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Ana y Alex 3

en Amor filial

Alex: está bien peque, vayamos a dormir es tarde.

Alex abraza a su pequeña hermana y se dispone a dormir, con los ojos cerrados empieza a pensar en sus cosas, más bien, en su hermana. Aun no se podía creer que a sus 18 años fuera tan inocente, una chica con un físico impresionante y virgen, eso le rondaba en la cabeza, no podía parar de pensar en eso cuando algo hizo que su mente se quedara en shock. Ana no quería que su hermano se pensara que era una niña inocente y que no sabía nada respecto al sexo o respecto a cómo actuar con un chico por eso tomó una decisión algo arriesgada. La pequeña acercó sus labios lentamente al cuello de su hermano y empezó a besar su cuello, también empezó a mover sus dedos por el torso de su hermano provocándole escalofríos, pero Alex no abría los ojos seguía con los ojos cerrados y disfrutando de lo que su hermana le hacía pero llegó un momento en el que esa exquisita tortura a la que su hermana le estaba sometiendo fue demasiado.

Alex: peque, no íbamos a dormir? – dijo en un susurro.

Ana: eso has decidido tu – empezaba a ruborizarse otra vez.

Alex: peque, no me provoques…

Ana: yo no estoy haciendo nada tete…

Ana no tuvo tiempo a decir nada más porque sus labios fueron apresados por los de su hermano, el roce de sus labios y sus lenguas entrelazándose en una lucha donde ni uno ni el otro iba a ganar, un beso apasionado ¿sin fin? Eso deseaban los dos pero ese beso iba a terminar, tras ese beso hubo otro beso tan o más intenso que el anterior. En la cabeza de Alex pasaban muchas cosas en esos momentos, aunque sus labios y sus lenguas estuvieran entrelazándose él no tenía suficiente pero lo último que quería era asustar a su pequeña hermana y que ella pusiera distancia entre ellos, por esa razón tan solo subió su mano hacia el cuello de su hermana para acercarla aún mas a él y así también poder acariciar ese cuello con tacto de seda. Ana sentía su cuerpo vibrar con las caricias en su cuello por parte de la mano de su hermano, pero no quería que las cosas se quedaran ahí, no quería que fueran solo cuatro besos, por eso intentado parecer segura fue bajando la mano por el torso de su hermano y Alex se iba tensando al ver sus intenciones pero no dijo ni hizo nada dejó que Ana siguiera descendiendo su mano por su torso hasta que su mano se posó encima de la erección de su hermano y empezó a acariciar con un poco de fuerza la erección que había dentro de esos boxers y que aún no había visto pero quería verla en breves. Unos suspiros salían de la boca de su hermano mientras seguían besándose con pasión pero en su rostro apareció una leve sonrisa al ver que su hermano reaccionaba a sus torpes (desde su punto de vista) caricias.

Alex: peque, esto es jugar sucio… si sigues así no podré controlarme contigo.

Ana: porque deberías controlarte tete?

Alex: mi dulce Ana, no quiero que hagas esto para agradarme y que luego te arrepientas, peque si no logro controlarme podrían pasar cosas que puede no te sientes preparada para ellas. Pequeña, eres virgen y no quiero que hagas todo esto para complacerme y luego te arrepientas – lo dijo con un tono de preocupación, realmente no quería que su hermana hiciera esto para complacerlo.

Ana: tete, puedo confesarte algo?

Alex: claro pequeña

Ana: mi virginidad… como decirlo; no quiero perderla con uno cualquiera sino con alguien que sé que me respeta que me quiere y que tengo confianza con él, y la única persona que cumple todo eso eres tú – Ana no podía estar más ruborizada acababa de decirle a su hermano que quería perder su virginidad con él.

Alex no dijo nada más tan solo volvió acercar sus labios a los de ella y se fundieron en un dulce beso, pero al separar sus labios Alex susurro algo.

Alex: pequeña, si quieres que sea yo me parece bien, pero vayamos con calma vale? Ahora durmamos y mañana cuando lleguemos a casa hablamos del tema.

Ana asintió con la cabeza y a los pocos minutos los dos estaban durmiendo plácidamente, cuando la luz del sol empezó a entrar por la ventana Alex se levantó silenciosamente para no despertar a su hermana y bajó la persiana para que siguiera durmiendo un poco más, pero aunque él ya estaba despierto no quiso bajar abajo a desayunar, volvió a meterse en la cama junto a su hermana mientras la miraba dormida y le acariciaba el pelo… No puede ser, me estoy enamorando de mi hermana, esto es antinatural pero… lo que siento al estar con ella es tan … nose ni como expresarlo, al estar con ella no necesito nada más soy el hombre más feliz de la tierra y tan solo pensar que otro pueda tocarla se me rompe el corazón.

Al poco rato Ana despertó y con los ojos aún medio cerrados recibió un dulce beso en sus labios acompañado de un susurro

Alex: buenos días princesa

Lentamente se fue desperezando, y recordó todo lo pasado la noche anterior, pero aún no podía creerse todo lo que había sucedido, los hermanos se levantaron de la cama y bajaron a desayunar con sus amigos que ya estaban abajo, después cada uno subió a la habitación para vestirse y poder marchar para casa.

Pero cunado Ana estaba en la habitación de Eva cambiándose de ropa, su amiga entró sin previo aviso y empezó hacer miles de preguntas.

Eva: que ha pasado?

Ana: Eva, ahora no es el momento… luego cuando llegue a casa te abro por WhatsApp y te lo cuento todo vale?

Eva: está bien pero quiero todos los detalles

Ana: que si, no seas pesada.

Cuando Eva y Ana ya estaban vestidas en la habitación alguien aporreo la puerta de forma demasiado brusca, y las chicas dieron un pequeño salto por el susto que se habían llevado porque no esperaban que nadie llamara a la puerta.

Alex: Ana, no habrás traído el casco de la moto verdad?

Ana: pues la verdad es que no, pero puedo pedirle el suyo a Eva y el lunes en clase se lo devuelvo.

Alex: pues que te lo deje que nos vamos en moto.

Ana miró a su amiga con cara de “por favor déjamelo te lo ruego” y Eva no pudo resistirse a esa carita y le dejó su casco. A toda prisa acabaron de vestirse y arreglarse y bajaron. Al llegar abajo donde se encontraba su hermano, una sonrisa apareció en su rostro al ver la mirada de su hermano.

Alex: Ana, así vas a pasar frio en la moto y con los tacones seguramente te mataras para subir.

Ana: es lo único que tengo así que o esto o voy desnuda

Alex: está bien, ves así.

Alex y Ana se despidieron de sus amigos y al salir por la puerta él se acercó al oído de su hermana y susurro

Alex: no me gusta que vistas así, todos los tios te miran y te quiero solo para mí

Ana: y a ti las tias te miran vayas como vayas y yo te quiero para mí, así que estamos en las mismas. Anda vamos para casa.

Subidos en la moto Ana se abrazó fuerte a su hermano, pero no porque tuviera miedo sino porque le encantaba sentir su cuerpo, aunque cuando su hermano le pregunto que si le abrazaba porque tenía miedo ella respondió que sí, no iba a decirle a su hermano que se estaba enamorando de él y que se pasaría el día abrazándolo y buscando todas las excusas posibles para estar junto a él.

Al entrar en casa se dieron cuenta de que estaban solos, su madre no estaba y bueno su padre los abandonó cuando Alex tenía 5 años y Ana tenía 1 año. Sabían que su madre no estaba porque al entrar en la cocina encontraron una nota que decía “Alex, he tenido que irme al pueblo de la abuela parece que está enferma y está ingresada en el hospital del pueblo, me quedaré ahí 3 días principalmente, en el caso de que vaya a quedarme más os lo diré cuando os llame. Cuida de tu hermana. Mamá.” Lo primero que hicieron fue llamar a su madre para asegurarse que la abuela estaba bien y no tenía nada grave.

Después de colgar el teléfono Alex miró a su hermana con esa mirada que Ana aún no sabía descifrar, no sabía si era de cariño, de amor, de pasión o de que era. Pero cuando Alex se acercó a su hermana y la rodeo con un brazo por la cintura para acercarla más a él, ella empezó a pensar que esa mirada era de cariño, era de amor y también de pasión, porque a continuación acercó lentamente sus labios a los de ella y le dio un dulce beso para después separarse y decir

Alex: pequeña, tenemos 3 días para nosotros solos.

Ana: lo sé, pero de seguro que querrás quedar con tus amigos y salir por ahí, así que aprovechare para quedar con Eva que me ha dicho que tiene que contarme cosas.

Alex: mi dulce Ana, no vas a quedar con Eva, estos 3 días te rapto para que podamos estar juntos las 72 horas, Eva puede esperar 3 días para contarte lo que sea… - mientras decía esto se acercaba más a ella y la cogió en brazos y la llevo a su habitación.

PD: los 3 días que van a pasar solos , cada día será un relato. Espero vuestros comentarios :)