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Necesitabamos algo mas 3

en Fantasías Eróticas

Desafortunado episodio.

Mi esposa Judith se mantenía con una excitación constante que no lograba satisfacer y no sabíamos el motivo de su furor, no sabia si eran las pastillas que ya habíamos suspendidos y no habíamos regresado con el doctor pues no deseaba saber que ya había sido preñada, tal vez por su ex, por mi amigo o por mi. Con la finalidad de apaciguar un poco su calentura asistimos a un clubs de intercambio, donde buscaríamos una pareja atractiva con la cual intercambiar usando esta vez sexo seguro para no pasar de nuevo una mala experiencia de la cual aun no me recuperaba, la incertidumbre me mantenía estresado provocándome de nuevo un cuadro de impotencia o disfunción que en nada beneficiaba la relación.

Llegamos al club el cual lucia repleto una chica muy atenta nos indico las reglas del club y nos dio un paseíto mostrándonos la pista de baile, los saloncitos privados y una terraza donde la fiesta parecía estar en su mayor apogeo, le preguntamos el motivo de la mayor algarabía de ese grupo y nos dijo que nos acercáramos y comprobáramos por nosotros mismos.

Nos acercamos al grupo de gente y me supuse ver quizá ya a una pareja en plena acción o un trío, lo cual me parecía de mal gusto que se hiciera a la vista de todos si bien podían utilizar los privados, y efectivamente se trataba de una pareja que se encontraba en una faena, un negro de gran estatura penetraba con fuerza a una mujer que cabalgaba sobre su miembro el cual le metía a fondo mientras la sostenía de pie dando una exhibición de fuerza y potencia lo cual era vitoreado por todo el publico alrededor.

- y ese tipo quien es.

-se trata de uno de los pocos solteros que dejamos entrar al club por obvia razones, el nombre ahora no lo recuerdo, ya tiene mucho rato que solo lo apodamos mandingo y se encarga de dar la bienvenida a las primerizas quienes no se resisten al tamaño de su miembro mas de una a salido lastimaba por el tamaño que se carga y aun asi todas quieren pasar por ahí, es una iniciación esa chica que ven apenas llego hoy hace un par de horas venia con su esposo a probar nuevas experiencias y creo que quedara satisfecha.

Voltee a ver a Judith quien me miro y solo hacia cara de desaprobación, al igual que a mi nos parecía denigrante ser exhibida delante de todos, finalmente nos sentamos en un sillón muy cómodo a observar un rato el ambiente, hasta ese lugar nos llegaba aun los gritos de algarabía y algunos gemidos de la chica que parecía en pleno éxtasis.

Decidimos bailar un poco, pero antes de darme cuenta un tipo tomo de la mano a Judith que sonriéndome se dejo llevar, y desde la pista me volteaba a ver, para estar un poco mas cerca invite a una señora gordita pero muy bien proporcionada, que alegre acepto mi invitación, veía como esta vez con mucho respeto se limitaba solo a bailar con mi esposa y ocasionalmente a tocarle un poco el trasero o los pechos entre cada aproximación.

Después de algunas piezas y por el calor que había pues estábamos el pleno verano agradecimos a nuestros acompañantes y nos fuimos de nuevo a sentar en el sillón, ya bien acalorado le dije a Judith que buscaría un par de bebidas y me dirigí al bar a pedir un par de tragos, después de unos minutos me regresaba cuando me intercepto la señora gordita quien quería saber si nos gustaría conocerla un poco mas a ella y a su esposo.

-me llamo Sara no se si te dije mientras bailabamos…

A lo lejos observaba como mi esposa ya hablaba con el hombre de color y le sonreía mientras este la tomaba de la mano al inclinarse en lugar de besarle la mano se estiro hasta besarla en los labios y enseguida bajo aun mas a besar uno de sus pechos procediendo a desplazar el escote del corto vestido que había elegido mi esposa para esta ocasión, quien en lugar de rechazarlos guío los gruesos labios del tipo a su otro pezón.

Con una mano abría las piernas que mi mujer que con ese este movimiento y lo corto de su vestuario mostraba ya el pequeño triangulo de la tanguita blanca que aun portaba, por muy poco tiempo ya pues una de las manos del celebre mandingo se colaba bajo esta y era tan largo el tipo que inclinándose un poco mas deposito un beso muy prolongado en el pubis de mi esposa. Sara al verme distraído miro en dirección de donde yo observaba y se carcajeo estruendosa.

- mira que no pierde el tiempo, con la otra chica se tomo un par de horas para conquistarla y eso que el marido casi se la quería regalar y tu mujer ni 5 minutos y ya esta por dárselas, solo espero que ahora use protección porque a la otra chica la dejo echa una sopa y todavía alcanzo a salpicar a uno que otro mirón.

El tipo sin mas se desprendió de su única prenda que no era otra mas que una toalla que mantenía atado a su cintura, dejando al aire su poderoso ariete, Judith solo se limito a sonreír complacida y tomo ese pene llevándoselo a la boca con una pasión y un deleite, mientras la tomaba del cabello el cual acomodaba de lado para dejar libre el panorama, pues al parecer era habitual ya que enseguida se arremolinara la gente en torno a el para ver su faena en proceso.

Me acerque con premura esperando detener la exhibición que de mi esposa se hacia cuando logre cruzar la pista y llegar hasta Judith ella subía sus piernas por el aire mientras que con sus manos deslizaba hacia arriba y para afuera su ropa interior quedando solo con el vestidito corto como cinturón en su vientre pues ya no cubria ni sus pechos ni nada, Judith se encontraba mas que dispuesta y tratar de detener esto no era ya posible, el negro se arrodillo de frente a mi mujer que sentada en el sillón le acerco mas su vagina al sentarse al borde del sillón mientras se frotaba con placer su clítoris.

Con el glande penetro solo un poco, dándole a notar el grosor de su pene, repetía una y otra vez colando en su interior solo la cabeza, hasta que note y creo que todo mundo vio como del interior de la vagina de Judith salía el miembro del negro bañado de un liquido blanquecino producto de una abundante lubricación, era esto la señal esperaba pues esta vez metió hasta la mitad, Sara me tomo de la mano para acercarnos aun mas hasta tener a un metro apenas el rostro de mi esposa quien con los ojos entrecerrados disfrutaba de las acometidas de mandingo, mi mujer aquella que hacia unos minutos me dijera que ver a la mujer aquella tener relaciones en publico le daba pena ajena y ahora estaba frente a todos siendo abierta de par en par por el falo del negro.

Sara quizá acostumbrada a esas situaciones me ayudaba liberando mi pene de su prisión dándole ya unas chupadas al ritmo que marcaba mandingo haciéndome participe de ese momento, no me quedaba mas que abandonarme al placer de ese momento y compartirlo con mi esposa y la gordibuena de Sara quien daba unas calidas y profundas mamadas a mi erección, ya el negro hacia avances importantes esta vez en ocasiones lograba alojar el total de su bestia en mi esposa que con placer y dolor durante un par de segundos retenía dentro a mandingo.

Luego de un rato Judith cambio de posición esta vez se coloco de rodillas en el sillón dándole a su macho en turno la visión hermosa de su redondo trasero dejando a disposición su grupa para seguir alojando su miembro, y este no la hizo esperar dándole al publico una mejor vista monto sobre ella como un jinete y esta vez desde el inicio dejaba entrar hasta el fondo el grueso pene dejando por segundos su testículos apoyados el vientre de mi esposa dando a entender que la tenia a tope dentro de ella.

Sarita imitando a mi esposa se puso de rodillas en el otro extremo del sillón y me llamo para que hiciéramos el coro al concierto de gemidos de Judith, estaba tan absorto en la contemplación que ignore la invitación de Sara que con una mano se golpeaba su carnosos glúteos apurándome a entrar en ella, otro tipo tomo mi lugar y aferrándose a las caderas de Sara entro con potencia en sus entrañas.

El momento que todos los habituales del club esperaban llego y tomando mi esposa de la cintura sin deja de meterse en ella la levanto en vilo dando muestra de su potencia, y ahí estaba mi mujer en la misma posición que habíamos visto a la chica del inicio solo que esta vez el mandingo se encontraba a espaldas de Judith y la chica la había sostenido de frente a el, en esta posición se ponía mas de manifiesto la potencia del ariete que la traspasaba.

Una mujer excitada por la escena se acerco a Judith a besarla mientras esta bajaba y subía a lo largo del falo de mandingo dejando todo su cuerpo a merced de este, la hizo todavía botar unas veces mas hasta por fin vaciarse dentro de mi esposa, dejando como había dicho Sara una sopa de semen dentro de ella, pues para variar no se había puesto preservativo el tipo. Un autentico torrente de semen salía de su interior se empezó un zafarrancho de tipos que intentaban ocupar el sitio vacante sin importarles el estado de mi esposa que yacía exhausta, a como pude saque a Judith de entre la multitud y la lleve a los baños para que se aseara.