Había ya cumplido 18 años y no tenia todavía muy en claro que camino seguir para mi vida.

Por ese entonces mi mama y yo seguíamos frecuentándonos sexualmente y aunque seguía disfrutando plenamente del sexo con ella mi necesidad sexual y mi morbo iban creciendo día a día y ya no me alcanzaba coger con ella y mi mejor amigo para satisfacer mis instintos despiertos a tan temprana edad.

Hacia ya dos años que había abandonado el colegio y vivía de vago ya que de los pocos trabajos que había conseguido de todos me había echado y la discusión con mi mama al respecto se hacia muchas veces insostenible porque mis días transcurrían entre levantarme tarde, comer, satisfacerme sexualmente, salir por las noches y volver a casa habitualmente borracho o fumado cuestión esta que me hacia perder la poca cordura que aun mantenía y me llevo muchas veces a obligar a mi madre a satisfacerme así ella no tuviera ganas.

Con esta vida mi mama un día me puso los puntos sobre las ies: O CONSEGUIS UN TRABAJO, O ESTUDIAS O TE VAS DE ESTA CASA ASI NO TE QUIERO MAS CONMIGO!!!!

Como no me convenía irme o que me echaran a la calle comencé a buscar un trabajo y a tratar de hacer la mejor letra posible en mi casa para revertir la situación y conformar a mi mama aunque sea en apariencias.

Al otro día mi mama me mando a ver a un amigo o conocido de ella que buscaba un chico para trabajar en su oficina.

- Ya hable con el y le dije que ibas. Espero que hagas las cosas bien, bañate, afeitate y cambiate y ojo con lo que haces.

Llegue al lugar vestido con un pantalón negro algo ajustado que me marcaba muy bien mi culo y una camisa blanca que dejaba ver un poco mis pectorales. Era una oficina en un primer piso no muy amplia donde habría unos 15 chicos que habían llegado antes que yo todos con cara de sueño y aburridos por la espera.

Mientras estaba esperando mi turno para la entrevista vi, cuando se abrió la puerta de la oficina del dueño del lugar, a un hombre de unos 50 años, alto, canoso y de buena presencia despedirse del chico que había entrevistado y llamar al próximo.

Su porte de hombre con todas las letras hizo que comenzara a pensar en el como a una futura presa de mi instinto sexual algo que no podía dejar de hacer con cualquier persona que se me cruzase así hiciera todo el esfuerzo del mundo.

Así paso el tiempo hasta que toco mi turno de la entrevista. Me hizo pasar a su despacho que estaba amoblado tan solo con un escritorio amplio y cerrado en la parte de adelante, un sillón, un teléfono y un par de sillas.

Al tenerlo frente a frente vi en su rostro algo familiar, como que ya esa cara la habia visto en otro tiempo pero pense: Vos no tenés familiares directos aqui excepto a tu mama y a tu papa al cual hace años no ves así que sacátelo de la cabeza.

Note que el tipo me miraba con mucha insistencia por lo que mi intuición me dijo que si no era gay o bisexual le pegaba en el palo cosa que supongo habrá pensado el de mi también.

Llamo a su secretaria e hizo que me apuntara entre los 5 seleccionados para la entrevista final indicándome que tenia que presentarme al otro día a las 7 de la tarde.

Transcurrió el resto del día normalmente y me abstuve de salir por la noche en pos de estar con todas las luces para la tarde de la entrevista.

Cene con mi mama y como ella estaba aun enojada conmigo después de lo sucedido se limito a preguntarme como me había ido y como estaba de malos humores le conté muy escuetamente y decidí irme a mi cuarto a dormir sin mas que un hasta mañana.

Acostado en mi cama comencé a masturbarme pensando en aquel tipo que podría ser mi padre. Imaginaba que me obligaba a chupársela y que me penetraba con una enorme verga que aun no conocía hasta que me corrí y comencé chuparme los dedos y mi mano que estaban llenos de mi leche.

Al otro día cruzamos un par de palabras con mi mama antes que se fuera a trabajar y le dije que por la tarde tenia una entrevista de trabajo con su amigo y que seguramente no nos veríamos en todo el día.

Espere ansioso la llegada de la hora. Me bañe, me acicale y fui a cambiarme al cuarto de mi mama aprovechando un amplio espejo que ella tiene contra una de las paredes.

Vi mi cuerpo desnudo en el, seleccione un par de calzoncillos tipo boxer apretados que hacían que mi culo se viera mas espectacular que de costumbre, un par de pantalones ajustados que lo remarcaban mas aun y una remera negra pegada al cuerpo.

Llegue al lugar de la entrevista, golpee la puerta y me abrió el dueño de la agencia que estaba vestido muy formal y elegantemente.

Nos saludamos y vi que su secretaria no estaba por lo que intuí íbamos a estar el y yo solos.

Vi el sillón de tres cuerpos y me dispuse sentarme en el. Que mejor lugar para estar cómodo que ese sillón mullido que me permitiría estar mas cerca de el.

Espere ansioso hasta que volvió a su despacho encontrándome sentado cómodamente en el sillón.

El se sentó en el sillón y yo me incorpore.

Eso hice, me di vuelta y me quede dándole mi culo un buen tiempo. Trataba de pararlo para que se marcara mas aun en mis apretados pantalones.

Yo que de inocente no tenia un pelo y que ya había pasado muchas veces por situaciones parecidas en las que algún adulto envuelve con sus palabras a un chico para seducirlo y lograr su objetivo sabia como iba a terminar la entrevista laboral pero aun así seguí con mi papel de inocente chico que necesitaba imperiosamente el trabajo.

Seguimos hablando un poco de las tareas que debía hacer y otro poco de cómo iba mi vida y la de mi mama. Le dije que necesitaba ir al baño y le pedí que me indicara donde estaba y cuando me incorpore del sillón y me di vuelta sentí que su mirada me penetraba el culo.

Volví a su despacho y para mi sorpresa ya no estaba sentado en el sillón sino que estaba parado apoyado en el borde de su escritorio.

Aproveche para mirarlo de arriba abajo notando un bulto prominente que hizo que mi mirada quedara clavada en el.

Me senté y quede a unos 15 o 20 cm de su entrepierna. Como yo seguía en mi papel no hice ni dije nada, solo me quede quieto y levantaba y bajaba mi cabeza para mirarlo a la cara por un lado y tremendo paquete por el otro.

Su bulto crecía y yo recordaba cuando a los diez años y en una situación parecida un amigo me hizo mamarle la verga por primera vez. Eso me ponía caliente y con ganas de bajarle la bragueta y comerme su pija pero tenia que contenerme y seguirle el juego morboso que había planeado.

Comenzó a acariciarme las mejillas con una mano y con la otra a tocarse la verga.

Bajo el cierre del pantalón, metió la mano dentro y saco su verga. Era venosa, de unos 21 o 22 cm. de largo, bastante gruesa y con una cabeza del tamaño de una ciruela.

Comencé a chupársela sin vueltas. Me comía esa verga con un placer y unas ganas tremendas mientras el se inclinaba hacia atrás aun mas en su escritorio cerrando los ojos.

Yo obedecía. Ese juego de Jefe empleado o amo esclavo me fascinaba y mientras mamaba su vergon el me acariciaba y pellizcaba mis pezones los cuales estaban duros como una roca de la calentura que traía.

Me hizo parar, bajarme los pantalones y mostrarle el culo al tiempo que me hacia inclinar sobre el sillón dejando mi culo a su entera disposición.

- Ahhhhhh, tenes mejor culo que tu mama!!!!!

Comenzó a azotarme las nalgas primero con sus manos, luego con el cinturón de su pantalón para volver a hacerlo con sus manos y regresar al cinturón mientras me decía que era su esclava.

Mis nalgas estaban rojas, me ardian pero yo quería mas y mas. Me sentía una nena sometida por su padre y eso me causaba aun mas placer.

Eso me causo mucha gracia. El pensaba que yo era un pobre chico inocente que se dejaba coger por un trabajo sin saber que yo quería precisamente eso mas allá de conseguir el laburo o no y que ya tenia mas vergas entradas en ese culo que gente en un banco.

Me penetro sin darme tiempo a nada. Su gruesa cabeza entro con alguna dificultad en mi culo causándome un poco de dolor, ese dolor que tanto placer me causaba y al que tan acostumbrado estaba desde chico.

Su verga entraba y salía cada vez mas fuerte y rápido mientras me decía que iba a ser su putita y esclava desde ese día y que había sido el único chico de todos los que habían ido que había accedido a serlo.

Saco su verga de mi culo, puso su rodilla en el sillón, me agarro del pelo e inclino mi cara hacia ella para terminar en mi boca.

Un chorro de leche invadió mi boca llenándola de su liquido caliente y espeso mientras metía su verga y me ordenaba que me la tragase. Su verga entraba y salía de mi boca que chorreaba su leche. Me la hundía hasta la garganta y la sacaba y mi baba se mezclaba con su leche.

Cuando termino parecía exhausto como si hubiera salido de un trance. Su cara había vuelto a la normalidad. Me miro y me beso muy dulcemente en la boca pidiéndome perdón.

Quiso explicar lo inexplicable o lo que en realidad yo sabia que pasaba habitualmente en estos casos donde hombres mayores no pueden evitar cogerse a chicos de por entonces mi edad o menores que yo. Ya había pasado por eso y tenia clara la situación, me gustaba y lo asumía plenamente tanto eso como el incesto.

Se levanto y fue al baño a lavarse mientras yo, tirado en el sillón, pasaba mi lengua por las comisuras de mis labios tratando de aprovechar hasta la ultima gota de su leche que quedaba al mismo tiempo que comenzaba a masturbarme ya que aun no había eyaculado.

Al regresar a su despacho me vio tirado en el sillón masturbándome con una mano y pasándome la otra por la boca. Observo el espectáculo mientras terminaba de vestirse seguramente pensando que nuevamente su instinto sexual lo había superado pero que mas allá de sus problemas de conciencia había conseguido contratar al chico que iba a satisfacer todos sus instintos sin saber que quien había conseguido un trabajo a su medida, bien pago y que le permitía satisfacer todos sus mas bajos instintos era yo.

Termine de arreglarme y me despedí hasta la mañana siguiente no sin antes recibir un sonoro beso en la boca por parte de mi nuevo jefe.

Al salir de su despacho vi a su secretaria cosa que me sorprendió por un lado porque eran ya casi las 10 de la noche y por el otro porque seguramente había escuchado todo lo que había pasado.

Era una chica de unos 20 o 21 años no mas, morena, de buen porte y con un aire a nuestro jefe en común.

Ella noto mi cara de sorpresa al verla ya que no imaginaba toparme con ella ni remotamente.

Me despedí. Eran pasadas las diez de la noche y sonaba en mi cabeza una frase que me quedo grabada mientras Ignacio me hacia mamarlo y me cogía. SOS TAN PUTITA COMO TU MAMA.

Con el tiempo descubriría que en verdad María Paula, la hija de Ignacio, y yo tendríamos mas de una historia en común, esas historias que uno piensa que solamente se pueden ver en los culebrones que pasan a la tarde en la televisión pero que en realidad suceden en la vida real que habitualmente supera a toda ficción posible.