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Inusual cena de amigas

en Hetero: Infidelidad

Como todo jueves de primero de mes, Vero se arregla  delante del espejo de su habitación, intenta ponerse lo más sexy posible, a sus treinta y cinco años  intenta realzar sus cualidades  y disimular sus pequeños complejos como son sus pequeños pechos. Se los enfunda en un bonito sujetador que la  hacen aparentar dos tallas más.  A cambio le gusta de enseñar sus piernas, de las que  se siente muy orgullosa,  fruto de las muchas horas de gimnasio que echa a la semana.

Esa noche decide ponerse una mini vaquera con una camiseta lila entallada que le marca todo su contorno, se mira en el espejo  y se siente sexy, pero ve que le falta algo, busca en el cajón de la ropa interior y saca unas medias de blonda, se las coloca  intentando subirlas lo máximo para que  sean invisibles con la mini tan corta, ahora está perfecta, se mira de nuevo en el espejo y se ve espléndida, su pelo castaño y ondulado está perfecto, sus  ojos marrones pintados con eyeliner le hacen parecer la mirada más seductora y sus largas pestañas pintadas hacen su piel mas blanca aún.

Se calza sus nuevos zapatos  negros de tacón y sale dispuesta a divertirse. No sin antes dejarle una nota en el Frigo a su marido de que tiene la cena preparada en el microondas  y que intentará volver pronto….su marido siempre le dice que se divierta pero que no llegue tarde, pero Vero le hace caso a medias, se divierte todo lo que puede pero siempre… llega tarde.

Se monta en su  coche nuevo, pone la música muy fuerte y se dirige al restaurante donde ha quedado con sus tres amigas  de toda la vida a cenar, llevan haciéndolo más de quince años, desde que se conocieran en el instituto. Esas cenas son la excusa perfecta para desahogar sus necesidades, les dá por hacer tonterías y por unos momento se sienten libres y quinceañeras de  nuevo. Se relajan por una noche en la que nada importa, ni trabajo...ni familia ni nada, solo ellas.

En el otro lado de la ciudad está Ana, peinando  su larga melena negra y  pintándose sus ojos verdes. Es la mayor de las cuatro y la más atrevida también, a sus cuarenta años no ha habido hombre capaz de retenerla a su lado, adora demasiado su libertad, su  espíritu es libre y su alma devastadora. Es como un huracán dejando huella a su paso, pasa  arrasando allá por dónde va,   su cuerpo no es modélico pero sabe seducir con sus movimientos al caminar, al bailar. Es sensual y demasiado seductora y eso la hace irresistible.

Esa noche se decidió por un pantalón negro ajustado y una camisa roja entallada hasta media cintura dejando abierto un par de botones para lucir ese lujurioso pecho que tiene. Enfundó sus pies en unas altísimas botas negras dejándolas  por encima del pantalón, al no ser muy alta se podía permitir calzar semejantes alturas. Se pintó de rojo los labios  y se fue a recoger a Miriam.

Esta ya  la estaba esperando en el portal de su casa, siempre ha sido la más puntual de todas,  la más responsable y metódica de las cuatro, también es  la más jovencita, a sus treinta y dos años no ha superado su timidez que la hace si cabe más sensual y deseosa a los ojos de los hombres. Está separada desde hace dos años y desde entonces ha vivido  el día a día como si fuera el último, su media melena rubia y sus ojos azul claro le dan una inocencia fingida desarmando a todo aquél que se cruce en su camino, es la más bajita de las cuatro  pero ni con esas es capaz de llevar  tacones, eso es algo que  no se ha hecho para ella.

Da la imagen  de  niñita  buena esperando en el portal de su casa, con su vestidito estampado marrón y sus sabrinas puestas, a pesar de ser bajita lo tiene todo bien puesto excepto por su trasero, que para su altura resulta ser un poquito más grande de lo normal.

Y por último está Laura, alta y sofisticada .La vida le ha sonreído a lo largo de sus treinta y cuatro años. Casada y feliz de la vida misma es capaz de reírse  del mundo para acto seguido estar llorando por él, es sensible y delicada,  pero posee una gran  fuerza interior.

 

La acompaña un físico espectacular de piernas largas y larga cabellera pelirroja, apasionada, lujuriosa y desinhibida, se mueren  de envidia cuando la ven aparecer con sus vestiditos cortos, y sus taconazos de más de siete centímetros, provocando e irradiando pasión por todos los poros de su piel.  Esa noche apareció con uno de ellos, un minivestido que  apenas si le tapaba  el culito.

Normalmente  quedaban  para cenar en algún restaurante del centro, pero esa noche iba a ser  distinta.  A Laura le hablaron de un nuevo restaurante muy de moda  en la zona sur de la capital y debido a su trabajo de redactora en un periódico, no tuvo más remedio que  arrastrarlas a todas a  ir allí.

No suelen ir a restaurantes tan chic ni tan lujosos como decían que era  este,  pero  Laura  se lo pidió a las chicas como favor personal y como  algo excepcional de esa noche,   y estás consintieron, aparte de ayudar a su amiga les daba morbo poder llevar a cabo sus travesuras en un sitio tan lujoso.

Cuando Vero llegó a la puerta ya estaban esperando Ana y Miriam,  y después de unos minutos apareció Laura.

-         Tu crees que en este restaurante podremos llevar a cabo nuestros jueguecitos sin que nos digan nada.- le preguntó a laura

-          Siempre que seamos discretas supongo que sí, así que llevar cuidado chicas que  hoy le toca a Ana empezar el juego, y ya sabéis como es.

-          Si- contesto esta- me toca a mí y ya veréis que cosas mas divertidas tendréis que hacer.- se rió

-          Creo que deberíamos dejarlo para el siguiente mes , -contestó Vero- este restaurante se ve con demasiada categoría y  no sabemos que tal le sentaran nuestros jueguecitos al personal de aquí.

-          Mira, vosotras no preocuparse y a divertirse que es a lo que hemos venido y a ver que pasa- dijo Ana.

La vez anterior le tocó a Laura y se divirtieron a lo lindo, el juego consistía en poner los nombres de ellas en un papel y la que iniciara el juego, la que llamaban “La madame”,  tenía que mandarlas hacer pequeñas travesuras de calentar y excitar a los chicos que tuvieran a su alrededor.

No podían negarse, la que lo hiciera estaba fuera del grupo y de las cenas, las pruebas que tenían que realizar no implicaban daños a terceros por lo que era perfecto, Esa noche le tocaba a Ana y está siempre llevaba las situaciones al extremo , era la que peor pruebas ponía y aunque millones de veces le habían dicho que bajara el nivel , ella no hacia caso, se excusaba diciendo  que hicieran lo mismo con ella , pero para que   la “ lamadame “ que era como llamaban a la que ponía las pruebas,  no se descontrolase , al final de la noche entre las tres amigas ideaban una prueba final para ella, con eso demostraban  que estaban al mismo nivel que las demás.

Se dirigieron   a la recepción del restaurante  para confirmar la reserva atendiéndoles un  chico que  las acompañó a la mesa diciéndoles que en breve vendrían a tomarles nota.

 

El  restaurante era espectacular, súper moderno,  con grandes ventanales  que rodeaban  el salón a través de los cuáles   se avistaban unos preciosos jardines llenos de palmeras, arbustos verdes y cascadas, todo ello iluminado por grandes farolas del siglo XVIII

 

Del techo millones de Led azules  iluminaban toda la estancia dando la sensación de estar cenando bajo un manto de estrellas, en las mesas la única iluminación provenía de unas velitas cuadradas  en el centro de la mesa lo que daban una luz tenue muy acorde con los Led.

A los pocos minutos se les acercó un chico uniformado y les recomendó algunos platos especiales de la casa,   Vero reconoció al instante esa voz y al mirarlo esté le sonrió.

                  -         Hola Vero, que sorpresa verte por aquí- le dijo,

                  -         Roberto….Ho…la…, - las palabras no salían de su boca.

            -         Estas muy guapa-, le dijo, sonriendo de oreja a oreja.

Solo pudo sonreírle y  mientras Ana pedía la cena, Vero estaba como atontada pensando en Roberto,  salió de su trance cuando Ana le preguntó por él.

-  Hay Vero...Vero que calladito te lo tenías eh, -  soltó Ana-, que pasa que lo querías para ti sola no. Pero se puede saber de que conoces a este Bombonazo.

- Es una larga historia Ana, lo conozco desde hace mucho tiempo, pero bueno… otro día te la cuento, y por cierto no sabía que estuviera trabajando aquí, de haberlo sabido no hubiera venido

-  No me digas que te has tirado a este pedazo de tío. – le dijo.

-  Ana por favor, de eso hace mucho tiempo y ya está todo olvidado, así que por favor déjalo estar vale.

-  Parece mentira  que no me conozcas- le dijo con voz burlona- Sabes que ahora no puedo dejar esto así,   creo que voy a cambiar tu juego de esta noche, tenía algo tranquilito para ti , pero  viendo a Robertito la cosa cambia , vamos a darle caña a la noche.

- Ana por favor, recuerda que soy casada y te conozco.

            - Vale, vale…tú no te preocupes.

Y mientras daba un sorbo de vino, la cara de Ana se transformo, adoptó el papel de La madame  y con una sonrisita dijo.

- Señoritas que empiece el juego.

Cogieron una servilleta y la hicieron cuatro pedacitos, poniendo el nombre de cada una de ellas en él, lo doblaron y lo metieron dentro de un vaso.

-          Haber  a quien le  toca ser la primera, -dijo Ana- cogiendo  un papelito y abriéndolo, el nombre de Mirian apareció en él.

-         Vaya  Miriam eres la primera,  lo tuyo es fácil tienes que acercarte a la mesa donde están esos chicos - y le señaló una mesa donde habían cuatro jóvenes, tienes que provocarlos, calentarlos  para que desde nuestras sillas se vean sus pollas tiesas y duras y cuando estés empalmadísimos tienes que hacer que  

 

se levanten ,pero eso no es todo, tendrás   que quitarte las braguitas y dejárselas encima del plato a uno de ellos, tienes que conseguir que las huela delante de sus amigos , y por último  pedirás un plato de fresas y harás  que uno de ellos te meta una por el coño, aprovecha los mantelitos tan bonitos que hay  - se río Ana- Pero  deberás llegar aquí con ella dentro. Recuerda  donde estamos…. así que discreción absoluta, no apagues las velas que te conozco, se tiene que ver todo muy bien.

Miriam asintió y se fue a la mesa indicada, a los cinco minutos se sentaba para poder quitarse las braguitas y dejarlas encima de la mesa,  uno de los chicos las cogió y aparte de olerlas les pasó la lengua, en ese momento el plato con las fresas llegaba a la mesa, vieron como uno de los chicos cogia una fresa y metía la mano por debajo del mantel.

Desde la mesa no se podían creer que la tímida Miriam lo hubiera conseguido, cuando está llegó, ya sin bragas, se sentó y de un trago se tomó toda la copa de vino.

- Muy bien Miriam- le dijo Ana, por un momento pensé que no lo harías,  ahora sácate la fresa, y antes de comértela por favor lámela mirando en dirección a  los chicos, creo que  se lo debes.

Miriam hizo lo que le pidió Ana, miró a los chicos mientras con cara de zorra salida se comía la fresa , estos se removieron en sus sillas nerviosos. Brindaron por Miriam.

-  Prueba superada - dijo Ana riéndose.

- Todo por vosotras chicas, no podría vivir sin nuestras cenas- contestó Miriam.

Continuaron cenando, los juegos se harían a lo largo de la noche, bien en el restaurante o  en el local de copas que fueran después. El vaso con los papelitos se quedaban en el centro de la mesa y en cualquier momento Ana podría sacar uno de los nombres y continuar con el juego.

Vero se levantó para ir al aseo cuando Ana le dijo

- Ya que vas al aseo, intenta cruzarte con tu amiguito y calentarlo un poquito, que se vaya preparando para lo que viene después, ponte en algún lugar donde podamos ver que de verdad lo estas calentando,  tienes que pasarle la mano por encima del pantalón  y tocarle la polla, y él tiene que tocarte una teta o el coño, tu eliges.

- ¿Esa será la prueba que tengo que hacer?  , le dijo Vero.

- Sabes que no, es solo un calentamiento previo a lo que tendrás que hacer después.

- Lo siento pero si no es la prueba en si,  no tengo porque hacerlo.

- No me provoques Vero, que sabes que por las malas soy peor, haz lo que te pido y no des problemas.

- Mándame que caliente a otro chico, pero a él no por favor…por favor- le decía con ojos suplicantes.

- Lo siento Vero te toca él, y ya estás moviendo ese precioso culito si no quieres que te mande algo peor.

 

 

Vero sabía que cuando comenzaba el juego ya no existían como amigas, sino como tres chicas dispuestas a todo con tal de complacer a La madame, ésta era la única que podría cambiar las reglas del juego en su mandato, la que podría exigirles cualquier cosa durante la noche, es lo que habían pactado y con lo que habían estado todas deacuerdo.

Pero Vero no quería acercarse a Roberto, había estado toda la noche pensando en él, recordando la pequeña historia de amor que vivió cuando eran jóvenes y lo bien que la follaba, jamás la habían follado así, ni su marido era capaz de darle los orgamos que le había dado  él.

Jamás había conocido a nadie con el aguante que él tenía.  Aparte de que Roberto era muy atractivo, con su pelo negro y sus ojos marrones, y  con un cuerpazo capaz de levantar a cualquier mujer  para follarsela de pie, eso era lo que más le gustaba a Vero, su marido no podía con ella y ella adoraba ser follada contra una pared en brazos de un hombre que solo la sostuviera con su polla.

Se sentía débil teniéndolo cerca  y si encima tenía que provocarle, eso era  peor aún,  porque no se fiaba de ella, se decía así misma que podría hacerlo, que solo era un juego y que quedaría en eso y ya está, y con esa idea se encaminó  a los aseos. Con la vista buscó a Roberto viendolo aparecer por una puerta y se fue directamente a por él, desde esa posición sus amigas podrían verlo todo y solo esperaba que él le siguiese el juego rápido para poder terminar cuanto antes.

- Tienes un minuto, me gustaría hablar contigo- le dijo – mientras lo acorralaba contra una pared.

            - Para ti, por supuesto, ¿hay algún problema?- le preguntó

-La verdad es que, sí que lo hay, creo que algo  de la cena me ha sentado mal porque se me han puesto los pezones  muy duros de repente.

            - ¿Como dices??- le preguntó con cara de  idiota.

            -  Que digo que tengo los pezones durísimos- tocándose  los pechos- es que no te lo crees – le dijo

Y cogiendole de la mano se la puso encima de sus tetas.

- Ves,-Lo miraba con cara de niña traviesa- ves como tengo los pezones, creo que algo me ha sentado muy mal, tu que opinas?.

- ¿Vero a que juegas?- Os he estado observando toda la noche y lo que hacen tus amiguitas no esta bien, y menos aquí.

- No quieres jugar conmigo-  le dijo mientras le quitaba  la mano de su  teta y la bajaba despacito hacia su entrepierna - no quieres comprobar lo mojado que se me ha puesto el coño en cuanto te he visto.

Roberto quitó la mano que le sujetaba Vero y se fue, pero  a medio camino se dio la vuelta y se puso enfrente de ella casi rozándole la cara.

            -Estas jugando con fuego, y podrías quemarte- le dijo

            - Huyyyy que miedo me das- le dijo,  pero el ya se había ido.

 

Vero miró para la mesa y las chicas levantaron su copa en señal de asentimiento, se metió al aseo y volvió con ellas no sin antes pedir otra botella de vino.

Siguieron bebiendo y cenando, hablando de las vidas de cada una de ellas, de las novedades que habían ocurrido en ese mes cuando La madame metió la mano en el vaso y el papelito que sacó ponía el nombre de Laura

-         Hay Laurita…a ver que hago contigo, déjame pensar- y tras unos segundos de estar disimulando que lo pensaba dijo - ya lo tengo, quiero  que te vayas al aseo de hombres y que le  chupes la polla al primer tío que  entre, se lo harás de rodillas y quiero que se corra en tu cara. Cuando llegues aquí deberás traer una muestra de su corrida en tu boca,  nos la enseñaras y te la tragaras.

Laura iba a negarse, Ana se descontrolaba demasiado pero sabía que  no iba a conseguir nada, se levantó  y se fue a los aseos de caballeros, a los quince minutos apareció  con paso rápido hasta llegar a  ellas,  se sentó, les abrió la boca  y les  enseñó todo el semen que llevaba, le dio un buen sorbo a su copa y se lo trago todo.

- Otro brindis por Laura, rió Ana.

- Esta me la pagaras Anita, - le soltó.

Entre brindis y charlas pasaba la noche, Roberto no dejaba de mirar ni un solo minuto a la mesa de las chicas, las veía reírse y brindar constantemente. Él como Gerente del Restaurante no podía permitirse esos tipos de juegos en su restaurante, al igual que él otros clientes se habían dado cuenta del espectáculo y aunque no le habían reclamado nada sabía que no estaba bien.

- Buenas noches Señoras, les importa si me siento con ustedes un minuto- les dijo a las chicas.

            - Claro que puedes,- le contestó Ana- pero solo si dejas de llamarnos Señoras.

- Esta bien-  y cogiendo  una silla se sentó al lado de Vero.- He estado observándolas y lo que están haciendo no esta bien y no puedo permitir este tipo de historias en mi restaurante.

En ese momento Ana le hizo un gesto a Vero y está entendió a la perfección lo que tenía que hacer, pasó su mano por debajo del mantel y se fue directamente a la polla de Roberto, empezó a sobarla por encima del pantalón, mientras lo hacía se acercó a su oído y  le dijo.

-         Tu has venido a que te haga  una buena  paja,  como prefieres con la mano o con la boquita amor?.

-         Vero por favor, di a tus amigas que paren el juego, terminar de cenar y os vais, no quiero escándalos aquí, os lo pido por favor.

- Y no preferirías que te metiera en los baños, me arrodillara delante tuya y te chupara la polla, no te gustaría correrte en mi carita Roberto.

- Y tú no preferirías cerrar esa boquita tan linda que tienes y marcharos  ya de aquí, os lo digo en serio no hagáis que llame a seguridad.

 

 

Roberto se levantó y se fue, Vero le dijo a Ana que lo más conveniente era irse ya, así que pidieron la cuenta y se fueron a  seguir la noche a un local de copas que había  no muy lejos.

Nada más entrar se pidieron unos tequilas y después de tomarlos de un trago, pidieron dos  rondas más, y las mismas que cayeron de golpe , se fueron al centro de la pista a bailar, iban muy tomadas y la vergüenza no existía para ellas, se pusieron en pareja y se tocaban al ritmo de la música,  juntaban sus cuerpos una detrás de la otra subiendo y bajando, contoneándose como autenticas zorras, Vero se mareo un poco y se fue a los baños a refrescarse, cuando estaba inclinada sobre los lavabos echándose agua en el cuello,  la aprisionaron  por detrás diciéndole  en el oído.

- No querías chuparme la polla en los baños, pues ahora es tu oportunidad, vamos arrodíllate  y chupamela. Le dijo Roberto detrás de ella.

- Suéltame, tendrás cara  encima que casi nos echas de tu restaurante, ahora si quieres una paja le pagas a una puta, porque  yo me voy.

- Y porque iba a pagarle a una puta, cuando tengo a una  delante mía que me lo va a hacer gratis.

-Déjame, le dijo- y cuando se iba  a marchar, Roberto le sujeto por el brazo y la hizo girarse hacia él, le metió una mano por debajo de la falda y se fue directo a su coño

- Vaya, pero si mi zorrita está mojada. Seguro que has estado pensando toda la noche en mi polla.

Vero intentó irse, pero él la sujetaba del brazo con fuerza y su mano se movía con mucha suavidad en su coño, iba a decir algo pero no pudo. Roberto seguía acariciando su encharcado coño, tocándole con el dedo gordo el clítoris y metiéndole dos dedos por dentro.

-         Ahora vas a ser buena y te vas a arrodillar, y te vas a chupar este pedazo de polla que tú y tus amigas os habéis encargado de poner.

Hizo arrodillar a Vero que puso poca resistencia y se quitó los pantalones, Vero continuó bajándole los calzoncillos,  y dejando ver ante ella una espléndida polla dura, la cogió con ambas manos y empezó a chuparsela, la metía hasta el fondo de la garganta y la hacia salir de nuevo, saboreando y degustando esa magnifica verga, le pasaba la punta de la lengua por el capullo, alrededor de él, para introducirla de nuevo dentro, le gustaba el sabor y estaba como ida allí arrodillada.

De repente Roberto la levantó y la sentó en los lavabos, le abrió las piernas y metió su cabeza dentro de las piernas de Vero, su lengua se apoderó de su coño y empezó a lamerlo ,  a succionarlo , a devorarlo salvajemente,  pasándole toda la lengua por él, succionándole el clítoris, ese pequeño botoncito que tanto placer da, siguió lamiéndolo hasta que se levantó, cogió a Vero por ambos lados de la cintura y la acercó más a él, la levantó de un golpe y sin más la penetró,  se la metió hasta el fondo , con fuerza con dureza, mientras la seguía follando de pie y con ella clavada en su polla se dirigió a uno de los baños  para tener un poco más de intimidad y allí contra la pared la  embestío  una y otra vez, salvajemente, mientras Vero se agarraba a su cuello y escondía entre jadeos la cara en él.

A los pocos minutos entre gemidos se corrieron, Vero se quedó agarrada al cuello de él, mientras volvían a la normalidad, estando  así oyeron las voces de Ana y Laura que entraban.

- Pensé que Vero estaba aquí, donde se habrá metido, me tiene preocupada –dijo Laura

 

- Quizás esté  sentada por ahí en algún rincón intentado que se le pasé la borrachera.

Vero le hizo gestos a Roberto para que no se moviera, pero esté no le hizo caso y con la punta del pie abrió la puerta.

- Creo que he encontrado lo que andáis  buscando- les dijo sonriéndolas.

Ana y Laura se quedaron con la boca abierta al ver a Vero con la falda levantada y enroscada en  él, casi no podía hablar, ni tan siquiera mirarlas.

- Yo…bueno…me encontré mal y él entró y…

Vero empezó a reírse y todas con ellas, no podía explicarse como había  sucedido, pero allí estaba en brazos de otro hombre y follada  en los baños,  esas habían sido las consecuencias de haberlo  estado provocando toda la noche, no sabía si era por el alcohol, o por el polvazo tan estupendo que acababa de echar pero no se arrepentía lo más mínimo.

Se bajó de encima de él, se arreglo y salieron las tres de allí como si nada hubiese pasado, una vez que llegaron donde estaba Miriam tuvieron que decidir que prueba final le ponían a La madame para terminar el juego y la noche.

Pensaron que después de las pruebas que había puesto Ana lo mejor sería que ella misma realizara las mismas, así se daría cuenta del nivel y podrían tener la posibilidad de que en futuras cenas lo bajara un poquito, a Ana pareció no importarle hacer las tres pruebas, pero cuando se iba a realizar la primera se dio la vuelta y le dijo a Vero.

- Es una pena que lo tuyo de los lavabos no haya sido una prueba mandada por mí, porque me hubiera encantado haberme follado a ese pedazo de tío.

Miriam que era la única que no sabía nada abrió la boca sorprendida.

-         Si quieres le puedo preguntar si le apetece otro polvo.

-         No estaría mal Vero, mientras yo hago las otras pruebas mira a ver si lo convences y que me espere en los baños que voy en un ratito para allá.

 

Ana hizo las pruebas, con la primera se  arrimó a un grupo de chicos y después de calentarlos se bajó las braguitas y uno de ellos las olió para segundos después metérselas en  la boca, en la segunda prueba se fue con otro chico a un reservado del local y allí en la oscuridad le hizo una paja llenándose toda la boca de semen, y sin llegar a donde se encontraban las demás les abrió la boca para que lo vieran. Ya solo quedaba la tercera, se fue hacía Vero y está le dijo que la estaba esperando en los baños, se metió dentro y allí estaba él, la cogió por el pelo y la besó en los labios, metiéndole la lengua hasta el fondo.

Vero  se preguntaba como se lo  estaría haciendo  a ella, les dijo a las demás de ir a echar un vistazo pero no quisieron, les dijeron  que fuera ella y les contara al día siguiente,  porque se iban, ya  se había hecho demasiado tarde. Se despidió de ellas y  decidió ir sola, pero antes  fue a pedirse una copa y después de beberla casi de un trago se fue a los baños, en ese momento las luces del local se encendieron para avisar a los

 

clientes que iban a cerrar, Vero  abrió la puerta de los baños y ahí estaban comiéndose a besos,  tocándose por todas partes, Ana ya tenía la parte de arriba en el suelo, y Roberto llevaba abierta la camisa y todavía llevaba los pantalones puestos, no se habían dado cuenta de lo tarde que era y de que el local ya había encendido las

luces para invitar a la gente a salir,  Vero entró un poco más y decidió avisarlos para que se vistieran y que continuaran más tarde con lo que se dejaban a medias.

Roberto fue el primero en verla acercarse y sin dejarla hablar la besó en los labios, casi se los mordió, Vero se apartó un poco para decirles lo que ocurría, se vistieron y salieron de allí los tres, la prueba estaba a medio y tenían que terminarla, Ana dijo de ir a su casa que pillaba cerca de  allí y  se fueron, Vero se iba a marchar a su casa pero Ana le dijo que necesitaba un testigo de lo ocurrido y que no podía marcharse.

Se  montaron en el coche de Vero que  veía a través del retrovisor como Ana en el asiento de atrás le metía mano Roberto, no paraba  ni un segundo de sobarlo, cuando llegaron al piso Vero llevaba un calentón de miedo, subieron  los tres  y cuando se cerró la puerta,  Ana se abalanzó sobre Roberto y empezó a morderle los labios mientras le desabrochaba la camisa, Vero se quedó apartada  mientras Ana continuaba quitándole ropa a Roberto.

-         No te gustaría participar  Vero- le dijo Ana- no creo que a Roberto le importe un poquito de ayuda verdad.

-         Ven aquí- le dijo Roberto alargándole la mano.

Vero no se hizo de esperar y le dio la mano,  estaba cachondísima viendo la escena de los dos, Roberto de un tirón la acercó a él y le besó los labios, se los comía sin compasión, Ana  estaba bajándole los pantalones y dejando libre su polla, se arrodilló  y empezó a chuparsela,  metiéndosela toda dentro. Roberto mientras, besaba y manoseaba a Vero, hasta que le pidió que bajara donde  Ana y se la chuparan entre las dos.

Vero bajó a su entrepierna y empezó a lamerle la polla, a pasarle la lengua de arriba abajo, a veces se tropezaba con la de Ana pero esta no la quitaba, sin darse cuenta y en una de las veces que sus lenguas se juntaron, se besaron, se metieron la lengua la una en la boca de la otra, como si fuera lo más normal del mundo, las manos de Ana se fueron a los pechos de Vero que no paraba de gemir, pararon el beso y siguieron con la polla de Roberto que del espectáculo que estaba viendo había doblando el tamaño, alternaban besos entre ellas con chuparle la polla a él.

Se levantaron y entre las dos lo llevaron a la cama completamente desnudo, Ana seguía llevando su ropa interior pero Vero solo llevaba las braguitas puestas, lo tiraron a la cama y Ana le dijo a Vero que le ayudara a quitarse las braguitas, se arrodilló  para quitárselas cuando Ana la cogió de  la cabeza y abriéndole las piernas le dijo.

-         Vero te vas a comer el mejor coño de tu vida – le cogió con ambas mano  la cabeza y la metió entre sus piernas.

 

Vero no sabía como reaccionar, así que se dejo hacer y empezó a lamerle el coño a Ana, era la primera vez que lo hacía y le estaba gustando muchisimo , lo mismo debía pensar Ana, que estaba como loca  recibiendo los lengüetazos de su amiga.  Mientras Roberto  desde la cama  empezó a tocarse la  polla  viendo el espectáculo tan maravilloso que le estaban ofreciendo.

 

 

Ana levantó a Vero del suelo y la besó en los labios probando el sabor salado de su coño, la tumbó en la cama y le abrió sus piernas para meterle la lengua hasta lo más profundo de su raja, Roberto  aprovechó que estaban en la cama y le puso la polla en la boca de Vero para que se la chupara.

Se la metió hasta el fondo,  provocándole una arcada que supo controlar,  este la metía y la sacaba cada vez más rápido,  le estaba follando  la boca, y ella solo abría la boca para tragar la polla de él, casi no le daba tiempo a lamerla de lo rápido que se lo estaba haciendo. Vero estaba por correrse pero con la polla dentro  no pudo  avisar a Ana  y estalló en un tremendo orgasmo que Ana recogió mientras  Vero oprimía la polla de Roberto en su boca.

Ana se incorporó por encima de Vero para besar a Roberto y pedirle que la follara, se puso a cuatro patitas y moviéndole el culito de un lado a otro le dijo que se lo reventara. Este no perdió ni un segundo y le clavó la polla hasta el fondo de su culito, Ana gemía diciéndole palabras guarras mientras la follaba como un loco por atrás, Vero que había quedado debajo de Ana aprovechó para meterle dos dedos por el coño de está y conseguir que se corriera simultáneamente por ambos lados.

Ana cayó desplomada al lado de Vero, rendida, exhausta  y con una sonrisa de oreja a oreja. Roberto le había embestido como un animal por el culo y había conseguido el mejor orgasmo de hacía mucho tiempo.

Roberto  aprovecho el pequeño descanso de Ana para irse a por Vero, le abrió las piernas y de un golpe  se la metió bien dentro, todavía no se había corrido y estaba a punto, empezó a follarla  salvajemente, mientras Ana ya mas recuperada empezó a chuparle  los pezones, Roberto le levanto las piernas hasta colocarlas por encima de sus hombros y así se la follo durante un rato hasta que oyó como Vero se corría  y él con ella.

Terminaron las tres tirados en la cama con la misma sonrisa dibujada en sus caras,  después de unos minutos de descanso Vero se levantaba para irse, pero Roberto le dijo que todavía no había terminado con ella, se tumbó de espaldas y le dijo que se sentara encima de él, Vero lo hizo y de un lenguetazo le recorrió toda su raja,  Ana aprovecho y se fue directa a saborear de nuevo su polla, empezó a chuparla con devoción hasta que consiguió ponerla dura y erecta de nuevo.

            -  Zorrita ponte a cuatro patas que te folle- le dijo a Vero.

Esta se puso a cuatro patas encima de la cama y de un golpe intentó meterle la polla, pero  lo encontró cerrado y muy estrecho, jamás la habían follado por ahí,  Roberto le pidió  a Ana que se lo  lamiera y está lo hizo lubricándole todo el agujerito.

Ana estaba muy excitada y aprovechó que Vero estaba a cuatro patas para colocarse con las piernas abiertas delante de ella y acercarle el coño todo lo que pudo para que esta se lo lamiera, la cogió por la cara y en un segundo tenía la lengua de Vero recorriendo toda su raja, mientras Roberto  volvía a intentarlo  y esta vez consiguió meter la punta.  Poco  a poco se fue agrandando y a los pocas embestidas ya tenía media polla dentro, empezó a bombearla, cada vez metiendo un poco  más, así estuvo dándole  hasta que Vero se corrió soltando un  sonoro  gemido,  que hizo que  Roberto también se corriera   llenándole el culo de leche. Ana también se corría en ese momento pero los gritos de Vero ahogaron sus gemidos,  al sacarla le chorreo por los muslos pero  Ana sacó su lengua y lo recogió  todo, con la boca llena de semen se volvió hasta Vero y la morreo pasándole parte de la leche.

Estaba vez si que se desplomaron en la cama, a los diez minutos Vero se levantó y se fue a la ducha, se arregló y cuando salió Roberto y Ana estaban durmiendo, sacó un Boli y les dejo una nota en la mesilla

“Jamás olvidaré esta noche, he disfrutado y gozado como nunca, pero esto no puede volver a suceder” O SI….

Les dio un beso en los labios a cada uno y se fue, cuando llegó  a casa estaba amaneciendo, se desvistió y se metió en la cama con su marido, este dormía, se abrazó a él y sonrió.