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Descubierto el orgasmo supremo

en Textos de risa

DESCUBIERTO UN MECANISMO MUSCULAR QUE PROVOCA ORGASMOS INSTANTÁNEOS

Los Ángeles, California.

Recientes estudios de la Universidad de Los Ángeles, UCLA, revelan que todas las personas, tanto hombres como mujeres, poseen una zona erógena en el cuerpo capaz de provocar orgasmos instantáneos y duraderos.

“Intentábamos descubrir cuál era la función de un músculo del que no teníamos constancia y, por casualidad, cuando aplicamos presión sobre él en los sujetos experimentales, comenzaron a abrir y cerrar los ojos con rapidez, enrojeciéndoseles las mejillas y profiriendo gritos a lo loco”, relata eufórico el director del experimento, Alexander Pitrovich, “Cuando les preguntamos, tras varios minutos de sofocos y mareos y levantarse del suelo donde cayeron fulminados, nos contestaron que habían experimentado el mejor orgasmo de su vida”.

“Esta ha sido la mejor corrida de mi vida”, decía una anciana de 87 años, uno de los sujetos que aceptaron someterse al experimento. “Desde que sé cómo llegar hasta el final, no puedo parar, es puro vicio”, exclamó una joven a la que tuvieron que conminar a que desistiese de su afán por desnudarse en la sala. “Ni jingseng ni hostias”, exclamaba un varón de mediana edad, que luego agregó en voz alta: “Esto es mejor que cien mulatas lamiéndome el asunto, coño”.

Tras el rotundo éxito del experimento, el comité de ensayos científicos de la Universidad se apresuró a reunirse con sus abogados para tratar de patentar el lugar exacto anatómico del cuerpo humano donde parece residir el “Orgasmo Supremo”. Sin embargo, la Oficina de Patentes no se ha pronunciado aún sobre la validez de las pretensiones de la Universidad. En una llamada telefónica que este diario ha realizado a la Oficina para conocer si la patente ha sido aprobada sólo nos respondieron con jadeos y bufidos. De lejos se oía a varias mujeres proferir chillidos agónicos y a hombres exclamando barbaridades. Aun no obteniendo una respuesta verbal, este diario ha tenido acceso al borrador por otros medios.

Este ensayo clínico no era sino uno más de tantos que la Universidad de California había programado para intentar aprovechar los cientos de salas vacías que han quedado tras la reciente y polémica ley del presidente de los EEUU de prohibir cualquier estudio universitario que tenga como fin el que los estudiantes puedan pensar libremente. No vamos a opinar sobre esta ley que el Gobierno y el Senado aprobaron mientras jugaban todos ellos al “Apalabrados” y que se hizo público debido a las filtraciones de una becaria despechada.

Este diario, como he indicando antes, ha obtenido una copia del borrador de la patente presentada por la UCLA y que intenta aprobar y no tenemos más remedio que admitir que está redactado de una forma igual de pueril que las presentadas por un conocido fabricante de ordenadores, tablets y smartphones, también con sede en el mismo estado.

Sin embargo, como en la redacción éramos reacios a admitir como ciertas las aseveraciones que aparecían en el borrador, probamos nosotros mismos el resultado de provocar presión en la zona del cuerpo que la Universidad intenta patentar.

Una cosa es cierta tras levantarnos del suelo: ha sido el orgasmo más intenso y satisfactorio que todos hemos disfrutado.

Nada que ver, en efecto, como relataba uno de los sujetos del ensayo clínico, con la agobiante y casi siempre insatisfactoria sesión de sexo con la pareja. Todos nosotros hemos coincidido en que, a partir de ahora, no agacharemos ni una sola vez la mirada ni realizaremos las tareas domésticas con tal de mendigar una noche de disfrute carnal. Y ellas también han decidido que no se volverán a abrir de piernas ante un arrebato romántico: sólo les basta con un dedo presionando en el lugar concreto para poder experimentar una dicha inigualable y sin riesgo alguno de ETS, embarazo o posteriores conversaciones incómodas

Antes de poder hacer público el lugar concreto anatómico donde reside el “Orgasmo Supremo”, debemos esperar el dictamen de la Oficina de Patentes.

Basándonos en anteriores intentos de patentar lo impatentable, podemos inferir que en los próximos días estaremos en condiciones de publicar, entre orgasmo y orgasmo, a ratos, el citado punto G del que, pensamos, debe aprovecharse toda la humanidad.

Rindo homenaje, desde esta humilde columna de información, a todos aquellos animales (cobayas, ratones y moscas, aunque también hubo un papagayo) que perecieron en la búsqueda de este punto tan vital para nosotros. De hecho, el enclave anatómico es susceptible de poder ser reproducido en cualquier bestia, produciendo análogos resultados. En el citado borrador se nombran los nombres de todos los animales que perecieron disfrutando de una sensación tan orgiástica como vital. Murieron agotados, incapaces de sobrellevar sus cerebros tamaño disfrute.

Otro éxito obtenido por accidente al descubrimiento del citado punto anatómico ha sido la capacidad de multiplicar por diez la capacidad de dar palmadas con las manos. En este caso, la UCLA no ha presentado ningún intento por patentar el descubrimiento. “Ha sido un descubrimiento colateral y no nos interesa lucrarnos con ello. ¿A quién beneficiaría? Bailaores flamencos y fans de conciertos de Justin Bieber, supongo”, comentó Alexander Pitrovich.

Me quedaría corto si afirmase que este puede ser uno de los más importantes descubrimientos de la ciencia del siglo XXI.

Antes de despedirme, debo agradecer a mis contactos en la Oficina de Patentes y, en especial, a la mujer con la que ahora estoy casado. No puedo más que decirla: “Se acabó mendigar un triste polvo, guapa, ahora me lo sé hacer solito”.

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