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Un coche bien mamado... (I)

en Amor filial

Me tomé un descanso de las aventuras de Lidia hasta decidir lo que hacer con ella ;) Gracias por las aportaciones que estáis haciendo! :) No dudéis en enviar propuestas o comentarios. xx

 

Los pelos curvos y ásperos le raspan la nariz cada vez que sus labios se engullen hasta el fondo la polla lubricada por saliva que esta mamando. Dado que lleva cierto tiempo comiendo devotamente esa polla en particular, ya se ha acostumbrado a su forma, tamaño y sabor. Hasta sabe cuando se va a correr y se prepara para ello.

La mamadora en particular tiene novio, es joven, y vive con los padres. Y sin embargo tiene que comerle la polla a un payaso de 50 o más para tener las llaves de un coche y todos los gastos cubiertos. Algunos pensaran que es poco, una mamada de vez en cuando por un coche, pero la verdad es que el intercambio se esta yendo a mas cada día, y se le está escapando del control que un día ella misma tuvo... y empezó.

Tampoco es que sea muy raro que una joven se dedique a comer pollas a cambio de algo, todas lo han hecho en algún punto de su vida, o lo harán. No habrá sido por un coche, pero si por una nota más alta, para conservar un empleo, para evitar ser folladas... Y a ver, un coche es un coche. Sus sentimientos encontrados vuelan por su cabeza mientras su boca resbala ritmicamente por la polla ensalivada. Desnuda por completo, de rodillas encima una toalla doblada, su pelo moreno ondulado se mece al ritmo de los vaivenes de su cabeza, al igual que sus generosos senos. 

Se miran mutuamente a los ojos mientras ella sigue tragando. Así se lo ha ordenado el propietario de la polla: mamada sin manos, que en este caso, están en los muslos del sujeto. Y bien lubricada. Ella succiona hacia afuera, limpiando el exceso de saliva en la barra de carne dura y palpitante, y antes de engullirla otra vez, agarrando una bocanada de aire, pregunta:

  • Papá, donde te quieres correr? 

Esa mamadora tan experta soy yo, hija a tiempo completo y tragapollas de mi padre a tiempo parcial.

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Me llamo Laia, soy hija de un matrimonio anterior, y cuando mi madre decidió casarse otra vez, mi papá me adopto como hija propia, en todos los sentidos. Adopte su apellido, lo llame papa, aguantaba sus broncas, y todo lo habitual en una familia.

Soy alta, de pelo moreno ondulado, y el duro entrenamiento en voleyball me dieron un buen cuerpo. De complexión delgada, aunque tengo una cadera que me da curvas, y mis pechos son generosos, por lo que no son duros y firmes como algunas de mis amigas, que los tienen mas pequeños y pegados al cuerpo, sino un poco caídos por su propio peso, aunque cuando me pongo bras, todos babean al pasar. Tengo la cara ovalada y labios pequeños pero carnosos, que ahora mismo están abrazando humedamente una polla a la espera de una corrida dentro de mi boca, que tendré que tragar, según lo estipulado.

Mi madre se re-casó cuando yo tenia 15, desarrollada ya por la adolescencia y había perdido la virginidad a los 13, siendo a esas alturas una experta en sexo. Por mi complexión y apariencia, no me faltaban chicos dispuestos a satisfacerme y pase buena parte de mi adolescencia follando, siendo follada y experimentando con el sexo, tanto con chicos de mi edad como maduritos interesantes, de los que te encuentras en una discoteca y te invitan a la sala VIP con ellos a cambio de un favorcito al terminar la noche... No creais que soy una zorra, es mas bien lo habitual en las chicas de mi edad... y tampoco lo hago con cualquiera. Tiene que verse bien... ;)

Me di cuenta que, a medida que iba creciendo, mi padre me prodigaba una atención quizás un poco demasiada para una hija... Siempre me era amable, sonriente, me acariciaba, abrazos, complaciente, muy... empalagoso, por así decirlo.

Primero ni me daba ni cuenta, pero cuando vi esas miradas furtivas a mi trasero, a mi escote, esos intentos de estar pegado a mi, decidí usarlo a mi favor. A través de vocecitas cándidas y vestidos provocativos, pedía su favor para llegar tarde, que me diera dinero, evitar castigos... Siempre me salia con la mía con mi padre, lo que era fuente de discusión entre el y mi madre, que le decía que me tenia demasiado mimada. Pero la verdad es que yo lo tenia embobado y lo manipulaba. Todos los hombres son iguales... un culo apretado, un escote generoso y una sonrisa de labios carnosos, y te dan su vida...

Al empezar a ir a la Uni, me di cuenta que un coche me haría mucha falta, pero no lo quería full time, así que le empecé a pedir el coche a mi padre para ir y venir de la uni, que por supuesto me lo prestaba, y mis amigas, al ver que tenia coche, me pidieron que lo llevara para ir de fiesta y así tener un “picadero” para si alguna encontraba un maromo y echarse una canita al aire en un lugar propio, ya que el hecho que fueran ellas las que tuvieran que ir al coche de un chico que acababan de conocer no les hacia mucha gracia. Además, era o eso, o tener que mamar entre los coches, a la vista de todos. 

 

Después de mucho pensar, pensé en pedírselo a mi padre, asi directamente. Pero no era lo mismo pedir el coche para ir a la Uni que para ir de fiesta, de manera que tendría que usar todo mi arsenal... Las dudas llenaban mi cabeza. En una cena de amigas, les comente acerca del coche para los fines de semana, lo voyeur de mi padre y lo manipulable que era.

 

Todas al unisono me respondieron lo mismo: sedúcelo!

 

  • Pero tías... es mi padre!

  • Oye, oye -dijo una- es tu padrastro.

  • Y es bastante maduro, por así decirlo... -continué

  • Una polla es una polla. Y además, quien te dice que tengas que follártelo? Una toqueteada y ya.

  • No se...

  • Mira, es solamente un tío con un cochazo que te puede prestar. Imagine poder dejar de chupar pollas agachadas entre los coches, de poder tener un lugar donde llevar nuestro ligue y follar con tranquilidad...! Anda! Hazlo por nosotras!

  • Oye!

  • Mira, la de veces que me he dedicado a quedarme con el amigo feo para que tu te cepilles al buenorro!

  • Ok, ok, veré que hago, no prometo nada...! 

 

Y todas se rieron, dando por sentado que para el siguiente fin de semana, tendrían coche.

 

Durante el día siguiente, estuve pensando todo el rato en eso. Mi padre no me iba a dejar el coche para ir de fiesta, evidentemente, tendría que seducirlo... Malditas zorras, tenían razón. Y ni pensar de preguntárselo a mi madre, ella me diría que con papa, de manera que la suerte estaba echada... Quedaba solo pensar hasta donde tendría que llegar para ello. Una toqueteada? Una mamada? Uff.... decidí empezar por un sobeteo e ir subiendo la apuesta. Dios, que jodida estaba... pero un coche... bien valia algo de ella misma.

 

Me pongo una camisa con escote en V, unos jeans ajustados y mi amado pelo ondulado recogido en una coleta. Decido ir descalza, para añadir algo de erotismo al asunto. Al fin y al cabo, me estaba vendiendo yo misma...

 

  • Papa, podemos hablar? - pregunto yo melodiosamente. El me mira sorprendido

  • Claro hija, siéntate, que pasa?

    Me siento a su lado en el sofá, él baja el volumen a la TV y me siento pegadita a él, nuestras piernas se rozan. Me mira intrigado...

  • Mira papa, necesito el coche para los fines de semana... -empiezo yo.

  • Uy no, es un Audi y no lo dejaré a alguien que tiene menos de dos anos de experiencia en conducción..!

  • Anda... pagaré los gastos!

  • Con que dinero? Como no sea que empieces a trabajar...

 

Decido subir la apuesta. Es evidente que mi escote y mis labios pintados no funcionan a este nivel, asi que le pongo, inocentemente, una mano en su muslo para seguir dando argumentos a favor de las llaves del coche para ese finde. Si me dice algo, la quitare, al fin y al cabo, es una muestra de afecto, y si no, vere donde llegamos...

El se turba visiblemente, aunque yo aparento que no me doy cuenta.

  • Andaaaa... no seas malo, no bebo, me porto bien...

  • Yo... no se... -balbucea el. Bingo, lo tengo donde quería.

  • Vaaa... no te hagas de rogar.... - Subo mi apuesta. Mi mano posada inocentemente en su pierna pasa a la cara interna de su muslo, acariciandolo levemente.

El da un respingo y su respiración se acelera, pero no dice nada. En sus pantalones empieza a crecer un bulto tremendo, y esta claramente nervioso... así que... a la carga!

  • Venga papa.... papito... el coche me haría muy bien... y yo te haría bien a ti... cada semanita te pagaría una renta por el coche... te haría sentir bien... acuérdate que no soy tu hija, si? -dije yo con la mejor de mis sonrisas.

  • Uhh... -alcanzo a gemir el.

  • Mira, que te parece, papito, si cada semana te hago correr como nunca...?

  • Que?? -intenta parecer sorprendido, pero yo sigo mi ataque frontal, susurrándole al oído y acariciando la cara interna de la pierna

  • Anda, soy bonita y estoy dispuesta... No me harás el feo, verdad...? Que tal si... te alivio? -dije agarrándole el bulto por encima. El dio otro respingo, pero palpo por encima del pantalón, adivinando una polla ya palpitante por salir. - Mira como tienes esto... déjame que te ayude, si?

  • De... acuerdo..

  • Me pondré a tu ladito... te diré cosas bonitas... te la agarrare y esta chica tan bonita que soy te va a dar una paja que te vas a correr a borbotones.. si? - a ver si con una paja es suficiente, pienso yo...

  • Ok... el coche... - tartamudea.

  • Si, el coche y yo te la meneo como nadie te lo ha hecho nunca... no me diras que no quieres un poco de esto? -Dije agarrando a mano abierta todo el bulto de su pantalones,

  • De acuerdo... hazlo... -jadeo el.

Laia desabrocha y baja la cremallera de los pantalones de su padre con la destreza de la experiencia, mientras este respira trabajosamente, extasiado ante la visión de las finas manos de su hija sacando afuera la semiereccion de sus boxer. Suavemente agarra la dureza paterna en su mano y empieza a moverla arriba y abajo despacio, sintiendo crecer la erección mas y mas entre sus dedos ensortijados. 

No pasa mas de tres manchadas hasta que la polla paterna esta en todo su esplendor, dura, venosa... caliente, y Laia ha aumentado en ritmo de sus movimientos de brazo y muñeca, haciendo repiquetear sus pulseras en el silencio del cuarto y de la casa, combinándose con los jadeos de su padre. 

Su padre le respira bocanadas de aire caliente a su lado izquierdo, cosa que le desagrada, pero cuando este le murmura “como me gusta tu olor” se da cuenta que eso puede hacer que se corra ams rápido de lo normal.

El sonido característico de la mano repiquetear contra unos huevos llenos, el sonido de las pulseras siendo sacudidas y la respiración trabajosa de su padre es lo único que se oye en el cuarto, ya que Laia esta bien centrada en hacer correr a ese viejo cabrón, y rápido.

Una mano le estruja el hombro y Laia deduce que se va a correr. Dicho y hecho, entre gemidos guturales y piernas estiradas como electrizadas, su padre se corre entre gruñidos. El primer chorro sale disparado al aire para caer otra vez de donde salio, manchando la mano de Laia, que seguía masturbando, mientras que la segunda y terceras, carentes de fuerza, resbalaron hacia afuera por el agujero del capullo lentamente, colándose entre las manos ensortijadas de Laia y la polla paterna, ya en regresión de tamaño.

Laia se queda un momento aferrando la polla, sintiendo la humedad caliente del semen paterno, mientras el susodicho esta jadeando, mirándole el escote. Laia mueve imperceptiblemente la mano por la polla ya morcillona, dándole unos últimos estertores de placer, mientras un extasiado padre alarga una mano y le aprieta una teta por encima de la camisa. Ella se deja hacer un rato, mientras sigue esparciendo semen por la polla y huevos, pringando los genitales paternos, mientras le amasan una teta con devoción.

Después de unos segundos incómodos para ambos, Laia decide levantarse y dejar a su padre tal y como está, le da un beso en la frente y le dice que deje las llaves del coche en la mesita de la entrada. Se despide alegremente mientras su padre observa ese trasero enfundado en un jean apretado alejarse, con una mano pringada de su propia semilla...

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Horas más tarde, Laia sigue eufórica. Mientras se arregla para salir, piensa en lo lista que es. Una paja brusca y tiene un Audi a su disposición. Si pensó en que era su padre, pero hey, lo era des de menos de la mitad de su vida, realmente, y respecto a su madre... bah, tampoco se llevaba con ella, así que... Y una miserable paja! Era realmente una encantadora...

En la discoteca, triunfo como la Coca-Cola. Se refregó con varios chicos, mamo una polla en una sala VIP y se la follaron en el coche de su papa, cada cosa hecha por un tío diferente. Afortunadamente, el tercero no noto el sabor a polla en su boca, ya que no le dio tiempo a tomar alcohol y disimular.

Después de ese primer finde, vinieron otros muchos. Realmente el coche valía la pena, así que siguió pidiéndolo para cada fin de semana. Le decía de mis planes el miércoles-jueves, y para el Viernes tenia que haber... pagado.

Habitualmente era él el que venia a mi a cobrarse. Esos primeros fines de semana, mi padre se acercaba discretamente y me preguntaba nerviosamente cuando me iba bien. Normalmente lo hacia esperar hasta estar solos en casa por un buen tiempo, como cuando mama se iba a comprar al hiper, o antes de ir a la universidad, cuando mama había ido a llevar a mi hermano pequeño al cole.

Entonces, ceremoniosamente, se sentaba en mi cama, yo lo hacia a su lado izquierdo, y con mi derecha, le agarraba su polla y se la bombeaba hábilmente hasta que se corría en un kleenex que tenia preparado en mi otra mano. Le hacia como cuando alguno que no me gustaba me follaba: le susurraba al oido. O bien le jadeaba en su oreja, o bien le animaba a correrse. En ambos casos, el resultado era siempre una corrida abundante en el pañuelo y un olor a semen en mi cuarto que hacia que tuviera que abrir las ventanas para ventilar.

Todas esas primeras pajas fueron “en seco” y la verdad, no pensé que necesitara nada mas que mis ayudas susurradas, pero todo iba bien rutinariamente. El resto de la semana, eramos la familia de siempre. Pero, sin que me diera cuenta, nuestro acuerdo se fue desviando...

Un miércoles vino a mi para 'cobrarse', y aunque me pareció algo raro, le dije que ok, que cerrara la puerta y se sentara para dejarlo seco, dije sonriente. Sorprendentemente, me dijo que no, que no quería que yo lo hiciera correr manualmente, sino que quería masturbarse el mismo, mientras me veía. 

  • Como? -digo yo.

  • Quiero que te plantes delante mio y simplemente te des la vuelta cuando yo te lo diga y ya...

  • Ok... entonces la paja...?

  • Lo cambiamos por esto, te parece? -dijo sonriente.

  • De acuerdo!

A mi me pareció una estupenda idea. No tener que manosearlo, sino simplemente posar para el..! Acepte, así que me puse de pie, con las manos en la cadera, de cara a el, mientras el ya se la había sacado afuera y empezaba a masturbarse rápidamente. En ese momento no llevaba mas que mi ropa de andar por casa: unos pantalones cortos y una camiseta de manga corta, con un bra ligero debajo.

Mientras el se masturbaba, yo intentaba no mirar y pensar en otras cosas, ya que mis piernas se cansaron de estar de pie. En mi cuarto solo se escuchaba el ruido de los testículos de mi padre siendo golpeados ritmicamente. 

  • Date la vuelta... -dijo trabajosamente.

Uf! Por fin... ahora si podía sentir una mirada en mi trasero...! Puse el culo algo respingón para que se corriera mas rápido, y el soltó un gemidito, inmediatamente a mi postureo. Pero no se corría, y así se lo dije.

  • Si me dejaras tocar...

  • En serio?

  • Oye, ya te toque un poco la otra vez! Es que si no, no terminare nunca...

  • Okok, pero por encima la ropa...

El acepta y yo me puse otra vez de espaldas a el. Oi como se levantaba y note una mano acariciar mi trasero. Esa misma mano se paseo por ambas nalgas, endurecidos y firmes, para luego colarse por debajo de mi brazo y alcanzar un pecho mio, que se endureció al momento.

Siento el pecho de mi padre apoyado contra mi espalda, su aliento en mi nuca y oigo el repiquetear de sus huevos. Creo que entre su respiración entrecortada puedo adivinar que me esta oliendo mi aroma, a juzgar por las inhaladas que pega a mi pelo. Su temblor corporal a cada bombeo a su polla se transmite a mi cuerpo, haciendome trastabillar un poco, ya que ademas, esta dejando recaer su peso contra el mio. 

Me tengo que apoyar en la mesa para no caer. Me inclino hacia delante levemente, cosa que el aprovecha para apoyarse mas aun, quedando yo literalmente con los codos en la mesa, el culo en pompa y mi padre pegado a mi trasero, acariciando mi espalda masturbándose entre gemidos. Diría algo acerca de lo humillante de la postura, pero me acorde que muchas veces me ponía así para follar, así que mejor callar y dejar hacer.

Finalmente se corrio con dos empujones (pareciera que me estaba follando) en mis pantalones, dejando unos manchurrones que gotearon hasta el suelo. El se disculpo por ello, estando todavia yo contra la mesa, pero no impidio que el se terminara de fregar la polla en mi culo, contra la tela de mis sufridos pantalones cortos. Pero bueno, no lo habia tenido que tocar... desafortunadamente para mi, vi eso como una victoria, mientras que en realidad era su victoria, ya que habia conseguido correrse encima mio y yo ni siquiera habia protestado.

A partir de esa semana, intercalábamos pajas con sobeteos, que normalmente terminaban con el corriéndose en el suelo y yo fregando agachada con un kleenex.

 

Otro día fue mas brusco para mi. Sin que yo me diera cuenta, el empezó a ponerse de pie a mi lado cuando me sentaba para pajearle, de manera que tenia la perspectiva de el como si le estuviera mamando, pero en ese momento no me di cuenta, de manera que durante un par de semanas, el me veía la coronilla, y a yo manipulando su pene como si fuera a mamarsela...

 

De hecho, en una de esas semanas en que yo lo masturbaba sentada, con el de pie delante, con una mano apoyada en su cadera para mejor soporte, cuando concentrada como estaba en que se corriera, me di cuenta que su mano se había posado en mi coronilla y había acercado lentamente mi cara hacia su polla venosa que estaba trabajando, llegándola a tener a menos de un dedo de mi nariz... de hecho, me di cuenta porque el olor a polla me llego demasiado directo.

 

No quise decirle nada o me quedaba sin coche, de manera que seguí acercándome hasta apoyar mi mejilla en su cadera, con mi mano masturbándolo a un lado de mi cabeza, hasta que se corrió por encima de mi hombro, apretándome la cabeza contra el.

 

Ese día me di cuenta que tardaba en correrse. Seguramente el cabrón se corría antes para tenerme mas tiempo trabajando su polla. Así que astutamente (o por lo menos, eso creí), incorpore aceite lubricante a sus pajas, para su regocijo.

 

Un chorrito en mis manos y tardaba menos de diez minutos en correrse entre fuertes eyaculaciones. Como no había pensado en ello antes! Pero no quería tardar tanto. Esos minutos se hacían eternos, de manera que empecé a dejarle manosear mis tetas por encima la ropa cuando le prepagaba el coche. Si bien es cierto que eso ayudaba, el hecho que el intentara por todos modos verme o tocarme los pechos, me hicieron pensar que quizás debería explorar eso. Quizás con unos minutillos de sobeteo se sacaba de encima a su padre...

 

Un jueves me presente a su llamada al pago con una camiseta pegada de tirantes, con un generoso escote en U, que dejaba ver parte de mi canalillo. Me arrodille a sus pies para darle mas excitación. Si iba a aumentar el nivel de los preliminares para hacerlo correr antes, tenia que hacerlo bien. Ni falta hace decir que metió la mano por el escote a primeras de cambio, un poco preocupado por lo que pudiera yo decir, eso si, pero le deje hacer confiada en que eso haría que terminara pronto.

 

Mientras mis manos resbalaban aceitosas por su polla, el manoseaba uno de mis pechos con la mano que había colado por el generoso escote que había puesto a propósito, con la vista fija por encima de mi, casi extasiado ante el momento. De hecho, ni siquiera note que se fuera a correr, que hizo de repente, a los 5 minutos de haber empezado, en el pecho de mi camisa.

 

Decidí ir mas allá. Era evidente que mis pechos hacían que mi padre se corriera antes. Y al igual que cuando ella era la que atraía al feo para que su amiga pudiera liarse con el guapo, tenia que hacer que terminara pronto.

 

Así que un día probé hacerle un semi striptease, como cuando el se masturbaba solo mirándome, hacia un par de meses atrás. Me quite camisa y sujetador, liberando mis pechos, ante su vista extasiada. Le prohibi tocarlos, eso si. El acepto. Me puse en cuclillas a sus pies y empecé a masturbarlo, mirándole a los ojos, porque sabia que eso lo excitaría mas.

 

El tenia la vista clavada en mis bamboleantes pechos y mi sonrisa malévola, y des del primer movimiento parecía que se fuera a correr, jadeando y mordiéndose los labios, como si estuviera sufriendo... de placer. Efectivamente, tal y como sospeche, mi padrastro no duro mas de 5 minutos con mi despliegue de sensualidad. El problema fue que se corrió con un par de chorros en mis pechos, formando canales de semen caliente en mi canalillo, goteando lentamente hacia mi ombligo. Tendría que evitar eso la próxima vez, pero sin duda había encontrado mi combinación mas eficiente para tener las llaves de un coche...

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A partir de ese día, le hice las pajas de pago en topless y con lubricante, y normalmente a dos manos. En menos de 5 minutos lo tenia listo. Cuando nos asegurábamos de que estaríamos solos por un buen rato, el me llamaba, y me presentaba a el con mi bote de lubricante aceitoso en la mano. El siempre ya la tenia afuera, dura, casi medio eyaculado ante la expectativa de lo que vendría.

Dejaba el bote en algún lugar a mano y se quitaba la camisa y el sostén lentamente, dejando que sus pechos cayeran por su propio peso, dejando libres los pezones duros, oscuros y ovalados. Luego procedía a ponerse aceite en las manos, y a veces, se sobaba los pechos con esas mismas manos lubricadas, dejando una capa aceitosa, resbaladiza y brillante por encima, haciendo que la excitación de su padre subiera aun mas. Una de las primeras veces que hizo eso, se corrió a sus pies antes que lo hubiera tocado siquiera, y tuvo que esperar unos 7 minutos en topless hasta que se le endureció otra vez.

Luego, en topless y aceitosa, se arrodillaba entre sus piernas, y agarraba la erección con las dos manos, lubricándola a su vez, arrancando gemidos extasiados de su padre, que solo podia dejarse hacer ante tan experta ramera... A dos manos le bombeaba la polla, con sus manos resbalando por cada recoveco de su palo caliente y los huevos a punto de estallar. Los ruidos de humedad resonaban por la casa vacía al igual que los gemidos y quejidos de su padre.

Laia no apartaba la vista de la polla. Primero por costumbre. Y segundo para no mirar al cerdo satisfecho ese a la cara y ver su mueca que pasaba por sonrisa de placer mientras su hija adoptiva le trabajaba la entrepierna a dos manos en topless. En cambio, el si la miraba. Concretamente le miraba esa expresión de concentración que tenia en la cara cuando lo masturbaba, y sobretodo, sus pechos, que se bamboleaban al ritmo de las sacudidas de los brazos de Laia, aunque verla arrodillada encima de un cojín tenia su morbo...

Al correrse, Laia dirigía la punta o bien a sus pechos por si de acaso salia muy disparado, o bien ponía el pulgar delante del agujerito del capullo para frenar la corrida, mientras con la mano libre trabajaba el resto del capullo lubricado, pero normalmente la corrida de su padre resbalaba polla abajo por el tronco y goteaba hacia el suelo, donde mas tarde lo fregaba.

Al terminar, una ducha le quitaba todo lo sucia. De hecho, las pajas no duraban mas de 3-5 minutos. Por mas que su padre se masturbara antes de la sesión, Laia conseguía arrancar liquido del falo paterno dentro de ese tiempo, dejándolo sudoroso y extasiado, jadeante. Y siempre la misma frase al terminar "Te dejare las llaves en la mesita...", a lo que Laia siempre respondía con una amplia sonrisa y un "gracias, papi!".

Ella se congratula de su astucia: su padre se corre mas rápidamente gracias a sus tretas, a su lubricante y sus poses, pero lo que ella no sabe es que le esta alimentando la lujuria de un hombre a unos niveles que ella no imagina...

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Un día todo empezo a ir cuesta abajo para ella, concretamente, fue regresando de un partido de voleyball, Laia escuchaba música sentada en el asiento del copiloto, mientras su padre conducía, en silencio. Des de que tenían esa relación, aunque no dejaba de ser su padre e hija, cuando se quedaban solos, había algo de tensión entre ambos, ya que su padre siempre intentaba ir a mas.

De hecho, mientras le preguntaba acerca del partido, su padre le poso la mano en su muslo descubierto, piel a piel, ya que Laia iba con el uniforme de partido del equipo: mallas cortas, camiseta. Ella se dejo hacer, riéndose para si misma del control que tenia sobre su padrastro. Pobre infeliz, penso en ese momento, mientras la mano de su padre se desplazaba por la piel suave del muslo de Laia.

Llegaron a la casa, y entraron al sótano con el coche, hacia los parkings subterráneos. El coche se estaciona en su plaza del parking, pero no le desbloquea las puertas. Laia se pregunta si ese salido al que llamaba papá querría la paja de la semana allí mismo, así que lo mira interrogativamente. Su padre tiene el semblante serio, mirando al frente, y mientras se desabrocha la bragueta para sacarse la erección afuera, pone las cartas sobre la mesa para ella: 

  • Mira, lo de la paja esta bien, pero sabes, es un puto Audi, un jodido Audi, y del cual se te pagan TODOS los putos gastos, y la verdad, con una miserable paja no alcanza.

  • Papá, pero no es solamente una paja ya... te la hago con lubricante, te dejo que te corras en mis pechos... o sea...

  • Mira, pajas se las hacías a los de secundaria, que muy ligera de cascos eras tu -Laia enrojeció. Su padre la había pillado una vez con un chico en su cuarto – pero hoy en día te las comes dobladas cada fin de semana, como todas las de tu edad.

  • Pero papá, que quieres dec...

  • Cierra-la-boca, estoy hablando..! -dice enfadado el, manoseandose la polla para mantener la erección- si tengo que estar pagando como cabrón, quiero que me la mames como a un cabrón.

  • Uh... -Laia se quedo sin palabras. Una mamada! Hostia puta, eso ya era casi prostitución, penso ella, ni hablar, decidió, pero... joder! Un coche! Gastos pagados... que iba a hacer sin el? Los nervios y la duda se la comen viva, mientras mantiene la vista fija en la erección vertical de su padre, venosa y dura. No era una polla diferente que las que ya tragaba. Al fin y al cabo, ese hombre no era técnicamente su padre, y una vez estuviera inclinada mamando, no le vería la cara... En todo caso, era problema para su madre, que pobrecita tendría unos cuernos.. pero bueno, ya los llevaba ya que técnicamente ella ya le estaba trabajando al marido y... La voz de su padre la saca de sus pensamientos:

  • Qué decides?

  • Ok, pero a ver, una mamada por semana, antes de que agarre el coche?

  • Si, una mamada bien hecha, nada de lenguetear el capullo con la lengua, que ya me lo veo venir. - Me sorprende la suspicacia y experiencia de mi padre, pero bueno....

  • Y la corrida? -respondo yo.

  • Métetela donde quieras. Pero yo me corro en tu boca, a partir de allí... me da igual.

  • Pero vestida, ya nada de topless ni agarrones, que luego yo...

  • Me la trae floja, te digo. -interrumpe su padre- Una mamada, una señora mamada, con corrida en tu boca. Punto. No me jodas mas. Tu madre si valor lo que le aporto...

Laia inspira aire, decidida. Pegando el chicle que estaba mascando en el tablero para más tarde quitarse el aliento a sexo de la boca, se recoge el pelo en una coleta y se inclina hacia la ya tiesa polla venosa de su padre con la boca medio abierta, aspirando su olor húmedo y cerrando los ojos... Sólo es una mamada, o no?

Continuará...