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Adicta al sexo duro 2

en No Consentido

 

Me frota fuertemente, sus manos rudas estan a punto de hacerme alcanzar el orgasmo, dos, tres, cuatro dedos, voy a correrme, y ya no ahogo mis gemidos, ya no me importa que me vean.

-Gime perra, gime.

Uum, su perra, me excito más, y no puedo evitar jadear.

-Hay muuuchas chichicaaas haay deeentro ¿popopor qué yo?-apenas puedo hablar hablar.

-Porque me gustas tú.

-¿No te estarás poniendo sentimentalista ahora no?

Me da un tirón de pelo y mi espalda se arquea, me muerde el cuello y su lengua ocupa mi boca, ahora le devuelvo el beso, pero derepente todo esto para, su mano sale de mi coño, deja de besarme me baja el vestido y me apoya contra la pared, sus brazos a los laterales de mi cuello.

-Si quieres puedo volver a por otra.

Mi cara debió ser un poema, pero no digo nada, se avecinaba el orgasmo más grande de mi vida, y por el puto orgullo permanezco callada. Me muestra su mejor sonrisa torcida, y ataca mi boca con ferocidad mordiéndome el labio inferior.

-Pero no quiero a otra.-dice, me recorre los labios con un dedo íncide e identifico mi sabor, suavemente me roza la mejilla.

Me levanta en vilo haciendo que rodee su cintura con mis piernas, y de una estocada me la clava hasta el fondo, no es que sea virgen, vale me había comido unas cuantas dobladas en una época de zorrerío, pero prácticamente estaba cerrada, sólo había tenido un novio, un gilipollas con el que me acosté 3 veces y que el orgasmo había brillado por su ausencia, sentí que me desgarraba por dentro.

-Ah joder, para.-eso no daba placer, pero estrañamente seguía soltando fluidos.

-Dios si estás más estrecha de lo que pensaba.

-Joder cabrón para.

En lugar de hacerlo empieza a penetrarme fuertemente, es un animal, está desatado, y cuanto más me quejo más acelera y con más fuerza, me está partiendo en dos, pero noto que se acerca el orgasmo, de forma imparable, no sé por qué mi cuerpo reacciona así, me pellizca un pezón, ni siquiera sé como me ha bajado la parte de arriba del vestido y me retuerce el pezón.

-Diiios para porfavor.

-Shh putita calla, no te das cuenta, cuanto más suplicas más disfruto, relájate.

-Vas a arrancarm el pezón hijo de puta.

Parece que entiende que el dolor es insoportable, sii, estoy mojada, si, lo admito, pero me arden los labios vaginales y todo el pecho izquierdo, se me saltan las lágrimas, mis fantasías no eran así, quiero irme a mi casa y meterme bajo las sábanas. Mira mis lágrimas estrañado, y la mano que me pellizcaba el pezón ahora me frota el clítoris, y el ritmo d las embestidas es más lento, mientras que su mano acelera, mi coño parece que porfín se acopla a su forma, y la mano en mi clítoris hace que gima cada vez más fuerte, me besa el cuello, en ese momento de sexualidad de deseo máximo me parece un gesto de ternura, va más rápido, cada vez más rápido, estoy a punto, un calor sube desde mi bajo vientre hasta mi pecho, es un orgasmo, no igual a los que me proporciono en la intimidad de mi cuarto es mejor, jadeo, gimo y le araño el cuello.

-Venga preciosa, córrete, córrete para mí mi putita.

-Aah aaah oh dios.-no debería mencionar a dios en este momento, y más teniendo en cuenta la educación en un colegio de monjas que me han dado mis padres-

Estallo, en un sonoro orgasmo, sé que hay dos chicos mirando, y casi puedo ver el bulto que se forma en sus entrepiernas, y gimo un poco más fuerte, de cara al público. Me baja y él mismo me coloca el vestido, sé que no se a corrido, e intento devolverle el favor, ya he perdido toda la verguenza y le rozo la polla descaradamente.

-No pequeña, esto lo terminaremos otro día.

Me da un beso, más dulce que los anteriores, y con una mano me atrae hasta su pecho, ahora soy yo la que acelera el ritmo, y le muerde el labio inferior, el vuelve a apoyarme en la pared y descansa su pecho sobre el mío, ahora soy yo la que se quita, porque sigo siendo una orgullosa, se separa, sonríe hacia un lado de nuevo y se aparta.

-Aii bonita tu y yo vamos a pasarlo muy bien....