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Las Jóvencitas Criadas de Bernardo

en Interracial

LAS JOVENES CRIADAS DE BERNARDO

Capítulo I


Bernardo, de 50 años, de familia de raza negra y humilde, pero desde hace un par de años millonario, gracias a un cuantioso premio de lotería, construyó una mansión en el barrio humilde que le vio nacer. Actualmente se dispone a contratar al personal de limpieza, para lo cual, pone un anuncio en el barrio ofreciendo 3.000 dólares mensuales. Son muchas las personas interesadas por la elevada suma, entre ellas Dolores, que se interesa en ese empleo para su hija.


DR: ¿Ud ha solicitado una criada para la casa?

BS: Efectivamente. Necesito una criada joven entre 18 y 22 años, y como dice el anuncio muy atractiva, que se abstengan las feas.

DR: ¿Cuál sería la tarea? Estoy buscando un trabajo para mi hija Sandra. Cumple los requisitos, tiene 19 años y es una preciosidad.

BS: Las tareas propias de la casa y brindarme algunas alegrías.

DR: Cuando dice que le brinde algunas alegrías, ¿no estará pensando en andar tocándola?.

BS: No. No es para andar tocándola solamente...

DR: ¿A qué se refiere? ¿No pensará acostarse con mi Sandrita? ¡Es virgen!

BS: No se preocupe porque sea virgen. Lo dejará de ser apenas esté a mi servicio. Además todas las chicas de esa edad no piensan en otra cosa que en sexo.

DR: ¡Eso es lo que Ud. dice!. Mi Sandrita es una chica decente.

BS: Yo no he dicho que sean unas chicas indecentes. Solamente que les gusta el sexo.

DR: ¡Tanto que he cuidado su inocencia! ¡Perder su pureza así!

BS: No dramatice. Tarde o temprano su Sandrita perdería su virginidad. Mejor con alguien que usted conozca y que le transmita seguridad, que con cualquier chico desvergonzado de la calle.

DR: ¡Ay Dios mío! ¡no puede ser cierto lo que estoy oyendo!. ¡Mi pobre Sandrita!, con lo inocente que es... ¡Hay Sandrita, las cosas que tendrás que hacer para poder trabajar!. ¡Entregar tu virginidad ante un señor entrado en edad, negro y feo!.

BS: Mi estimada Dolores, no me ofenda. Seré negro, feo y entrado en edad, pero sabe muy bien que me sobra dinero, y sería una suerte para usted y su familia que Sandra trabajase en mi casa. No quiero usar más tiempo en esta entrevista. Si quiere que su Sandrita tenga posibilidades de trabajar aquí, que venga el jueves próximo a las tres de la tarde. Quiero tener una entrevista personal con ella.

DR: Perdone mi insolencia. Bien, le diré que venga, pero debe tratarla con dulzura. ¡Es tan inocente!. Nunca ha tenido contacto con chicos.

BS: No se preocupe. Creo que tengo razones suficientes para pensar que una vez que su hija pruebe lo que quiero darle ya no querrá contacto con chicos, sólo querrá estar conmigo. ¡Ah, me olvidaba! Debe venir con falda, no con pantalones.

Se despidieron con un apretón de manos. Dolores se fue algo preocupada por la integridad de su hija Sandra.

Capítulo II


Ese jueves a las tres de la tarde se presentaron cinco chicas para el puesto de chacha. Por supuesto Sandra, pero además Candela, 21 años; Katerina, 20 años; Iris, 19 años y Consuelo, con 18 años recién cumplidos. Aguardaron un momento hasta que Bernardo se presentó en la sala de la casa. Una vez llegó se quedó observándolas por un instante. Era algo impresionante, el anuncio decía que a ser posible se valoraría que las muchachas fueran atractivas, pero Bernardo jamás se imaginó esto. Las cinco eran tremendamente bellas:

Sandra mediría 1.70 m. aproximadamente, con una melena negra ondulada que tenía recogida en una coleta y que contrastaba con la claridad de sus enormes ojos verdes que iluminaban un rostro hermoso y angelical. Sus ropas dejaban entrever un tipo proporcionado y muy bonito.

Candela era mas alta que las demás, casi 1.80 m. calculó Bernardo. Tenía ojos negros y un poco morena de tez. Llevaba una melena negra larga que rebasaba sus hombros hasta media espalda, la cual sacudía continuamente con movimientos sexys. Estaba un poco delgada, pero al igual que Sandra tenía un tipazo.

Katerina rondaría el 1.75 m. de altura aproximadamente. Sus ojos azules y sus labios carnosos dibujaban un rostro hermoso y sensual a lo Scarlett Johanson. Tenía una melena rubia larguísima que caía lacia hasta el final de la espalda y que prácticamente rozaba su trasero. Su ajustado vestido a duras penas podía ocultar las formas voluptuosas de su precioso cuerpo.

Iris era de raza negra. 1.72 de altura más o menos. Llevaba su pelo oscuro y rizado recogido y con abundantes rastas. Tenía unos ojos inmensos y expresivos y una bonita sonrisa. Un cuerpo estilizado pero musculado y al igual que Katerina era todo curvas y sensualidad.

Consuelo era las más pequeñita de las cuatro, a ojo unos 1.65 m. de altura. También era la más delgadita, aunque su cuerpo estaba muy bien hecho. Tenía una melena castaño-rojiza que llegaba ondulada hasta sus hombros y un rostro de muñeca, con ojos color miel y numerosas pecas.



BS: Les agradezco que hayan venido a esta entrevista. Les haré algunas preguntas y verificaremos otras cosas de ustedes. Primero quisiera que se ubicaran juntas contra esa pared para que las observe y pueda comparar. Bien, ahora dense la vuelta de espaldas hacia mí y levántese las faldas que quiero observar detenidamente las bragas y sus culitos.

Las cinco jóvenes sorprendidas, obedecieron a regañadientes. Giraron sobre sus talones y levantaron sus faldas. Sandra usaba unas bragas blancas de generosas dimensiones. Katerina un tanga muy reducido de color rosa, Candela unas bragas negras ceñidas, Iris un tanga pequeño de color blanco y Consuelo unas bragas rojas, algo gruesas. Bernardo observó los cinco culos y le parecieron todos apetecibles: Consuelo lo tenia redondito y pequeñito, pero prieto y muy bonito, Katerina tenia su rosado trasero en pompa y duro de hacer ejercicio, el de Candela era firme con una simetría de glúteos perfecta, Sandra al igual que Katerina lo tenia respingón y muy sexy. Por último Iris lo tenía algo más grande que el resto, pero increíblemente duro y en pompa como casi todos los de su raza. Todos eran preciosos y dignos de revista de adultos, aunque debió reconocer que el de Iris quizás fuera el más llamativo y espectacular.

BS: Ahora giren que quiero verlas de frente.

Las cinco se pusieron de frente. Las bragas de Sandra y el tanga de Katerina dejaban transparentar el vello púbico, más abundante en Sandra y parcialmente depilado en Katerina. Las de Candela y Consuelo no transparentaban ninguna sombra. La tela de las bragas eran más gruesas. El tanga blanco de Iris era tan pequeño que se metía entre su sexo, no cubriéndolo en su totalidad y enseñando parte de una vulva que parecía rasurada. La vista de esas partes de los cuerpos de las jóvenes satisfizo a Bernardo.

BS: Bien, ahora deben quitarse las camisas y quedarse en sujetador.

Consuelo: Pero señor, hemos venido para un trabajo de interinas y nos está tratando como a....

BS: Putas querrás decir.

Consuelo: Bueno, no quería decir esa palabra.

BS: La puerta está abierta. Si estás molesta puedes irte. No quiero perder tiempo con jovencitas que se avergüenzan de mostrarse en sujetador. Por tan pequeña cosa creen que se las trata como putas. Además todas sabéis que el trabajo está muy pero que muy bien pagado, la que no esté dispuesta a realizar algunos sacrificios ya sabe dónde está la salida.

Las cinco asintieron con la cabeza.

Consuelo: Está bien señor, le pido disculpas, ya me quito la camisa.

Las cinco jóvenes estaban ahora luciendo sus pechos aunque cubiertos por los sujetadores. Las tetas de mayor tamaño y turgentes eran las de Katerina.

BS: Por lo que puedo apreciar no están mal, pero tendrán que quitarse esa prenda también para apreciar mejor sus senos y sobre todo los pezones.

Con alguna demora, también Consuelo se quitó el sujetador. Aparecieron a la vista de Bernardo cinco pares de tetas espectaculares.

Las de Sandra eran de dimensiones normales, pero muy firmes, redondas y con un par de pezones rojos muy prominentes.

Las de Consuelo pequeñas, parecían que no se habían desarrollado del todo a pesar de su edad, pero estaban erguidas. El color oscuro de la areola y los pezones contrastaba contra el blanco de la piel.

Las de Katerina, quizás las de mayores dimensiones, también estaban muy erguidas. Los pezones gruesos y rosados, sobresalían más de medio centímetro y parecían dos lanzas amenazadoras.

Iris poseía unos pechos negros totalmente cilíndricos y de tamaño medio, con unos pequeños pezones oscuros como el carbón,


Finalmente las de Candela, de un tamaño apreciablemente mayor a la media y con forma de pera, mostraban ahora todo su esplendor, ya que antes habían quedado ocultas bajo la tela del sujetador.

BS: Buenas tetas las de las cuatro.

Bernardo estaba realmente satisfecho con la vista que tenía ante sí. Se acercó a Sandra, la chica no pudo contener algunas lágrimas que escapaban de sus mejillas pero permaneció inmóvil mientras Bernardo continuaba con la inspección de sus bonitos pechos. Su suave piel y esos pezoncitos duros rojos eran el deleite del "evaluador". La joven no había siquiera sospechado que sería sometida a semejante inspección.


Luego le tocó el turno a Consuelo. Sus pequeñas tetas podían ser cubiertas por las enormes manos negras de Bernardo en su totalidad. Eran un poco pequeñas para su gusto pero de todas maneras se detuvo largo rato magreándolas. La joven estaba incómoda no solamente teniendo que mostrar sus tetas sino también por tener que someterse a semejante examen.

Prosiguió con Katerina. Masajeó y palpó la firmeza de sus pechos con detenimiento. Muy grandes y turgentes. Eran tan perfectos que parecían operados, aunque al tacto enseguida se dio cuenta de que no lo estaban. Pasaba una y otra vez sus dedos por los pezones que se erguían y endurecían cada vez más. Un rubor cubrió la cara de la joven.

Posteriormente continuó con Iris, magreó sus oscuros pechos sin contemplaciones, duros y cilíndricos con unos pezones pequeños pero coquetos, mientras que ella parecía dejarse hacer sin ningún tipo de reparo.

Finalmente fue el turno de Candela. Una ligera sonrisa, casi imperceptible, se dibujó en los labios de la joven mientras sentía los dedos de Bernardo recorriendo sus senos. Permanecía inmóvil, como empujando sus tetas hacia delante para una mejor inspección. Tenían un tamaño mas que aceptable.

Bernardo debía calificarlas para la valoración final de las postulantes. Katerina un 9´5 ; Sandra 9, Consuelo 6, Iris 7 y Candela 8.

BS: Bien ahora vamos a valorar lo que tienen un poco más abajo. Será mejor que se quiten las faldas así estarán más cómodas. Todas se quitaron las prendas, quedando con las bragas y sus calzados. Ninguna llevaba medias pues era verano.

Bernardo se acercó y comenzó a palpar el culo de Consuelo. Luego puso su mano debajo de las bragas y acarició los glúteos y dirigió el dedo índice de su mano derecha al agujero del culo.

BS: Bonitas bragas rojas. ¿Por qué has elegido este color para venir?.

Consuelo: Me puse una de las bragas que tengo. No pensé que debería mostrarme así.

BS: ¿Te da vergüenza mostrarte con esas bragas rojas?

Consuelo: Sí.

BS: Entonces mejor te las quites así no te avergüenzas de usar bragas rojas y yo puedo apreciar mejor tus intimidades.

Consuelo: No señor, no me pida que me desnude y le muestre mi pochita. ¿No tiene otra forma de evaluarme?.

BS: ¡Vamos niña!. ¡Quítate de una vez esas bragas que mi paciencia es limitada!.

La cara de Consuelo se puso roja de vergüenza e indignación. Tener que desnudarse delante de un desconocido era humillante. A pesar de sus emociones colocó ambos pulgares debajo del elástico de la cintura y comenzó a bajarse las braguitas. Al llegar a las rodillas se detuvo.

BS: Sácatelas totalmente. No me basta con que las bajes hasta las rodillas.

Consuelo las bajó hasta sus tobillos y se las quitó totalmente. Ahora estaba vestida solamente con los zapatos. Bernardo colocó su mano entre las piernas y comenzó a subir hasta llegar a la rajita. Con un dedo comenzó a tocar el clítoris y la entrada de la vagina.

Consuelo: Señor,¡soy virgen!. No me rompa el himen.

BS: Bueno, de eso hablaremos después. No voy a ser tan tonto de desvirgarte con el dedo. Para eso está otra cosa mejor, jajaja!.

Bernardo continuó con la investigación. Tocó todas sus partes. El vello del pubis era muy suave y de color castaño y los labios vaginales estaban libres de toda sombra de pelos. El clítoris y los labios menores, salían tímidamente hacia fuera mostrándose visibles. Terminada la inspección se dirigió a Katerina.

BS: Tú, rubia, quítate ese tanga. Quiero verte y tocarte bien.

Katerina sin dudar se bajó el tanga y se lo quitó. Se quedó delante de Bernardo con sus bonitas piernas ligeramente separadas. El hombre acarició las nalgas y las pellizcó para comprobar su firmeza. Pasó sus dedos por la raja del culo y luego dirigió su mano a su chochito.

Katerina tenia una vulva abultada, con un pubis parcialmente rasurado, dejando un bigotito rubio. Los labios mayores habían sido cuidadosamente afeitados, eran gruesos y escondían totalmente a los menores, dibujando una perfecta rajita. Bernardo pasó los dedos de su mano izquierda entre sus pliegues mientras su índice derecho incursionaba en el culo de la joven. Notó un pequeño estremecimiento del cuerpo cuando frotaba el clítoris.


BS: ¿Siempre te afeitas la vulva y parte del pubis?

Katerina: Sí, me gusta usar trajes de baño pequeñitos y no quiero que asomen pelos. Es como estar mostrando sin mostrar y eso puede llevar a malos entendidos.

Bernardo se dirigió a la siguiente, Sandra.

BS: Bien, quítate esas enormes bragas. ¿Tanto tienes para ocultar? Por suerte son bastantes transparentes y por lo menos se ve la sombra del vello, pero quiero ver con detalle tu chochito.

Sandra se ruborizó, pero después de titubear un momento, también se quitó las bragas. Bernardo le acarició los glúteos, los pellizcó y los palmeó y le introdujo con suavidad parte de un dedo en el culo. La piel la tenía muy suave. Era un placer acariciarla. Luego pasó a su parte delantera entre las piernas.

La vulva estaba húmeda. Después de todo era una joven de 19 años que seguramente estaba siendo acariciada por primera vez en sus partes íntimas. Estaba muy caliente a pesar de su timidez. Tenía un bello púbico sin arreglar, oscuro y no muy abundante. Al igual que Katerina, bajo el pelo oscuro de su sexo se adivinaba una vulva turgente, con labios mayores carnosos y prietos que ocultaban a los menores.


BS: Parece que te gusta que te toque entre las piernas y en los labios de la vulva, eh?.

Sandra: Me da mucha vergüenza. Esta es la primera vez que me ocurre

Ahora era el turno de Candela. No esperó a que le pidiera que se desnudara. Se quitó las bragas negras. Buenas redondeces pero mucho vello púbico oscuro y en los labios de la vulva. No le resultaba muy agradable. Los labios menores eran visibles y prominentes y un clítoris grande asomaba desafiante.

La acarició, y tocó todas sus partes. Comenzó a introducir un dedo en la vagina y Candela no se opuso. Dejaba hacer y facilitaba que sus partes más íntimas fueran inspeccionadas por su posible empleador. Sus labios vaginales se separaron quedando su boca ligeramente abierta.

Por último inspeccionó a la chica de su mismo color de piel, Iris. Aun no se había bajado el tanga, su piel negra contrastaba con el color blanco de la prenda. Bernardo se las bajó sin contemplaciones, poseía una vulva oscura totalmente afeitada con labios mayores y menores finos y un clítoris grande que sobresalía bastante.

BS

: Vaya, la llevas totalmente rapada. A mi me gustan así, sin pelo. Como es que te da por afeitartela enteramente?.

Iris

: Tengo mucho pelo ahí abajo y si no me la afeito no puedo llevar en la playa los tangas que tanto me gustan.

Bernardo la tocó durante un tiempo, introduciendo un par de dedos en su ranura. A pesar de que tenía una bonita vulva, a Bernardo siempre le habían atraído más las carnes blancas y rosadas de las chicas blancas. No sabía el porqué.

Terminada la revisión, era hora de calificarlas.

Consuelo: Culo, 8, chocho 9, tetas 6 TOTAL: 23 puntos
Katerina: Culo 9, chocho 10, tetas 9’5 TOTAL: 28’5 puntos
Sandra: Culo 9’5, chocho 9.5, tetas 9 TOTAL: 28 puntos
Candela: Culo 7’5, chocho 6, tetas 8’5 TOTAL: 22 puntos

Iris: Culo 10, chocho 7, tetas 7 TOTAL: 24 puntos

BS: Ahora quiero hacerles algunas preguntas para completar el panorama. Comencemos con Sandra de la cual conozco algo. Dime. ¿Es cierto que eres virgen?.

Sandra: Sí señor. Ya le dije, ésta es la primera vez que un hombre me ve desnuda y me toca las tetas, el culo o la pocha. Nunca antes me había ocurrido.

BS: ¿Tampoco te has puesto nunca una polla en la boca para mamarla?

Sandra: No señor, nunca. Tampoco he visto pene alguno. Solamente en alguna revista que a escondidas llegaba a mis manos por medio de alguna amiga, o a través de internet.

BS: Entonces, lógicamente tampoco te han penetrado por el culo.


Sandra: ¿Por el culo?. No, nunca. No sabía que podía ser penetrada por el culo. ¿Es común eso? Debe ser doloroso que a una le metan ese pedazo de carne en ese agujerito tan pequeño.

BS: Entonces eres virgen de todos tus agujeros y ni siquiera has visto una polla en tu vida, vaya, vaya…

Sandra: Así es.

BS: A ver Consuelo. Tú dijiste que eres virgen. ¿Nunca te la han metido por ninguno de los agujeros?

Consuelo: No, no fui penetrada nunca en parte alguna de mi cuerpo. Aunque hace unos meses estando en la habitación de un amigo estudiando para un examen…

BS

: Sigue.

Consuelo

: Pues eso, que estaba en la habitación de mi amigo y sus padres habían salido. De repente me dijo que hiciéramos un descanso, que quería enseñarme unas cosas que se había bajado por internet. De repente salió en la pantalla una chica muy guapa haciéndolo con dos chicos a la vez. Ella parecía disfrutar muchísimo. Yo le dije que como podía gustar tanto a los chicos ver esas cosas, y el sonrió y me dio un beso. Yo no sé que me pasó pero no le rechacé. Nos morreamos un buen rato y luego me acarició las tetas metiendo una mano debajo de mi camisa y sujetador. Luego su mano se deslizó por dentro de mis braguitas y me tocó la pocha. Me gustaba como me tocaba, yo notaba como me humedecía cada vez más. Luego se bajó de golpe los pantalones y me mostró su polla. Me dijo que era su turno y que se la tocara de arriba abajo. La tenía dura y roja como un tomate. Se la meneé por un rato y luego el súbitamente quiso bajarme las bragas para metérmela. Yo me asusté y allí terminó todo. Salí corriendo de su casa.

BS: O sea que conoces como pajear a un chico.

Consuelo: No, solo la toqué un poquito. Tenía miedo. Lo que no entiendo para qué tantas preguntas e inspección de nuestros cuerpos si necesita una chica para limpiar la casa.

BS: La tarea en la casa es mucha y muy variada. Sigamos con Katerina.

Katerina: Yo no soy virgen. Hasta hace pocos años solo le había dejado tocar las tetas un poco a algún amigo. Ya que desde la adolescencia no sé lo que pasa pero la mayoría de chicos están obsesionados con mi cuerpo.

BS: Viéndote no me extraña lo más mínimo. Pero sigue contando por favor..

Katerina: Mi primera experiencia fue hace tres años en la fiesta de fin de curso del colegio. Éramos un grupo de unos treinta entre chicas y chicos. Comencé a bailar con un chico que me gustaba, y al poco tiempo bajó la mano de la cintura al culo. No me opuse porque me gustaba que me tocara.

Por otra parte estábamos muy juntos y apretados y sentí de inmediato que la polla se le ponía dura. Yo al notarlo, también me puse un poco cachonda. Seguimos bailando y entonces me levantó un poco la falda y me tocó por encima de las bragas con la mano. Poco después nos apartamos del resto a un rincón oscuro y allí pasó la mano por debajo y me acarició la pochita. Las demás parejas seguían bailando y no se fijaron en lo que hacíamos.

Yo no podía más, estaba muy excitada. Nos fuimos a un baño apartado del colegio. Mientras él me manoseaba la pocha yo le saqué la polla y empecé a tocársela. Luego bruscamente me quitó las bragas y allí mismo me desvirgó, encima del inodoro. Se nos fue la cabeza y lo hicimos sin ninguna protección. Por suerte no estaba en período de fertilidad y gracias a Dios no me quedé embarazada.

BS: No fue poca cosa para comenzar. Follar la primera vez a escondidas en un baño, denota un buen entusiasmo por tu parte. Sigue.

Katerina: La segunda vez fue en mi casa. Era el cumpleaños de mi hermano mayor. Mis padres estaban se habían ido ese fin de semana. Yo hablaba con uno de los amigos de mi hermano en la sala. No es que me gustase ese chico, de hecho era bastante feucho, pero esa noche yo había bebido bastante. Caricia va, caricia viene. Beso va, beso viene, él comenzó a calentarse bastante. Yo también. Nos apartamos del resto para que no nos vieran.

En un momento me agarró las tetas y las manoseó con fuerza. Le abrí la bragueta y le agarré la polla. ¡La tenía durísima!. Mientras el resto estaba en el piso de abajo, le llevé arriba a mi dormitorio, cerramos la puerta con llave y lo hicimos en mi propia cama. Tres polvos seguidos. ¡Qué polla más dura tenía!. Esa vez disfruté mucho. Para no despertar sospechas y a pesar que me hubiera gustado continuar, nos vestimos y continuamos con la fiesta poco después.

BS: ¿Y no volviste a follar con el amigo de tu hermano?.

Katerina: No. Esa fiesta fue hace un año y él se tuvo que marchar del País por un trabajo y desde esa fecha no lo he vuelto a ver. Aunque me escribió bastantes cartas después diciéndome que era la chica más guapa que había conocido y quería verme de nuevo.

BS: Vaya…y alguna experiencia más?.

Katerina: Bueno...yo...

BS: Adelante no te avergüences.

Katerina

: Verá señor Bernardo, hace poco fui por primera vez al ginecólogo. Me lo recomendó una amiga, lo que no sabía era que era tan joven, prácticamente recién salido de la facultad. Muy educado y atento. Yo notaba que nada más entrar en su consulta no paraba de mirarme con atención de arriba abajo y que mientras me estaba haciendo la revisión no despegaba sus ojos de mi sexo. No sabía si eso era normal, pues era mi primera consulta, pero en ese momento me pareció que le gusté. Mis sospechas se hicieron realidad cuando al día siguiente me llamó para tomar un café. Yo accedí y seguimos quedando un par de veces más antes de acostarnos. Ahora hace ya seis meses que salimos juntos.

BS: ¡¿Cómo?! ¡¿Qué tienes novio?!. En mi anuncio dejé claro que no quería chicas con novio!.


Katerina: Lo sé, lo sé!. Perdóneme!, pero quiero el trabajo. El que tenga novio no será inconveniente, ya lo verá. Él no tiene por qué saber determinadas cosas de mi trabajo si yo no le cuento nada.


BS: Bueno eso ya lo veremos. De todas formas tu novio es un chico listo. Seguramente pocas chicas como tu pisarán su consulta, por no decir ninguna. La belleza de tu cuerpo y de tu sexo son dificilísimos de encontrar. El encontró un tesoro y le faltó tiempo para llamarte y conquistarte. Por cierto, tu nombre me llama la atención, ¿tienes familia de Rusia?.

Katerina

: No, toda mi familia es de la República Checa, yo soy checa.

BS

: Ajá, pues imagino que llevas muchos años aquí, porque hablas perfecto nuestra lengua. Bueno, ahora pasemos a la siguiente. ¿Qué nos puedes decir, Candela?

Candela: Yo tampoco soy virgen. La verdad es que no me gusta recordar mi primera vez, me dolió mucho.

BS: ¿Por qué no gozaste en tu primer polvo?

Candela: Fue así. Estaba en el colegio después de hora en la biblioteca para terminar una tarea que tenía atrasada. Ya no quedaba casi nadie. Solamente estaba el bibliotecario, un chico muy guapo de unos 25 años.

Yo estaba buscando unos libros en una estantería alejada y subida a una escalera. Había unos libros de fantasía que siempre me habían gustado y decidí robarlos, metiéndomelos al bolso y sacándolos de la Biblioteca sin sellar aprovechando que estaba sola. Pero en ese momento, Carlos, ese era su nombre del bibliotecario, se acercó para decirme que debía cerrar la biblioteca y me pilló robando los libros. Al estar subida en la escalera le proporcionaba una buena visión de mis muslos y por supuesto, de mis bragas. Con una sonrisa subió ambas manos y tomando la parte inferior de las bragas comenzó a bajarlas. Me dijo que si gritaba o me quejaba contaría lo de los libros.

Estaba paralizada. Sabía que no había nadie en el colegio y que gritar sería inútil. Mientras tanto Carlos me bajó las bragas hasta los tobillos y comenzó a tocarme la pocha desde atrás. Yo cerré las piernas pero él llegó al clítoris y a la entrada de la vagina. Así estuvo unos minutos hasta que notó que mi pochita estaba húmeda.

Me tomó en sus brazos, me bajó de la escalera, me tumbó en el suelo, me quitó las bragas totalmente y me levantó la falda, separándome las piernas. No sé si fue por el peligro o qué, pero inexplicablemente y pese al miedo que tenía, mi rajita estaba mojada de la excitación. Antes que pudiera reaccionar ya me la había metido.

Se movió con fuerza hasta acabar dejándome la leche en mi interior. Me dolió esa penetración tan brusca, no puedo decir que disfruté mucho. Yo, dolorida y humillada permanecía en el suelo sollozando, mientras él con voz imperativa me ordenaba que debía marcharme para cerrar la biblioteca, mientras me tiraba mis bragas a la cara.

Le rogué que por favor no contara a nadie lo de los libros, que si no me expulsaban. El aceptó la propuesta si el viernes siguiente me quedaba en la biblioteca a repetir la experiencia. Es decir me extorsionaba amenazando contar todo si no volvía a follar con él todas las veces que me lo indicara. Acepté todo con el solo fin de alejarme de allí. No pude ni siquiera limpiarme la leche que me caía de la pocha y humedecía mis bragas. A raíz de eso, tuve que quedar tres viernes más con aquel chico, poniendo mi cuerpo a disposición de sus perversiones, pues me hizo de todo. Aunque he de decir que esas últimas veces ya no fueron dolorosas y en contra de mi voluntad mi cuerpo comenzaba a disfrutar. Pero a pesar de eso, psicológicamente estaba destrozada por dentro, por eso abandoné los estudios y cambié de domicilio. Ahora debo comenzar a trabajar.

BS: En una historia un poco triste. Lamento que tu comienzo haya sido ese. De todas maneras no debes avergonzarte por nada. Nada más natural que una joven hermosa muestre su cuerpo desnudo y pueda gozar de un polvo. Por mi parte estoy dispuesto a hacértelo con suavidad de manera que tú también goces. No deberás privarte de esa agradable experiencia.

Posteriormente Bernardo hizo un gesto a Iris para darle el turno de la palabra.

Iris

: Bueno, yo puedo decir que soy virgen, si eso conlleva que ningún pene me ha penetrado.

BS: Explícate.

Iris

: Bueno, pues eso. Ningún pene me ha penetrado, sin embargo hace 9 años, cuando yo tenía 10, jugando a médicos y pacientes con un primo de mi edad, me metió el termómetro por la vagina y me la untó y frotó con cremita, metiendo varios de sus dedos. Durante un año jugamos bastante a eso, a mi me encantaba. Luego el se fue con sus padres a vivir a otra ciudad. Posteriormente lo máximo que he llegado a hacer es masturbar con la mano a un amigo del instituto mientras él me tocaba el chochito.

BS: Muy bien, aclarado. Pero continuemos. Tengo los currículums de las cinco y una valoración de sus cuerpos. Ha sido difícil tomar una decisión porque cualquier hombre sería afortunado de estar con cualquiera de vosotras, pero al final me he decidido. Les agradezco a Consuelo, Iris y Candela por venir. En esta primera etapa no han sido seleccionadas, pero no descarto tener más personal de servicio en el futuro. Por favor, Katerina y Sandra esperen aquí a que vuelva, después de acompañar a estas señoritas hasta la puerta.

Minutos después regresó junto a las dos jóvenes que quedaban.

BS: Ambas han pasado esta prueba inicial. Para una evaluación completa deben venir un día desde las seis de la tarde hasta las diez de mañana del día siguiente. A ti Sandra te espero mañana a las seis y a ti Katerina pasado mañana, sábado, también a las seis. Luego tomaré la decisión final.

Katerina: Entiendo que pasaremos una noche aquí. ¿Alguna recomendación especial?.

BS: Sí, tengo dos órdenes, más que recomendaciones. La primera es que quiero que esos chochitos estén completamente rasurados. No me gustan los pelos allí abajo. La segunda es que tomen precauciones para no quedar embarazadas.

Katerina: Esta semana es infértil para mí. Tendría que menstruar el miércoles que viene por lo que podrá hacérmelo sin protección y casi sin peligro alguno.

Sandra: ¿Tendré que venir mañana para pasar la noche en su cama? ¿Voy a perder mi virginidad?

BS: Efectivamente Sandra. No me voy a arriesgar a tomar una empleada sin antes haber probado sus habilidades. Por otra parte será un placer romperte el himen. Luego veré si te incorporas como interina o no tienes el trabajo.

Sandra: ¿Voy a sufrir una violación sin siquiera saber si el trabajo es mío?

BS: De ninguna manera será una violación. Tu aceptas o no poner tu virgen rajita a mi disposición. Si no quieres, como le dije antes a Consuelo, la puerta está abierta y puedes irte.

Sandra: Necesito el trabajo pero, ¿qué dirá mi mamá si se entera que voy a pasar una noche en su cama?

BS: No sé lo que dirá tu mamá ni me interesa. Las interinas que yo tengo son también para servicios auxiliares. Follar es un servicio auxiliar que deben brindar. Puedes ir y decirle a tu madre: "Mamá, mañana el señor Bernardo me va desvirgar. Deberé pasar la noche en su cama y si me porto bien y le gusta como pongo mi cuerpo y se lo hago, quizás pueda comenzar a trabajar en su casa". Es así de sencillo.

Sandra: Yo que he cuidado tanto mi intimidad, mi parte mas sagrada...Pero ¿qué voy a hacer?. Mañana estaré aquí a las seis con mi…bien afeitada. Le preguntaré a mi mamá qué hacer para no quedar embarazada y si he de tomar algo.

Katerina: Yo también me afeitaré completamente para el día siguiente.

Capítulo III


Al día siguiente , a las seis en punto Sandra hacía sonar el timbre de la mansión de Bernardo. Sandra temblando de miedo y vergüenza entró en la casa, Bernardo la recibió con una bata blanca que contrastaba enormemente con su piel negra.

BS: Tendrás que comenzar preparando algo de comer. Para que no se ensucie la ropa, lo mejor es que te quedes solamente en bragas y sujetador.

Sandra del Río (SR): ¿Ya me tengo que desnudar?.

BS: No es desnudarte. Es solamente quedarte en ropa interior.

Sandra obedeció. Se quitó las prendas que la cubrían quedándose con un hermoso conjunto blanco, con puntillas y bastante diminuto. Podía observarse a través de la braga que su vulva estaba completamente libre de vello. El cambio en su ropa interior también denotaba su predisposición a agradar a Bernardo.

Después de preparar la cena se sentaron ambos a la mesa y disfrutaron de la comida, acompañada de una copilla de buen vino. Se acercaba la hora de ir al dormitorio. Sandra estaba muy insegura de sí misma y temerosa de lo que ocurriría mas tarde.


SR: Sr. Bernardo. Por favor indíqueme como quiere proceder. Prefiero darme una ducha y perfumarme para que mi cuerpo le resulte más atractivo. ¿Me lo permite?.

BS: Sí, por supuesto. Me gustan las chachas limpitas. Vamos al baño, yo te quitaré la ropa. Veo que llevas unas bragas sugerentes.

SR: Fui con mi mamá a comprar este conjunto. Ella también me ayudó a rasurarme. ¿Estoy apetecible como UD quiere?.

BS: Sí, estás muy apetecible. Voy a disfrutar mucho de tu precioso cuerpo.

Fueron al baño y Bernardo lentamente quitó el sujetador y las bragas de la joven. Una vulva abultadita y rasurada con una rajita de suave color rosa, ya sin pelos oscuros que la ocultara, apareció a los ojos de Bernardo. Era muy bonita, turgente y suave como la de un bebé, pero a escala adulta. Bernardo hipnotizado no podía levantar la vista de ella. La joven se metió debajo de la ducha.

Poco después, completamente desnuda, entraba en la habitación de Bernardo. Un cuerpo escultural, Bernardo se quedó hechizado: largas piernas bien contorneadas, cinturita estrecha y unos pechos redondos y firmes, un cuerpo para pecar. Sandra se acercó, preparada a que su empleador dispusiera de su cuerpo. Bernardo la besó, le mordisqueó los pezones, que se pusieron muy duros y después de acariciarle largamente en los muslos, las tetas y el clítoris, se dispuso a penetrarla.

Bernardo se quitó la bata blanca que llevaba de golpe, mostrando repentinamente su desnudez a Sandra. Al ver como ella soltaba una exclamación de sorpresa al observar el descomunal tamaño de su polla negra, esbozó una sonrisa.

BS

: ¿Te gusta? ¿grande eh?. No te asustes, eres afortunada por probar una polla como la mía. Una vez que tu querida pochita la pruebe, no querrá otra cosa. Mi miembro es experto en volver locas a preciosas rajitas como la tuya.

Bernardo le recostó en el borde de la cama y le separó las piernas, flexionándole las rodillas hacia su pecho para facilitar un acceso pleno a su intimidad. La vagina de Sandra era un canal muy lubricado. La excitación le había hecho llenar de flujo todo el conducto. Bernardo comenzó a penetrarla suavemente. El enorme glande de su pene se iba abriendo camino en su intimidad. Casi sin darse cuenta debido a su ansiedad por ser penetrada, su pene negro se había abierto paso y traspasado el himen. Tras unos momentos de dolor, poco a poco Sandra se sumergió en un mar de sensaciones y de placer. Cada embestida era más placentera que la anterior. Bernardo se apoderaba de ella, de su parte mas intima, penetrando con violencia su pobre pochita rasurada, que abrumada por el placer se debatía en incontrolados espasmos alrededor de aquella enorme polla negra. Sandra no había imaginado jamás semejante goce.

Con contínuos cambios de ritmo y penetraciones profundas, Bernardo estaba conduciendo ese polvo de manera inmejorable. Aquellos labios carnosos y prietos del chochito de Sandra se cerraban con fuerza
entorno a su polla y le hacían temblar de placer. No era la primera vez que desvirgaba a una joven pero ésta le resultaba especialmente atractiva.

Sandra jadeaba y gemía como una loca, ladeando su cabeza de un lado a otro de la almohada como una posesa. Balbuceaba cosas sin sentido. Aquel negro de unos 50 años, que podía ser su padre, le estaba volviendo loca de placer. Su pobre pochita se corría una y otra vez sin poder controlarla. Hasta que ambos acabaron agotados.

SR: Nunca me imaginé que sería tan placentero hacerlo. Por suerte no me ha dolido nada, solo un poco al principio. Además, casi no he sangrado.

BS

: Si resultas elegida tendrás oportunidad de hacerlo muy amenudo, y creeme que cada vez te gustará más.

Bernardo se recostó a su lado para reponerse. Pretendía que éste fuera el primero de varios polvos de esa noche. Sandra se acercó y abrazó a quién esperaba fuera su futuro empleador. Apoyó las tetas contra el costado del hombre mientras su pocha se apoyaba en su muslo. Estiró su mano a la enorme polla de Bernardo que nuevamente ya no estaba flácida y la agarró por el tallo. Observaba con asombro cómo era más gruesa que la muñeca de su brazo, parecía un bate de beisbol.

SR

: ¡ Dios mío!, ¡es gordísima!

BS

: Jajajaja! Estoy acostumbrado a reacciones como la tuya. Anda, mueve esa mano de arriba abajo.

Sandra comenzó a masturbarle lentamente de arriba abajo, de abajo a arriba. Notaba las hinchadas venas bajo sus dedos y cómo aquel enorme trozo de carne latía rítmicamente, como si tuviera vida propia. Tras unos instantes se ayudó de su mano izquierda para continuar los movimientos con ambas manos. Le estaba agarrando a dos manos y todavía sobraba un buen trozo del descomunal miembro.

BS

: Así, así. Ahora a ver cómo me haces una mamada. Aunque seas inexperta ya irás aprendiendo. Imagínate que estas chupando tu helado preferido.

La muchacha obedeció, quería agradar a pesar de todo. Empezó a pasar su lengua por el enorme glande, bajando y subiendo de vez en cuando a lo largo del tallo. Luego abrió la boca al máximo para tragar todo lo que pudo, pero la mayor parte del gigantesco pene quedaba fuera. No se desanimó. Mientras con su boca estimulaba la cabeza del pene, rítmicamente sus manos hacían lo propio con el resto del miembro. De vez en cuando miraba las caras de gusto que ponía Bernardo, eso le excitaba. Empezó de pronto a incrementar la velocidad de las succiones y de las subidas y bajadas de sus manos. Finalmente, escuchando que Bernardo empezaba a gemir, agarró fuertemente su polla con una sola mano y le masturbo con movimientos largos, todo lo rápido que su mano podía, marcando un ritmo frenético.

BS

: Oh! Que putita eres! Me voy a correr!...

Bernardo de repente se incorporó y tras agarrarse su polla se corrió súbitamente en la cara de Sandra. Una corrida de caballo. El gigantesco miembro no paraba de eyacular leche en cantidades industriales. Sandra, que no se esperaba nada de esto, en el primer contacto de aquel liquido blanco y caliente con su cara, cerró los ojos y echó un poco la cabeza hacia atrás fruto de la sorpresa. Luego aguantó estoicamente los continuos chorretones de semen que le impregnaban toda su cara y que luego caían resbalando por su cuerpo. Tras un rato la manguera negra perdió intensidad y al final solo caían gotas.

BS

: ¡Dios que gusto!, ven, que me la vas a limpiar. ¡ chúpamela!, que no quede ni una gota!

Sandra obedeció, con su lengua lamió en varias pasadas el gigantesco glande y luego el resto del tallo. Hasta dejarlo completamente limpio.


Tras unos momentos de descanso, Bernardo ya estaba preparado de nuevo. Era increíble su capacidad de recuperación. Se echó encima de Sandra dispuesto a seguir disfrutando de la preciosidad que tenía en su cama.


Estaba amaneciendo cuando después de media docena de polvos, ambos se quedaron exhaustos y dormidos. Bernardo se despertó cuando Sandra, luciendo solamente las bragas y con las tetas desnudas, entró en la habitación con la bandeja del desayuno.

SR: Señor Bernardo, le he preparado el desayuno. Espero que sea de su agrado.

BS: Ven, desayunemos juntos que luego quiero follarte otra vez antes de que marches. Esa pochita depilada, tan suave y apretada, quiero penetrarla nuevamente. Dime Sandra, ¿de quien es esa pochita?

SR: Es suya Señor Bernardo. Después de anoche la tengo un poco escocida, pero puede hacer con ella todo lo que quiera y cuando quiera. ¿Quiere que me quite las bragas ahora o después de desayunar?

BS: Luego te las quitaré yo.

Habiendo finalizado el desayuno, Bernardo se acercó a Sandra y comenzó a bajarle las bragas. Cuando acercó uno de sus oscuros dedos para introducirlo en la rajita, un persistente flujo inundaba el conducto. Bernardo no se demoró más y dando vuelta a Sandra bruscamente, la penetró desde atrás.

Finalizado este polvo matinal, y después de que Bernardo le esparciera un poco de crema en su vulva para mitigar el escozor, Sandra recogió un poco la cocina y se vistió, dispuesta a marcharse. Esperaba que su comportamiento mereciera ser empleada de la casa.


BS: Sandrita, puedes decirle a tu madre que ya no eres virgen. No te la he metido por el culo, pero lo que ella más quería ya no lo tienes.

SR: Es cierto, ya no soy virgen. Todo sea por conseguir este trabajo. ¿Quiere metérmela por el culo así también le digo que he sido penetrada por ahí?

BS: No es necesario por ahora. Lo que más deseaba era probarte por delante. Verás, soy un enfermo, tengo obsesión y fijación por hermosos chochitos como el tuyo.

Se despidieron y Bernardo quedó en llamarla la semana siguiente para comunicarle su decisión.


Capítulo IV


Al día siguiente se presentó puntualmente Katerina, vistiendo unos pantalones blancos elásticos muy ajustados que marcaban nítidamente su abultada vulva y su rajita formando un "cameltoe" espectacular y una camisa también ajustada que transparentaba el sujetador y marcaba los pezones de sus prominentes senos. La explosiva rubia pasó al interior.

Katerina: Señor Bernardo, Ud. dirá cómo debo comportarme ahora. ¿Comienzo con las tareas de la casa o prefiere que me dedique a los servicios especiales?

BS: No, comenzarás por las tareas de la casa. Será mejor que no ensucies esa ropa. Quédate con el tanga y el sujetador.

Katerina: Como ordene señor. ¿Quiere que yo me quite la ropa o prefiere hacerlo Ud?.

BS: No es mala idea que te la quite yo. Acércate.

Bernardo comenzó a desabrocharle la camisa para luego quitársela. Le bajó el cierre del pantalón y comenzó a bajarlos. La dejó en tanga y observando el sujetador, se interesó por el mismo.

BS: Parece que ese sujetador te oprime, tus tetas son demasiado grandes para la talla de ese sujetador. Esos pezones están muy apretados.

Metió la mano entre la teta y la tela y llegó con sus dedos a los pezones que acarició con suavidad. Luego le bajo un poco el sujetador y sus preciosas tetas salieron súbitamente hacia fuera. Se las dejó así, por encima del sujetador.

BS: Mejor ve a trabajar. Cenaremos temprano para las otras pruebas.

Después de cenar y limpiar nuevamente la cocina, Katerina se dispuso a ducharse.

KT: Señor, después de ducharme cómo me quiere: Desnuda, en camisón, vestida y que Ud. me desnude nuevamente pero ahora hasta el final, o me desnudo yo al compás de la música?. ¿Qué prefiere?

BS: No estaría mal que te quites la ropa al compás de la música. Veamos cómo te comportas.

KT: Verá algo distinto en mi cuerpo respecto del jueves cuando me entrevistó.

Después de la ducha, Katerina se perfumó y se vistió con un conjunto sexy de lencería negra que Bernardo le había dejado. Se presentó en la recámara de Bernardo, que ya estaba en la cama. Puso una música adecuada y entre movimientos sensuales se fue quitando la ropa. Tenía un cuerpo de una chica de Playboy. Quedaba solamente el tanga en su lugar. Bernardo se fijo en sus largos muslos, bonitos y contorneados como los de una patinadora. Katerina se puso de espaldas, enseñando su culito en pompa y su larga melena dorada que se balanceaba de un lado a otro. Poco a poco se fue bajando el tanga hasta quitarlo del todo. Lo cogió entre sus manos y cubriéndose el pubis se dio vuelta. De pronto arrojó el tanga mostrando su rajita completamente afeitada.

BS: ¡Me había olvidado que estarías depilada! Acércame esa pochita que quiero inspeccionarla.

Bernardo recordaba que Katerina solía afeitarse parcialmente su intimidad, pero ahora, completamente rasurada, estaba mucho mejor. Al igual que Sandra, Katerina tenía una pocha matrícula de honor. Una vulva muy carnosa con preciosos labios mayores hinchados y firmes que ocultaban a los menores y formaban una rajita perfecta y prieta. Un deleite para la vista. Ahora comprendió la reacción del novio de la chica cuando se quedó hipnotizado observándolo por primera vez en la consulta.

BS

: ¿Como se dice chocho en Checo?.

KT

: De varias formas: pochva, kunda, číča …

BS

: Pues tienes la pochva más bonita que he visto nunca, y ¿sabes?, te la voy a echar a perder.


Después de manosearle la pocha un rato y robarle a Katerina varios gemidos de gusto a pesar de que ella intentaba en vano que no se notase. Bernardo se quitó la bata blanca, mostrando orgulloso el esplendor de su enorme polla negra erguida. Katerina al ver aquel miembro gigantesco y venoso, que parecía que iba a explotar, se llevó la mano a la boca evitando un grito de sorpresa.

KT

: Dios mío Señor Bernardo, ¡es enorme!. Me habían hablado del tamaño de algunas pollas negras, pero la suya es enorme, y yo que creía que mi novio la tenia grandísima...que inocente!, ¡la suya es mucho mas grande y gorda!.

BS

: Pues en unos instantes la vas a sentir toda entera. Y cuando eso ocurra no vas a querer probar ya ninguna polla blanca como la de tu chico. Tu rajita se va a volver adicta a mi miembro de ébano. Ya lo verás. Ven, siéntate aquí, que tu asiento está preparado.

Katerina estaba muy caliente y poco a poco fue sentándose sobre el pene de Bernardo. Los labios de su sexo se abrían al máximo para permitir la entrada de aquel enorme trozo de carne. Su pocha afeitada engordaba y se enrojecía abrumada por tanto placer. Poco a poco Katerina subía y bajaba con mas rapidez, con un balanceo espectacular de sus grandes y firmes pechos. Desde arriba veía el contraste de color de la polla negra entrando y saliendo de su rosada intimidad.

KT

: Uh! Uh! Uh!...já milovat tvůj ohromný čerň pták!.
Uh Uh Uh…já milovat ono do má kunda!..¡Uh! ¡Uh má kunda! ... Oh! ¡¡Oooh!! ¡¡Ooooh!!...( Uh! Uh! Uh!...me encanta tu enorme polla negra!. Uh Uh Uh… me encanta en mi chocho!..¡Uh! ¡Uh mi chocho! ... Oh! ¡¡Oooh!! ¡¡Ooooh!!...).

BS

: Veo que te sale el checo cuando te pones a cien ¿eh?. No entiendo nada, pero me lo imagino. Jajaja. Ahora verás.

De repente Bernardo la agarró fuertemente por la cintura, obligándola a marcar un ritmo más violento de subidas y bajadas. Hasta que de repente, su pobre pochita ya no pudo aguantar más, y se corrió con violentos espasmos entorno a la gigantesca polla negra que la taladraba. El mayor orgasmo de su vida, una explosión de placer desmedida, gemía como una posesa. Bernardo también se corrió prácticamente a la vez, vaciándose dentro de ella.

Después de descansar un rato, Katerina tomo el pene de Bernardo, ahora flácido y comenzó a masajearlo. Antes de lo esperado ya estaba en condiciones de comenzar a follar de nuevo. Ahora Katerina estaba debajo de Bernardo separando sus piernas y ofreciendo su depilada intimidad para la nueva penetración. Él se hizo de rogar un poco, lamiendo aquella preciosa rajita de arriba abajo durante un tiempo, hasta que ella le suplicó que no podía esperar más y que la quería dentro. Así fue, Bernardo introdujo nuevamente aquel enorme trozo de carne negra que la naturaleza le había dado. Sumergiendo a la hinchada pocha de Katerina en un mundo de sensaciones y placer sin igual.

Después de un rato en esa postura, Katerina se tendió en la cama boca abajo levantando ligeramente su vientre y preparando su rajita para la penetración desde atrás. La posición le resultó un poco humillante, pero prefirió complacer a su compañero.

A pesar que Katerina era una chica muy joven, tenía mucha imaginación en la cama. Ensayó otras posiciones de penetración y ofrecía su cuerpo como una verdadera profesional del sexo. Parecía incansable e imaginaba nuevas y variadas situaciones para complacer a Bernardo. Tras más de una hora de acometidas y varios violentos orgasmos, los dos se quedaron exhaustos tumbados en la cama.

Por la mañana Bernardo se despertó sintiendo la lengua de Katerina acariciando su glande. Su gorda polla negra de inmediato reaccionó, adquiriendo de nuevo una gran dureza con aquellas venas que parecía que iban a reventar. Bernardo la dirigió nuevamente a la preciosa rajita de Katerina, que agradecida, abrió sus gruesos labios para recibir nuevamente al gigantesco inquilino que por la noche había conocido y del que ya se había viciado para siempre. Bernardo disfrutaba muchísimo viendo como su oscuro miembro entraba y salía de la preciosa vulva de la joven. Él sabía perfectamente cómo moverse para ocasionarle el mayor placer. La pobre pochita de Katerina a duras penas aguantaba tanto placer y expulsaba un líquido espeso y blanquecino que impregnaba el monstruoso pene que la penetraba. Bernardo al percatarse de ese detalle, aumento el ritmo y profundidad de las acometidas y Katerina pasó de formular tímidos gemidos a escandalosos e incontrolados gritos de placer, hasta que al final, tras unos minutos, se corrió violentamente, con un orgasmo furioso, su rajita no paraba de temblar. Los labios de su sexo apretaron con fuerza el gigantesco falo, reteniéndolo, como queriendo prolongar aquel momento lo máximo posible. Bernardo en ese instante ya no pudo aguantar más, corriéndose dentro de ella, con una corrida enorme, inundando el sexo de la joven. Se quedó dentro un rato, disfrutando del momento. Al cabo de un rato, al desligarse, parte de su esperma salió resbalando de los preciosos labios de la intimidad de Katerina.

BS: Katerina, te has portado como una puta profesional. Me has hecho gozar como pocas veces antes.

KT: Muchas gracias por su cumplido señor. Creo que solamente he cumplido con mi deber. Debo poner mi cuerpo a su disposición de la manera que le resulte más placentero. De todas formas he de decirle que jamás en mi vida había experimentado tanto placer como con usted, apuntó mientras se miraba su todavía rojita intimidad.

BS. Habrá muchas noches mas si resultas seleccionada, pero dime Katerina, se te nota que sabes cosas. ¿Dónde las has aprendido?.

KT: Bueno verá señor. Mi novio Jon me ha enseñado algunas cosas. Hace poco me dio un libro que se titulaba: " La Vagina al Servicio de su Pareja" donde se describen las distintas posiciones y métodos para dar mas placer. Me dijo que lo cogió de la consulta. Ya lo he leído.

BS: Si, si! de la consulta va a ser…Con la excusa de su profesión como se aprovecha el muy listo!. Bueno, la prueba ha terminado. Has sido una buena chica. Déjame meterte un dedo en esa preciosa pocha que tienes y que a partir de ahora me pertenece, para que luego lo chupes como premio y después te vistes y te vas.

KT: Claro. Todo lo Ud. me ordene señor. Ojalá me elija, ardo en deseos de repetir lo que me hizo anoche.

Y así fue, Bernardo introdujo su largo dedo índice entre los carnosos labios de la intimidad de Katerina, y tras moverlo un poco dentro y sacarle a la chica unos breves gemidos de placer, se lo ofreció para que lo lamiese. Poco después Katerina se vistió, pero no sabía donde había dejado el tanga así que no tuvo más remedio que ponerse los ajustados pantalones blancos con los que había llegado, sin ropa interior. Eso hizo que su pocha, ya de por si abultada, pero ahora además mojada, se resaltase a través de ellos de una forma exagerada. Bernardo no paraba de mirar ese detalle mientras se despedía de ella.

 



Capítulo V


La elección era difícil. Sandra era bastante inexperta en cosas del sexo y su orificio vaginal apenas explorado por él mismo. Katerina tenía el inconveniente del novio, pero por otro lado tenía aptitud y un cuerpo espectacular. ¿Cómo decidirse?. Repasó las distintas alternativas de las dos noches pasadas. Finalmente tomó una decisión que pareció la más adecuada. Se quedaría con las dos.

De esa manera cuando una tenía que hacer cosas de la casa, la otra estaría disponible, lo mismo que los días de menstruación. No le gustaba follar cuanto la vagina estaba ensangrentada. Debería ser muy firme para que no surgieran problemas entre ambas. Citó a ambas para el día siguiente a las 4 de la tarde.

Recibió a las dos jóvenes en su despacho.


BS: Tengo buenas noticias para ambas. Las contrataré a las dos. Han sido muy eficientes en su tarea. Para festejarlo quiero que ambas se desnuden. Luego tendrán que excitarme para acabar dentro de una de ustedes. La que logre ponerme mas caliente, pasará la noche conmigo y la otra deberá hacer las tareas de la casa.

Ambas jóvenes se quitaron toda la ropa de inmediato. Katerina continuaba con el pubis depilado completamente. los labios de la vulva mojados, brillaban de excitación. Era un gusto ver ese cuerpo desnudo. Por su parte Sandra tenía la raja que comenzaba a cubriese con vello. Ella se dio cuenta de eso y de inmediato ensayó una excusa.

Sandra: No sabía señor Bernardo que tenía que rasurarme el pelo otra vez allí abajo.

BS: No hay problema. Dentro de un rato te podrás afeitar la pocha hasta eliminar el último pelo.-

Ambas jóvenes se acercaron para lograr una erección más importante que la que tenía. empezaron a tocarla y lamerla las dos a la vez, dando lamidas a lo largo del tallo, parecía que disfrutaban enormemente al ver como crecía aquel enorme falo negro. Luego, mientras Sandra la chupaba y la acariciaba con la lengua, Bernardo exploraba las intimidades de Katerina. Se comportaban como dos putas con años de experiencia en la profesión. Se congratuló de la elección realizada. Después de media hora de caricias y chupadas, la polla de Bernardo estaba que explotaba.

Se decidió a penetrar a la rubita y voluptuosa Katerina. Esa preciosa y carnosa pochita depilada le incitaba a meterla. La condujo al dormitorio mientras indicaba a Sandra que usara el tiempo en depilarse.

Todo lo aprendido por Katerina en los libros iba a ser usado ahora. Se dejó explorar sus agujeros por los inquisidores largos dedos de Bernardo para finalmente, con sus piernas bien separadas recibir la virilidad de Bernardo. Como una puta sumisa pidió autorización para juntar sus piernas mientras era penetrada. La sensación de estrechez de la rajita al cerrar las piernas sorprendió a Bernardo. Después de más de una hora de distintos juegos y penetraciones Bernardo descargó su abundante leche dentro de Katerina, mientras ella, con la cara desencajada por el placer y con escandalosos gemidos, se debatía en furiosos orgasmos.


Cuando abrió la puerta del dormitorio, estaba esperando Sandra, que ya depilada esperaba la aprobación de su empleador. Bernardo la hizo pasar y acostarse en la cama. La joven estaba avergonzada de mostrar nuevamente sus intimidades de esa forma. Nada quedaba oculto.

La vista que se presentó ante Bernardo lo excitó y comenzaron los juegos. Nuevamente los labios y la lengua de Sandra recorrían el glande de Bernardo mamando alguna gota de semen que escapaba, saboreándola como el mejor elixir que podía probar. No le gustaba el sabor un poco amargo del líquido pero fingió para complacer a Bernardo.

Poco después la gigantesca polla de Bernardo estaba enhiesta como una lanza, dispuesta a visitar la vagina que había desvirgado unos días antes y a volverla loca de placer. Al poco de meterla, ella ya estaba gimiendo y experimentando el primero de muchos orgasmos que vendrían después. El polvo dejó satisfechos a ambos. Sandra también era una buena puta.

Como comienzo, era verdaderamente esperanzador. A la hora de la cena, Sandra se descubrió como una muy buena camarera, mientras Katerina estaba siendo nuevamente follada por Bernardo. En el momento del café, el dueño de casa interrogó a Sandra.


BS: Dime Sandra, Tu madre insistió mucho en tu falta de experiencia y que lo que tanto había cuidado en ti, lo perderías por este trabajo. ¿Tan importante te parece no ser virgen?

Sandra: Fui educada para preservar mi virginidad intacta hasta el momento del matrimonio. No es sencillo conseguir un trabajo bien remunerado sin tener que hacer algunas concesiones. ¿Ella sabía que perdería mi virginidad con usted y estaba deacuerdo?.

BS: Naturalmente. No me gusta mentir. Lo que recuerdo que dijo fue: "¡Hay Sandrita, las cosas que tendrás que hacer para poder trabajar!". Creo que exageraba un poco. Después de todo creo que no te faltaba mucho para que en la primera oportunidad te bajaras las bragas.

Sandra: No diga eso. Me he bajado las bragas solamente porque era una exigencia suya, que si no....

BS: ¡Vamos! Tienes una cara inocente de puta viciosilla que entusiasmaría a cualquier chulo.

Sandra: No soy una puta. Se la he chupado y metido por la vagina porque, repito, era una exigencia suya y necesito el dinero.

BS: No he dicho que eres una puta. He dicho que tienes cara de niña viciosa, que no es lo mismo. Ahora que has sido desvirgada y has follado esta tarde nuevamente, ¿Te ha gustado o no follar?-

Sandra tardó en responder, reconocer que le había encantado sentir aquella enorme polla dentro de ella, así como decirle que disfrutó chuparla y ver como se agrandaba, era para ella humillante y vergonzoso. Al final respondió con esfuerzo y en monosílabo.


Sandra: Sí…

BS: ¿Y qué opinas de la libertad de andar desnuda por mi casa?

Sandra: Pues… el hecho de estar desnuda y sin un pelo que oculte mis intimidades me da un poco de vergüenza.

BS: Es mucho más higiénico estar bien afeitada. Además cuando estáis excitadas vuestras pochas engordan y enrojecen y si tuvieran pelo se perdería esa visión tan excitante. Es muy natural que jóvenes de vuestras edades estén calientes y con ganas de follar. Por eso, entre otras cosas, prefiero personal doméstico joven. Siempre tienen más ganas y alegría. La experiencia se adquiere enseguida.

Sandra: No diga eso. A mi me da vergüenza follar. Me he dejado desvirgar y de ahora en adelante usted sabe que mi pochita es suya y me la dejare follar o hacer lo que quiera siempre que lo desee, porque quiero trabajar.

BS: No he dicho que no te de vergüenza, sino que te gusta ser follada. Me parece que mientes un poquito y que esta conversación te está poniendo cachonda. Mira, ¡tu rajita está mojada!. Yo creo que ha nacido para ser follada por mi gran polla negra y que ese es el sentido de su existencia, jajaja...

Sandra, instintivamente llevó su mano para taparse la pocha mientras un intenso color rojo teñía su cara. Recordaba todas las cosas que le habían enseñado y ahora mostraba su cuerpo como una mercancía en venta, y para colmo se excitaba. Nunca lo hubiera pensado.

BS: Mira Sandra, vamos a ensayar algo nuevo. Tú, Katerina, quiero que le chupes la raja a Sandra, lamiendo como seguramente has leído. Quiero que le hagas correrse.

Sandra: ¡No, entre mujeres no!

Katerina: Nunca lo hice pero hay que experimentar todo. Vamos Sandra, separa un poquito las piernas para que pueda lamerte y chuparte.

Sandra: No me chupes, por favor no me la chupeees.. Ayy, Ayyyy, que me corroooooo!!.

La convulsión de Sandra fue algo nunca visto por Bernardo. Eran un par de putas perfectas. Podría divertirse mucho con ambas. Era hora de ir a dormir. Pensó en llevar las dos a la cama y así lo ordenó.

Las dos jóvenes después de una prolija ducha se metieron entre las sábanas de las cama tamaño "King" de Bernardo. Ambas estaban, por supuesto, desnudas, ubicadas una a cada lado del hombre. Mientras una acariciaba su gigantesco pene, la otra le lamía los testículos , Bernardo tenía su mano derecha sobre una teta de Katerina y su izquierda jugaba con la vulva de Sandra. Finalmente ambas hicieron una mamada a la polla negra de su amo para, tras una gran eyaculación, quedar luego todos dormidos.

Habían pasado dos meses desde que ambas jóvenes estaban en la casa de Bernardo. Habían acordado que las tareas domesticas de una no coincidirían con las de la otra, para así tener siempre, un servicio eficiente. En los días libres en los que Sandra regresaba a su casa, su madre le interrogaba respecto de las alternativas de su trabajo. Sandra comentaba, las distintas semanas, cosas como:

"-Esta semana me la puso por primera vez en el culo.-"

"-Me ha regañado porque no tenía bien afeitada la pocha.-"

"-Hoy me ha follado 7 veces, su enorme polla negra me vuelve la pochita loca de gusto, mama.-"

"-Nunca había antes sentido una sensación así. Mientras me estaba follando por la vagina, manejaba un consolador que me había metido en el culo.-"

"-¡No sabes la suerte que tuve esta semana!. Me permitió atender la puerta de la calle usando bragas, aunque eran tan pequeñas que se metían por mi rajita.-" , a lo que su madre preguntó:

-¿Cómo? ¿Debes estar desnuda en la casa y así atender la puerta de la calle?-

-Por supuesto. Las dos empleadas estamos siempre desnudas, solo llevamos unas medias altas y zapatos de tacón, y cuando cocinamos delantal. Ya me he acostumbrado tanto que ni siquiera me doy cuenta. A Bernardo le gusta vernos continuamente desnudas y también de esa manera tiene un acceso más sencillo a nuestros cuerpos.


-¿Y atendías la puerta de calle también desnuda?-

-Sí, ya te lo he dicho. Solamente en raras ocasiones y como premio para no pasar tanta vergüenza ante los extraños, nos deja ponernos braguitas, aunque suelen ser tan pequeñas que apenas cubren nada.-

-¿Y que decían los visitantes?-

-Uyyy. ¡Tantas cosas!. Al principio estaban un poco sorprendidos pero después eran muy amables-

-¿Cómo que?.-

-Me dicen cosas como. "Que linda puta que eres" o "Me gustaría tocar ese chochito rapado" o "Esas tetas son para chuparlas" o "Hazme una limpieza de sable" o "Te la voy a meter por el culo"-

-¡Que horror!. ¡Las cosas que debe escuchar mi pobre Sandrita!-

-Es cierto, tengo que escuchar cada cosa...Pero bueno, no pasan de ahí. Me respetan por miedo a enfurecer a su anfitrión. Solo una vez un espabilado me toco ahí y Bernardo le puso de patitas en la calle sin cerrar el negocio que le proponía. Mi pochita solo es para mi amo, el Señor Bernardo. Me vuelve loca mamá, cuando vengo a verte cuento los minutos para volver a casa de Bernardo y me lo haga todas las veces que quiera.

-¡Hay mi pobre Sandrita!. Te has echado a perder. Esas no son las cosas que te he enseñado.-

-No, no son las que tú me enseñaste. Lo siento mama, pero ahora el Sr. Bernardo me enseña cosas mejores, y más placenteras. Además, quiero que sepas que le quiero mamá. Tenía que decírtelo.

Como podrá apreciarse Sandrita estaba muy a gusto con su trabajo. Después de todo, si estuviera casada con un hombre, también haría las mismas cosas y quizás no tendría oportunidad de probar una polla como la de Bernardo, que la volvía loca de gusto. Además ganaba muchísimo dinero para caprichos. Sin duda la experiencia le complacía.

En cuanto a la rubita Katerina la situación era un poco distinta. Había dejado a su novio el ginecólogo, porque entre otras cosas el placer que le daba Bernardo en la cama era mil veces superior, y al igual que Sandra también se había enamorado perdidamente de su lascivo amo. Se sentía orgullosa de su trabajo y de cómo era tratada. En la cama era una mezcla de felino con reptil. Manejaba muy bien su boca y lengua y su preciosa pocha estaba siempre dispuesta a ser penetrada por el monstruoso pene de Bernardo. Afortunadamente Bernardo además de estar tremendamente dotado, era un portento de aguante en el sexo y podía complacer a sus dos criadas sin problemas.

Katerina se había vuelto una viciosa y no quería otra cosa que recibir placer continuamente en su preciosa rajita, y ahí estaba siempre que quisiera el enorme pene negro de Bernardo para penetrarla y paliar su vicio. ¿Qué más podía pedir a la vida?.

FIN