Un verano, hace ya varios años de esto, mi mama me aviso que vendrían a pasar unos días a mi ciudad una amiga de la infancia que hacia ya varios años estaban radicados en el sur de la argentina cosa esta que no me cayo nada bien ya que, por cuestiones de presupuesto, se quedarían en nuestra casa el tiempo que duraran sus vacaciones.

No me cayo nada bien por varias razones entre otras que, durante la estadía de la amiga y su familia, mi mama pasaría a ser únicamente mi mama y yo su hijo o sea no íbamos a poder coger en pocas palabras.

La amiga de la infancia de mi mama y según me contaba esta, se había casado antes que ella con un visitador medico y se habían radicado en Comodoro Rivadavia. Inés, tal su nombre era unos años mayor que mi ella y habían sido vecinas durante muchos años y algo así como su hermana mayor.

Por supuesto yo solo la conocía por fotos y sabia que habían tenido dos hijos, un varón que ya tenia mi edad (17 años) y una mujer que andaba por los 12 en ese entonces y el fastidio que tenia imaginando tener que soportar a un pibe que ni sabia que onda y a una niña que seguro andaba todavía con sus barbies a cuesta era tal que me fui a mi cuarto totalmente ofendido y sin cenar (cosa que a mi mama la ponía muy mal).

Al rato se abrió la puerta de mi habitación y entro mi mama con la cena.

Me conocía lo suficiente como para advertirme de esto. Sabia que vivía tratando de cogerme hasta a sus amigas, las hijas de estas, a sus hijos y a todo aquel o aquella que se me cruzara por delante así que lo que me planteo no me sorprendió en absoluto.

Mi mama se levanto, agarro el plato con restos de la cena y se fue. A trasluz se le transparentaba su camisón y podía apreciar la inmensidad de su tremendo culo.

Pense que volvería pero no, se fue directo a su habitación y como era la ultima noche antes que viniera su amiga y su familia me levante y me dirigí hasta su cuarto. Quería aprovechar el poco tiempo que quedaba porque no sabia si por unos cuantos días no me la iba a poder coger así que abrí la puerta y entre.

Estaba acostada boca abajo con el camisón enrollado hasta su cadera dejando sus nalgas a mi disposición. La muy perra se hacia la dormida, le gustaba que la tomara por asalto y hacerse la difícil.

Me tire en la cama y comencé a tocar sus nalgas en principio para luego darle unos chirlos hasta ponerlos rojos.

Ni bien la di vuelta y vio mi verga a pocos centímetros de su boca no se resistió demasiado. Le gustaba chupar, esa era su gran debilidad y nunca opuso resistencia a meterse completa mi pija .

Mi verga entraba y salía de su boca hasta que la di vuelta poniéndola de costado y comencé a metérsela en el culo hasta enterrarla hasta mis testículos mientras ella gemía y gritaba su típico NO BICHI NO, POR LA COLA NO.

Así pasamos un par de horas satisfaciendo nuestras ganas y nos quedamos dormidos.

Me desperté con el ruido de voces. Eran las 11 de la mañana y yo seguía durmiendo en la habitación de mi mama a pata suelta. Escuche una voz de mujer preguntando por mi y mi mama diciéndole que estaba durmiendo aun pero que ya me levantaría.

Me levante, me puse una malla (bañador) y salí.

Cuando la vi a Inés no me causo muy buena impresión ya que era una mujer poco agraciada, algo o bastante gorda y con cara de no coger desde hacia años. Me dije para mis adentros: "Si así es la madre no quiero imaginarme a la hija"

Luciana no era muy diferente a su mama como supuse desde un primer momento. Era algo gordita, bajita, con cara redonda de tez morena, labios carnosos y, a pesar de su corta edad y seguramente por su contextura física, me llamo la atención ver un desproporcionado par de tetas que mas que tetas parecían melones a punto de estallar.

Inés me abrazo y me dio un ruidoso beso que me dejo zumbando el oído "UH PENSE, UNA TIA CARGOSA "

El turno de saludar a Luciana fue normal pero en este caso me tuve que agachar bastante para darle un beso en la mejilla ya que no pasaba el metro cincuenta. Me sonrió y pense " TIENE UNA CARA DE PUTA QUE SE LAS TRAE"

Terminados los saludos formales me fui a dar una ducha ya que entre el calor que hacia y la noche de sexo con mi vieja tenia una mugre que ni yo la soportaba.

Me duche, me hice una buena paja ya que estaba bastante caliente, me seque, me puse un pantalón corto que uso para jugar al fútbol y salí.

Al salir del baño fui a la cocina . Inés y mi mama estaban parloteando sus recuerdos, riéndose a los gritos y demás circunstancias que suelen tener los reencuentros como este.

Tenia hambre así que fui hasta la cocina a mi pesar buscando algo con que llenar mi estomago que a esa altura pedía comida a gritos. Supuse desde un primer momento que tanto el marido de Inés como el hijo de esta se habían quedado afuera bajando el equipaje y que por eso no los había visto pero no fue así.

Nos cruzamos la mirada con Luciana. Su rostro denotaba tanto fastidio como el mío y seguramente estaría pensando lo mismo que yo.

Tome el sándwich, un vaso de gaseosa dije un seco hasta luego que se diviertan y cuando me iba a mi cuarto escucho la voz de la niña diciendo muy suelta de cuerpo y con cara de inocente.

Cuando Luciana dijo de ir a mi cuarto a mi mama se le transformo la cara. Quería interceder para que ella no fuera conmigo y no corriera peligro alguno.

Entre a mi cuarto y tras mío venia la niña con cara de contenta ya que no tendría que soportar mas a su madre ni a la mía. Cerré la puerta, me tire en la cama, puse música y mientras comía mi sándwich me puse a leer una revista que estaba tirada sobre el acolchado.

Se sentó a los pies de mi cama mientras yo hacia como si ella no existiera. Verdaderamente no le prestaba atención porque me conocía y no quería meter la pata. Le había prometido a mi vieja portarme bien y eso era todo lo que iba a hacer aunque no sabia por cuanto tiempo.

Harto de soportar la situación me levante de la cama, abrí la puerta y le señale el camino para que se fuera y así lo hizo.

A los cinco minutos entra mi mama preguntándome que había pasado y porque Luciana estaba llorando. Mi respuesta fue directa y concisa, le dije que la había echado porque no paraba de hablar.

Cuando mi vieja abrió la puerta estaba la niña esperando haciéndose la víctima e intentando volver a meterse en mi cuarto.

Me tire nuevamente en la cama y ella sentó a los pies. Se la notaba acalorada

ya que llevaba puestos unos pantalones de lona, una remera de algodón y un par de zapatillas.

Se levanto de la cama y puse mi mirada atentamente en sus nalgas. No había percatado que no solo tenia unas tetas descomunales y una cara de puta que se las traía sino que también era poseedora de unas nalgotas que superaban a las de mi vieja.

En el ínterin entre que ella se fue y volvió hacia control mental " NO, NO TE PASES, NO HAGAS CAGADAS, SE VA A ARMAR QUILOMBO" , parecía un monje tibetano haciendo control mental.

Estaba tirado concentrándome en esas palabras pero, MENTE SUPERIOR DOMINA A MENTE INFERIOR. Tenia puestos unos pantalones cortos sin calzoncillos y cuando abrí los ojos note terrible bulto. A pesar de mi control mental mi verga ya se había parado algo que, convengamos, nunca pude dominar.

Luciana entro sin golpear como si fuera su cuarto. Se había puesto una falda bastante corta y arriba una remera sin mangas que apenas alcanzaba a tapar sus tremendas tetas.

Obviamente cuando entro yo estaba tratando de disimular mi erección pero fue inevitable que lo viera así que me tape con una almohada como para solucionar el inconveniente.

Ya a esa altura estaba que volaba de la calentura. Evitaba mirarle las tetas pero no podía, era mas fuerte que yo.

Fue la gota que rebalso el vaso. No me equivocaba cuando me dije que tenia una cara de puta que se las traía Ninguna pendeja de 12 años anda provocando a un tipo mas grande si no sabe lo que es una buena verga.

Me saque la almohada de arriba de mi pija, me baje los pantalones cortos y la saque de su prisión.

Los ojos de Luciana se abrieron pudiendo percibir una mirada ya no de curiosidad, mucho menos de vergüenza, sino de ganas.

Se puso en 4 patas, tomo mi verga con su mano y casi al instante se la acerco a la boca. Comenzó a pasarle la lengua por el glande para luego pasársela por su cara y comenzar a chuparla como la mas experta de las putas.

En esa posición y mientras se tragaba mi verga a buen ritmo miraba bambolearse sus tetas. Sus pezones ya se notaban duros y comencé a pellizcarlos.

Seguí tocándole las tetas mientras ella seguía mamándome. Me incorpore un poco y le subí la falda dejando sus gordas nalgas al descubierto. Llevaba una tanguita diminuta que dejaba su culo a la vista de todo el mundo.

Le saque la verga de la boca.

Le metí la verga en la boca, una buena mamada era una buena mamada y al fin y al cabo si recién nos conocíamos y ya me la estaba chupando en el mes que iba a estar instalada en mi casa me la iba a coger a como diera lugar.

Le agarre la cabeza como para no dejarla escapar y le escupí toda mi leche en la boca.

Sin inmutarse y saboreando mi liquido la fue sacando despacio no dejando restos de mi leche.

Justo cuando iba a hacerle la pregunta del millón oímos las voces de mi vieja y la mama de ella acercándose a mi cuarto. Rápidamente nos acomodamos e hicimos como si nada hubiera pasado.

Se abrió la puerta de mi cuarto de golpe. Era mi vieja que seguramente lo había hecho con la intención de pescarme haciendo de las mías.

Nos encontró a mi tirado en la cama y a Luciana sentada a los pies charlando. Detrás de ella se asomaba la cara de Inés tratando de ver en que estabamos.

Inés nos miro a ambos sonriendo, luego y con cara de feliz cumpleaños miro a mi vieja.

En medio de esa conversación note que Inés le pasaba la mano por la cintura a mi mama.

Ambas salieron de mi cuarto, primero mi mama y tras suyo su amiga del alma. Ni bien cruzaron la puerta Inés volvió a tomar de la cintura a mi mama.

Al cerrar la puerta de mi cuarto pude ver como la mano de Inés se deslizaba por la cadera de mi mama bajando hasta su nalga derecha.

Inés y mi vieja tenían una historia y de alguna manera iba a averiguar lo que había pasado.