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Cuentos Inmorales (3)

en Amor filial

Era raro que la puerata estaba mal cerrada, ya no traigo las zapatillas, entre a mi recamara, solo prendía la luz de la lámpara dl buro, me lleve una sorpresa con un nudo de garganta, fue a encontrar meciendo y montado en una almohada a Esteban, su blanca espalda y su culo en pompa me saludaba, me acerque cuidadosamente.

Un pequeño espasmo salía de su corta voz varonil, sus rodillas lo sostenían, mientras sus manos se posaban en sus nalgas, sea acariciaba aquella pálida piel, era tentador saber a que estaba dispuesto hacer, una ligera risa salió de su garganta, era el gusto del placer, al tiempo que se montaba por completo la almohada, dio el zarpazo a su imaginativa presa, jadeante y apresurado imaginaba que entraba y salía de una húmeda cavidad, mientras sólo lograba rosar.

Atrajo con desespero otra almohada, sin vacilar paseaba su lengua en la esquina de la teta imaginativa, estaba gozando, entre sabanas extrañas y un aromad e mujer, comencé a recordad que con esa misma almohada y postura me masturbaba con frenesí, comencé a notar que mis calores cambiaron, desabroche mi vestido despacio cayó al piso, solo quedando en ropa interior negra, me acerque más, Esteban estaba con los ojos cerrados, y entre sus palabras balbuceaba obscenidades, y recorría si mano izquierda sus nalgas.

Quería que ese chiquillo me chupara inexpertamente, que me moridera y tocase el cuerpo excitado por tener a su primera mujer y sentir todo lo que su imaginación no le puede dar,

De pronto abrió los ojos, su cara cambio al verme de pie semidesnuda, me sente a su lado, mientras su cadera no se detenía,

  • no te preocupes cariño, es normal continua

Se incorporo, de nuevo sus únicamente sus rodillas lo ponían de pie, volvió a cerrar los ojos, continuo en su tarea solo, unos pequeños sonidos se escapaban, unos alaridos, voltio otra vez, busco mi mano, la tomo y la guio a su culo para que lo acariciara, era tan durito, tan suave… era un magneto para mi, en condición autómata me subi ala cama en rodillas detrás de el, mientras lo acariciaba le besaba el cuello y ell se agitaba aun mas

  • no te vengas todavía nene, aguarda,

Lo detuve de las caderas, me baje de la cama, me dirigí despacio a la puerta, la cerré y puse el cerrojo, ya asegurada, me acerque a la cama, no me dejaba de mirar, estaba hambriento, encendido, me desabroche los broches del peinado, la sangre mezclada con el alcohol me carbonizaba la carne, en la fiesta me encontré a mi novio con otra chica. La venganza estaba en mi cama, quería beberlo todo, y que se fascinara con mis anchas caderas, y mis relamidos entre los pilares. Los broches iba cayendo al piso.

  • Sabes que me masturbó de la misma forma que tu
  • Quiero verte hacerlo

Me detuve a observarlo, aproxime mis manos a el, lo sentí entre mis manos

  • No eres tan niño

Sonrió nerviosos, baje, mi rostro, y sin mas me la metí en la boca, tenia hambre, jimio fuerte, me levante pronto a callarle con un beso, mientras mi mano lo animaba , me quería arrancar la ropa, pero su inexperiencia no podía lograrlo, así que me comencé a reír, me causo gracia los malos intentos.

  • ¿Ahora que hecho? , para que te rías de mi

Calle pronto mi risa, aun era un niño, cambie mi actitud, tomándolo del brazo lo giré, mi sexo estaba en su culo, me frotaba lentamente con el, mientras le mordía levemente el cuello.

  • Voy hacerte lo que yo quiera bebe, te vendrás en mi como quieras, pero yo mando ¿ok?
  • Si lo que tu digas

Contesto entre cortado, me saque pronto la tanga, le dije que se volteara, obedeció manso, mientras ponía mi sexo en su cara.

  • Comételo
  • ¡Huele rico!
  • Así es nene, cómeme

Le di una pequeña ayuda, su lengua me recorría, sentía sus dientes, su barbilla si nariz, entre mis labios, lo juzgué mal parecía que sabía lo que hacía, su manos manoseaban mi culo, desesperado buscaba y se pajeaba solo, así que me giré a mi derecha, y abriéndome ante él, su cara entre mis piernas y yo me dirigía a llenarlo de saliva su trozo de verga. No podía dejarle de mamársela.

  • No te vengas cariño aun no acabo contigo.

Era el tiempo, me retire de el, lo acomode, me acerque, lo bese en la boca, sabia a mí, tenía mi aroma, tome su pene, lo puse en la entrada, fue entrando poco apoco, se retorcía de placer, mi niño, entro todo, lo cabalgaba mientras se no paraba de retorcerse hasta que en una súbita convulsión, sentí su cálida bienvenida en mi.

  • ¡Asi bebe,! Asi!
  • -Gracias tia
  • De nada bebe