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Salvaje

en Dominación

Estoy atada en cruz, en una cama de dos por dos, mis manos las sujetan dos grilletes a ambos lados de la cama por encima de mi cabeza y mis tobillos por dos tiras de cuero negro, completamente abiertas mis piernas, exponiendo mis partes más intimas a este individuo. lo que en un principio me pareció un juego ahora no estoy tan segura si quiero continuar, me siento indefensa, vulnerable y me da un miedo atroz estar en manos de él, ¡Dios que estúpida he sido!, ¿cómo me deje convencer para jugar a esto?, está enfrente a mí, completamente desnudo y con una mirada que me produce pánico, es penetrante y fría, en sus manos lleva una fusta de cuero negro que ha sacado de su armario y no sé qué piensa hacer con ella pero me produce pánico pensar en que me haga daño, sin mediar palabras a eleva por encima de su cabeza y hace amago de golpear con rudeza la planta de mi pies izquierdo, pero en realidad no siento dolor, ha sido más bien una caricia, mis nervios me traicionan y trato de gritar, decirle que pare, que no me gusta el juego, que estoy al borde de la histeria, pero no puedo gesticular ninguna palabra, tengo una mordaza fetiche, una bola en la boca sujeta por tiras alrededor de mi cabeza, me mantiene la boca abierta y la lengua sujeta. Joder, cabrón hijo de puta, suéltame, creo gritarle con todas mis fuerzas pero es mi mente la que grita no mi cuerpo, solo salen gemidos de las profundidades de mi garganta.

Sigue golpeándome las plantas de los pies y empiezo a sentir como me pica la piel por los azotes, mi cuerpo empieza a temblar y a sudar de los nervios que tengo, no quiero seguir con esto, no me gusta sentirme atada, ¡coño, porque he permitido esto!, el sabe que estoy sufriendo y cada vez más rápido sigue martirizando mis pies, mi cuerpo empieza a aceptar las estimulaciones que los nervios envían a mi cerebro y este a su vez produce unas sensaciones en mi vagina que me sorprenden, empieza a segregar líquidos en una cantidad tal que parece que me he meado encima, como si hubiera abierto un grifo de agua, hasta tal punto que siento como sale todo eso de ahí dentro, ¡son los nervios, seguro! No estoy excitada, no es posible, mi mente lucha contra eso, se niega en rotundo a que sea placer lo que mi cuerpo dice que es. El se da cuenta, que mi cuerpo reacciona a su castigo, ve como mis pezones están erizado, como mi coño depilado por el, hace tan solo media hora y sin mi consentimiento esta húmedo e hinchado por la excitación, mi respiración va en aumento, ¿por falta de oxigeno?, no sé, joder, cabrón de mierda, sonríe, lee mi mente, sabe que me tiene dominada y puede hacer conmigo lo que le venga en ganas.

Deja de azotarme y se va al armario donde deja la fusta y coge algo que no consigo distinguir y se preocupa mucho de no enseñarme, vuelve a ponerse enfrente a mí y ahora sí que el pánico es total, esa sonrisa en sus labios es diabólica, esos ojos son fuego puro y malvados, intento soltarme con fuerza y lo único que consigo es hacerme daño en mis miembros, ¡Dios, que daño me he hecho!, lo miro suplicante, le pido mentalmente que me suelte que no quiero seguir pero él no hace caso, me ignora, y lo único que hace es coger mi pies derecho y llevárselo a su boca, joder, no me hagas eso, se ha metido el dedo gordo en su boca y lo chupa como si fuese un caramelo, eso produce en mi cuerpo un latigazo de placer y cosquillas indescriptible, insoportable, mi reacción ante ellos es intentar zafarme de ese martirio y lo único que consigo es que clave sus dientes en mi dedo, aaahhhhhg, madre mía, cabrón no me sigas haciendo eso, saltan unas lagrimas de mis ojos, el caso es que no me hace daño porque no aprieta pero el placer y las cosquillas que me está produciendo me están matando, es peor que el dolor, y no puedo menos que llorar de la impotencia que siento al no poder hacer nada y sufrir esta tortura.

En ese momento siento que algo que vibra se posa en mi clítoris y me produce un escalofrío que recorre todo mi cuerpo, trato de ver que es pero no lo distingo, con la pierna medio levantada y las manos por encima de mi cabeza no me permite ver con claridad que es, solo siento que me estimula y mucho el clítoris.

Mi pobre y querido apéndice, no puedo más esto es demasiado para mí, me produce convulsiones incontrolables, ya no puedo pensar con claridad, mi mente se resiste como puede a este martirio, pero mi cuerpo reacciona totalmente al placer que está recibiendo. El maldito trasto que está usando este energúmeno esta justo en el centro del placer de mi clítoris y ya no controlo nada, ni mi mente, ni mi cuerpo, estoy abandonada a sufrir lo indecible, las convulsiones son tremendas y estoy a punto de reventar en un orgasmo brutal, salvaje, doloroso, noto como llega rápido como un tsunami cuando arrasa una playa, grande, rápido, impetuoso.

Aaaaaaaaggggggg, no puedo parar, dios, esto es indescriptible, señor, mi cuerpo da saltos en la cama con temblores incontrolables, me ahogo, no puedo respirar, la bola dichosa me impide respirar por la boca y mi nariz no es capaz de recoger todo el aire que necesito, no me suelta el pie, lo sigue teniendo en su boca y la mano en mi clítoris con ese dichoso aparato pegado a mí.

Estoy a punto de perder la conciencia cuando me suelta el pie y aparta el aparato, estoy medio muerta, sin fuerzas para protestar, para mirarle, tengo los ojos cerrados intentando recuperar la respiración, recogiendo todo el aire que mis pulmones me permiten, sudo a mares y mi coñito está muy sensible, mis manos y pies doloridos.

Cuando abro los ojos el está ahí, enfrente de mí, mirándome con esos ojos fríos e inexpresivos, joder, su polla, ¿qué le pasa a su polla?, esta tiesa, erecta como el palo de una bandera, grande y gorda, no la recordaba así, esta inmensa. Sonríe y esa sonrisa me recuerda a una mueca desfigurada, me empiezo a poner de nuevo nerviosa, no me gusta lo que veo, trama algo,  seguro, entonces levanta la mano a la altura de su cabeza y me enseña lo que uso conmigo para darme ese tremendo orgasmo, un huevo vibrador, de esos que llevan un mando a distancia y lo controlas cuando te da la gana, lo tira encima de la cama, aun funciona, sigue vibrando y eso me pone histérica, se que trama algo, hijo de puta, ¿como me deje embaucar para hacer esto?.

Se sube a la cama gateando entre mis piernas, y se para justo delante de mi vagina.

Me va a penetrar, esta súper excitado, esto acabara pronto, uf eso espero, pienso.

Pero el tiene otras intenciones, cogió nuevamente el huevo y sin mediar palabras lo introdujo en mi coñito, sin miramientos, sin preámbulos, de una estocada lo metió con fuerza, menos mal que estoy lubricada y de qué manera, parece una catarata, siento como entra, siento como profundiza en mi interior hasta tocar mi útero, no, no, no por dios, eso no, mis paredes vaginales tiemblan sin control ante semejante invasión, es un terremoto magnitud siete, todo mi cuerpo recibe ese temblor incontrolable, acto seguido noto como su lengua empieza a jugar con mi clítoris hinchado y ya no puedo resistirme más y viene el segundo orgasmos mas fuerte aun que el primero, ahora es todo cuerpo y mi mente al unísono quien reciben el placer sin poder evitar que semejante cascada de sensaciones invada todo mis sentidos.

Siento como los músculos de mi cuerpo se contraen, como mis órganos internos se convulsionan sin control, como mi piel responde al placer emitiendo pequeñas gotas de sudor que invaden todo mi cuerpo en cuestión de segundos, mi vagina se inunda en un reguero de líquidos lubricantes, arqueo la espalda para intentar en vano quitarme al torturador de mi clítoris y lo único que consigo es que incremente mi castigo y mi placer prolongándolo aun mas. Vuelven a saltar lágrimas de mis ojos pero esta vez no de dolor sino de placer, se que ya no podre hacer nada, me he rendido, estoy agotada, lo único que deseo es dormir.

Sin esperarlo noto como el huevo vibrador que tengo en  mi interior se para, produciendo en mi una sensación de escalofrío y vacio que me recorre todo el cuerpo, abro los ojos y veo como tiene el mando a distancia en su mano, ya no sonríe, solo me observa, no puedo más, trato de recuperar mi respiración y cierro los ojos porque no puedo mantenerlos abiertos.

Se suelta los pies de las tiras que me sujetaban y pienso que todo ha terminado ya, por fin, no puedo más, necesito dormir, siento como sus manos me agarran de los muslos y me los levanta hasta apoyarlos en sus hombros, abro los ojos y le miro, joder, otra vez no, mas no por favor, sé que mis ojos están suplicando clemencia, con una mezcla de pánico y cansancio. Sonríe malévolamente, eso me pone de los nervios otra vez, y trato de apartarme de él pero no lo consigo, al contrario, su pene me penetra con fuerza, uf, noto como entra en mi ese miembro caliente y duro, mi coño lo acoge con deseo y se lo traga por completo, tropieza con el huevo que aun llevo en mi interior, me siento completamente llena, mi útero protesta porque está siendo invadido con mucha brusquedad por el aparato artificial que lo aplasta sin piedad, mi vagina empieza a notar mi falta de experiencia, esta condolida por este miembro que no para de entrar y salir con fuerza y velocidad inusitada. El placer es innegable, mi cuerpo entre dolor y placer se convulsiona, empiezo nuevamente a sentir como un orgasmo se aproxima, el sabe que es así porque mis paredes se contraen y como era de esperar de un cabrón semejante puso en marcha nuevamente el huevo vibrador que unido a su mete saca me produce un placer infinito, difícil de describir, dolor, placer, dolor, placer, me viene, siento como avanza, como entra desde mi vagina, pasa por mi útero y recorre todo mi cuerpo hasta llegar a mi cerebro que ordena a mi cuerpo que se defienda de el con fuerte temblores y sudores fríos, dios que maravilla, como se contrae mi cuerpo, mi espalda vuelve a arquearse, mi vello y mi piel se erizan, mi respiración se paraliza, no puedo respirar, se colapsa, no sé cuánto dura, pero creo morir, me sumerjo en las profundidades de mi inconsciencia, me hundo cada vez más, he perdido totalmente el control, caigo en un abismo de negrura total.

De pronto me despierto jadeando, bañada en sudor y sintiendo los espasmos aun de un orgasmo. Joder, que ha pasado, estoy desorientada. Miro a mi alrededor, estoy en mi habitación, en mi cama y sola.

Me incorporo algo conmocionada, empapada de sudor y temblando aun, ¿Qué me ha pasado?, ¡vaya, ha sido un sueño de lo más real!, estoy bastante desconcertada, no tenía ni idea que esto me pudiera pasar, tener un sueño erótico y menos correrme de esta manera. Me vuelvo a acostar en la cama y trato de dormir nuevamente, aun son las dos de la mañana. Buenas noches.