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El abuelo leandro

en Amor filial

Hola a todos me llamo Manuela ahora tengo 35 años estoy casada y soy muy feliz con mi marido. Llevamos casados 7 años y tenemos una hija preciosa, pero la historia que os voy a contar ocurrió cuando yo era muy joven y fue con mi abuelo Leandro, yo empecé a sentir algo diferente cada vez que le veía, al principio fue de una manera muy infantil pero a medida que iba creciendo mis deseos hacia él eran cada vez más grandes.

Todo empezó una tarde en casa de mis abuelos en aquella época mi abuelo tendría unos 55 años, era un hombre muy guapo, pelo blanco, bajito con un cuerpo gordo pero muy fuerte y bien formado, piernas fuertes y grandes ya que había jugado al fútbol toda la vida y siempre le recuerdo en manga corta, siempre tenía calor e incluso en invierno iba con camisas de manga corta y dejando entrever su maravilloso pecho peludo y unas maravillosas tetas que se adivinaban entre su precioso pechazo.

Aquel día estábamos en su casa con mis padres era el mes de Julio y hacía un calor infernal, celebrábamos el cumple de mi padre en el jardín de la casa de mis abuelos, habían puesto una piscina hinchable y yo y mis primos nos bañábamos sin parar. Mi padre, mi tío Jorge y mi abuelo estaban en pantalón corto y mi madre y mi tía con el típico bañador de mujer de una pieza y mi abuela con pantalón corto y una camiseta. Mis primos y yo jugábamos dentro de la piscina, yo era tendría unos 8 años y llevaba un pequeño bañador que cubría mi sexo y mis primos de unos 12 llevaban su bañador tipo bermuda, ambos eran chicos.

Mis padres y mis tíos con mis abuelos estaban preparando una maravillosa barbacoa mientras bebía cerveza. Mi abuelo se acercó a nuestra piscina y se metió dentro a jugar con nosotros, nos pasábamos la pelota de uno a otro y mi abuelo hacía por robarla, pero nunca lo conseguía para así no hacernos sentir mal, estaba completamente mojado y su bañador se pegó a su paquete lo cual hizo que se marcara mucho mas aquel enorme bulto que tenía entre las piernas y que yo no sabía que era. En una de estas me levantó por lo aires cogiéndome entre las piernas, tenía unas manos enormes con unos dedos muy gordos lo que hizo que cuando me levantó por lo aires sin darse cuenta su dedo pulgar se metió casi por completo en mi coñito, aquello me hizo daño pero a la vez me transmitió un placer que yo desconocía hasta entonces y no supe saber que era hasta pasados unos cuantos años.

Aquello se me quedó grabado en la memoria durante muchos años ya que nunca conseguí tener el mismo placer por mi misma, pasaron unos 7 años en los cuales mi relación con mi abuelo fue maravillosa y cada día que le veía disfrutaba de su compañía y de largos momentos en sus rodillas mientras me contaba cuentos maravillosos, pero siempre notando como algo crecía entre sus piernas y daba en mi culito y yo no sabia porqué ero en el fondo me encantaba.

Cuando tenía 17 años y al cabo de una semana cumplía 18 mi abuelo se encargó de organizar mi fiesta que debía de ser especial. El ya tenía 65 años pero seguía igual un poco mas calvo pero con su cuerpo maduro y fuerte que cada día me gustaba más, yo no había tenido relaciones sexuales nunca, tenía un medio novio el cual me tocaba y me besaba pero no pasaba de ese punto. Celebramos mi cumpleaños en casa de mis abuelos comiera tradición, era mitad de Julio hacía mucho calor y en esa ocasión estábamos solo mis padres, mis abuelos y yo, la piscina hinchable había cambiado por una piscina de verdad. Yo tenía un cuerpo ya de mujer, unos pechos grandes como los de mi madre y una figura muy cuidada con un culo duro de gimnasio y el resto muy bien formado, llevaba un biquini que aumentaba todas mis curvas. Mi abuelo llevaba un bañador de pantalón que marcaba de nuevo su enorme bulto que yo ya miraba de otra manera que cuando tenía 7 años y con su pecho y su barriga al aire. Tenía muchos pelos todos blancos y sus piernas seguían teniendo la forma de las piernas futbolista, había ganado unos Kilos y tenía un precioso culo respingón que invitaba a todo tipo de lujuria.

Terminamos de comer y mi abuelo y mi padre se echaron la siesta a la sombra en unas hamacas mientras mi madre mi abuela y yo hablamos de un montón de cosas, básicamente de cómo iba mi vida amorosa, de que tuviera cuidado con los chicos etc…. Al cabo de unas horas nos disponíamos a cenar, por la noche se estaba muy bien en la casa de los abuelos, la cena fue muy ligera ya que habíamos comido mucho en la barbacoa de la mañana. Llegó la hora de irnos y fue cuando mi abuelo dijo:

porque no se queda la niña a dormir? Mañana me gustaría ir con ella al monte y pasear a caballo como regalo de cumpleaños.

Mis padres asintieron, no era la primera vez que eso ocurría, a mi me encantaba montar a caballo y mis padres decidieron que eso sería genial y se marcharon a nuestra casa en Madrid.

Nos fuimos a la cama, yo tenía mi habitación en el piso de arriba. Me despedí de mis abuelos con dos besos y subí a mi habitación, me desnudé y me tumbé sobre la cama, estaba un poco bebida debido a la sangría que había preparado mi padre, tenía los pezones excitados, así que empecé a tocármelos mientras acariciaba mi coñito virgen pero que me había dado muchos orgasmos, no era la primera vez que me masturbaba asi que de una manera natural empecé a pensar en mi abuelo y en aquel día que metió su dedo pulgar sin darse cuenta en mi coñito. Al cabo de unos minutos alcancé un orgasmo tremendo y me quedé dormida desnuda encima de la cama de inmediato.

Estaba profundamente dormida cuando empecé a notar como si fuera un sueño que alguien me tocaba los pechos de una manera magistral, seguí soñando como si una mano enorme me sobaba mi coñito y lo abría hasta empezar a lamer mi clítoris totalmente duro y tieso. Yo me retorcía de placer pensando que aquello era uno de mis muchos sueños eróticos, cuando me di cuenta había tenido un nuevo orgasmo y dejé de soñar o ese pensé yo.

Al cabo de unas horas nos e cuentas volví a sentir algo especial en mi conejito, pensé que seguía soñando así que me dejé hacer. Notaba una presión enorme en la entrada de mi conejito que incluso empezó a hacerme daño y aquello hizo que abriera los ojos y cual fue mi sorpresa al ver a mi abuelo desnudo con sus enormes dedos jugando con mi chocho.

Por dios abuelo que haces? Estas loco? Grité indignada

Tranquila mi niña soy tu regalo de cumpleaños, se que deseas esto desde hace muchos años, relájate.- contestó mi abuelo

Yo intenté zafarme pero en aquel momento mi abuelo me sujetó las piernas y con su lengua maestra empezó a lamerme el coño de una manera magistral, tenía una lengua enorme que movía con auténtica maestría, aquello hizo que dejara de luchar y me dejara llevar por aquel maestro del placer, en apenas dos minutos me arrancó otro orgasmo, le llené la cara de mis jugos vaginales. Ël estiró los brazos y empezó a jugar con mis pezones duros como piedras, aquello acabó por rendirme a los placeres de mi abuelo, el cual subió hacía arriba besando todo mi cuerpo hasta llegar a mis pechos que beso y lamió, luego mi cuello y al final mi boca, metió su lengua enorme y yo empecé a jugar con la mía dentro de su boca, aquello me excitaba al máximo yo ya estaba completamente entregada y quería más. Mi abuelo se levantó, me mostró su enorme cuerpo peludo, su barriga redonda y dura, sus pechos peludos y grandes y sobre todo una verga enorme, no larga sino gorda encima de unos huevos grandes y peludos. Sin darme cuenta de nada y sin pensar me abalancé sobre aquel pollón y empecé a chuparlo con locura mientras manoseaba con torpeza aquellos enormes huevazos, mi abuelo se acariciaba el mismo su pecho y barriga a la vez que con la otra mano guiaba mi cabeza en un mete y saca de mi boca con maestría.

Joder nieta mía me vas a sacar la leche como nadie, quiero desvirgar todos tus agujeros.- dijo muy excitado mi abuelo

Aquello hizo que me esmerara mucho más en mi mamada hasta que noté como su enorme rabo se hinchaba dentro de mi boca y noté un enorme chorro de leche que jamás había probado, pero que empecé a tragar con locura, apreté sus enorme huevos para que aquel torrente no para dentro de mi boca. Mi abuelo resoplaba.

Mi niña ya ha probado la leche en la boca, ahora la probaras en el coño y en el culo, tu abuelo te va a enseñar a ser una buena amante,

Yo le miré hacía su cara mientras mi boca soltaba leche de la polla de mi abuelo que no pude tragar el la recogió con sus dedos y los chupó mientras me miraba con cara de amor y lujuria a la vez