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El reencuentro

en Hetero: Infidelidad

El reencuentro con Roberto

Era jueves y salía con las compañeras de la universidad. Me vestí como siempre algo ajustadita, y con abrigo que está haciendo mucho mucho frio.

Fuimos primero a tomar unas tapas y luego a bailar.

No había mucha gente en aquel bar. Cuando entramos vi a Roberto apoyado en la pared con una chica besándolo, mientras él la tocaba el culo. Pensaba que no me había visto.

Fui a la barra a pedir una copa cuando él se acercó.

  • ¿qué tal mi niña?, hoy vienes rompedora- dijo.
  • Bueno bien, aunque por lo que veo tu mejor, je je. Le dije.
  • Si es una buena chavalica, en breve nos iremos. Te invito a la copa, por cierto ¿vas a estar hasta tarde?
  • No lo se, depende lo que estas se queden. ¿por?
  • Por nada, por nada, solo curiosidad. Bueno te dejo hasta luego princesa.

Me guiñó el ojo, me sonrió y se marchó donde la otra chica, siguieron besándose y yo cada vez mas cachonda y celosa de cómo la besaba y la tocaba.

Al rato se fueron y seguí tomando la copa a la que me había invitado, algún chico quiso ligar pero yo quería a mi Roberto. Solo pensaba en él y en lo bien que esa chica estaría pasándolo. Pensaba en esos brazos y manos fuertes, como estarían agarrando las piernas de ella, sus muslos, su glúteo. Como su boca estaría comiendo el cuerpo entero de esa niña. Luego sobando su espalda y desabrochando el sujetador.

Pero bueno, hoy no sería mío. Además tiene novia y seguro irá de flor en flor sin repetir.

Al cabo de más o menos media hora, mientras estaba hablando con un chico, entró Roberto cortando la conversación que mantenía con el otro chico.

  • Perdona que os moleste, oye mi chica mañana me toca madrugar si quieres te llevo a casa.
  • Estoy hablando, ¿no lo ves?, luego hablamos. – Fui algo borde.
  • Vale. Dijo Roberto, se rió, se dio la vuelta y llamó al camarero para pedirle un chupito.

Había una chica al lado, y Roberto empezó a entrarla. Mientras intentaba seguir con la conversación que mantenía con el otro chico, mis oídos iban a la conversación de Roberto con la otra. Les veía porque estaban delante de mi. En nada de tiempo, Roberto no desperdició el tiempo y comenzaron a comerse la boca.

Me puse celosa y otra vez caliente, dejé la conversación con el chico, y toque la espalda de Roberto. Se giró y le dije.

  • Oye mañana tengo clase asi que llevame a casa.
  • Bueno antes nos tomaremos la última copa aquí no? – dijo él.

Dejó a la chica, y me pidió una copa más, nos fuimos al fondo del bar, y estuvimos besándonos y tocándonos. Sus grandes y fuertes manos me acariciaban mi culete y de vez en cuando le daba algún apretón fuerte diciéndome cosas al oído, como me gusta que me agarre fuerte y sentir el susurro de sus labios en mi oído. Diciendo cosas como, vaya culete nena o un día te dejo coja. Luego su boca recorría mi cuello, mordiéndolo, haciéndome gemir. Mis manos fueron agarrar su paquete, era fácil notarlo, ya que llevaba un chándal. Estaba duro, bien duro, inclinado hacia un lado.

Le pregunté, que si al final no había conseguido nada con la chica con la que se fue.

  • Claro, no se me escapa ninguna, pero te he visto y me has calentado a tope, asi que me la he follado en el portal de su casa y vengo sucio de su corrida y de la mía.

Me reí y le dije que en tan poco tiempo era difícil.

Me agarró la mano, y la metió dentro de su pantalón y de su slip, me ensucié de su semen. Él se rió.

  • Bueno vámonos mi niña, hoy te voy a dar lo que he dejado de dar a esa fulana (dijó Rober)

Iba caliente de pensar que estaba sucio y que había venido a por mi, que dejó a esa chica con un solo polvo pensando en que quería repetir conmigo.

Cuando llegamos a su portal, subimos al ascensor, allí volvimos a besarnos apasionadamente. Me mordía el cuello y luego se puso detrás siguiendo mordiéndome el cuello, mientras daba pequeños empujones haciendo que su paquete tocase como mi culo. Como si me hiciera el amor con la ropa puesta. Rozaba mi culo con él, se nota bien por lo grande y gordo que es.

Entramos en su casa, y rápidamente nos quitamos la ropa. Nos quedamos completamente desnudos, yo con mis pezones duros y excitados, dejando mi coño al aire, con todo su vello ya que no me lo había recortado, húmedo de la excitación que tenía.

El potente, fuerte y robusto de pie, con su hierro duro, lleno de semen y de los restos de la corrida de ella en su pene.

Sin que me dijera nada me agache y cogí su pene con mis manos, estaba pringoso, pero me lo metí en la boca. Olía fuerte a la corrida de ella y de él. Empecé a mamarlo suavemente limpiándosela, primero el capullo, pasando mi lengua por todo él. Luego el resto. Como no llego a toda, la saque y empecé a limpiársela con mis labios como si fuera una flauta travesera. Que rica estaba, como gemía de placer sin decir ni una sola palabra.

Luego cogí el pellejo y le tape todo su pene, metiéndome su pene en mi boca, apretando con mis labios fuerte para luego con mi mano deslizar de un solo movimiento el pellejo de su pene hacia atrás. En eso se movió de placer.

Seguí chupándola hasta que conseguí que se le quedará limpio. Le dije que ahora le tocaba a él.

Sin rechistar me cogió en brazos y me tumbó encima de la mesa del cuarto de estar, me abrió las piernas y empezó a lamerme mi coño, a veces escupía porque algún pelo se le metía en la boca. Introducía su lengua que como el resto de su cuerpo era dura como una pierna, haciéndome gemir, de vez en cuando me mordía los muslos suavemente mientras me estremecía. De lo caliente que estaba me vino una corrida que se llevo a su boca.

Se puso de pie, mis piernas las puse encima de sus hombros, entonces él acercó su pene a mi vagina, estábamos los dos muy húmedos, noté como esa cosa tan gorda comenzaba abrir mis labios menores, pasando a entrar toda suavemente, eran movimientos suaves que a cada vaivén me hacían sentir mas placer. Separó las piernas y se inclinó para comerme las tetas, chupando mis pezones mientras seguía con su movimiento lento y sin pausa. Al rato comenzó a moverse más rápidamente, dejó de comerme las tetas, se incorporó , agarró mis piernas y empezó un mete saca fuerte haciendo que notara sus huevos casi entrando dentro. Yo no paraba de gemir y de decirle que siguiera.

Entonces paró, la sacó y me cogió en brazos. Me llevó a su cama. Se tumbó y dijo quiero que me montes.

Me puse encima de él pero de espaldas, me senté en su pene, y medio tumbada él empezó a mover su cintura dando fuerte a mis labios, gemía al igual que yo. Estaba casi en vuelo. La volvío a sacar y me tumbé en la cama, él se puso encima mio, con su lengua empezó a lamerme, de nuevo las tetas. Luego se puso casi sentado encima mio, y metió su pene entre las tetas, mientras las manoseaba hacía un movimiento de adelante atrás, hasta que de repente soltó un chorro de semen que mancho mi cara, luego otro y otro, llenándome las tetas y la cara de semen caliente.

Me incorporé y empecé a lamerle el pene para volver a dejárselo limpio, pero me apartó porque no podía más, según el le daba sensación y hoy no podía mas. Entre su novia , la otra chica y yo le habíamos dejado cao.

Me quedé dormida con él, yo de lado y el detrás abrazándome con sus poderosos brazos, me sentía relajada y segura de estar con un hombre como él.