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Mi secretario, Mi Señor...

en Dominación

Mi secretario, Mi Señor...

 Ella piensa en él de esta manera:

 "Es cierto vengo fantaseando con mi secretario, desde el momento que lo contrate, 

Yo una mujer de edad adulta, en mi puesto gerencial, mojando mis bragas por este pedazo de hombre,

es, algo maravilloso, si el me domina como creo que lo hará, tendré los orgasmos mas fogosos del universo, creo...

   Es verdad lo trato mal, tiro de la soga hasta donde de... y me encanta, me excita, y a él también.

Qué cómo lo sé? por la forma en que me mira, no es odio es pura lujuria y más me mojo, más mucho más...”

Y ese día, llegó, una mañana cualquiera, de un viernes cualquiera, en la oficina de Ella, los dos solos.  El presenta unos documentos solicitados por su jefa,

pero Ella decide en un segundo mortificarlo, tiro de la soga y esta se corto, un instante lo cambio todo

  Solo la tomo de la mano, la envolvió en un abrazo de acero, le desgarro la camisa, la saco del camino, lo mismo con el sostén,

le arrollo la falda en la cintura, le arranco las bragas, con el brazo libre, tiró al suelo aquello que estaba en el escritorio, la inclinó allí,

su torso desnudo contra la madera fría del escritorio. y la hizo esperar... y Ella esperó...

Su mano cayó sobre ella como la hoja de una excavadora. El “crack” de su carne

encontrando la de ella  hizo eco en la oficina. Ella gimió, saltó y lo llamó hijo-de-puta,

y levanto su culo por más. El siguiente golpe la hizo gritar.

En ese momento toda la oficina tenía que haberlos escuchado, pero

ni a ella ni a ni a él les importó Estaban demasiado lejos en eso, y nada lo iba a

detener.

Los dos golpes a su culo la mojaron más, y sus jugos sexuales chorreaban en largos hilos que alcanzaban sus rodillas.

Sus juramentos y maldiciones se transformaron

en primitivos resoplidos y se retorció bajo su agarre, los pezones aplastados contra

la fría madera del escritorio, el culo levantándose y bajando, buscándolo para que

la tomara.

Su pene estaba rígido, dolorido. Tiró  para abajo su pantalón lo mejor que pudo

sin liberarla y se acomodó detrás de ella. Presionó su cabeza contra el escritorio,

inclinándola sobre él, atrapándola por el cabello y manteniendo su frente estable

contra el sólido escritorio.

Golpeo en su interior en un solo movimiento, desgarrando dentro de la vagina

mojada y caliente. Con su pija larga y gruesa. La cabeza la abrió y estuvo dentro de ella hasta las bolas antes de que ella pudiera

gemir.  estaba caliente. Caliente hasta quemar.  Él Podía sentirlo mientras sus

paredes tiraban su verga íntimamente.  su sexo lo chupaba

como un ávido vacío.

Permaneció dentro de ella, saboreando las sensaciones, la tirantez y el calor, la

humedad que chupaba su pija la cual empezó a palpitar en ella. Se  Inclinó

hacia adelante para mantenerla en el lugar,  volvió a tirar hacia afuera, oyendo sorber

la humedad mientras se deslizaba completamente para liberarse. Ella se movió

debajo para seguir su movimiento. Su concha estaba hambrienta, y lo necesitaba en

su interior.

El  accedió.

La volvió a tomar, golpeándola lo suficientemente fuerte para que la fricción

abrasara sus pezones sobre la madera, con imperdonable rudeza, rápido, duro. Esta

vez tirando hacia atrás hasta el borde de la cabeza de su pene y embistiendo de

vuelta. Volvió a cachetear su culo mientras aporreaba su vagina y tiraba su pelo para

deslizarla en contrapunto a sus embestidas.

La sensación de sus mojadas paredes agarrando su pulsante verga era increíble, y el

la necesitaba. No Había pasado demasiado tiempo desde que había cogido, y decidió que

la iba a tomar del modo que quisiera. Ella iba a aprender a no provocar al demonio

S elevó un poco para bajar su sexo. La base de su pene se arrastraba a través de

sus paredes frontales, golpeando su punto-G y ella se tensó por

un momento antes de rendirse al ataque.

El sólido escritorio de roble comenzó a protestar bajo nuestros esfuerzos

combinados, y la lámpara de escritorio que no había barrido se volteó y explotó en

una lluvia centellante de vidrio. El escritorio se corrió una pulgada, y luego otra, Y su

pene seguía metiéndose en su abertura mojada y aterciopelada mientras Él

resoplaba y gruñía, y ella jadeaba y gemía y elevaba aun más su culo demandando

más y más de Él.

Bombeó con más fuerza, lanzando sus caderas contra las de ella, yendo a través de

sus pliegues, tirándolos hacia afuera mientras retrocedía, golpeándolos hacia dentro

mientras tomaba su sexo. Ella se estiró, arrastrando sus uñas sobre el barniz,

dejando profundos surcos en la madera, y mientras yo volvía a golpear .

 Se convulsión alrededor de su pene y enterró la cabeza entre sus

brazos y gritó.

Él aún no me había corrido. Era una victoria menor, pero se sentia igualmente

complacido por haber superado su aguante. Su verga  estaba tan resbalosa, tan

aceitada, que tubo una gran idea. . Mientras ella estaba

desparramada y desvalida sobre el escritorio, agarró sus caderas con ambas manos

y sacó su pija  con un húmedo PLOP

Luego colocó  la cabeza de su dolorido pene en su culo.

Ella jadeó, sollozando y gruñendo al mismo tiempo. Se estiró ciegamente sobre el

escritorio, buscando algo a lo cual agarrarse pero no encontró nada.

Fue un poco más lento esta vez, no asaltándo como lo hizo con esa mojada

concha, pero separó el pequeño orificio redondo con la punta de la verga. La

humedad sexual permitió que la cabeza se deslizara antes de sentir resistencia, pero

su esfínter se cerró sobre la punta como una tenaza. Ella empezó a corcovear

debajo de Él, sus brazos agitándose contra el escritorio, el culo tratando de

expulsarlo y tomarlo todo al mismo tiempo.

No podía alejjarse de ella, su pene estaba aprisionado, atrapado en una suave

trampa. Asi que presionó  más allá, atravesando su quemante resistencia, tomando su culo

con su pija grande gruesa y joven, tanto si ella quería como si no.

La primera mitad de pene es la más ancha, y cuando llegó así de lejos, Ella se

enderezó sobres sus pies, y con un llanto sin palabras, plantó los puños sobre el

escritorio y se lanzó sobre Él, tomando mi ancho en un solo movimiento.

Se quedó ahí por un largo momento, tal vez sorprendida por lo que había hecho, tal

vez esperando ajustarse al ataque. Empalado en su pene palpitante y dolorido,

su culo se aferró como si de ello dependiera su vida. Agarrándose, empezó a

cabalgarlo, adelante y atrás, empalándose a sí misma en su Sevretario.

Más rápido, jadeando, gruñendo, Se estiró sobre ella y tomó su cabello

forzándola a que se arqueara hacia arriba frente a Él y le tomó un seno con una

mano, mientras la seguía culeando sin piedad, apretaba y soltaba su pezón.

se aplastó bajo su mano,

La tirantez de ese culo empezó a actuar sobre Él, la humedad inicial proveniente de

su vagina se había acabado, y la fricción seca al cojerla hizo que su

espalda se arqueara, la vara se encogía y el inicio de mi liberación se hacía inevitable. La cabeza se

enterró en sus intestinos, los hermosos orbes de su culo se apretaron como si

supiera instintivamente lo que venía.

y su pene quemó profundamente dentro de ella.

El semen caliente y ordinario cubrió la abrasadora fricción y añadió un poco de sal

para calar dentro de la áspera carne. Permanecíó en su culo mientras el pene se

convulsionaba y encogía, liberándose entre sus intestinos y su vientre.

La dejé caer. Ella yacía agotada, plegada sobre su escritorio, expuesta

lascivamente. Su sexo seguía goteando y mientras El miraba, un hilo blanco

empezó a escurrir de su culo. El río de semen corría por sus pliegues y goteó

hasta la alfombra entre sus pies.

El cayó pesadamente sobre una silla y pasó un milenio, mudo mirando su culo

encogerse y estremecerse, y el semen encontrando su camino fuera de ella.

 ella se deslizó fuera del escritorio y aterrizaó en el suelo sobre un

charco de sus propios jugos y semen

Él en ese momneto penso y su cuerpo reaccionó

Hay algo acerca de ella yaciendo ahí, desnuda, empapada, despeinada y cruda

que hizo que mi pene se vuelva a levantar.

Cuando levantó la mirada hacia mí de pie sobre su cuerpo boca abajo

y susurró —Amo—, mi pene se disparó directo hacia arriba.

Se arrodilló junto a su cabeza y la tiró hacia su pene, poniendo la punta sobre sus

labios.

 —Chúpala hasta limpiarla, Sub— Ni siquiera sé por qué lo dije, pero ella

me alcanzó y abrió sus labios.

En el último momento, me miró con la mayor

expresión del gato-que-se-comió-al-canario y susurró — ¿Señor?—

— ¿Que?

- Asi seran todos los viernes?

-Si Sub,

Ella me tragó entero.