Tengo por costumbre usar mi internet para chatear muy seguido, de esa manera conocí en línea a un chico muy agradable y con gustos como los míos.

 

Por azares del destino, él vino de visita a mi ciudad; se llama Roberto y es un muchacho muy agradable, es un poco menor que yo, pero súper afín a mi, por lo que de inmediato hicimos muy buena amistad, así que cada que venía salíamos al cine o a pasear.

 

En su última visita se nos ocurrió salir al campo, aprovechando que era sábado, yo no tenía ningún compromiso y mi novio estaba disponible para ese día.

 

Llegó Roberto y salimos a un bosque cercano a pasar el día, llegamos iniciamos nuestro picnic y todo marchaba fabuloso. Como a la hora de estar ahí, sonó el celular de mi novio; en su empresa lo necesitaban urgentemente ya que había pasado algo referente a la producción a su cargo y se tuvo que retirar, para no echarnos a perder el día, decidió llevarse la camioneta y dejarnos continuar con la diversión con la promesa de regresar a la brevedad posible, así que seguimos jugando cartas y riendo como locos, hasta que el calor se hizo insoportable.

 

No habíamos planeado nadar en el rio que pasa por ahí, pero la tentación nos venció y nos lanzamos al agua con todo y ropa, fue genial ya que era muy divertido, pero como no teníamos toallas tuvimos que salir a secarnos al sol.

 

Ese día yo vestía un short de cuadritos, un top blanco y una tanga rosa, así que por mi imprudencia de no usar brassier al salir al aire mis pezones se contrajeron por el frío, cosa que Roberto notó de inmediato y enseguida vi como su mirada se notaba alterada, él por su parte vestía una playera tipo camisera y un short tipo ciclista, por lo que pude ver el enorme tamaño que su pene había alcanzado. Me miró intensamente y sonrió de modo muy seductor.

 

Se acerco a mi y sin decir palabra me besó, fue un beso sumamente apasionado que de inmediato me encendió y las cosas hubieran ido a mayores de no ser porque en ese momento se escuchó el sonido inconfundible del motor de la camioneta de mi novio que regresaba, a lo que mi reacción fue correr nuevamente al agua, con el objeto de que no se diera cuenta de mi erótica situación, cabe decir que a Roberto se le bajo la erección al darse cuenta de la llegada de mi chavo.

 

Mi novio, aunque es algo celoso, no noto nada raro en verme en el agua, ya que el sabe que lo amo y además sabe que me encanta nadar, y por si fuera poco, mi chavo escogió el lugar del picnic de último minuto, así que estaba consiente que yo no había traído ropa adecuada para nadar y conociéndome había traído consigo una toalla de su oficina, pero…

Me miro y sonriendo levemente me dijo, NENA, TENGO QUE REGRESAR PORQUE EL PROBLEMA ES GRAVE, SOLO VINE A DEJARTE LA CAMIONETA Y NOS VEMOS EN LA NOCHE, SIGAN DIVIRTIENDOSE, me besó y le dijo muy serio a Roberto: TE LA ENCARGO CAB…., LA QUIERO ENTERA y dándome una nalgada, se dirigió al carro de otro sujeto que venía detrás de él para regresar a la fábrica.

 

¡Yo me quede así o mas pasmada! Nunca pensé que nos fuera a dejar solos y mas aun, en medio de un bosque desierto, pero en fin, yo había recuperado la cordura (al menos eso creí) y me senté en una de las sillitas plegables que habíamos llevado para estar cómodos.

 

Envuelta en la toalla, comencé a sacar los sándwiches que llevamos para comer ya que ya era algo tarde y hacia hambre y sin volver a mencionar lo ocurrido nos dispusimos a la tarea de alimentarnos, y esa labor ocurrió sin novedad alguna, hasta que tontamente se me derramó la cátsup encima del top, justamente encima de un pezón.

 

Totalmente apenada por eso le pedí que me acercara una servilleta, y Roberto amablemente me la dio, pero entre mi vergüenza torpemente la deje escapar en el aire a lo que él tomo otra y se dio a la tarea de ¡limpiar mi blusita!

Como antes había pasado, sentido esa corriente eléctrica inmediata y mis pezones cambiaron, ya no estaban contraídos por la salsa, estaban erectos por el deseo.

 

No se porque, pero mi cuerpo tembló ante la excitación de lo que yo sabía que iba a pasar y también sabía perfectamente que deseaba que ocurriera, sus manos iniciaron una danza mágica recorriendo mi cuerpo, bailaba de entre mis senos que se hinchaban de deseo hasta mi pubis con su vellos perfectamente recortados, pasando por mi espalda, mis piernas, mis nalgas, todo mi ser.

 

Sus labios comenzaron a explorar mi boca y una lengua invasiva se dio paso para enroscarse con la mía. Sus manos hábilmente habían dejado al descubierto mis pequeños senos y tocaban con una maestría mis pezones que ya pedían a gritos sentir sus labios y nutrirlo con la pasión que me embargaba.

 

No se a que hora paso, pero repentinamente me encontré totalmente desnuda, y recostándome con mucha delicadeza su boca inició un viaje por todo mi cuerpo, deleitándome desde la punta de los cabellos hasta la punta de los pies, pero sin tocar mi zona mas íntima, esa la dejó para el final, entonces sus dedos comenzaron a manipular mi sexo, con una delicadeza pero firmemente, como nunca había sido tocada y poco a poco me llevo a la cima del éxtasis para sentir como mi alma volaba a lugares donde nunca antes había estado.

 

Cuando regresé de no se cuantos orgasmos, sonrió y me dijo: PRECIOSA, AHORA TE LLEVARE MAS LEJOS y en ese momento inclino su boca y comenzó a jugar con mis labios vaginales, rozando levemente mi clítoris, para después comenzar a succionar todo mi sexo, al principió suavemente, después con un frenesí indescriptible, llenando su cara con mis fluidos que soltaba al por mayor debido a tanta excitación.

 

¿Dije antes que nunca había llegado a la cumbre tan placenteramente? ¡Pues en esta ocasión fue aun mejor¡

 

Descubrí en ese momento lo que es ser multiorgásmica y fue tan intenso que perdí el control de mis esfínteres, soltando el contenido retenido en mi vejiga, que ya no era dueña de sus actos; pero aun no había pasado lo mejor del día, mi rajita pedía mas y Roberto sabía exactamente que darle.

 

En ese momento sacó su enorme pene que ya reventaba la ropa y la dejo frente a mi, a lo que mi cuerpo respondió con una ansia inesperada y como una niña golosa queriendo su paleta me di a la tarea de hacerle un oral inimaginable, yo no suelo hacerlo, por ser un poco especial, pero con toda la pasión que tenía dentro de mi, mi cuerpo, mi ser, mi mente me exigían tener el placer de saborear su sexo.

 

Cuando sentí que se iba a venir, su pene se hincho para ponerse aun mas grande y sentí ahogarme, por lo que lo retire de mi boca, para recibir su eyaculación en mi cara, mis senos, mi cabello, toda yo.

 

El se inclinó, se acercó a mi oído y me dijo: GRACIAS PRECIOSA, AHORA YO TE VOY A HACER SENTIR MUJER y tomándome de la mano me levanto para dirigirnos al rió y una vez dentro se dedico a bañar mi cuerpo con una ternura infinita, lo cual me excitaba aún mas si era posible, entonces comenzó a besarme nuevamente y acariciando mis nalgas me inclinó levemente sobre una roca que yacía a la orilla del agua, para penetrarme tan delicadamente al principio aumentando su ritmo al modo exacto que mi cuerpo lo iba pidiendo, poco a poco mi vagina se acoplaba al enorme tamaño de su pene, y lo que en un principió fue doloroso, pronto se convirtió en el día en que conocí la verdadera pasión, al lado de un amigo, que de verdad me hizo sentir mujer.

 

Nos vestimos después de eso, recogimos las cosas y nos retiramos de ahí porque ya era muy tarde y empezaba a obscurecer, nos reunimos al poco tiempo con mi novio y nos despedimos, para reencontrarnos mas tarde y repetir la experiencia, solo que con mas pasión, pero eso es otra historia.