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Adicta al sexo duro/más que sexo

en Hetero: General

 

 ¿Qué coño tengo en la cabeza? No sé quién es, ni siquiera sé cómo se llama, solo sé que aparece en el momento menos esperado, y se va sin dejar rastro ¿a dónde coño va a parar esto? Es decir, fue solo sexo ¿no? No puedo sentir nada por un desconocido que me “forzó” en un callejón, y sin embargo necesito más de él, lo que sea, pero supongo que mi mente a llegado a un punto de locura en que necesito algo más que sexo…

Pasaron un par de semanas, ya no salía de fiesta, aunque en algunos momentos me daban ganas de ponerme en plan zorra comepollas para ver si salía de su escondite.

Pero aquella mañana, de sábado, no tenía universidad y estaba apoyada en el quicio de la ventana, leyendo, oí una moto y miré hacia abajo, era mi hermana, y el de delante era, oh dios mío no puede ser, ¿Qué coño hace el con mi hermana?

Bajo enfurecida, justo a tiempo para ver que se comen la boca, he bajado tres pisos del edificio de donde vivimos (sólo tenía tres pisos) en pantalones de dormir, negros, holgados y muy cortos. Espero a que acaben de besarse con un ataque de celos increíble, y cuando mi hermana se gira con esa típica sonrisa de idiota que ponen los enamorados suelta mi nombre en un susurro: Alex (por cierto siento no haberme presentado)

Y mi cara lo dice todo: agacha la cabeza y sube para casa. No puede ir a por Adriana, tendría que ser yo la que se bajase de su moto, (y no sólo de la de dos ruedas :p)

-Hombre pequeña.-dice, y me muestra una sonrisa torcida, entonces mi determinación flaquea.

-Pequeña ella ¿sabes cuántos años tiene gilipollas?

Le pone el pie a la moto y se baja lentamente, la gilipollas soy yo, no puedo provocar a un tío dos cabezas más alto que yo y cien veces más fuerte, y se acerca a mí, retrocedo instintivamente hasta la pared del edificio, y siento su aliento rozarme la cara, me acerco a él despacio, trato de besarle, creo que es lo que me pide con la mirada, pero no es así, me empuja contra la pared y me agarra por el cuello, instantanemente empiezo a boquear como un pez, el oxígeno me falta y sus dedos aprietan más mi cuello.

-¿Pequeña? Que poco conoces a tu hermana, tiene más experiencia que tu bonita, y por cierto, ella no me interesa, mi atención está puesta en ti.

Consigo articular un para por favor.

-Es que me obligas a ser malo.

Vuelvo a llorar, he llorado más en las últimas semanas que en toda mi vida ya no queda nada de aire en mis pulmones y siento que me va a estallar el pecho, me suelta, y aspiro todo el aire que hay a mi alrededor, me apoyo en su pecho y él me acaricia la espalda.

-Me obligas a ser malo, porque dije que nos lo pasaríamos bien, y te veo zorreando por ahí, eso no está bien pequeña, porque a partir de ahora sólo quiero que te abras de piernas para mí.

Me roza los labios con un dedo, y me quita las lágrimas de los ojos, se gira y me lanza el casco.

-Monta.

Veo a mi hermana desde la ventana, mirando, rezo porque no me haya visto a punto de morir asfixiada y me pongo el casco, va a odiarme por irme con su “novio” pero no puedo pensar ahora mismo en ella. Soy una completa gilipollas, siempre me han puesto los chicos que tienen moto, soy gilipollas, pero soy lo suficientemente inteligente como para saber que ya no quiero dar vuelta atrás.

Me lleva a un piso en el centro de Madrid, cerca del retiro, un sótano excelentemente decorado, el paseo en moto ha sido interesante, no como la estúpida película “tres metros sobre el cielo”, pero cuando me abrazé a él por la espalda noté tensión, probé a besar el punto donde su nuca se pobla de pelo y encajó la mandíbula, todavía me dolía el cuello asi que le dejé algo de espacio, dentro de lo posible.

Y ahí estaba yo, en su piso, con muchos libros, muchos discos, una cama y ninguna foto...en cierto modo el no existía, salvo para mí.

-No vuelvas a acostarte con mi hermana.-digo frotándome el cuello, me van a quedar cardenales, y no es época de taparse con una bufanda.

-Depende, de ti por supuesto, es una chica guapa, no tanto como tú claro, pero pronto será una belleza, y en el sexo se maneja bien, mejor que tú, porque tu pequeña para tener 16 años...jeje, vamos que la única monjita virgen de la familia eres tú...

Me acerco a él, y cogo impulso para soltarle una bofetada, pero me agarra del brazo, clavándome los dedos y me atrae hasta su pecho.

-No te acerques a ella, no estando yo aquí....-no puedo creer que esas palabras salieran de mi boca.

Pero me besa apasionadamente y nos dejamos caer en la cama, empieza a desnudarme, sin pausa, pero sin prisa, sus labios rozan mi cuello y un pequeño temblor se me acopla en las terminaciones nerviosas.

Agarra mi camiseta por ambos lados y me la quita, recorre el encaje de mi sujetador con un dedo, y de forma maestral me desabrocha el sujetador, y me frota los pezones y se lleva uno a la boca, lo lame y lo succiona, y sopla. Me retuerzo ante sus caricias, y el se incorpora, me mira, y sonríe, me muestra su sonrisa torcida.

Me besa en la boca sin dejar de frotar mis pezones, y le muerdo el labio, como si estuviera metido en mis sueños me besa el hueco que hay entre mi barbilla y mi oreja, el cuello, (soy de ese 99.9999% de personas cuya debilidad son los besos en el cuello) el hueco que hay entre mis pechos, mis pezones, recorre un círculo con su lengua a su alreddor, un pequeño mordisquito hace que dé un respingo, sigue besando mi vientre, y continua con su camino hasta mi ombligo que lo lame, el siguiente paso es desacerse de mis pantalones, y de mi ropa interior, su lengua se apodera de mi sexo, y como hago yo cada noche deseando que sean sus manos recorre el exterior de mis labios y su lengua se adentra en mi, penetrándome, inundándome, siento su saliva por cada hueco de mi interior, mejor que en mi sueños su lengua succiona mi clítoris, y uno de sus dedos se encarga de rozar cada centímetro de mí, jadeo, el aire se escapa de mis pulmones, porque gimo y un aahg que se escapa de mi boca basta para que levante la mirada y me sonría aún con mis núcleos de placer en su boca.

Le agarro por el cuello y tiro de él, mi fuerza es incomparable con la suya pero parece entender que quieo que se acerque, me besa, le beso y le muerdo el labio una vez más, creo que nunca me cansaré de hacer esto, su sexo roza el mío y en un acto de maldad me tortura sin darme placer, simplemente recorriendome de arriba abajo.

-Sabes estás mucho más guapa así, todo sudada, debajo de mí.

-Hazlo ya.

-Shh pequeña, hoy no llevamos prisa, hoy podemos ....

Aaah, no termina la frase y me llena entera, la deja dentro de mí, reposando, haciendo que mi cuerpo se amolde a ella, y con suaves golpes de cadera pretende llegar hasta el fondo de mí, ahora con su espalda desnuda, sin una camiseta que se ha quitado justo antes de lamerme cada rincón puedo arañarle la espalda, y noto cada estocada, movimientos circulares que son los causantes de mis jadeos.

-¿Sabes una cosa?.-logro decir entre gemido y me mira con curiosidad.

-Ah, que así, ah me gustas mucho más, aah ah ah.

Me deja hablar y sus labios recorren la línea de sus dedos, los que antes me marcaron, y me lame suavemente como queriendo saborear mi sudor.

-Me negarás que la otra vez no te gustó.-el no jadea, y creo que no está disfrutando y mezclado con el gozo siento una especie de pánico, pero me fijo en su cuerpo perlado de sudor y en cómo sus manos recorren mi cuerpo, y le araño la espalda, porque su miembro dentro de mí me lleva en un camino directo hacia el orgasmo.

-No me gusta que me peguen, no soy de las que dejan que las maltraten.

En un acto de fuerza damos la vuelta a las tonos y me quedo sobre él, me muevo, en círculo, sin sacarla de mí porque no quiero dejar de sentirla. Siento autosatisfacción cuando me mira de arriba abajo cabalgándole, pasa de mis caderas a mi pecho y su mirada se detiene en mi cuello.

-Te gustó, no me mientas, no puedes mentirme....-dice y me gira vuelvo a quedar bajo él y me mia de forma insistente, acelera las envestidas y el aire se escapa de mi boca, cuanto más jadeo más sonríe.

-Porque te gusto yo...-dice, estoy apunto de estallar, y el de hacerlo conmigo, noto como tensa los músculos de su cuerpo para aguantar más, para prolongar más nuestro placer.-admítelo pequeña, lo sé cada veez que me muerdes el labio.

-Tal vez, pero siempre busqué algo más que sexo, tal vez más de lo que puedes ofrecerme tu....