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En el vestuario

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EN EL VESTUARIO

En este caso es una fantasía nada real. Estaba trabajando como limpiadora en un centro deportivo. Ese día se jugaba un partido de futbol sala para ganar la copa regional. Eran hombres entre 28 y 35 años.

Fui a ver el partido porque luego me tocaba limpiar los baños, eran chicos altos, con piernas fuertes, algunas velludas y otras depiladas. El equipo de futbol local vestía con pantalones cortos blancos y camisetas amarillas. Verles jugar me excitaba sobre todo cuando tenían broncas con el otro equipo, o se enfurecían cuando había alguna falta o el árbitro pitaba mal. Sacaban su furia de hombres y eso la verdad me excita mucho. Verles correr, viendo en algunos como sus paquetes se movían cuando corren y como se arrascan los huevos.

En una de las ocasiones Fernando, un chico casado de 36 años, el cual, sabía que me había dejado el novio y estaba algo triste, me brindó el gol. Él mide 1,70, no es muy alto, con algo de tripilla pero lo normal, jeje, piernas fuertes y gordas, y pectoral firme, duro y algo abultado. Pelo corto y ojos oscuros. En el primer descanso me vino a preguntar qué tal estaba y se quitó su camiseta para regalármela, mostrando su sudado y fuerte pectoral.  Ver su cuerpo sudado me excitó mas. Cuando se dio la vuelta me puse a oler esa camiseta, olía a sudor de hombre, estaba empapada y mis pezones se endurecieron.

Al final del partido perdieron, estaban tristes y algunos ojerosos, incluso el portero David se puso a llorar, todo un hombretón con su metro ochenta llorando por la pérdida de un partido, de una ilusión.

Después de un rato, me cambié me puse mi uniforme, y cogí el carro de la limpieza. Soy baja, 1,65, delgada morena. Iba vestida con una falda y una camiseta de manga corta de color blanco. Empecé limpiando los pasillos, mientras el equipo contrario se había ido celebrando la copa, y casi todo el equipo local se había ido.

Limpié el vestuario de los visitantes que lo habían dejado sucio, lleno de papeles, botellas de champan y algún que otro calzoncillo que me puse a oler, que olor más rico, sudor de las partes bajas de alguno de esos hombres que ganaron la copa. Estaba ya húmeda entre la camiseta de Fernando y los dos calzoncillos sucios que encontré.

Después de limpiarlo e  imaginarme a todos esos hombres juntos desnudos, abrazándose y mojando sus cuerpos con champán me fui a limpiar el vestuario de mi equipo favorito que había perdido.

Entré y me encontré a Fernando sentado en el banquillo, solo con los slips puestos, slips blancos. Triste. Me fui  y dijo que me quedara.

Me senté a su lado, y puse su cabeza en mi pecho. Mi corazón palpitaba muy rápido de la excitación que tenía. Se dio cuenta, mientras le acariciaba su cabeza, su mano se puso en mi rodilla y me entró un escalofrío, sus manos empezaron a subir por dentro de mi falda haciendo que abriera mis piernas, giró la cabeza y acercó sus labios a mi boca. Empezamos a besarnos y su mano llegó a mi chocho, introduciendo un dedo dentro de él, suspiré de gusto. Mi mano fue a su bóxer agarrando su pene ya duro y gordo. Se levantó y se puso de pie, poniéndose enfrente mio, delante de mis ojos estaba viendo esa polla gorda dentro de ese bóxer torcida hacia la izquierda, mis manos bajaron su bóxer blanco y saltó dura y venosa. Estaba rica y jugosa, llena de líquido preseminal. Abrí mi boca y la llene de ese preciado manjar. A mi primera mamada soltó un fuerte suspiro y agarró mi cabeza empezando a moverse lentamente, mis manos acariciaban sus pectorales.

Sacó su pene de mi boca y me quito la falda, me tumbe boca arriba en el banco, abrió mis piernas y puso su cabeza entre ellas, su boca empezó a comer mi vagina, subsionando y metiendo la lengua en mi coño ya húmedo, suspiraba de placer mientras mis piernas apretaban su cabeza. Esos pequeños mordiscos en mis labios inferiores, esa lengua dura y que sabía lo que hacía introduciéndose dentro de mi ser, hacia que mis gemidos fueran cada vez mas fuertes.

Dejó de comer y se fue a su mochila de la que sacó un preservativo y me le hizo ponérsele, agarré la parte donde queda el semen y con mi otra mano fui deslizando el condón sobre ese pene duro, no le cubría entero y se quejaba porque le apretaba un poco.

Me agarré a su cuello y puse mis piernas entrelazadas con su cuerpo, sus bisex  se pusieron duros manteniendo mi cuerpo en el aire, para insertar su pene dentro de mi vagina, empezó a moverse metiendo y sacando no del todo su polla de mi ser, olvidé que estábamos en un sitio público y mis gemidos eran fuertes al igual que los de él.

Al rato oí como se cerraba la puerta del vestuario, Fernando y yo nos asustamos, me bajó al suelo e intenté taparme, era David, el portero.

Asi que yo esperándote cabrón y tu follando a nuestra niña- dijo David.

Joder vaya susto me has pegado hijo puta –dijo Fernando – pensé que eras otra persona, pero si te animas y claro Patricia quiere pues ya sabes.

David me miró, se quitó la camiseta enseñando un pectoral mucho mas fuerte que el de Fernando, unos brazos mas desarrollados. Se quitó el pantalón y se bajo el bóxer, su polla era más pequeña pero más gorda que la de Fernando.

Se acercó me puse de rodillas y empecé a mamar alternando los dos penes. En algún momento les junte para chuparlas a la vez. Después de un buen rato y cuando estaba dedicándome agachada al pene de Fernando, David se puso detrás de mi, me agarró las caderas e introdujo su polla dentro de mi coño, empezó un movimiento suave para luego seguir más fuerte, los dos jadeaban mi cuerpo se entremecía apretando mi coño mientras David seguía penetrándolo me corrí llenando su pene de mis flujos, él siguió no m di cuenta que no se había puesto preservativo hasta que se corrió dentro.

Esa leche caliente me inundaba y estremecía, David me preguntó que si tomaba pastillas anticonceptivas, a lo que le dije que sí.

Entonces Fernando saltó, joder haberlo dicho me había ahorrado las molestias del puto condon, se le quitó y David se puso delante para que terminara de limpiarle el semen y mi corrida de su pene. Fernando empezó a cogerme por atrás fuerte desde el principio, una vez David la tuvo limpia se vistió y se fue.

Fernando siguió follandome hasta que soltó un chorro de leche fuerte sobre la corrida anterior de David. Haciendo que me corriese a la vez que él. Nos duchamos y vestimos dándonos un fuerte beso y diciendo ojala la próxima vez podamos celebrar con un buen polvo que hemos ganado.