miprimita.com

Un coche bien mamado (II)

en Amor filial

Mientras disfrutaba en silencio de la húmeda calidez de la boca de la hija en su polla, pensaba en que tenia que follársela a cualquier precio. Que cojones follársela, petársela. Esa chiquilla llevaba poniéndosela dura des del primer momento que la vio.

La madre estaba buena, por supuesto, pero ya la edad hace mella. No es lo mismo una cuarentona, por muy de buen ver que sea, que una universitaria... La de veces que ponía a la madre a cuatro patas y se imaginaba que era la hija...

El pelo ondulado de su hija cubría sus maniobras en la entrepierna, subiendo y bajando ritmicamente, mientras él se dejaba llevar por el tacto de los labios trabajando su palo. Le acaricio la cabeza y se acomodo en el sillón del Audi, disfrutando del momento.

Los ruidos de succión y saliveo llenan la cabina del coche, así como la respiración entrecortada de ella, pero des de fuera, el parquing esta en silencio y oscuro. Las luces de tubo iluminan la escena ligeramente con un halo de luz azulada ténue. Al cabo de unos minutos, un gemido apagado resonó cuando le aferro la cabeza para que su hija, en un abrazo en O sobre su capullo, aguantara la lecherada caliente y grumosa de su padre.

Una cristal de coche se baja y alguien escupe algo por la ventanilla. Luego, el silencio otra vez y ruidos de puertas cerrándose. Arriba en la casa, Laia le dio un par de besos de buenas noches a su madre. 

--

Des de ese día en el coche, empecé a mamársela a mi padrastro. Curiosamente, ahora lo llamaba padrastro, cuando antes era papa. O sea, delante de él seguía llamándolo papa, pero en mi fuero interno era padrastro, como quisiendo separarlo de la familia.

Procuraba no arrodillarme, ni darle margen de maniobra, como había pasado antes con las pajas. Ya me había visto los pechos, corrido en ellos y manoseado, pero ahora, si él quería mamada, seria solamente mamada. Nada de strips ni sobeteos. Ya había intentado ponerse de pie delante mio y que yo le mamara sentada, pero lo movía de manera que estuviéramos sentados los dos lado a lado, y simplemente, pasando un brazo por su espalda y otro aferrando su erección, le daba su corrida semanal.

Obviamente, una mamada de esas es mas trabajosa que una que solamente te pones delante directamente de lo que se va a mamar, pero no quería darle esa satisfacción. Solamente le permitía que me pusiera las manos en mi cabeza, acompañando el ritmo de mi sube y baja, y nada mas. De hecho, me servía también para saber cuando se iba a correr, ya que estrujaba los dedos en mi pelo y yo simplemente me quedaba quieta, chupando el frenillo con la lengua hasta que se corría.

Aun y mis intentos de mantenerlo a raya, siempre intentaba mas, y mientras mamaba inclinada des de su lado, me subía la camisa o lo que llevase y me acariciaba la espalda, pero no le di mas importancia.

Paralelamente, empecé a descubrir manchurrones blancos en mi ropa. La verdad en ese momento no sabia a quien atribuirlo, si a mi padre o al pajillero de mi hermano, que recién había descubierto la pubertad. 

Me empecé a sentir algo mas tensa cuando, aparte de los manchurrones en ropa mía, mi padre empezó a sobarme el culo con caricias fugaces y palmadas cuando estaba despistada o cerca de mi madre, sin que ella viera nada. No podía meterle bronca por tocarme el trasero, y eso me estresaba porque salia del acuerdo... y el podría hacer publico que yo se la mamaba. Al fin y al cabo, la que perdería seria yo y mi madre, ya que papa era el aporte económico de la familia... 

Me daba algo de pánico quedarme en casa a solas con el, pero el deber es el deber, y el coche me esta dando mucha satisfacción, así que decidí continuar con todo. Ya no era mi padre-padre, sino el hombre con el que mama follaba y ya. Pero la suya no era la única polla que mamaba durante la semana... Yo tenia mis noviecitos, mis rolletes y eso, pero des de que me había convertido en la boquita de mi padre, había dejado de ir a por los maduritos 'pagones', ya que me hacían pensar en mi padre y esos malos momentos. Pero tenia coche, que era lo importante. Mi grupo social y reconocimiento mejoraron y tampoco pensaba mucho en ello la verdad. Nadie notaba nada.

Siguió intentando meterme mano, me pidió mas strips, pero... seguí negándome! Me volvía a sentir satisfecha de mi misma. Ilusa.

--

Una noche, después de cenar, me quedé arriba en mi cuarto con mis cosas de la Uni, cuando me di cuenta que a través de la pared sonaba un ruido rítmico que me recordaba algo. El característico ruido de unos testículos golpeando carne... Estaba muy amortiguado por las paredes de la casa, ya que entre su dormitorio y el mio hay el cuarto de mi hermano, pero es un sonido inconfundible. 

 

Primero me quedé en silencio, y luego me pico la curiosidad. Pegué la oreja a la pared y solamente escuche durante un rato. La casa estaba extrañamente en silencio, aparte de ese clopeteo carnoso. Creo que hasta distinguí gruñidos de mi padre y algún gemido alargado de mi madre. Eso fue suficiente para mi. Aunque con vergüenza, colé mi mano entre la goma de mis pantalones cortos de dormir y empecé a tocarme ligeramente. El hecho que fueran mis padres que me excitaran me costaba para calentarme, así que cerré los ojos, me escupí en la mano y ahora si empecé a mover en círculos las yemas de mis dedos por mi clítoris.

Desafortunadamente, al cabo de un par de minutos, el 'show' termino, y al cabo de unos pocos mas, oí como alguien cerraba con cuidado la puerta del cuarto y bajaba escaleras abajo. Oigo que encienden la tele abajo en la sala: el ruido inconfundible de un partido de fútbol y una cerveza de lata abriéndose. De repente, me suena el móvil: un mensaje escueto de mi padre: “baja”. Mierda.

Iba en pijama, así que para evitar nada que me pidiera, me puse unos jeans y una camisa blanca. Me dejé las pantuflas de ir por casa y tragando saliva, baje hacia la llamada paterna. Efectivamente, era mi padre, que se había puesto a ver un partido de fútbol.

  • Vas a usar el coche este finde? -pregunta el con la vista en el partido.

  • Sssi...

  • Ok, quiero que me lo hagas ahora. -dijo él sin despegar la vista del televisor.

  • Ahora? Mama esta durmiendo arriba, no? -conteste extrañada yo

  • Déjala dormir, no se despertara.

  • Es que no se...

  • No sabes si quieres el coche o no? Anda, dame lo mio... mañana no estaré en casa y no quiero problemas contigo.

Mierda. Ese finde planeaban ir a la playa, y no iba a decir que no a sus amigas a dos días de marcharse y tener que cancelarlo todo. Joder, qué asco. No hay margen para decir que no. Hice el amago de sentarme a su lado en el sofá, para que él apartara el mando a distancia y la bolsa de patatas, pero me miro extrañado. Y yo a él. Qué cojones...?

  • Me dejas sentarme o qué? -pregunté yo

  • Qué haces? -pregunta el.

  • Pues sentarme, no querías que...

  • Nonono, te quiero de rodillas mientras miro el partido. Si te tengo al lado ya no tengo la tele de frente, me tendría que mover a un lado..

  • Venga ya! - protesto yo, intentando no levantar la voz para no despertar a nadie.

  • Mira, no me jodas, si? -responde el en susurros -Ah, y quítate camisa y sostén, quiero ver como te lucen mientras me lo haces, que ya ni me acuerdo.

  • Estarás de broma... -contesto pasmada

  • Mira es muy simple, te quiero mamando de rodillas aquí y con tus tetas al aire. Punto, no hay negociación en esto. Si no quieres pasar por la piedra, llama a tus amigas y diles que o bien viene una a comérmela ahora mismo o que se vayan a la mierda, porque el momento de la mamada es ahora. Punto. 

Joder. Estoy bien jodida. Suspiro y empiezo a desabrocharme la camisa, de arriba a abajo, la abro y quito, para dejarla medio doblada en una silla del comedor. Pasando mis manos por detrás de la espalda, me desabrocho el sostén, que dejo encima de la camisa. Por Dios que no baje nadie... Mis pechos caen pesados, orgullosos, y mirandomelos fijamente, se relame la cerveza de los labios, abre las piernas y se recuesta en el sofá, listo.

Haciendo un pequeño camino de la vergüenza, voy hacia mi lugar debido, doblo las piernas e hinco las rodillas en el suelo, entre sus piernas, para luego, al ver que él no hace ademán de sacársela, desabrocharle los pantalones, abrir la bragueta y liberar a mi cena...

Estaba morcillona, para mi sorpresa, ya que normalmente ya la tenia bien dura para cuando me la metía en la boca. Deberá haber sido la cerveza... Miro hacia arriba, sigue con el partido, comiendo cacahuetes de un cuenco a su lado. Mejor así...

Tengo que humedecerla. La lamo des de la base hasta la punta, por la parte de abajo, con mi lengua plana, y en el capullo, con mi punta, le doy unos cuantos lametones rápidos. Luego, le doy otra lamida de arriba a abajo, pero en un lado, y luego el en otro. Escupo saliva en la punta y con un par de movimientos con la palma de mi mano, esparzo la saliva en todos los recovecos de la ya dura y venosa polla.

Poniendo mis labios rodeándola por completo en un suave abrazo, la engullo sin respirar, llego hasta casi la base, y subo, inhalando aire, con mi lengua fregando la polla todo lo que puedo mientras bajo y subo, des del interior de mi boca. Trago, saco, y así repetitivamente, primero poco a poco, procurando respirar acompasadamente en cada salida.

Siento una mano fría en uno de mis pechos. Debe ser por la lata de cerveza. La piel se me eriza, y los pezones endurecen, un escalofrío de placer me recorre la espalda y creo que él se dio cuenta... 

Sigo mamando a buen ritmo, y sin que me dé cuenta, paso mucho rato mientras yo muevo la cabeza arriba y abajo. Ya llevo un buen rato mamando, y el cabrón no se corre. Maldito alcohol. Me empieza a doler la mandíbula y las rodillas ya ni me las noto... Tengo que aderezar tan mal momento, de manera que cerrando mis labios alrededor de su punta, empiezo a mover mi lengua alrededor del capullo en círculos rápidos, mientras que con tres dedos de la mano derecha, lo masturbo des de mis labios hasta la base... eso nunca falla.. espero que ahora tampoco. 

Y efectivamente, pone una mano en mi coronilla, luego deja la cerveza y pone la otra, mientras empieza a respirar entrecortadamente, y me dice susurrando entre jadeos “Ahí te viene..!”. Sigo lengueteando fuerte, esperando que termine pronto, hasta que noto una mano dejar mi cabeza y estrujarme, literalmente, un pecho. No quiero parar ahora, así que me aguanto y sigo... en la tele han marcado un gol, creo...

Quiero apretar la punta su polla con mis labios, sellando el semen que pueda salir, pero su fuerte mano en mi nuca me empuja de repente hasta hacérmela enfundar toda, hasta la base. El hecho que la polla estuviera tan ensalivada fue mi perdición, ya que me la 'resbalé' hasta el fondo, sentí la punta pasar por mi campanilla. Y antes que pudiera tan siquiera tener una arcada por ello, dos chorros calientes se inyectaron directamente a mi garganta justo en el momento que intentaba, por puro reflejo, tomar aire. Y el semen se fue por el agujero erróneo...

Quise toser, otra vez por reflejo, pero el cabrón me tenia la boca llena con su polla, de manera que sentí lo caliente del semen llegar a un lugar que no debería estar: la parte de dentro de mi nariz, tosí, me puse roja, le pegué golpecitos en sus muslos, pero él seguía apretando y eyaculo un par de veces mas, afortunadamente sin tanta fuerza de eyección, aunque también se fue por el lugar que no debía llenando aun mas mi nariz de material caliente.

Los ojos me escuecen, siento algo caliente gotear por mi nariz y no puedo respirar. Todavía me estaba estrujando fuerte un pecho con una mano llena de mi carne, mientras yo oía sus gemidos con mi nariz pegada a sus pelos. Mi saliva se espesa y chorrea por el palo caliente de mi padre entre tosida e inhalación, haciendo unos ruidos guturales que espero no despierten a nadie...

Finalmente noto que su polla se desenfunda de mi boca y tomo una bocanada grande de aire. La verdad es que no ha pasado mas de unos segundos des de la primera eyaculación hasta que me dejo ir, pero me pillo tan de sorpresa que no me preparé. Normalmente no tengo problemas en enfundarme una tranca entera y eso, pero entre que nunca me lo había hecho, y lo “adormecida” que estaba de tanto rato mamar, bajé la guardia. El pecho que me ha estado estrujando me duele, y creo que tengo su mano marcada.

Caigo sentada y casi de espaldas en el suelo, tosiendo, mientras él suspira y se abrocha los pantalones para irse a dormir.

- Anda, vete a dormir, las llaves estarán en la mesilla mañana.

 

Me deja arrodillada en el suelo, todavia tosiendo semen, la cara roja por el ahogo y sobretodo, humillada.

Pero con coche...

-----

To be continued...! :)