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Dos Sorpresas. Parte I

en Fantasías Eróticas

Dos sorpresas. Parte I

 

El órgano sexual que me hace temblar y subir a la cúspide del placer es mi cerebro, a continuación les relatare una de mis fantasías, en esta en particular me pongo en la piel de una amante de un hombre poderoso, económicamente hablando.

 

 

         - Hola, soy una mujer sexualmente activa de 27 años,  1,65 de altura, cabello rojo, ojos verdes, boca carnosa, senos grandes, cintura pequeña y culo respingón, a la cual nada la sorprende,  todo me excita,  y mi amorcito, de turno, eso lo sabe muy bien;  un hombre de 43 años,  con cuerpo de adonis, y billetera abultada, como a mi me gusta.  

           

      Llama mi amante al móvil, para decirme.

          - Te paso a buscar por tu casa, esta tarde a las 6 PM, quiero que solamente te vistas con un sacón de piel negra, medias negras con liguero, sin tanga y con el corsette que te estoy enviando en este momento por un mensajero. ¿OK, Gatita?

          -¡Si, amor, estaré lista para cuando toques el timbre.

          -Eso espero, ya que te tengo un par de sorpresas muy interesantes…

 

 

      Llego el momento, toco el timbre, el chofer,  abrí la puerta y partí junto al morenazo hacia la limusina de mi Macho. Ya estaba ansiosa…

 

 

       Entro, me saluda con un beso de lengua, y me pasa la mano por la concha para comprobar que no traía mi tanga y que estaba totalmente rasurada.

           -Mmm...! Así me gusta que este mi conchita suavecita para poder lamerla mientras hacemos este viaje; a ver Gatita acomódate, abrite para mi, así, bien.

            -¿Así, amor? ¿Me saco el tapado? O  ¿Me lo dejo?

            - Déjalo asi me gusta más. Quiero que grites, jadees mientras te acaricio con mi boca, asi el chofer se excita, ¿OK? Mmm, asi movete mmm, estas emanando juguito rico mmm, Siii, asi ¿Quieres que te meta la lengua en el culito? Dilo!

            -¡Si! No pares. Ahhhh, mmm, asi, asi, no parees…

 

 

        Esa lengua me da pequeños latigazos  a mi clítoris y este se pone erecto saliendo de su capuchón y mi vagina se abre y emana juguito viscoso que recorre y cae por el agujerito de mi culo, mientras mi hombre me introduce un dedo en él, luego siento algo en mi conchita que me penetra y  me mojo aún más, uy, ahora son dos dedos en mi ano que entran y salen mmm, hasta  que acabo, me corro en la boca de mi amante siento ohhh,  puro placer.  De repente, a lo lejos escucho la voz del chofer que anuncia que llegamos a destino.

 

 

         

 

 

 

           -¡Ay! Amor, llega…mos, dale…que me tengo que acomodar.

           -¡OK! Gatita, ya mmm, ¡que rica que estas!  Se me paro la verga, ¡Ufff! Sácala del pantalón y tómala con la mano. 

           -¿Pero, cómo? ¿Dónde estamos?

           -En mi casa de la playa, no seas tontita y haz lo que te digo. ¿Si?

           -¡Si!

 

 

       Asi, bajamos de la limosina. Yo totalmente mojada, chorreando saliva masculina y mis juguitos, agarrando la verga de mi amante, que por cierto la tiene grande y durísima. 

 

 

       Entramos a la casa y en su interior estaban esperándonos mis dos sorpresas.  El chofer, que nos trajo, un negro alto desnudo con verga muy grande ya lista totalmente parada un poco encorvada, pero se me antoja muy sabrosa y el padre de mi amante un vegete muy cachondo que ya habíamos  cogido más de una vez.

 

           -Hola, Nena, veo que traes a mi hijo de la poronga.  Bien eso me gusta mucho.  Ahora quiero que te acerques y me saludes como corresponde y ya sabes.

           -Hola, Sr. H.- Me acerque sin soltar al hijo y le pase la lengua por los labios, hasta que abrió su boca y Él me beso a mi.

           -Bien Gatita!-dijo mi amante.

           -Bien,  Nena!-dijo el padre.

           -¿Y, Yo Srita?

        Mire a mi amante, él asintió, lo deje y me dirigí al chofer, lo bese apasionadamente y tome su verga, me incline y lengüetee la cabezota del falo.  Este me tomo de la mano, me quito el  sacón, me recostó en la mesa, que se encontraba en medio del salón. Y me rodearon tres pijas dos blancas que se acomodaron cerca de mi boca y la negra se dedico a rozarme los labios mayores de mi vulva.