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Fin de semana con el chico de producción (2)

en Hetero: General

Ya eran las 11:30 de la mañana, nos habíamos dormido, sin ropa y Ángel dentro de mí, arrecostado en mi pecho, le acaricie el cabello, tan bello se miraba, tierno, dulce, inocente, ni parecido a la tremenda fiera que lleva por dentro cuando hacemos el amor…

-          En tono de susurro le dije, Ángel, amor, despierta, que debemos ir a ver si llegaron los demás invitados.

-          Mmmm, no quiero levantarme, quiero quedarme así, contigo como un solo ser, que este momento no pase jamás.

-          Amor, ya tendremos tiempo de estar juntos mas tiempo, yo estaré a tu lado siempre.

Nos levantamos, y nos dimos un baño, tocando nuestros cuerpos desnudos, besándonos, solo a modo de juego.

Luego nos vestimos, Ángel se puso una calzoneta (short largo que queda suelto del cuerpo) de color negro con unas calaveras en blanco dibujadas en ella, por mi parte me puse el traje de baño que había traído para la ocasión, y mis sandalias de plataforma de fajitas, pero encima coloque la blusa rosada y la licra que había llevado cuando salimos de casa, salimos del cuarto para ir a la sala de la casa hacienda, ahí habían ya otros invitados, de los cuales no conocía a ninguno, hasta el momento, nos acercamos a ellos y comenzaron las presentaciones:

-          Alondra, ellos son mis amigos: Adrián y su novia Fátima, René y Martha, Gabriel y Amalia, Juan y Gloria, Martin y Cecilia, Flavio y Gina, y Alejandra la novia de José.

-          Mucho gusto, les dije saludando de un beso en la mejía a cada uno de ellos.

-          Pasemos a sentarnos a la sala dijo José.

La conversación que se desarrollo fue de temas variados, que de política, de religión, de cultura, etc., como media hora después de habernos sentados, cual fue mi sorpresa, apareció James un viejo conocido.

-          Hola cuñado pasa adelante, le dijo José, agregando y que bella te ves hermanita.

-          Cuñado, hermanita, ella es Alondra una amiga de Ángel.

-          Hola Alondra, como estas, dijo Hilda.

-          Bien gracias, y tu Hilda.

-          Hola, como estas, dijo James.

-          Muy bien gracias y tú.

-          Bien, respondió James.

-          Muy bien, respondió Hilda, me permiten un  momento, José vamos a ver si esta la comida, me muero de hambre.

-          Ve, le dijo James, sentándose en la silla que estaba a mi lado.

-          Si hermanita, vamos, respondió José.

Hilda era una chica de piel blanca, ojos verdes, un cuerpo escultural, alta.

Ángel, estaba muy interesado en la platica de sus amigos, que ni cuenta se dio de las miradas entre James y yo, que eran miradas de asombro, de curiosidad, etc., por el sorprendente rencuentro.

-          Y cuéntame que ha sido de tu vida, dijo James.

-          Me gradué en Administración de Empresas, y actualmente soy la jefa de producción, de la empresa en la que trabajo, y tú?

-          Yo soy Abogado, y tengo mi bufet.

-          Que bueno, le dije, regalándole una hermosa sonrisa.

-          Y… ya… te casaste?, me pregunto.

-          Oye, que bárbaro, no se te quita lo curioso, le dije, sonriendo.

-          Pero eso te gustaba de mí cuando éramos niñitos, me dijo, con su sonrisa picara que lo hacen irresistible.

-          Jajajaja, si, le dije, y eso que te acuerdes.

-          De ti no pude olvidarme, me respondió.

-          Aun no me caso, todavía, le dije, viéndolo a los ojos, en ese instante me había olvidado que estábamos con mas gente… después de un momento de silencio, le dije, y tu ya te casaste?

-          No, estamos esperando que Hilda, termine su carrera.

-          Que bien, eso es bueno, le dije.

En eso siento que Ángel, toma mi mano, le regreso una sonrisa.

-          Ya se conocían?, pregunto Ángel, como en tono de enojo, pero sin ser tan obvio.

-          Si Ángel, James y yo estudiamos juntos toda la secundaria, y éramos buenos amigos, hace años no lo veía.

-          Que bueno, Amor, dijo, Ángel, como pretendiendo decir que yo era de él.

-          Son novios?, preguntó James.

-          Si lo somos dijo Ángel, rápidamente.

En eso apareció Hilda indicándonos fuéramos al comedor, que ya estaba servida la comida, todos llegamos de a uno, Ángel se sentó a mi lado, y James quedo frente a mí, la comida fue un poco incomoda, me daba la impresión que Ángel sentía celos de que James me conociese, y James no era nada discreto en sus miradas hacia mí, y yo me sentía un poco incomoda, porque sentía que mi pasado y mi presente se estaban enfrentando, y yo era el campo de batalla, terminada la comida, todos fueron a dormir la siesta, yo le dije a Ángel que quería salir a caminar un poco, él me dijo se sentía un poco cansado, pero que si quería me acompañaba, yo le dije que no, que me esperara en el cuarto, que solo seria un momento, y salí…

Pude observar que a lo lejos habían plantaciones de café, maíz, frijol, camine y cuando me percate, estaba en las plantaciones de café, cuando escucho sonidos en el montecito, me asuste porque pensé que era algún zorro, o  una culebra, y tome en mis manos una rama gruesa, y me quede quieta, en eso vi que era James.

-          Soy yo, no te asustes, me dijo James.

-          Creí eras algún zorro o culebra, le dije, bajando la rama que tenia en mis manos.

-          Vi que venias sola, me dijo, y pensé seguirte para asegurarme no te pasara nada malo.

-          Gracias, le dije, no te preocupes, se cuidarme muy bien yo misma.

-          Tan orgullosa como siempre, me dijo, con una sonrisa dibujada en su rostro.

-          Si, ves, hay cosas que no se pueden cambiar, le dije.

-          Veo que andas de novia con el niño ese, me dijo.

-          Ese niño como le dices, es todo hombre, caballeroso y sensible, le respondí.

-          Imagino que si, sino tu no le habrías puesto atención, me dijo, pero hay algo que quiero preguntarte.

-          Pregunta, le dije.

-          Te olvidaste de mí?

-          Porque me preguntas eso, le dije.

-          Contéstame por favor, me dijo.

-          James, el pasado, pasado es, le respondí.

-          Pero no me respondiste, si me olvidaste o no, dijo, frunciendo el seño, en señal de enojo.

-          James, tú eres un lindo recuerdo en mi vida, le dije, fuiste el primer niño del que me enamoré y el primero que me beso, el destino nos envió por caminos diferentes, pero ahora, mi presente es Ángel.

-          Para mi también fuiste y aun eres importante, fuiste la primer niña que besé, ese beso que a pesar de haber tenido muchas novias, y amigas con derecho, aun sigue en mi boca, porque me supo a miel, me respondió acercándose a mí, acariciando mi rostro con su mano, haciéndome ladear la cabeza, en señal de agrado a su caricia.

-          James, le dije, eso es realmente hermoso, pero lo mejor es que dejemos el pasado, ya los dos tenemos una vida con otras personas, y si quieres podemos retomar nuestra amistad, pero nada más.

-          Tienes razón, me dijo, perdona, no debí ser tan idiota de mover el pasado.

-          No digas eso, ambos nos enamoramos, pero eran otros tiempos, éramos unos niñitos inocentes, que apenas empezaban a conocer el amor.

-          Lo sé, me dijo, pero…

En eso se acercó mas a mí y me besó, bueno, mejor dicho nos besamos, por un par de minutos… sus labios eran tibios, sus brazos fuertes, su corazón latía a mil por hora y su cuerpo temblaba, yo también temblaba en sus brazos y mi corazón se había sincronizado con el de él…

-          No puedo, discúlpame, le dije, y salí corriendo para la casa, sin darle tiempo de decir nada, llegue y me dirigí al cuarto donde Ángel estaba acostado, abrí la puerta y entre, me dirigí a la cama y me acomode a su lado, le bese en los labios y le dije te amo mi amor.

-          Yo a ti, me respondió, abrazándome más a él.

-          Acomode mi cabeza en su pecho para intentar dormirme junto a él, pero en mi cabeza pasaban tantas cosas, porque yo amé realmente a James, pero ahora a quien estaba segura amaba era a Ángel, pero no cabe duda que ese beso de James me estaba haciendo dudar…

Me quede quieta abrazada a Ángel, pero con mis pensamientos en otro sitio, con James y lo que el representó en mi pasado…

En la noche todos nos fuimos a sentar al patio sobre unos troncos que estaban colocados alrededor de una fogata, la noche era realmente hermosa, el cielo estaba oscuro, pero mostrando un bello manto de estrellas, acompañadas de la luna en todo su esplendor, como tantas veces a inspirado a los enamorados, James abrazaba y besaba a su novia de una manera muy descarada, pero a mí no me molestaba, total era cosa de ellos, lo que si me incomodó es que no dejase de verme a mí, puesto que eso me pareció como si quisiera provocar mis celos, Ángel es un chico muy inteligente, y noto que algo no estaba bien, por lo que se sentó tras de mi cubriéndome con sus brazos, yo le permití, puesto que hacia frio y cuando él me abraza, el frio desaparece, puso su cabeza sobre mi hombro, lo cual me hizo cosquillas, pero me quede así con él, mientras Martín contaba una historia de horror de un indígena que en las noches de luna llena se convertía en lobo, y deambulaba en el pueblo, creí muy fantasioso eso, pero Ángel me abrazaba como en señal de que me protegía porque según el eso me teína con miedo.

James seguía en su jueguito descarado con Hilda, eche la cabeza hacia atrás y le dije, Ángel, amor, me iré a dormir, me duele un poco la cabeza.

-          Chicos nos disculpa, vamos a dormir, estamos un poco cansados, dijo Ángel, levantándose, y extendiéndome su mano para ayudarme a levantar.

-          Buenas noches a todos, dije yo.

Todos respondieron, buenas noches, descansen, y nos fuimos al cuarto, Ángel abrió la puerta, yo lo seguía.

-          Bueno amor, quieres una pastilla para el dolor de cabeza?

-          Amor, el dolor de cabeza era pretexto, quería venir aquí contigo amor, le respondí.

-          No entiendo, dijo Ángel, poniendo cara de incertidumbre.

-          Amor el frio de la noche, la luna, las estrellas, la fogata, que sé yo, creo te excitaron amor, lo percibí, y quiero complacerte, le dije, empujándolo a la cama.

Le quite su camisa, y comencé a besar su rostro, bajando por su cuello, su pecho, su abdomen, le desabroche el botón de su pantalón y baje el zíper, haciendo caer su pantalón al piso y dejándolo sólo en bóxer, pase la lengua por sobre su bóxer y eso lo hizo estremecerse, lo empuje un poco y calló sobre la cama, me subí también a la cama a gatas, como cuando una leona devora su presa, baje lentamente su bóxer, dejando libre de su prisión su pene, el cual ya se mostraba en plan de ataque, me bajé de la cama y a su pene lo cubrí de besos desde su glande, hasta sus testículos recibieron mis besos, notaba que a Ángel esto le gustaba, así que seguí, lo tome y lo fui metiendo de a poco dentro de mi boca, muy despacito, hasta la mitad luego lo sacaba igual de despacio, para volverlo a meter… no sé cuantas veces, lo que sí sé, es que Ángel lo estaba disfrutando al máximo, puesto que me dijo:

-          Aaaa mmmm ooo rrrr, mmm eeee vennn gooooo

-          Si amor vente quiero probar tu lechita mi vida, le dije

-          Ohhhhhh siiiiii….

Se estremeció, y me inundó la boca de su esperma, era espeso, abundante, de olor y sabor agradable, yo me lo trague todito, regalándole una sonrisa.

-          Gracias amor, que rico, acabar en tu boquita, me dijo Ángel.

-          Me levante y busque su boca, para que el también probara su sabor, me besó apasionadamente, hurgando su lengua en mi garganta, un beso intenso.

-          Amor ahora me toca a mí comerte, me dijo, intentando levantarse.

-          No te levantes, le dije, aun no termino, poniendo mis manos sobre su pecho para no dejarlo levantarse.

-          Amor, que tienes en mente, dime, me dijo Ángel.

-          Tu me has consentido, me has hecho el amor, ahora me toca a mí, hacértelo a ti, le dije, con una sonrisa coqueta, y volví a besar su cuello, su pecho, su vientre, y vi que nuevamente su pene estaba erecto y duro como una roca, mi vagina pude sentirla muy mojada, me quite la licra y la camisa, luego el traje de baño, quedándome en traje de Eva…

-          Me encantas amor, te amo, me dijo Ángel.

-          También te amo, le dije, apoyando mis manos sobre su pecho me subí a la cama, abriendo mis piernas tome su pene y lo coloque en mi entrada, me fui bajando poquito a poquito, hasta tenerlo todo dentro de mí, para comenzar a moverme como vaquera, llevando el ritmo de la penetración, me movía hacia adelante y hacia atrás, luego arriba y abajo, comencé a sentir cosquillas dentro de mi vagina, y la contracción de mis músculos vaginales que apretaban fuertemente el pene de Ángel, una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo completamente y le dije, Ángel, amor, me vengooooo, y en seguida mis líquidos llenaron su pene y descendieron por todo su pelvis, lo cual hizo que el comenzara a levantar mas sus caderas para hundirse dentro de mi con mas fuerza y hacerlo correrse de nuevo, llenándome de su leche ahora mi vagina, que se sentía riquísima, calientita, y su pene aun erecto rozando mis paredes vaginales, me incline hacia adelante, y levante su cabeza para que jugara con mis pezones erectos, que reclamaban de su atención, sin separarse de mi, me dio vuelta y me penetro en pose de misionero, yo sentía riquísimo como Ángel entraba y salía de mi, lo miraba como ponía una cara de lujuria que ni se imaginan, al hacer el amor se transforma en una fiera salvaje, lo cual me hace delirar, se quedó dentro de mí, hasta que su pene volvió a estar flácido.

-          Amor, nunca me habías hecho sentir tanto placer como ahora me dijo.

-          Amor, aquí tenemos más libertad de amarnos, sin que nos señalen o hablen tonterías, por eso me entregue así a darte placer amor

-          Me besó profundamente, y me dijo amor, eres lo más hermoso que tengo en mi vida.

Y yo a ti, en eso vi que la puerta estaba semi abierta, alguien nos había estado observando, no sé desde que momento, James, sin que Ángel se percatara, mire hacia la puerta y me sonreí, al sentirse descubierto James se alejó de la puerta, yo me levante a ponerle el seguro a la puerta, y me metí de nuevo a la cama, sin ropa dándole la espalda a Ángel y el me abrazo, quedamos como cucharitas, después de habernos amado de una manera tan intensa.