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Esa rubia debilidad 4

en Hetero: Primera vez

ESTE RELATO NO ME PERTENECE. PERTENCECE A LA AUTORA ''GUERRERA LUNA'', QUIEN LO PUBLICO COMPLETO EN OTRA PAGINA. EN TODORELATOS PUBLICO LAS 3 PRIMERAS PARTES, Y YO ME DARE LA TAREA DE VOLVER A PUBLICAR TODO EL RELATO COMPLETO, YA QUE ME PARECE UN MARAVILLOSO RELATO.

Darien abrió la puerta de su carro para que Serena suba.

Encendió el motor y se dirigió rumbo a la casa de la rubia.

En eso suena su móvil. Un mensaje de Andrew: "Éxitos con la presa Chiba! Pero de a poco…"

Darien sonrió por dentro.

Serena iba mirando por la ventanilla hacia la calle.

-Quién era el sujeto?- Sin apartar la vista del camino.

Su potente voz masculina retumbó en los tímpanos de ella. Como quien despierta de un letargo…

-Quién?

-No te hagas Serena!- exasperado, ahora si le dirigió una mirada fulminante.

-Darien no se de que me hablas…- contestó sinceramente.

-Quien era el tipo ese con el que te reías a carcajadas.

Serena puso cara de circunstancia.

-Había tres muchachos Darien- rodando los ojos.

-No te hagas la tonta Serena, no hagas que me enoje mas de lo que estoy. Te estoy hablando del morenito marica.

-Seiya?- preguntó asombrada

-Y yo que se! Te vi muy entretenida…

-Darien…no puedo creer que me estés diciendo esto. Tanto Seiya como sus hermanos son amigos nuestros.

-Amigos? De donde? Ese sujeto no tiene tu edad Serena. Me estas tomando por idiota?

-Seiya va en el último año de secundaria, Taiki es compañero de Amy..

-Mira, mira, mira- la interrumpió- a mi no me interesa en absoluto quien es amiguito de quien. Yo vi como te miraba y la cara que puso cuando aparecí yo a buscarte.- sus ojos destellaban furia.

-Yo no se…no creo que Seiya…

-Yo sólo te advierto una cosa Serena, no me gusta el tipo ese, aléjate de él.- sentenció mientras aparcaba el carro en la puerta de la casa de ella.

-Pero Darien…no puedes juzgarlo por 5 minutos que estuviste en un mismo sitio con el.

-A ver si entiendes Serena…- se giró hacia el asiento del acompañante donde la rubia se encontraba y colocó ambos brazos a los costados de la rubia aprisionándola así entre su cuerpo y la puerta. Sus ojos zafiro se habían oscurecido y la repasó con su mirada de arriba abajo deteniéndose en sus ojos, su boca y sus pechos.- Tu…- pegando su boca al oído de ella- eres mía.

Y se abalanzó sobre el blanco cuello. Lo lamió desde la base hasta su pequeña oreja. Como un depredador antes de rematar a su presa.

Serena se estremeció…de placer o de miedo?

Su pecho subía y bajaba agitado por la adrenalina.

-Darien por favor…- sólo era un murmullo.

-Por favor qué?- le susurra al oído el moreno mientras aprieta uno de sus pechos.

-Darien basta- suplicó.

El se apartó de ella y sin dejarla escapar de su prisión la mira a los ojos…

-No olvides lo que te dije princesa.- la besa rápidamente en los labios.

Y se regresa a su lugar destrabando la puerta del acompañante.

Serena baja de prisa y corre hacia su casa.

Ya en su cama daba vueltas y vueltas, no lograba dormir.

Recreaba la escena del auto en su cabeza…su forma de mirarla… "A ver si entiendes Serena, tu eres mía" le había dicho…recordar esas palabras hizo que cada fibra de su cuerpo se estremezca. Su voz al decirlo, y esa mirada…la manera en que lamió su cuello y como apretó su pecho…

Un calor abrasador subió por sus mejillas y se instaló en su bajo vientre.

Sintió una necesidad apremiante de estar con él…

-Y si lo llamó?- pensó

No, no deseaba despertarlo…pero y si el tampoco podía dormir?

-Ya se! Le enviaré un mensaje, si lo responde es porque esta despierto! Que inteligente eres Serena!

-Darien, estas despierto?-

Esperó, pero el no respondía…una ansiedad terrible se instaló en Serena.

-Mejor intento dormir, ya mañana lo podré ver.- girándose hacia la ventana.

De pronto el móvil suena

-Así es princesa…pensando en ti-

-Yes!- exclamó la rubia.

- Yo también pienso en ti-

-A si? Y que estás pensando?-

- Pienso que tengo muchas ganas de estar contigo…- Se sonrojó al presionar "send"

-Que casualidad! Yo estoy pensando lo mismo…y a que no adivinas que mas?-

-No lo se, dime tu-

-Estoy pensando en como te haría el amor si estuvieras aquí conmigo-

A Serena le dio taquicardia, todo el calor se agolpó en sus mejillas. Quizás no fue tan buena idea enviarle el texto al fin y al cabo.

-Qué sucede nena? No me digas que la bebé se asustó?-

-Pero que odioso es ese Darien!- pensó (se acuerdan que así lo llamaba al principio?)- como se atreve a llamarme bebita miedosa? Ya verá…

-Para nada, ven por mí, ya veré como me salgo de la casa-

-Muy bien, no esperaba menos de ti, en unos minutos estoy allí, te enviaré un texto para que bajes-

En que lío se había metido!

Ahora si que no sabía como zafarse de esta…

Pero no podía quedar como una cobarde, no mientras se llamara Serena Tsukino!

Se viste rápidamente, sólo una faldita amarilla y una blusa de tirantes verde agua.

A los quince minutos le llega el mensaje de Darien, ya estaba esperándola en la puerta.

Nerviosa salió de su habitación procurando no despertar a nadie en la casa.

Se dirigió hacia la puerta y por la ventana pudo ver el deportivo rojo de su novio.

Sale de la casa y se dirige hacia el auto aparcado.

Darien la observaba desde adentro…

-Esas falditas un día me van a dar un infarto…- pensó ofuscado.

Serena ingresa al auto y se queda viéndolo con sus enormes ojos celestes.

El creyó que se moriría de amor en ese mismo instante.

Se acercó lentamente, le acarició el rostro suavemente con el dorso de su mano. Ella pegó su mejilla más a él.

Ese gesto lo enterneció terriblemente…era tan inocente en verdad…

Serena besó la mano con que Darien la acariciaba. El sólo observaba.

Le besaba la palma, luego a lo largo de sus dedos, la yema de estos.

Saco su lengua y lamió su dedo medio.

Darien respiró extasiado…esto ya no le resultaba tan inocente.

Serena succiona la punta de su dedo mientras el la miraba embobado. Ella sonrió como gratificada de verlo así.

Luego abrió sus rojos labios y Darien pudo ver como su dedo medio desaparecía completamente dentro de la pecaminosa boca de la rubia.

Emitió un sonoro gemido.

-Por que me haces esto Serena?- Su voz se había vuelto totalmente ronca.

-Por qué hago qué mi amor?- Mientras continuaba sacando su lengua y lamiendo sus dedos.

-Me torturas…

Darien se abalanza sobre ella y la besa con furia. Serena responde al beso.

Sus lenguas luchaban desesperadas.

La respiración del moreno era cada vez más pesada y sonora.

Sus fuertes manos se dirigieron a los pechos de la rubia, los estrujaba.

Coló una de sus manos por la ranura entre los pechos de ella.

Serena le quitó las manos.

Darien no se daba por vencido. Levó sus manos hacia el trasero de ella. Lo apretaba con ambas manos.

La besaba desesperado.

Serena se asustaba cuando Darien reaccionaba de esa forma, parecía un animal en celo…se sentía pequeña…se acurrucó contra la puerta del carro.

Darien tomó la mano de Serena y la llevó a su entrepierna, ella pudo notar su erección sobre los jeans.

-Mira como me pones…- gimió él cerrando los ojos y apoyando su cabeza en el asiento.

Serena enrojeció violentamente, pero esta vez no retiró la mano.

Darien lo tomó como un gesto de aceptación por parte de ella y bajó el cierre de su jean, bajó su bóxer y volvió a conducir la mano de Serena a su miembro totalmente erecto.

-Así…- susurró ronco.

Serena estaba asustada, pero no iba a huir como una cobarde, además debía reconocer que la curiosidad la mataba.

Sentía el calor que emanaba del miembro de Darien. Era suave y duro.

Darien cerró la mano de Serena sobre su pene y comenzó a guiarla en el movimiento ascendente y descendente.

Gemía por lo bajo.

Sentir la pequeña mano de ella subiendo y bajando a lo largo de su pene lo volvió loco y no aguantó nada…cuanto había durado?

Comenzó a venirse con fuertes convulsiones de su cuerpo.

Serena al sentir el líquido caliente que emanaba se sobresaltó e intentó apartar su mano, pero Darien no la dejó. Ejerció aún más presión.

Hasta que ni una gota mas pudo salir de él.

Se derrumbó agitado…le costaba respirar.

Serena permanecía en silencio…sólo lo miraba intentando recuperarse.

Darien sin moverse de la posición en la que se encontraba giró su cabeza hacia ella y abrió los ojos. Azules, hermosos para ella. Ya había vuelto a la normalidad.

Serena lo vio tan hermoso que su sola imagen la paralizó.

-Serena ven conmigo a mi apartamento…- susurro él.

-No puedo Darien. Si mis padres llegaran a despertarse y se dan cuenta que yo no estoy en mi habitación…- miró hacia abajo un tanto avergonzada por la situación de hace unos instantes.

-Es eso o no quieres venir conmigo?- Inquirió

-Si, si quiero ir contigo…pero entiende…- lo miró a los ojos.

-Ok princesa, vamos a hacer lo siguiente- se acercó para besarla- mañana les dirás a tus padres que te quedas a dormir en la casa de alguna de tus amigas y te vienes conmigo, yo al día siguiente te llevo al colegio…que te parece?

-Bueno…este…no se…no quiero meter en líos a mis amigas- en realidad ella misma no deseaba meterse en "ese" lío.

-Vamos princesa, Mina te ayudará- guiñándole un ojo.

-Esta bien…- suspiró la rubia.

Darien le sonrió tiernamente.

Serena le devolvió la sonrisa.

-Te amo princesa…lo sabes verdad?

-aham- asintió sonriendo.

-Bueno, ve a dormir antes de que tus padres se den cuenta que escapaste- rió

-Esta bien, buenas noches Darien.

-Buenas noches princesa…que tengas dulces sueños.- Besándola en la frente.

-Soñaré contigo- le dijo guiñándole el ojo y bajando del carro.

Darien sólo la observó.

Se subió los jeans mientras esperaba que ella ingresara en su casa y suspiró.

-Eso si que estuvo fuerte…- pensó.

Y se marchó hacia su apartamento.

Serena no pudo conciliar el sueño esa noche.

Se sentía abrumada por lo que había sucedido en el carro de Darien.

Ella lo deseaba, claro que si, pero a la vez se sentía paralizada por el miedo cada vez que se encontraba a solas con él.

Por otro lado Darien durmió como un bebé después de varias noches de insomnio.

Esa mañana Serena se levantó temprano, como nunca.

Desayunó y se marchó sin prisas a clases.

El día transcurrió normal para ella. Salvo por los recreos en donde se juntaba con Amy, Lita, Yaten, Taiki y Seiya.

Esos eran momentos de distracción para la rubia.

Le agradaba Seiya, la hacía reír.

Pero el la veía como algo mas, y estaba dispuesto a todo.

Por fin el timbre de salida!

Corren todos disparados.

Serena trata de ubicar a su novio entre la gente.

-Bombón- grita Seiya tras ella.

-Oh Seiya, no te había visto- distraída.

-Esperas a alguien bombón?- temiendo la respuesta.

-Si, Darien dijo que vendría por mi a la salida.- continuaba buscándolo con la vista.

-Pues parece que se le olvido- dijo irónicamente.

-Que raro, Darien no suele comportarse de esa forma…

-Así suele ser la gente mayor, demasiadas preocupaciones en sus cabezas.- fingiendo un comentario al pasar.

-Darien no es tan mayor- dijo inocentemente.

-Pues yo creo que para ti está muy mayor, nunca pensaste en buscar un muchacho mas de tu edad?- (pero que odioso!)

Serena movió la cabeza hacia ambos lados repetidas veces sujetando su portafolio con ambas manos.

De pronto lo ve venir hacia ella. Alto, con su paso tranquilo. Sus pantalones grises, jersey negro y chaqueta verde. Gafas oscuras.

-Un auténtico adonis.- felicitándose a si misma.

-Bueno Seiya, ya tengo que marcharme, nos vemos mañana. Adiós!- y salió corriendo dejando al pelilargo allí plantado.

Serena corrió hacia donde estaba Darien, quien había estado viendo a la rubia conversar con el pelilargo.

Lo abrazó fuertemente.

-Hola Darien- restregándose en su pecho.

-Hola princesa, como ha estado tu día- tratando de sacarle información.

-Igual que siempre- restándole importancia.

-Tienes hambre? Que te apetece de almuerzo?

-Mmmmm…pasta!-

-Muy bien, lo que la princesa ordene.- haciendo una reverencia.

-Viva!- saltando en el lugar.

Darien rió al notar una de sus tantas reacciones de niña.

Almorzaron tranquilamente en un restaurante italiano a orillas del río

No habían cruzado más que un par de palabras en todo el rato.

-De qué hablabas con Seiya a la salida de la escuela?- por fin habló.

-Mmmm?- fue el único sonido que pudo emitir a la vez que luchaba con un spaghetti que se le escapaba.

-Si me escuchaste Serena, de que hablabas con Seiya hoy?- ya fastidiándose.

-Ah…pues…de ti.

-De mi? Y más precisamente si se puede saber…- preguntó intrigado.

-Nada importante- restándole importancia.

-Acaso yo no soy importante para ti?- intentando averiguar.

-Claro que si lo eres Darien. Eres lo más importante para mí.- tomándole la mano.

-Ya…pero no me has respondido aún.- insistió.

Serena no quería enfadar a Darien, pero si no hablaba lograría justamente lo contrario.

-Bueno, es que Seiya cree que tu estas un poco grande para mi…- temiendo que se enfadara.

-Y qué demonios tiene que opinar sobre nuestra relación el marica ese?- enfadado

-Ya Darien, no hables así de Seiya, el no es marica- suavizando.

-Y tu como lo sabes?- mas enfadado aún.

-No lo se…sólo que no parece…- rió

-Y a ti, te molesta nuestra diferencia de edad Serena?

-Ay Darien! Qué cosas dices…claro que no, si lo sabes.-

-No, no lo se.- haciéndose el desentendido.

-Pues claro que no. Nunca me ha importado.- ofreciéndole una amplia sonrisa.

-Ese tipo te tiene ganas…-acomodándose en su silla.

-No digas tonterías.

-No digo tonterías. Tú eres muy inocente y no te das cuenta.

-Yo no soy una tonta Darien.- cruzándose de brazos.

-No dije que seas tonta, dije que eres inocente y quizás no te das cuenta de las intenciones que un hombre pueda tener contigo, eso es todo.

-Pues yo si me doy cuenta de cuales son tus intenciones conmigo- sonrió picara.

Darien abrió grande los ojos.

Serena rió sonoramente.

-Si vieras la cara que has puesto- dijo la rubia divertida.- yo sólo creo que tu intención es casarte conmigo y formar una familia cuando regreses de Estados Unidos.

Darien respiró aliviado.

-Claro que si princesa.- le sonrió tiernamente y la tomó de ambas manos.

-Cuantos hijos crees que tendremos?- preguntó seria.

-Como diez!- exclamó el moreno alegre.

-Diez!- asustada

-Jajaja! Siiii! Pero para eso hay que practicar mucho antes- levantando el mentón y lanzándole una mirada desafiante.

Serena se puso roja como un tomate.

-Vamos princesa, es hora de marcharnos.

Pagó la cuenta y caminaron de la mano por la orilla del río.

En un momento Darien se detiene y jala del brazo de Serena para atraerla contra si.

Acaricia su mejilla.

Ella cierra los ojos aguardando el beso que sabe le vendrá.

Darien le da un beso tierno…se separa para observarla.

Serena abre los ojos y lo mira.

-No has olvidado lo de esta noche verdad?- le habló despacio.

-Bueno…yo- titubeó la rubia.

-No me digas que ya te has arrepentido- entrecerrando sus azules ojos.

-No- susurra ella- Pero no le he pedido a Mina que me cubra.

-Y si pasamos por su casa antes de irnos al apartamento?-

-Creo que estaría bien. Pero primero la llamaré para preguntarle si esta allí.

Saca su móvil del portafolios y marca a Mina.

-Hola Mina…estas en tu casa?...yo aquí con Darien…si…- El moreno seguía atentamente las palabras de su novia- Oh! Ya veo…bueno, yo enseguida paso por allí. Ok, Adiós.

-Y?- pregunta ansioso Darien.

-Dice que está en su casa con las muchachas, podemos pasar por allí y así hablo con ella directamente.

-Vamos.

Y se dirigieron hacia lo de la rubia.

Darien aparca en la puerta de la casa.

-Quieres que te acompañe?

-No, esta bien. Tú espérame aquí que enseguida regreso.-

Darien la notó un tanto nerviosa…entendió que era por la situación.

Serena baja del carro y toca el timbre de la casa de Mina.

-Hola bombón! Que sorpresa…dijeron que no vendrías.-

-Justo tú tenías que abrir la puerta- pensó exasperada Serena- Hola Seiya, en realidad vine a hablar con Mina un minuto y enseguida me marcho.- nerviosa.

-No te quedaras un rato?- insistió el pelilargo cuando se asomó a la calle y vio el deportivo rojo- Ah…ya veo por qué estas tan apurada…- poniendo gesto de fastidio- Te tiene bien vigilada verdad?-

-Creo que no tengo por qué darte explicaciones sobre mi relación con Darien.- la estaba haciendo enfadar.

-Lo siento bombón, no te enfades por favor.- se disculpó.

Darien desde el carro veía la escena. Podía ser que ese tipo siempre estuviera fastidiando?

Bajó del auto y caminó hasta donde Serena conversaba con Seiya.

-Princesa no te demores mas, ya quiero que lleguemos a casa…- besándola en el cuello.

Darien estaba marcando su territorio. Seiya sintió un calor terrible en el rostro.

-Si, voy a entrar a ver a Mina, enseguida vuelvo.-

Los dos hombres permanecieron de pie uno frente a otro sosteniéndose las miradas sin mencionar una palabra.

A los pocos minutos, que a ellos les significó una eternidad, Serena apreció.

-Ya está- sonriéndole a Darien- nos vamos?- tomándolo del brazo.

-Si, por favor princesa.

-Adiós Seiya.- saludó la rubia.

-Adiós bombón…-masculló.

Darien se dio vuelta como un demonio.

-Como la llamaste?- avanzando hacia el pelilargo.

-Darien por favor – le pidió Serena.

El moreno se paró frente a Seiya.

-Repítelo.- exigió

-Bom-bon- desafiándolo.

-Darien por favor quiero irme- le rogaba Serena.

Los demás que habían escuchado algo salieron de la casa.

- Que te quede bien claro- empujándolo con su dedo índice- al bombón, como tu dices, me lo como yo. Que nunca se te olvide.

Se dio la vuelta, tomó a Serena por la cintura y ambos se subieron al carro.

Seiya se quedó de pie, apretando los puños, observando como la rubia se marchaba con su contrincante.

-Que se ha creído el marica ese?- resopló Darien mientras conducía.

-Ya está bien Darien…- intentó calmarlo Serena.

-Mira Serena, tu mejor no digas nada…sólo lograrás que me enfade aún mas- le advirtió.

-Oye, yo no tengo la culpa de lo que sucedió ahí. Tú eres el que siempre busca pleito.

-Yo busco pleito? El marica ese se babea por mi novia en mis narices y yo soy quien busca pleito? Ja! No puedo creer que encima lo defiendas.

-Yo no lo defiendo! Simplemente creo que tú exageras las cosas. Y a ver si conduces más despacio, pareces un demente.

Darien resopló.

En el apartamento…

-Darien, ya estoy harta de discutir por Seiya…- habló sinceramente la rubia.

-Te advertí que no quería verte con él.

-No puedes prohibirme relacionarme con la gente.

-Haz lo que mas te plazca Serena.- dándole la espalda enfadado.

Serena se acerca y pega su pecho a la espalda del moreno y lo abraza desde esa posición.

-Por qué no puedes entender que no hay nadie mas en este mundo que me interese que tu…?

Darien se gira para quedar frente a ella.

-Serena …tu me amas?- preguntó mirándola fijo a los ojos.

-Como me preguntas algo así?

-Me amas o no?- insistió

-Claro que te amo. Jamás podré amar a nadie más que a ti.- Acariciando su pelo dulcemente.

-Promete que sólo serás mía…para siempre- la miró angustiado.

-Darien…

-Promételo.

-Te lo juro por lo más sagrado.

Darien la envolvió con sus brazos y la besó desesperado.

Condujo a Serena hasta el sillón y continuó besándola sin separarse un segundo de su boca.

Serena respondía al beso demandante del moreno.

Sus lenguas se trenzaban en una batalla furiosa, apasionada.

Darien dejó los labios de la rubia para dirigirse a su cuello. Al principio sólo daba besos cortos, que luego fueron dilatándose y pasaron a ser besos húmedos, alternados con pequeñas lamidas.

Serena sentía que el aire no le llegaba con facilidad a los pulmones.

Darien volvió a atacar sus labios y otra vez su cuello.

La sujetaba fuertemente de la cintura, como si no quisiera dejarla ir jamás.

Serena sentía los jadeos de él en su oído, sentía un fuego abrasador quemando sus entrañas.

Ahora era ella quien besaba el fuerte cuello del moreno.

Darien respiraba pesadamente. Disfrutaba de ver como ella se dejaba llevar por el placer.

-Dios mío, como te haría el amor…- su voz se había vuelto completamente ronca.

Serena detuvo sus besos pero él no le permitió un minuto de razón. Rápidamente se quitó el jersey negro y ella como hechizada por la bronceada piel llevó sus manos al fuerte pecho del moreno y lo acarició mientras volvían a comerse las bocas desesperados.

Serena subía y bajaba sus manos a lo largo del torso de Darien recreándose con cada músculo de su pecho, de su vientre.

El no podía más que jadear. Su mano tomó la mano pequeña y la dirigió a su entrepierna por encima del pantalón y la presionó sobre esta.

Serena sentía la erección que traía.

De pronto, en un gesto que dejó aturdida a la rubia, él se puso de pie y se quitó los pantalones quedando sólo en boxers delante de ella.

Serena contuvo el aliento por un instante y no pudo evitar dirigir una mirada al evidente bulto que se formaba bajo la ajustada tela. (Oh my God!)

Darien volvió a sentarse a su lado y llevando sus manos hacia el borde de su ropa interior se la quitó de un solo movimiento.

Serena enrojeció violentamente mientras abría la boca en un gesto de sorpresa.

El sonrió de lado ante aquello. Tomó nuevamente su mano.

-Tócame.- casi le ordenó.

La rubia dejó que el guiara nuevamente su mano hasta la entrepierna esta vez desnuda.

La sentía caliente, muy caliente, como la vez del carro pero en todo su esplendor ahora. Pudo observarla con detalle. No podía quitarle los ojos de encima.

-Es grande…- dijo inocentemente.

Darien volvió a sonreír orgulloso de su virilidad. No era la primera vez que una mujer admiraba sus dotes, pero nunca le pareció tan maravillosamente excitante que oírlo de aquellos labios.

-Es tuya, tócala- ya apenas sí podía hablar.

-Yo no se…- dijo apenada.

Esas palabras significaron el límite del morbo para el moreno. Realmente no comprendía de dónde estaba sacando tanto autocontrol.

Cerró con su mano la mano de ella sobre su miembro y la guió en el vaivén de arriba hacia abajo.

Echó la cabeza hacia atrás y tomó aire.

Soltó la mano de Serena y la dejó hacer.

-Así?- preguntó tímida.

Darien volvió a mirarla a los ojos, estaban oscurecidos.

-Así…si…Dios mío…- estaba totalmente ido.

Serena continuaba como hipnotizada con su tarea. Realmente le gustaba la sensación de tocarlo de ese modo.

Sus movimientos eran un poco torpes, pero él no recordaba otro momento antes en que hubiera sentido tanto placer al tocarlo alguien.

Observaba de manera enfermiza como la pequeña mano subía y bajaba a lo largo de su masculinidad.

No iba a aguantar mucho tiempo mas, aquello lo estaba superando realmente.

-Si nena…si…continúa…continúa…- las palabras salían entrecortadas de su boca…- No pares Serena, no vayas a parar por favor…

El oír estas palabras le hizo arder su bajo vientre a ella. Esto hizo que acelerara los movimientos con su mano.

-Ay si…no voy a aguan…- no pudo termina la frase que comenzó a venirse de manera brutal gimiendo sonoramente. Cayendo todo sobre su abdomen y embarrando la mano de Serena que continuó moviéndola hasta que ni una gota más salió de él.

Darien echó su cabeza hacia atrás y tomó una gran bocanada de aire….aún jadeaba.

Serena sólo permanecía en silencio observándolo…se veía realmente hermoso. Ella aún estaba aturdida por la excitación y el intentaba recuperarse de los espasmos.

Abrió despacio sus ojos zafiro y la observó…le pareció que ya no era la misma Serena de antes, se la veía aturdida pero no por el miedo, y su rostro reflejaba el pecado en persona.

Darien instintivamente pasó un dedo por el semen que tenía derramado en su estómago y lo llevó hacia los labios de Serena.

No pudo creer cuando ella sin pensarlo dos veces abrió su boca y lo lamió.

Se la quedó observando entre anonadado y excitado…

Ahora fue ella quien llevó un dedo hacia el estómago del moreno, recogió otro poco y volvió a llevárselo a la boca.

Eso lo volvió loco del morbo.

-Te gusta?- le preguntó

La rubia asintió con la cabeza.

-Sabe raro, pero me gusta- sin dejar de mirarlo a los ojos.

Si alguna vez había dudado que esa niña era la mujer de su vida, aquello había barrido todo resto de inseguridades. Con sólo ese gesto descubrió que ella sería la única persona que podría saciar su lado mas salvaje…era igual a él, estaba convencido, sólo le faltaba experiencia, y de eso pensaba ocuparse.

Se inclinó hacia ella para besarla, con fiereza.

La rubia no podía pensar en nada absolutamente que no fuera en Darien, en ese Darien apasionado.

El llevó sus manos a ambos pechos y los acarició por sobre la tela del uniforme. Luego descendió con húmedos besos hasta donde se iniciaban los mismos y comenzó a desabotonar, casi a arrancar, los botones de la camisa del uniforme de marinera.

Serena estaba asustada pero su cuerpo no reaccionaba para impedir que Darien continuara.

Agradeció al cielo cuando advirtió que el bra que ella llevaba puesto era de los que se prenden por delante.

Mientras la besaba con una mano desabrochó el obstáculo y se apartó un poco para poder observar mientras descubría sus pechos.

Serena intentó cubrirse con sus brazos pero el la tomó de ambos y los movió a un lado.

La visión le resultó alucinante. Sus pechos no eran muy grandes, pero estaban bien formados. Se veían suaves, blancos y coronados por rosados pezones.

La rubia lo miraba expectante esperando su reacción, pero él permanecía absorto. Ella se moría de la vergüenza, se sentía muy expuesta.

Por fin Darien llevó sus manos a ambos pechos…los acarició de manera suave, pasó sus dedos por los pezones apenas rozándolos. Observó como la blanca piel de sus pechos se erizaba al igual que sus pezones.

Lamió uno y luego el otro.

Serena contenía la respiración.

Con una mano tomó uno de los pechos por la base y lo llevó a su boca para succionar, con la otra acariciaba estimulando el seno libre.

Luego lamió el otro pecho. Con su lengua hacia círculos alrededor del pezón.

Serena ya respiraba agitadamente.

El levantó su mirada para ver el rostro de ella, tenía los ojos cerrados y le costaba inhalar el aire a su alrededor.

Darien dio un pequeño mordisco a uno de sus pezones. Serena gimió levemente.

Bajó hacia el plano abdomen de la rubia depositando húmedos besos en el camino…sus manos no abandonaban la tortura a los pechos de ella, que esta vez abrió los ojos para verlo.

Darien lamió su ombligo…Serena cada vez respiraba mas fuerte.

El moreno beso la piel al borde de la falda azul. Había abandonado sus pechos para acariciar las largas piernas de ella. Talló sus tobillos, subió por sus muslos, acariciaba la parte interna de estos.

De a poco fue levantando la faldita, despacio…encontrándose con unas braguitas de algodón blanco.

-Braguitas de niña- pensó con morbo.

Acarició con sus dedos la ingle…y luego su sexo por encima de la pequeña ropa que lo cubría.

A través de la tela pudo notar la incipiente humedad y el calor que de allí emanaban.

Acercó su boca y depositó un beso que hizo temblar a la rubia. Rozó el centro con la punta de su nariz.

Serena se revolvía en el lugar.

-Tranquila princesa…- le susurró sin apartar la vista de su objetivo.

Comenzó a mover su dedo de arriba abajo siempre por encima de la tela, ejerciendo apenas presión.

La tela ya estaba bastante húmeda y en el una erección nueva se alzaba.

Apartó la tela de las bragas hacia un costado recreándose en cada segundo y permaneció quieto observando su sexo…

-Hermoso- susurró. Creyó que realmente era lo más hermoso que había visto.

Acarició los pliegues delicadamente…el calor que despedía era terrible.

Deslizó su dedo índice a lo largo de su sexo…sentir el contacto directo lo volvió loco y no pudo evitar acercar su boca, como por instinto, y besarlo. Serena se sobresaltó ante el contacto.

Darien volvió a apartarse y con su dedo medio comenzó a frotar suavemente su clítoris, despacio…de vez en cuando bajaba hasta su entrada para humedecer aún más la zona.

Serena gemía suavemente con los ojos cerrados, las sensaciones la desbordaban. El estaba encantado con la entrega de la joven. No aguantó un minuto mas …estaba desesperado por probarla.

Tomó las bragas y las deslizó hacia abajo sintiendo que ese acto era el mas erótico que le había tocado vivir.

La ropa interior cayó al suelo y Darien tomó ambas piernas de la rubia y las separó. Ella intentó juntarlas nuevamente, aquella exposición la avergonzaba, pero el moreno la sujeto con fuerza.

-No te rindes verdad?- le dijo sonriendo de lado.

Serena pudo ver como sus ojos volvían a oscureces y un escalofrío le recorrió la espalda.

Darien se abalanzó hambriento a la entrepierna de la rubia y pasó su lengua por toda su extensión.

Serena dio un pequeño grito.

Con su lengua comenzó a trazar círculos sobre el pequeño clítoris mientras con su dedo estimulaba por fuera la entrada al pequeño cuerpo.

Serena ya gemía descaradamente, intentaba permanecer en silencio, lo intentaba con todas sus fuerzas pero aquellas sensaciones desconocidas hasta ahora la superaban.

Darien se separa de ella y Serena abre los ojos como platos…toma aire…se sentía aturdida.

El comienza a estimularla con sus dedos…frotaba su zona mas sensible.

-Te gusta lo que te hago princesa?- Sabía que si, estaba empapada.

Serena sólo lo miraba con sus inmensos ojos celestes, no podía articular palabra, se sentía mareada de placer. Comenzaba a gemir nuevamente, ya nada le importaba.

El verla así lo volvió loco, le hizo perder la poca cordura que podía quedarle y se abalanzó sobre su sexo…lo devoraba con locura…

La rubia gemía cada vez más fuerte. Se abandonó completamente al placer…un calor abrasador le subió por las mejillas, la humedad entre sus piernas aumentó. Llevó ambas manos a la cabeza del moreno y la empujó hacía si hasta que las fuerzas la abandonaron por completo y se entregó a un orgasmo devastador que provocó fuertes sacudidas en su cuerpo, como una descarga eléctrica que la hizo gritar y sollozar hasta quedar completamente rendida.

Darien se separo apenas para contemplarla. Tendida en el sofá, con sus pechos al aire, la falda levantada y las piernas abiertas. Su rostro sonrojado. Esa imagen lo extasió.

Su erección no cedía.

Serena abrió los ojos por fin y le dirigió una mirada lasciva. Bajo su vista a la boca del moreno, estaba empapada de sus jugos, ella se mordió el labio inferior.

Darien se puso de pie, la levantó en brazos y la condujo a su recamara.

La depositó despacio en la cama y se recostó a su lado de costado. Tenía el brazo flexionado y su cabeza apoyada en su mano mientras con la otra mano acariciaba el espacio entre los senos de la rubia, su abdomen, sus piernas.

Se recreaba en sus muslos, la parte interna de los mismos.

Serena ya comenzaba a respirar agitada.

Darien seguía jugando con sus caricias cada vez más cerca de su sexo pero sin tocarlo.

Ella se removía inquieta.

Darien se acerca a su oído

-Qué pasa princesa? Quieres que te toque otra vez?- le susurra y lame su oído.

-Si…- en un gemido casi inaudible.

-No te oigo princesa…-

-Darien por favor…-murmura en un suspiro.

-Por favor que?- le dice riendo de lado.

-Por favor…- solloza inquieta.

-Si lo quieres, tienes que pedirlo princesa.- su voz otra vez ronca del placer. Lo excitaba terriblemente verla tan necesitada de él.

Serena lo miró…sus ojos…mechones negros caían sobre ellos...estaba hermoso.

Suspiró- Tócame por favor- y tomó la mano de él y la llevó hasta su sexo.

Esa iniciativa de ella hizo que su erección creciera aún más.

Pasó el dedo medio por toda la extensión del sexo de la rubia…quien jadeó fuertemente.

-Estas empapada- se quejó excitado él.

Darien se sentó sobre la cama casi de un salto e incorporó a Serena sentándola entre sus piernas de espaldas a él.

Estrujaba con fuerza sus pechos mientras besaba y lamía su cuello.

-Darien…- gemía ella.

Escuchar su nombre de aquella forma hizo que su miembro le doliera.

-Tócame- le ordenó.

Serena se colocó sentada de lado y tomó el pene de Darien y lo apretó.

-Lo tienes muy duro- le dijo mirándolo a los ojos.

-Tú me lo pones así- y la beso salvajemente…le mordía los labios, pasaba su lengua por ellos.

Serena movía su mano de arriba abajo.

Darien con su mano alcanzó su sexo y comenzó a masturbarla.

Ambos ahogaban sus gemidos en la boca del otro.

Darien mordía el cuello de la rubia.

-Hazme el amor- gimió ella

El moreno se detuvo y la miro.

-Qué has dicho?- preguntó serio

-Quiero que me hagas el amor- repitió firme.

-Tu…tu quieres que yo…Serena yo no se…- No podía creer lo nervioso que se había puesto.

Serena se bajó de la cama y mirándolo a los ojos se soltó el cabello y se terminó de quitar el uniforme quedando completamente desnuda frente a un Darien boquiabierto. Ver su cara le produjo una cierta sensación de satisfacción y levantó su cabeza orgullosa.

-Serena…- susurró sin poder creer lo que se le presentaba enfrente. Era una diosa. Reconocía para sus adentros que había tenido en su cama mujeres bellas, pero estaba seguro que jamás podría compararse con la mujer que tenía ahora enfrente.

Tanto demoraba él en reaccionar que Serena comenzó a sentirse incómoda y bajó su mirada al suelo mientras movía nerviosa las manos.

-Serena eres tan hermosa….- Serena levantó la mirada otra vez- pero yo no puedo…- vacilaba el.

La rubia se acercó, se arrodilló en la cama y tomó su pene aún erecto y empezó a mover su mano.

Darien gimió roncamente y echó su cabeza hacia atrás.

-No hagas eso nena…no sigas- suplicó

Serena continuaba cada vez más rápido.

Entonces él la tomó entre sus brazos y la dio vuelta quedando sobre ella.

Ella contuvo la respiración y se quedo quieta mirándolo.

-Te dije que no siguieras…- otra vez esa oscuridad en sus ojos.

Darien tomó su pene mientras con el otro brazo se sostenía y comenzó a frotarlo en la entrada del cuerpo de Serena.

Ella automáticamente abrió las piernas y se dejó hacer. Gemía cada vez más a medida que él frotaba con más rapidez sus sexos.

Darien la observaba, tenía los ojos cerrados y sus rojos labios entreabiertos por donde dejaba escapar sus jadeos.

Luego miraba hacía sus sexos y se recreaba con la imagen, era talmente erótico.

-Serena estas segura?- mirándola fijo a los ojos.

Ella se quedó callada. Temblaba.

-No princesa, no estás segura…no hace falta que lo hagamos ahora…

Serena lo calló con un beso atrayéndolo hacia su cuerpo.

-Me amas Darien?- cuando se separó de su boca.

-Como jamás amé a nadie- realmente se estaba muriendo de amor.

-Hagámoslo

El la besó nuevamente.

-Mírame princesa.

Serena lo miró, no podía evitar temblar.

Darien tomó su miembro y lo dirigió hacia la cálida entrada.

Presionó un poco y ella cerró los ojos con gesto de dolor.

-Mírame por favor.- agitado por la excitación.

Ella intentó abrirlos pero al notar otra vez su presión volvió a cerrarlos y no pudo evitar que unas lágrimas escaparan de sus ojos, aquello le dolía terriblemente.

-No, no puedo continuar- respiró frustrado y dejó caer su cuerpo sobre el de Serena.

- Lo siento Darien- sollozó escondiendo su rostro en el hueco del fuerte cuello de él.

-Shhh….princesa…no vuelvas a decir eso- quería con toda su alma poder consolarla- vamos cariño…lo intentaremos en otro momento.

Serena descubrió su rostro y lo miro con sus ojos celestes.

-No estas enojado?- preguntó aún haciendo puchero.

-Como puedes pensar eso?- haciéndose el ofendido.

Ella río.

-Además- besando las lagrimas que caían por sus mejillas- hay otras cosas que podemos hacer no crees?- y le sonrió perverso.

Ella le besó el cuello, lo lamió. Su sabor era salado por la transpiración. Su aroma la embriagó.

El comenzó a frotar su pene de arriba hacia abajo por el centro de su sexo mientras con sus brazos a ambos lados del femenino cuerpo se sostenía.

Serena observaba extasiada como sus músculos se marcaban por la tensión en el moreno cuerpo, sus cabellos negros caían sobre su frente y sus ojos zafiros la penetraban.

-Eres tan hermoso- gimió

-Te gusto princesa?- jadeó

-Me gustas mucho-

-Mucho?

-Mucho- respondió la rubia.

-Y te gusta sentirme así- presionando más su pene erecto contra el sexo de ella.

-Me encanta- se quejó excitada.

-Como me calientas princesa- enronquecido.

Se movía cada vez más rápido. Parecía un animal en celo.

- Déjame…- casi no podía hablar- déjame entrar en ti un poco solamente. Prometo no hacerte daño, sólo un pedacito, no va a pasar nada.-Mientras se restregaba contra ella como un loco.

-Si…- murmuró la rubia.

Darien tomó su miembro y lo dirigió nuevamente hacia la entrada. Apenas lo apoyó y apenas presionaba. Comenzó un vaivén con movimientos suaves y muy cortos. No iba a desvirgarla aunque la tentación era insoportable.

-Oh si…- gemía- se siente tan bien, tan caliente.- Jadeaba con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás.

Serena estaba alerta, no se le fuera a ocurrir querer entrar aún más.

Darien sentía que iba a estallar, sus sienes latían, estaba aturdido.

Se detuvo en seco.

-Qué sucede?- preguntó Serena

-No quiero venirme aún. Y temo no poder controlarme más y terminar penetrándote.- respiraba con fuerza, estaba muy agitado y sudaba horrores.

-Continúa por favor.- le pidió ella.

-No tienes idea de cómo me pones- Moviendo su cabeza una y otra vez hacia los lados intentando despejar los malos pensamientos.

Serena alzó sus caderas buscando su miembro. Quería más.

-Me vas a volver loco- rugió el.

Ella tomó su pene y lo coloco entre sus pliegues a lo largo.

Darien comenzó a frotarse como lo había echo anteriormente.

-Si…así…- jadeó Serena.

-Así te gusta?

-Si…sigue…no pares.

-No puedo parar-

Comenzó a moverse enloquecido sobre ella.

La fricción de sus cuerpos era insoportablemente placentera para ambos.

Serena abrió sus piernas lo más que pudo. Quería sentirlo a pleno.

-Darien…- gritó

Y comenzó a convulsionarse bajo su cuerpo gimiendo como una loca.

Darien al verla así no aguantó más y mordiendo su cuello comenzó a venirse copiosamente entre quejidos. Derramando su semen sobre ella y embarrando sus cuerpos.

Al final calló extenuado sobre el delicado cuerpo, escondiendo su rostro en los pechos de la rubia respirando forzosamente.

Ella lo abrazó fuertemente mientras besaba su cabeza y acariciaba el renegrido pelo.

Al cabo de unos minutos levantó su rostro para mirarla. La acarició.

-Darien…- preguntó

-Que sucede princesa?-

-Aún me amas?- Inquirió con sus ojos.

-Mas que a mi vida- sonriéndole tiernamente.

Ella alzó su cabeza y lo besó.

Al separarse de él se recostó nuevamente y cerrando los ojos dio un largo suspiro.

-Vamos nena- Separando sus cuerpos- es hora de que descanses, mañana tienes clases temprano.

-No quiero ir a la escuela Darien, por favor, quiero quedarme contigo.- juntando sus manos en señal de ruego.

-No princesa, tienes que ir a clases, yo a la salida pasaré por ti. Quieres que tus padres se enteren y poner en aprietos a Mina?- fingiendo regañarla.

-Tienes razón.- Haciendo pucheros.

-Lo ves? Vente rubia, a la cama- apartando las cobijas.

Serena acomodó su cabeza sobre el fuerte pecho de Darien. Estaba realmente agotada.

-Te amo…- suspiró casi dormida.

El sonrió y besó su frente.

-Dulces sueños princesa.

Y ambos cayeron en un sueño profundo…