estuviera haciendo con él. El caso es que seguí observando y con una mano me empecé a acariciar un poco por encima del bikini. Sofía se había dado la vuelta y se había apoyado sobre la mesa ofreciéndole el culo a Darío. Este no dudó y en un principio no lo vi bien pero después si, y estaba enculando a Sofía. Le costó mucho entrar por el tamaño de la cabeza de su pene pero después de mojar un poco el ano y que Sofía ponía las manos y apartaba las nalgas facilito el acceso. Yo directamente tenía un dedo por encima del bikini a la altura de mi clítoris y no paraba de moverlo. Me estaba excitando que se tiraran a mi amiga, increíble!!!!! Al poco Darío saca su pene ya flácido y goteando del culo de Sofía y cae rendido sobre ella. Sin esperar más me marché a la habitación dejando mi masturbación a medias y a los 15 minutos apareció ella con cara de que no hubiera pasado nada. Que bien que ya estés despierta, dijo, vamos a comer algo y después a la playa.

Asentí con una mueca pero sin demostrar demasiada emoción. Darío no salió en ninguna conversación en todo el día y di por hecho que si alguien se lo iba a tirar sería ella. Habría que buscarse otro. Pero resulta que esa noche había quedado con él e insistió en que fuéramos todos. A mi me resultaba embarazoso y se lo dije.

-Sofía, se que te tiraste a Darío y no quiero aguantar la vela toda la noche.

-¿Dónde nos viste?, pareció sorprendida pero reaccionó.

-En el cuarto del material.

-Ya, es que empezamos a hablar y se nos fue un poco la cosa de las manos.

-Claro, es lógico. Nos pasa a todos. Y encima quieres que salga y tenerme colgada toda la noche.

-Te prometo que no te dejo sola, vamos a conocer los bares y pubs y tomar unas copas. No te dejo colgada dijo cogiéndome por la cintura con un brazo y poniendo la otra mano en mi mejilla.

-Vale, esta bien, respondí.

-Estupendo, y me dio un pico.

No era la primera vez que nos dábamos un pico, pero siempre había sido en broma y generalmente borrachas, y ahora no era para nada el caso. Me extrañó muchísimo. Estaba demasiado cariñosa, más de lo habitual, ya que suele ir dando abrazos a todos y repartiendo besos mientras se cuelgas de sus brazos, siempre ha sido muy positiva y alegre. Darío nos esperaba en el pub que dijimos y comenzó la noche. Todo transcurría bien entre risas y copas. Darío parecía buen tío, con mucha conversación y nos pagaba las copas que tomábamos. Ellos no se pusieron nada melosos, de hecho parecía que él me hacía más caso a mí que a ella. En un momento de la noche, Darío le dijo algo al oído a Sofía y se marcho al servicio y a pedir más copas. No se si podría beber más porque ya estaba empezando a emborracharme, miento, lo estaba ya o poco faltaba.

-Te tengo que proponer una cosa, dijo Sofía.

-Dime, contesté.

-¿Te gustaría estar con Darío?

-Pues si, respondí extrañada.

-¿Y que te parece un trío?

-¿Cómo?, ¿Contigo y con el?

-Cuando estuve ayer con él le dije que a ti te gustaba y a él le gustamos las 2, me lo propuso y a mí no me importa pero depende de ti.

-¿Pero tú te acostarías conmigo?

-Hay que probar de todo y que mejor que con una amiga. Además con las copas que llevamos seguro que nos atrevemos.

-Nunca he estado con ninguna, respondí más calmada dejándome llevar por los efluvios del alcohol.

-Tú déjate llevar, y sino quieres pues ni me tocas y te centras en él.

Después de pensarlo un rato, me sedujo la idea aunque me cortaba mucho lo de probar con otra chica pero Sofía tenía razón, si alguna vez tenía que probarlo que mejor que con alguien que conozco y en quien confío. Le dije que si a lo que ella respondió sonriéndome y cerrando la conversación con otro pico que ya no me pareció tan raro y que me hizo comprender el primero que me había dado.

Nos marchamos de allí y nos dirigimos al hotel. Entramos en la habitación riéndonos y armando algo de ruido. Sofía no perdía el tiempo y se había quitado la camiseta mientras Darío le empezaba a comer los pechos ya que Sofía, como de costumbre y más en verano, no llevaba sostén. Yo me quedé mirándoles algo cohibida pero al poco las manos de Sofía se abalanzaron sobre mí e intentaba quitarme la camiseta. Le ayudé, me la quité, yo si suelo llevar sostén, pero siendo verano y con el poco pecho que tengo hay días que paso de ponérmelo y ese era unos de los días. En ese instante Darío se fijó en mis pezones por lo grandes que eran y se abalanzó sobre ellos. Los lamía y con sus dientes los cogía y los estiraba. Sofía seguía a lo suyo y le había abierto la bragueta y bajado el slip. Su pene aun flácido quedó entre sus manos pero enseguida se lo metió en la boca y con gran maestría fue haciéndolo crecer. Darío seguía jugando con mis pechos y de vez en cuando subía la cabeza, me besaba y me decía que le encantaban mis pezones. Que obsesión tenéis los tíos por los pezones, sobre todo si son grandes. Sofía se había dado la vuelta y ya estaba completamente desnuda boca arriba con el pene en la boca lamiendo y masturbando a un Darío que de rodillas seguía con mis pezones. Pero empezó a tirar de mis pantalones con lo que opte por quitármelos. Me dijo que le lamiera el coño a Sofía. Nunca lo había hecho pero lo intenté. Al llevar un rato, Sofía me empezó a guiar.

-Méteme un par de dedos, después la lengua. Oh sí. Ahora arriba y abajo, como si lamieras un helado.

Tan mal parece que no lo estaba haciendo, pero Darío cogió a Sofía, puso su coño a la altura de su pene y así, boca arriba, empezó a metérsela. Lo intentó un par de veces, la cabeza del pene era grande, pero al tercer intento la metió. Y bien hasta el fondo debió entrar porque Sofía dio un pequeño brinco. Cogió sus piernas por encima de los hombros y empezó a bombear muy despacio. Yo no sabía que hacer pero enseguida Darío me ordeno algo.

-Ponte encima de ella y coloca el coño en su cara.

Sin darme cuenta de que llevaba todavía el tanga puesto, me coloqué encima y me disponía a quitármelo pero enseguida Sofía lo apartó un poco y comenzó a lamerme. Madre mía, me lo estaba comiendo mejor que cualquier otro tío lo había hecho hasta ahora. Lo único que parecía molestarle era mi vello púbico, ella lo tiene rasurado entero, pero su lengua no paraba de moverse entre mis oscuros labios vaginales. Casi sin darme cuenta noto algo en mis pechos. La boca de Darío que seguía jugando con mis pezones mientras embestía cada vez con más fuerza a Sofía. Sin mediar palabra la sacó, dio la vuelta a la cama, puso la mano en mi espalda e hizo apoyar mis manos en la cama con lo que quedé, como se suele decir, a 4 patas. Empecé a notar como la cabeza de su polla intentaba entrar en mi coño ya bastante mojado por los jugos vaginales y la lengua de Sofía, la cual se había incorporado y estaba delante de mí sentada besándome y acariciándome todo el cuerpo. Finalmente su polla entró no del todo. Empujaba lentamente para romper la resistencia de las paredes de mi coño sacándola y paseándola por los labios hasta que dio el empujón final y la metió hasta dentro. No es que fuera excesivamente gorda ni grande pero su cabeza si y golpeaba como un trípode a cualquier puerta. A cada embestida, empecé a emitir gemidos que inmediatamente eran callados por la boca y la lengua de Sofía que con sus dedos me erizaba al máximo los pezones. Me cogió Darío por los hombros y comenzó bombear más fuerte.

Sofía demostraba que no era fácil de saciar porque al poco rato nos separó y le tumbo en la cama boca arriba poniéndose ella encima. Bajo su cuerpo quedando en cuclillas encima de su polla y con su mano derecha su mano derecha la encajo y empezó a botar. Yo ya estaba muy caliente y me puse detrás de ella a besar su cuello y a sobar sus pechos que sin ser muy grandes eran bastante duros y redondos con unos pezones rosados bastante pequeños. El contacto con la dureza de sus pechos me excitó más así que la cogí por la barbilla para ladear su cara y la comencé a morrear. Su lengua se movía de fábula por mi boca así que no me extrañaba que me gustara cuando me comía el coño. Al separarme me fije en sus grandes tucos que no paraban de rebotar en su espalda por los botes cada vez más persistentes que daba. Darío me cogió del brazo y me puso en su cara comenzándome a comer el coño con lo que Sofía volvió a buscar mis labios y sus manos mis pechos. Yo de vez en cuando bajaba mi boca para probar los suyos y mamar sus pequeños pezones. En esto empezó a gemir más fuerte alzando la cara al techo en lo que adiviné que era un orgasmo que continuo durante unos 20 segundos más o menos. Cuando Sofía bajo la cabeza extenuada. Inmediatamente se bajo y me hizo señas para que me subiera. Lo hice, me encajé y bote como lo había hecho Sofía, mientras ella me cogía por las caderas para que botara con más fuerza. Notaba su polla entrar hasta mis entrañas cuando un orgasmo me sobrevino y me hizo estremecer un largo rato donde fui relajando los botes.

Darío dijo que se iba a correr y Sofía me pidió que me quitara y con gran maestría se metió la polla entera en la boca. La sacó y comenzó a masturbarla para de vez en cuando volverla a meter en su boca alternándolo con lamidas. Como deben pasarlo los tíos con sus mamadas y nosotras. En esos momentos su cabeza empezó a escupir leche que fue a parar a su cara pero inmediatamente como no queriéndose manchar más, metió media polla en su boca tragándose la demás corrida. La empezó a lamer y me invitó a hacerlo y entre las 2 la masturbamos un poco hasta que la ultima gota de semen salio de su pene. En esos momentos Sofía se dirigió a mi y me dijo que le lamiera donde tuviera semen en la cara y que después la besara, cosa que hice sin dudar.

Esto fue solo el principio de nuestras vacaciones que fueron inolvidables y en las cuales descubrí lo insaciable que era Sofía y me confeso algo que pude apreciar esa noche, que era bisexual, aunque le gustaran más los hombres, pero eso es otra historia.