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Sexo en Barrio Séxamo 2

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Hacía meses que Espinete no sabía nada de Paula después de habérsela follado a lo bestia mientras que Chema, el panadero, les estaba espiando cuando entró a su casa sin que Espinete se diera cuenta. Posteriormente, debido a sus amplias necesidades sexuales y sin tener ninguna vagina disponible, se le ocurrió llamar a las señoritas que salían en los periódicos, hasta que se quedó con su prostituta preferida, Gertrudis, esta prostituta, era alta y delgada, vestía ropas oscuras y de cuero, botas altas y de tacón de aguja, se peinaba al estilo bob, con fleco, se decloraba sus cabellos hasta dejárselos blanco. Algunas veces, Gertrudis no cobraba a Espinete pues él tenía un enorme miembro viril a pesar de su ridículo aspecto pero a ella no le importaba porque le satisfacía sexualmente sus fantasías más bizarras. Un día Estaba con Espinete que la había llamado a su casa, estaba tendido en su cama y Gertrudis estaba encima de él haciéndole una felación, sus labios húmedos ajustándose al tamaño del glande, cuando de pronto....

-¡ AY!.... ¡ZAS!....¡Guarra!

Espinete le dió un rodillazo en la cara a Gertrudis que la tiró al suelo.

-¡Espinete!, me has dado un rodillazo en la cara y me ha dolido

Espinete responde:

- Joder Gertrudis, me acabas de clavarme tus dientes en  la polla y me has hecho sangre, menuda bestia eres,  ¡mira como me está chorreando la sangre, que voy a tener que ir a urgencias para que me pongan puntos !

Gertrudis se levantó muy enfadada y de sus botas, saca una fusta para azotar y golpea a Espinete con la fusta repetidas veces

- ¡Cerdo, asqueroso, maricón, idiota, subnormal,  se me ha inflamado la cada del rodillazo que me has dado, ahora voy a perder clientes por tu culpa, bruto que eres un bruto !

Espinete se estaba riendo porque le hacía gracia ver a Gertrudis enfadada, aparte que los latigazos le daban morbo, se protegía la cara mientras Gertrudis le azotaba la barriga, y los brazos, el cuerpo de Espinete comenzaba a estar lleno de marcas de los latigazos, Gertrudis jadeaba y se reía porque estaba disfrutando sexualmente haciéndole daño a Espinete, hasta que perdió el control y le empezó a azotar más fuerte y más mientras le escupía y le pegaba con el tacón, le golpeaba con el tacón en el escroto y repetidas veces se lo introducía por el ano, entre las patadas que le propinaba,  accidentalmente, un fuerte taconazo le golpeó en el ojo a Espinete, causándole un dolor  y furia al mismo tiempo.

¡AY!.... ¡ZAS!....

Espinete le dio una patada en el pubis a Gertrudis que la desplazó contra un espejo que había detrás, haciendo que se cayera al suelo, rompiendo el espejo y cortándose con los trozos de los cristales...

- Espinete, esta vez la has cagado pero bien cagada....

Gertrudis, llena de sangre, heridas y trozos de cristal, por el uniforme, agarró el bolso y salió de la casa de Espinete, cerrando la puerta de un portazo. Espinete se quedó paralizado de aquella escena tan violenta...

-Jo, creo que esta vez me he pasado un  poco...

Pasaron semanas y la herida que le dejó Gertrudis en el pene a Espinete ya se le había cicatrizado, tenía un enorme deseo sexual, sus testículos estaban llenos de leche, con la herida de la mordida, no podía masturbarse porque le molestaba. Llamó a Gertrudis varias veces pero no contestaba, se sentía preocupado y molesto pasaron días y días, la llamaba a todas horas, por la mañana, por la noche, por la madrugada hasta que un día alguien contestó a sus llamadas...

- ¿Diga?

- Gertrudis, pedazo de puta, te he estado llamando ¿por que cojones no me has contestado? ¡te voy a pegar en los pezones!

Gertrudis estaba todavía enfadada por la agresión y de haberse caído en el espejo, clavándose los trozos en varias partes del cuerpo pero se dignó a contestar a Espinete y con retranca maquinó un maléfico plan para vengarse de aquel altercado...

-Hola Espinete, ya se me ha pasado el enfado, te tengo preparado una sorpresa pero tienes que venir a mi casa, en la ciudad, esta noche...

Espinete le dió morbo esa sorpresa que le estaba preparando, así que se bañó, se engominó, se puso guapo y fue a la ciudad a ver a su querida putita Gertrudis para saludarla, reconciliarse y ver la sorpresa que le había preparado. Cuando llegó a la ciudad y fue al  piso donde le estaba esperando Gertrudis, llamó a la puerta y cuando la puerta se abrió, ahí estaba ella, vestida de rojo, con ropa ajustada, un top tan ajustado que se le notaban los pezones, una minifalda que se le notaban un poco las nalgas y sus botas de cuero con un fino tacón de aguja.

-Hola Espinete...

Gertrudis se acercó a Espinete y le dió un beso en la boca y luego del beso le lamió la nariz, Espinete, que llevaba semanas sin tocarse, estaba muy excitado, Gertrudis lo lleva a una habitación con las paredes de color rojo, y lo sienta en una especie de enorme silla, estilo gótico-victoriano donde en los brazos de la silla habían unos grilletes los cuales se los coloca a Espinete.

- Gertrudis eres una guarra.... esto me está exitando un montón, como no me folles ahora mismo, me voy a correr...

Gertrudis le coloca los demás grilletes que estaban incorporados a la silla, le engrilleta el cuello y las piernas, ya engrilletado, y totalmente sumiso y bajo control, Gertrudis da una patada a la silla y un mecanismo hace que las patas de las sillas se articularan y la silla cayera hacia atrás dándole un susto a Espinete

- Gertrudis, ¡esto no me hace ninguna gracia, quiero que me sueltes ahora mismo!

- ¡Espinete! cuando me tirastes contra el espejo, se me metió un cristal por el culo y me ha cortado por dentro, he han puesto puntos y no he podido cagar del dolor tan grande que me entra, esta me la vas a pagar muy caro.

- Pero Gertrudis, fue un accidente, eso fue sin querer, yo no quería, además yo no fui, tú te fuistes hacia atras...

Gertrudis le coloca un artilugio que hace que Espinete tuviera la boca abierta y luego le introduce un enorme embudo, luego se va a la cocina y se inyecta un enema en el ano.

-Espinete, prepárate para lo que va a venir ahora...

Gertrudis se acerca a Espinete que estaba atado en la silla, en el suelo y boca arriba con el embudo en la boca, Gertrudis se coloca encima del embudo y deposita su culo sobre el embudo y empieza a apretar...

¡ PEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEP!

Gertrudis soltó un pedo enorme y a continuación empezó a defecar en el embudo y todos los trozos de excremento y líquido fecal caían en el embudo y dentro del embudo, le entraban los excrementos en la boca a Espinete, él intentaba hablar pero apenas se le entendía, demasiados trozos de mierda le entraban en la boca...

-Gtrhu ioerdg inmgoin moln o aaaaaaaaaaaaaaarggggggggg

La traducción a lo que quería decir Espinete a Gertrudis era algo como "Gertrudis, no me gusta el sabor de la caca" para por favor que esto no me gusta..... Los excrementos inundaban el embudo y poco a poco iban cayendo a la garganta de Espinete que estaba jadeando y respirando aceleradamente, los chorros de babas y agua le chorreaban por los lados de la cara.

Cuando Gertrudis terminó de defecarle en la boca a Espinete, le quitó los grilletes y este se puso en pié, se sentía mareado y tenía arcadas

- Gertrudis... ¡Dame un besito!

- Espinete, no te acerques que te huele el aliento a caca...

- Gertrudis, ¿me perdonas?

-Si Espinete, pero no me vuelvas a golpear porque me cagaré directamente en tu boca ¿me has entendido?

-si... ¿puedo ir al baño? tengo una urgencia...

-anda vete...

Espinete fue corriendo al baño, abrió la tapa del inodoro y por decirlo de alguna manera, cagó por la boca, vomitó los trozos de mierda que Gertrudis llevaba en sus intestinos durante días, luego se comió un paquete entero de chicles para que se le quitara el mal aliento de la caca y del vómito y se reconcilió con su querida Gertrudis. Un final feliz.