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Me culeo, me insultó y me desquite

en Hetero: Infidelidad

“Perra,  zorra no quiero saber más de ti”.

 Solamente me pregunté a Jorge que le pasa, por qué se llenó de motivos?

 Buscaba la respuesta y llego un nuevo mensaje

 “Perras como tú no valen la pena”

 Quede estupefacta, no tenía respuesta…   

 Recordé la primera vez que se la mame, regresábamos de Bogotá, no habíamos conocido en el viaje de ida, la energía entre nosotros fue alta.  Llegamos a eso de las 10 y 30 Pm, me llevó en su carro, lo había dejado en un parqueadero cercano al aeropuerto.

 Una vez subí al carro nos besamos, fue un beso largo y sexuado. En el aeropuerto de Bogotá me había dicho que tenía unos labios lindos, que invitaban a besarlos, después, se tomó confianza y me dijo mamona. Le dije que si que me gustaba chupar vergas. Me pidió un beso se lo negué, me queje porque no estaba en igualdad de oportunidades.

 En la carretera, toco mis tetas y me mando la mano a mi entrepierna, disfrute, le toque la verga por encima de su pantalón. Detuvo el auto y se la saco. Ahora estamos a mano, arranco, se la toque de nuevo, y se la mame. Olía delicioso a sudor y a orines, era cabezona y gruesita, larga.  Invitaba a chuparla. Se la chupe.

 Volvió a detener el auto, me halo del pelo, lo mire y nos besamos. Estábamos en una carretera con poco tráfico, Sus manos me acariciaron el chocho,   me afloje el pantalón y sentí sus dedos en mi cuca encharcada. Se olio los dedos, me tomo del pelo y me puso a mamar de nuevo. Arranco el auto,   deje de chupársela, lo mire y le pregunte y ahora. Vamos hacia la via rozo por la otra variante.

 Mientras conducía acariciaba mis tetas y mi cuca; quítate el pantalón, lo hice, se orilla y me la chupo, se concentró en el clítoris, solamente gemí. Arrancó, solo exclamo te la voy a clavar perra. Avanzamos un poco, apago las luces  y ubico en un camino destapado. Se bajo del auto, abrió mi puerta, se la chupe, se la puse dure, me puso en cuatro, y me la clavo en la oscuridad de la noche.

 Su verga entro hasta el fondo, estaba lubricada y con deseos de recibirla. Me tomo del pelo y empezó a culearme, me daba duro, me pegaba palmadas y me decía que era una zorra muy pichadora. Solo le pedía verga, que me diera y me diera.  Se corrió, se quitó el condón y lo tiro. Regresamos a Cali. Hablamos de los dos, y quedamos en comernos al otro día. Era casado y su esposa estaba fuera de la ciudad.

“Zorra, perra, querías dañar mi matrimonio”.

 Un nuevo mensaje me regreso al ahora. Seguía sin entender, qué le pasa a este hombre, si quería dejar de tener sexo conmigo, listo lo dice y chau, sin problemas, sin escándalos, sin insultos, dónde estaba el ejecutivo que era.

 De nuevo los recuerdos, al día siguiente me llamó varias veces, a las cinco de la tarde estábamos camino a un motel. Entramos al cuarto y me puso contra la pared… me arranco el vestido y bajo a chuparme el coño y el culo. Me olía y me lo mamaba, me presionaba contra la pared y con sus manos me abría, lo escupía, lo chupaba, le pasaba la lengua, le metía la lengua, me hacia gritar, me hizo correr.

 Un nuevo mensaje llegó a mi celular, decidí no leerlo. Sigue con mis recuerdos.

  Fuimos a la cama, lo desnude, se la chupe, tenía ganas de mamársela, hicimos el 69, se concentró en mi culo, yo en su cabezota y en sus enormes huevos.

 Se puso de pie y me clavo al borde de la cama,  no me dijo nada, solamente me la hundía con fuerza. Me tenía cogida de los tobillos y me abría mientras me la clavaba y me la clavaba,  se corrió rápido, gimió y cayó sobre mí.

 Nos dormimos, no recuerdo que tiempo paso, pero desperté porque unos dedos acariciaban mi trasero. Estaba boca abajo, el a mi lado, tocándome el culo, mejor metiéndome un dedo, su verga estaba erecta, me gire y se la chupe, el siguió metiéndome sus falanges en mi ano.  Estire la mano, saque de mi bolso aceite del cuerpo y se lo pase, sonrió, me embadurno y me masturbo vaginal y analmente.

 Estaba próxima al orgasmo, se puso el preservativo y busco mi ano. Estaba relajada, y ganosa de esa cabezona en mi culo, le ordene que me clavara, me pego un puntazo en la vagina y de inmediato presiono contra mi rotico. Respire profundo y me relaje, su glande atravesó la puerta del dolor y de inmediato me condujo a la del placer.

 Una la tenía toda adentro me sentó en su polla y me hizo cabalgar. El orgasmo no tardo, como iba a tarde sintiendo como ese trozo de carne erecta entraba y recorría mi culo, mientras el tocaba mis tetas y mi clítoris, como no iba a gemir si lo sentía salir para volver a entrar.

 Por primera vez hablo, me pregunto si daba mucho el culo, le dije que si desde antes de los veinte, con la respuesta su verga se endureció, la cabalgue más rápido. Los gémidos de una mujer en un cuarto cercano lo aceleraron más, sentí su arrechera, le están dando rico, no tanto como a mi le dije….

 Me puso boca abajo, su verga entro sin resistencia alguna y se concentró en darme polla al ritmo de los gemidos de la vecina que era culiada. Mordí la almohada para no gemir, disfrute cada vergazo y cada gemido de la vecina; de pronto, el cuarto fue invadido por  el grito, gemido o alarido de un hombre que se corría. El silencio, y mi amigo seguía en la tarea de taladrarme el culo y sacarme en nuevo orgasmo.

 Gemí y gemí,  él aceleró sus embestidas, su verga se engrueso, percibí que su leche venia en camino, se sacó el condón y me la aventó en la cara, en el pelo.  Tomo su polla que perdía rigidez y empezó a sobársela en mi rostro, él gemía y el cuarto se impregnaba al olor de leche machacada.

Descansamos un poco y nos bañamos juntos. En la ducha me puso contra la pared y me clavo la verga por primera vez sin condón. La sentí hasta la empuñadura, me dio con mucha fuerza pero no se corrió, me dejo sin su leche.

 A partir de ese día empezamos a salir seguido, nos encontrábamos en los moteles o en los hoteles en Bogotá, unos días era un hombre expresivo con mil palabras, otros un tipo silencioso. Nunca hablamos de nosotros, ni de su vida, ni de la mía, por eso sus mensajes me parecieron fuera de tono y nunca le respondí.

 A la semana siguiente recibí un nuevo mensaje, “perra esto arrecho, quiero darte por el culo”, controle mi ira, y le respondí, lindura lo estaba deseando, dime cuando. Me dijo viernes 7 pm, te recojo en Unicentro (un centro comercial ubicado en el sur de la ciudad de Cali). Le respondí oky allí nos vemos, te deseo. Inmediatamente llame a Daniel, hola, que haces el viernes, nada me respondió, quiero comerte, encantado, listo, nos vemos e a las 7 pm en Chipichape, en que parte me dijo, en el Juan Valdez y de allí  salimos,  tolis. Chau, chau.

 Ese viernes llegue a Chipichape un centro  comercial ubicado en el norte de Cali sobre las seis y media, me tome una cerveza y espere, Daniel llegó cumplido, salimos en su auto hacia los moteles cercanos, a las 7 y 10 llegó en mensaje, Hola donde estas, no te encuentro, ya llegaste. No respondí, cinco minutos después entro la llamada, le conteste con estas frases: Imbécil no quiero saber más de ti, hombre como tu son una vergüenza, voy con un amigo, me lleva a un motel, esta noche solo quiero que me de por el culo.

 Colgué y apague el teléfono. Daniel se había sacado su vergota, estaba erecta, se la chupe e imagine como me iba coger por el culo.

 Caromar1985@hotmail.com

Karomar1985@gmail.com