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Mi carpa de verano

en Gays

MI CARPA DE VERANO.

Amigos de Todorelatos.com es con sumo placer que me dirijo ante ustedes para compartir un nuevo momento de mi vida, que ocurre en el verano del 2000, en el camping "33 Orientales" de mi ciudad; espero que les agrade y desde ya mándenme sus comentarios a mi e-mail, que se halla en mi perfil.

Era diciembre del 2000, vacaciones en mi país, por este motivo decido colocar una carpa en el camping "33 orientales" de mi ciudad natal, para así de esa manera poder disfrutar de la naturaleza, de la playa y de los hermosos cuerpos que por allí transitan.

Nuestro camping es muy bonito y natural, ya que posee una flora autóctona, con un monte silvestre que le da un toque celestial, aparte para agregarle, posee un río, llamado "Yí" que posee en sus laderas una arena tan finita que le da mayor belleza, esta playa es muy concurrida en esta temporada, por todos los lugareños, pero además de muchos visitantes, que no sólo del Uruguay, sino que en oportunidades llegan argentinos y brasileros; dándole un toque de balneario turístico.

Nuestros gobernantes de turno se han dedicado a cuidarlo y embellecerlo año tras año, ya que de esa manera se favorece al comercio local.

Vayamos a lo nuestro, siempre trato de elegir un lugar que se halle cerca de las baterías de baños, pero también tengo en cuenta las cercanías con la playa y además de todo eso debe haber muchos árboles y tranquilidad, ya he transitado por muchas de las zonas que se las caracteriza en: A, B, C y D; de esa manera encuentro un lugar excelente, en la zona "A", muy cerca de los baños principales e incluso próximo al parador ( lugar donde se expenden comidas rápidas, bebidas y cigarrillos) todos estos insumos muy necesarios para tener una buena estadía en el camping.

Luego de contratar el terreno o parcela, me dedico a ponerlo en condiciones, carpir, cortar algunas ramas de árboles, colocar la luz y por sobre todas las cosas instalar la carpa, previendo una buena zanja a su alrededor por el tema de la lluvia.

Todos los implementos dispuestos en su lugar de manera ordenada –como a mí me gusta- ya era el mediodía y voy hasta el Parador, que queda a unos 80 metros por dentro del monte, los transito y cuando llego me encuentro con un par de visitantes, así como los empleados del parador y en la caja registradora, un amigo llamado Julio, me acerco y me grita:

- Pero, Marcos, ¿cómo andas?, ¿ya te instalaste?, ¿dónde?-

- Julio, andas bien, che para, ¿qué es un interrogatorio policial?, ¿de que se me acusa?- le dije, riéndome.

- ¿Estás cerca? – continuaba preguntándome.

- Ahí en la zona "A", frente a los baños, donde se halla la lomita- le dije

-Buenísimo, vamos a estar casi de vecinos, como los otros años- dijo

-Pues claro hombre, sabes que para mí es fundamental estar cerca de los servicios- le dije

-¿Ya colocaste tu carpa?- seguía preguntándome

-Sí y ahora vine a buscar algo de comida- le dije

- Mira la cocinera recién acaba de preparar una excelente ensalada con frutos del mar- decía Julio, pasándose la lengua por el labio superior, haciendo un gesto que entendemos de que esa comida debería estar sabrosa. Entonces sin mediar mas palabras le dije:

-Bueno, preparadme una porción abundante y un refresco de cola-

-Dale- sentenció Julio, poniéndose de pie y se aproxima hasta una puerta que da a la cocina, se pierde y mientras yo me dedico a encender un cigarrillo y disponerme a esperar hasta que salga la vianda.

Mi mirada se pierde en la nada, los árboles del entorno le dan al parador una sensación de frescura, que te atrapa, que se mezcla con el olor de la arena mojada de la playa, todo forma un agradable cóctel de disfrute.

En eso me tocan el hombro, y me giro y veo a mi lado un guachito moreno, como de unos 17 o 18 años, con cabello llenos de rulos que se mestizaban entre el castaño y el rubio, con una bermuda blanca bien larga, el torso descubierto y una gargantilla de artesanías multicolores, la descripción ya les está indicando que era sumamente atractivo y yo con un gesto le digo:

-Sí, que ocurre-

-Tendrías un cigarrillo para invitarme- me dijo mostrándome unos hermosos dientes bien blancos que contrastaban con el color caribeño que lucía su piel.

-Por supuesto, sírvete- nunca le niego a nadie un cigarro, si en ese momento tengo.

-Muchas gracias y tienes fuego- agregó

- Pues claro, toma- y le alcanzo el encendedor-

Lo enciende, le pega una pitada muy profunda y con sus labios dirige el humo hacia el cielo.

-Nos vemos, gracias por el cigarro, en cualquier momento te devuelvo la gentileza- me dijo comenzando a dirigirse hacia la playa.

En esos momentos llegaban otras personas hacia el mostrador del parador, se iba poblando lentamente la zona, sale de la puerta Julio, con una bandeja y se dispone a retirar de la heladera el refresco que le había solicitado, diciendo:

- bueno Marcos, acá tienes tu almuerzo, espero que lo disfrutes y que te haga buen provecho-

-Espectacular Julio,¿cuánto duele?- le dije riéndome

-Y a vos cuanto te vamos a cobrar, que sos cliente de la casa, dame 75 pesos y seguimos siendo amigos como hasta ahora- sentenció de manera gentil

Saqué el dinero de la billetera y le digo:

-Toma y nos vemos-

-Gracias por la visita, te esperamos esta noche, ya que el la planta alta vamos a tener música en vivo de unos artistas brasileros que llegaron ayer, no te olvides, desde ya estás invitado, además la música que ellos practican es de una onda tranqui- dijo

-bueno, ya que no tengo planes para la noche, ¿a que hora comenzará?- le pregunté

- desde las 10 en adelante- dijo moviendo la cabeza

-Dale, como a esa hora ando por estos lares, nos vemos Julio, Ok- le dije ya retirándome hacia mi carpa.

Me dirijo caminando lentamente, llego a la carpa, saco el equipo de música y pongo a rodar un CD de música tipo ensalada, donde hay de todo como en botica.

En esos momentos suena un tema brasilero y me hace acuerdo a la invitación que me había hecho Julio, para esta noche.

Saco los cubiertos de la tienda y me dispongo a almorzar.

Llega la media tarde, yo había dormido una siesta, me despierto, me pongo de pie y salgo de la carpa, cuando asomo la cabeza, me pego un susto, ya que me dicen con una voz desde atrás:

- Amigo, vengo a devolverle su gentileza- era el guachito del parador

- Pero, mijito, que susto me has dado, ya que estoy medio dormido y no tengo todas las luces prendidas todavía ( frase popular aquí que se dice cuando no estás del todo lúcido) pero no era necesario- le dije

Les muestro una foto que le saqué mucho tiempo después para que vayan haciendo boca:

-Solo quería invitarlo con un cigarrillo, señor- dijo

-¿Cómo te llamas? – le cuestioné aceptándole el cigarro

- Baldo y vengo de Yaguarón, con mis amigos, que tenemos una banda, que hacemos música brasilera en vivo- dijo seriamente

-Ah, pero ustedes son los que tocan esta noche en la planta alta del Parador- sentencié

-Sí, llegamos ayer y vamos a estar unos días por este camping- dijo

-¿Qué edad tienes?- pregunté

-13 señor, cumplo 14 en enero- dijo siempre serio

-Pah, pero sos un jovencito- le dije

-Hace dos años que salgo con mis amigos en la banda y hacemos giras por los distintos camping del Uruguay, además hemos ido a playas de Rio Grande Do Sur- dijo

- Pero ¿y tus papas que..?- le pregunté

-Los dos están en el cielo, ya hace 3 años que tuvieron un accidente, ahora vivo con mi abuela materna, Lala, y paso mucho tiempo con mis amigos de la banda- dijo

-¿Te puedo hacer una pregunta? – le dije

Asintió con su cabeza.

- Hoy cuando estábamos en el Parador, no llevabas puesta una gargantilla, de muchos colores, y ahora veo que la que llevas es blanca- le pregunté

-Sos buen observador, es verdad, lo que ocurre es que hacemos artesanías, ya que con los toques es imposible sobrevivir- dijo

- Ah.., pero te noto como muy mayor con respecto a la edad que tienes- le dije

- Bueno es que la calle te enseña muchas cosas y te vas haciendo cuero, por eso es que me ves como serio, pero de verdad en el fondo soy muy divertido- dijo y por fin me mostraba aquella risa que yo esperaba de igual a la que cuando me pidió el cigarro.

- No nos hemos presentado- le dije estirándole la mano derecha

- Si yo ya te dije que me llamaba Baldo, ¿ y tú?- preguntó

- Marcos- le apreté la mano y sentí que el la apretó con una fuerza como inusitada

-¿Quieres tomar un vaso de refresco?- le dije

-Bueno si no es molestia, de verdad hace bastante calor- dijo

Me introduje en la tienda y saqué una nevera, retirando una botella de gaseosa, tomo un vaso y le sirvo el fluido efervescente, que disfruta tomándolo de una:

-¿quieres más?- le arrimo el botellón

-Bueno- dijo y acercó el vaso, que fue llenado nuevamente.

- Siéntate – le dije

Sin dudarlo se sienta en los bancos de materiales que hay en cada parcela. Me alcanza el vaso y me reitera las gracias.

En esos momentos noté que sus palabras eran muy medidas y que estaba muy serio, nada que ver de cómo se encontraba en la mañana, cuando lo ví como un chico muy risueño, simpático, entonces le pregunté:

- te noto muy serio, hoy de mañana estabas distinto-

- lo que pasa que, que no hemos hecho dinero como para comer en el día de hoy y me da un poco de vergüenza pedir- dijo bajando su cabeza

- pero macho, hubieras empezado por ahí, mira tengo un poco de ensalada- le dije y de inmediato me puse de pie y saqué la bandeja de la neverita, se la alcanzo junto con unos cubiertos, se la coloco frente a él y le digo:

- come Baldo, está buenísima, la compré en el Parador-

- Gra....cias, - dice y se dispone a comer

Lo miro con cierta ternura, ya que me parecía como un chico medio desamparado, para la edad que tenía, viviendo de esa manera, me salió en instinto paternal y el espíritu de profesor.

-Está verdaderamente buena,¿qué es lo que tiene que tiene un sabor particular?- me preguntó, mientras se detenía un instante

- Frutos del mar, mejillones, algo de pulpo y calamares, arroz, huevos, morrones, salsa de ajo y mayonesa- le dije

Solo movía la cabeza como disfrutando un manjar.

Luego de terminar, levanta su cabeza y me dice:

-Desde ayer que no probaba bocado y me da vergüenza andar pidiendo-

-Pedir no debe ser un acto vergonzable, si robar- le dije

-Eso jamás, por eso es que nos dedicamos a las artesanías- dijo

Es muy agradable poder brindar un plato de comida a quién lo necesita, le sirvo nuevamente algo de refresco, que bebe con ansiedad.

-Bueno ¿queréis quedarte en mi tienda?, porque voy a preparar el mate ( bebida típica del Río de la Plata, que se prepara en un porongo, bombilla, yerba y agua caliente) y luego salimos a caminar por la playa- le comenté

Me dijo:

-Bueno, me gusta mucho la idea-

Preparo todos los implementos y luego de unos minutos, mientras se calienta el agua, veo que saca del bolsillo de su bermuda otro cigarrillo y me lo ofrece, yo le hago una seña negativa, tomando los míos que se hallaban encima de la mesa, le arrimo el encendedor al suyo, se lo enciendo y aprovecho a encender el mío.

Mas tarde salíamos caminando, llegamos a la playa, había poca gente, ya era tardecita, la gente que acampa, aprovecha para caminar por todo el parque, por eso sólo quedaba gente disfrutando del sol, y de algún que otro mate.

Tomábamos mate y charlábamos, de la vida, hasta que en una oportunidad, cuando nos acercábamos a la represa, me preguntó:

-¿No queréis pegarte un baño?, el agua a esta hora está tibia-

- Bueno, dejemos el mate y el termo ( botella de aluminio que conserva el agua caliente), - me saqué la remera, dejé las chinelas y nos introducimos en el agua; estaba verdaderamente buena, avanzamos hasta una región que es bastante profunda, nadamos y nos dirigimos hasta la otra orilla, donde sólo hay césped y árboles, la nadada me agitó bastante, pero veía en el una gran destreza, aparte su cuerpo brillaba, el reflejo del sol en el agua, el agua en su piel, daba un pintoresco paisaje, que yo estaba disfrutando a rabiar, en una me tomo de una rama de un árbol, para descansar y veo que se acerca, hasta que de pronto, contacta piel con piel, y siento que en mi cuerpo corre como una corriente, de placer y deseo, saca la cabeza del agua y me dice:

-Pa.....disculpá no te ví que estabas ahí- corriéndose de mi lado, actitud que en ese momento me disgustaba, ya que quería seguir sintiendo su piel contra la mía.

Charlamos cosas intrascendentes, mientras descansábamos, hasta que me dice:

- ¿Qué haces en tu vida?-

- Trabajo en el Liceo, dando clases- le digo

- Pá.... que bueno, yo no pude empezar el liceo, estaba complicada la cosa en la casa de mi abuela, entonces ya tuve que ir a hacer changas para ayudar para la comida- decía

- Bueno pero estás a tiempo para iniciarlo, actualmente- le dije

- Es bastante difícil, en la actualidad, andamos de un lugar a otro- decía con mucha seguridad.

Bueno salimos de allí, dejo que salga del agua el primero, para poder disfrutar de su belleza, casi salvaje, como todo el entorno, todo hacía juego, belleza natural por todos lados, mi visión estaba que no podía más, el gira y espera que yo salgo, en esos momentos pude observar que en la bermuda se traslucían sus genitales, que parecían estar erectos, o sino verdaderamente eran bastantes grandes, disfruto mirando, enlenteciendo mi salida, veo que él me mira y se ríe de manera pícara, se toca con su mano el bulto, haciendo que se acomode hacia el costado, mi verga ya respondía, se estaba erectando y debía salir del agua, no me importó, ya que mi bermuda es bastante gruesa, lo disimula ese tipo de actividad, me paro y veo que Baldo se me acerca, y me dice:

- para tener 35 años tienes un buen lomo-

Me deja perplejo su conclusión, en mi cabeza había un revoloteo de dudas, desde el principio, cuando lo había conocido, pero mi inconsciente me decía que esto iba a terminar en una buena revolcada.

- Es que trato de llevar una vida sana, camino un poco y estoy practicando artes marciales- le dije

- Suerte que somos amigos, sino tal vez me pegas una paliza- dijo, cubriéndose la cara con sus brazos, en actitud defensiva.

-Como te voy a pegar, si sos un niño al lado mío- le dije

Se acerca y con su brazo me rodea la cintura, en un gesto que llenó de ternura y de calentura a la vez, dejé que lo hiciera, pero preocupado en que no nos viera gente, estaba casi vacío, solo una parejita de guachos que se disponían a pescar, que estaban tan afanados en lo suyo, que ni cuenta de lo que rodaba en sus cercanías.

-Sentémonos en la arena- le dije

Lo hicimos, uno muy cerca del otro, yo marqué distancia, pero el de inmediato estiró su brazo izquierdo y comenzó a jugar con los pelitos de mi abdomen, llegando con sus dedos hasta el ombligo, que cuando lo introducía, me daban cosquillas, que me provocaban risas y tuve que quitarle la mano.

-¿Te molesta que te haga esto?- me preguntó girando su cabeza hacia mí

- No....para nada, es que no me gustan que me vean haciendo cosas que dan que pensar a la gente- le dije

-¿Te importa lo que diga la gente, de lo que haces con tu vida?- me dijo apoyándose en sus codos.

Esa pregunta me había dejado paralizado unos segundos, ya que ese razonamiento es para una persona que tiene mas que resuelta su vida y su condición.

-No te olvides que trabajo con jóvenes- le dije

El asiente con su cabeza y dirige su cabeza hacia los jovencitos que estaban pescando como a 30 metros nuestro.

Bueno era hora de levantarse y marchar hacia el campamento, entonces me pongo de pie, me saco el arena del cuerpo, me coloco la remera, el mate y el termo y le digo:

- Baldo vamos al campamento, que ya son las 7 y 30 y me quiero pegar una ducha-

- Bueno, yo debería hacer lo mismo, además en el campamento mío deben estar preocupados por que aún no he llegado y tenemos que preparar los instrumentos para el toque de esta noche- sentenció con seguridad

Avanzamos por la costa hasta que llegamos a la calle del camping, subimos y al llegar al parador, él extiende su mano y me dice:

-Nos vemos esta noche en el toque, gracias por la hermosa tarde que me distes de tu vida-

- De nada, yo la pasé buenísimo, nos vemos esta noche- le dije apretándole la mano.

El tomó la senda de la derecha y yo la de la izquierda, volví la mirada, para verle su retaguardia y su físico celestial, disfruté mirándolo, haciendome la cabeza, que debería de buscar una estrategia para poder llevármelo esa misma noche a la carpa y poder disfrutar, ya que las insinuaciones que me había hecho, así lo daban por entender, no seas pacato, me decía mi otro yo, es un guachito que buenísimo y todavía tenés la suerte de que no es de aquí y que en algunos días se irá a otro campamento; esas conclusiones rodaban por mi cabeza y me preparaban imaginariamente, lo que podría ser pasar una o unas noches con "El Baldo".

Pavada de guacho me había conseguido, el primer día de camping, que debut, bueno a esa altura ya mi verga cabeceaba imaginándose el festín que tendría.

Mientras me baño, no me puedo sacar de la cabeza, al Baldito, me refriego fuerte con un jabón, me higienizo preparándome para la guerra, me coloco un desodorante y un poco de colonia en el cuello, en la espalda y en el abdomen, me coloco una bermuda blanca, una remera celeste, sandalias y me dirijo nuevamente al campamento, enciendo la luz de la parcela, pongo música y me pongo a leer un libro, haciendo un poco de tiempo, eran las 9 de la noche, estuve unos 45 minutos concentrado en un libro de Bucay (El camino de las lágrimas) que a pesar de ser triste tiene muchas cosas positivas, miro el reloj, 21:50, guardo todas las cosas dentro de la carpa y me dispongo a salir rumbo al parador, llego y lo veo a Julio, con su señora en el mostrador, unas 10 personas en la barra, en las mesas unos cuantos jóvenes, y se siente una música de fondo que por supuesto era brasilera.

Al llegar, la mano de Julio se mueve haciendo señas, me acerco, y me dice:

- Sabía que no me ibas a fallar-

-Te dije que vendría, pues aquí estoy- le dije

-Estoy vendiendo las mesas de la planta alta,¿querés una?- me preguntó

-bueno, dame alguna que esté contra la terraza- le dije

-toma la 16, ya he vendido como 15 mesas, esto tiene pinta de que va estar bueno- dijo Julio.

-¿Qué sabes de la banda? – le pregunté

- mira la banda se presentó, y me dijeron donde habían actuado, yo les dije que les contestaba en un rato, llamé a uno colegas de Atlántida, donde ellos tocaron y me dijeron que está muy buena y que te animan cualquier fiesta, así que me la jugué-

- A pero con referencias es mejor- le dije

- ¿Te sirvo lo de siempre?- me preguntó

-Dale- le dije encendiendo un cigarro y buscando con los ojos a la personita que había conocido, pero solo se veía jóvenes tomando cerveza y algunos adultos comiendo y bebiendo en el mostrador, Julio me trae un vaso de vidrio con hielo y dos medidas de whisky nacional, me lo alcanza y me dice:

- Si querés podes ir subiendo a la planta alta y ves como está el ambiente, está Sara ( la señora de Julio) con las chiquilinas , en el bar y yo subo mas tarde- dijo

-Bueno- le dije, tomando el vaso me dispuse a subir como treinta peldaños para llegar a la planta alta, cuando me asomo, veo que ya había mucha gente sentada, bebiendo y charlando de manera ruidosa, se veía en el fondo un escenario , con instrumentos armados, voy caminando hasta llegar a la mesa que tenía un 16 encima, me siento y espero.

A todo esto eran las 22.30 cuando veo que se acercan los integrantes de la banda al escenario y lo veo a Baldo, que vestía un pantalón blanco, tipo pescadora, una gran camisa de manga corta con mucho colorido, unas sandalias y su pelo recogido; lo que le daba un aspecto distinto, pero como de chico con más edad de la que tenía, el resto de la banda vestían igual, comenzó el show, era presentado por una marca de cerveza y estuvo espectacular, sin desperdicios, si pudiera hacerles sentir la música, sabrían que esto es verdad, Baldo era encargado de la percusión, habían como 5 instrumentos distintos que el tocaba con una destreza sin igual, yo no le quitaba la vista, aparte mi mesa estaba a la izquierda del escenario y como a 5 metros estaba él, nos miramos toda la noche, fueron miradas cómplices, me guiñaba el ojo y yo estaba a mil.

Termina el show, veo que se me acerca, y me dice:

-¿qué te pareció, la banda?

- Pa......buenísima, estuviste impecable, hicieron bailar a todo el mundo- le dije

-Me alegro,¿qué vas a hacer luego?- me preguntó

Tragué saliva, parecía un novato, luego de unos segundos, le contesté:

-Mira ya son las 12:15, me tomo unos licores más y me voy para la carpa- le dije

-¿Puedo acompañarte esta noche, para charlar?- me dijo con desparpajo

Que más quería yo que pasar una velada con él, por eso sin mediar un segundo le contesto:

- Dale, llevo algo para tomar y nos encontramos en la carpa a la 1:00,¿qué te parece?-

- Eso, a la una en punto estoy contigo, aprovecho para darme una ducha y cambiarme de ropa, ok- me dijo ya saliendo al tranco largo, se perdió por la escalera, yo me levanto y sigo el mismo camino, bajo hacia el mostrador, me encuentro con Sara, le pregunto lo que debo, pago y me retiro hacia "mi carpa de verano"

Apago las luces del exterior de la parcela, prendo el equipo y pongo un poco de música, algo bajo de volumen, acomodo las colchonetas, con el sobre de dormir que tengo arreglo, dejando espacio y me dispongo a esperar la llegada de mi Baldito.

Miro el reloj, la 1:00, miro hacia la derecha y la izquierda y nada, me incorporo y salgo, tomo los artículos de higiene personal y cruzo hasta los baños, para lavarme los dientes, me refresco un poco, la temperatura era agradable, finalizo la tarea, cruzo la senda y vuelvo a la carpa, entro y vaya sorpresa, estaba Baldo, sentado en posición buda, en el medio de la mesa:

- Pa...., me asustastes- dije

-¿Por qué apagastes la luz?- dijo

- Nada para estar tranquilo, y también por las miradas indiscretas- le dije

- ¿Dónde tenés el equipo, traje un CD de la banda? – me dijo

- Vení lo tengo dentro de la carpa, seguime- le dije

Caminamos, entramos, nos pusimos cómodos, el colocó el CD y comenzó a sonar la música, se recuesta y me mira diciéndome:

- Estás bien guapo, aparte me encanta la colonia que usas-

- Vos también, estás reguapo y lo único que deseo es besarte- le dije sin rostro

-¿Qué esperas?- me dijo con tono desafiante.

Cerré la carpa, y el alcohol sabemos que nos afloja el centro del autocontrol, lo que lleva a que tu cabeza se descontrole, eso está buenísimo, me tiré encima de él, nuestras manos recorrían los respectivos cuerpos, como intentando que cada célula de nuestra piel, participara, su lengua, ya atravesaba, mi boca y se saludaba con la mía en un frenesí sin parangón.

Baldo no era muy baquiano en las cuestiones del amor, por que se veía su inmadurez, pero como a su lado estaba el maestro, le fui enseñando con lujos de detalles los pormenores del sexo entre hombres, me fue tomando el pene, hasta que que yo le giro para que terminemos haciendo un buen 69, se notaba que no sabía chupar la pija, yo me reincorporo y le pregunto:

-¿Es tu primera vez, con un hombre?-

- Si............, porque te distes cuenta..- dijo desabrochándose el pelo

-No pasa nada, pero yo debía haber ido con más cautela- dije

- No seguí así que lo estoy disfrutando a morir- dijo apretando mi verga con sus manos

Seguimos con lo que habíamos comenzado, yo le chupaba la verga, que era tan tersa y tan delicada, pero dura como la que más, debía rondar por los 18 o 19 cm, tenía un grosor de la puta madre, que superaba el de la mía, mi lengua la recorría de punta a punta, lamiendo los huevos, eso se ve que le gustaba, ya que detenía su faena, cuando yo le pasaba la lengua, fui besando sus piernas, sus muslos, sus rodillas, sus......

Era lo que llamamos aquí un "Carnaval de Saliva", hasta que comenzó como a convulsionar, moviendo su pelvis, ví que estaba por terminar, le apreté el pene con los labios y comenzó a salir semen, que no se detenía, salía y salía, era tan agradable al paladar, casi dulce, es obvio ya que posee fructosa, que es uno de los monosacáridos que presenta mayor grado de dulzura, dulzura tenía la mirada de Baldo, que se había incorporado para observar en la penumbra mi accionar erótico. Se acerca, y arrima sus labios a los míos, nos fundimos en un tierno beso, su lengua torpemente se movía dentro de mi boca, como queriendo recuperar algo de su semen, yo ya lo había mandado a mis entrañas, para hacerlo más mío, sigue con su lengua, ahora era mi cuello el privilegiado, mis orejas, mi pecho, mis tetillas, mi ombligo y llegó a donde debía, mi verga, que ya había recuperado la dureza, la succionaba con mucha fuerza, sus dientes, en algunas oportunidades me ocasionaban un poco de dolor, que se mezcla con el placer, mi pene no se hizo esperar, yo veía que estaba por culminar, entonces, le digo que se detenga, me mira, como con duda y yo le digo, que me gustaría penetrarlo, el me dice que no, que no quiere hacerlo, pero yo insisto, y le digo que será una sensación disfrutable a pleno y que no debe sentir rechazo por todo lo que sea sexo, ya a esa altura yo había perdido toda la cordura, quería experimentar en una noche todo con él, tal vez un momento de lucidez o nó, puse el freno y dejé lo que tenía en mente, y entonces dejé que siguiera con el sexo oral, el cuál fue espectacular, porque a los cinco minutos le estaba llenando su cavidad bucal con mi leche, el la recibe, pero se ve que no le agradó, sino que la escupe contra la pared de la carpa, como asqueado, yo dejo que el actúe como su ser se lo pide, pero, solo me le acerco y le parto la boca con un beso, que devuelve con su gratificante lengua.

-Marcos, no te disgustes, pero no quiero ser penetrado- sentenció

- No te preocupes, el sexo no solo es la penetración, hay un sin fin de actividades que van con la piel y por ende que son sumamente disfrutables, te entiendo- le dije tomándole sus cabellos.

-¿Me puedo quedar a dormir contigo?- me preguntó con ternura acercándose a mi oreja.

-No hay problema, he pasado muy bien contigo y dormir junto a ti sería como ponerle la frutilla a la torta- le dije

Se cubre su cuerpecito con el sobre de dormir y me rodea con sus brazos y coloca su cabeza sobre mi pecho; yo no me podía convencer de la conquista que había hecho, era una de las más jóvenes de mi vida.

La cosa no terminó ahí, como a la hora, me realiza una penetración, va... una cogida insoportable, me puso sus centímetros en mi culo, que recibí con un poco de molestia al principio, para luego hacer placer, placer y placer, terminamos como a las cuatro de la mañana con la faena, desperté a las 11 de la mañana y estaba abrazado a mí, quería que el tiempo no pasara.

Los días restantes, fueron de lujuria y de placer, pude penetrarlo como a la cuarta noche y creo que disfrutó como yo, el fin de semana, la pasamos bomba, hasta que el lunes, se marchó para Paysandú, y así termina mi semana de placer con Baldito, al cuál no ví más, solo lo retengo en mis neuronas y en la foto que comparto con ustedes, ¿verdad que es bien bonito?; ¿qué opinan?; ¿porqué las cosas lindas pasan tan rápido?: sólo me resta decirles: ....espero que les haya gustado mi vivencia, espero sus comentarios, .....no soy otra cosa que un gran romántico y soñador,...¿estará bien?

Chau.......un abrazo y hasta cualquier otra oportunidad.