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Una extraña forma de abuso animal

en Zoofilia

Yo odiaba a ese perro; siempre que visitaba la casa de mi Tío, me gruñía e intentaba morderme. Mi Tío decía que no actuara como si le tuviera miedo, porque eso lo podía poner mas agresivo y podía intentar atacarme. Aunque claro, el endemoniado perro era la mascota de mi primo, Fernando (que era un desgraciado) que lo mal educamba completamente. Habían recogido a ese perro de la calle en un acto de bondad o algo parecido, pero al can no se le había quitado ni un poco lo callejero.

Un fin de semana mi primo y su mascota llegaron de visita a mi departamento y eso no era común, no podía significar nada bueno. Durante pascuas mi primo saldría en un viaje de carretera por dos semanas y me pidió que por favor cuidara a su perro hasta que regresara. En ese momento me hubiera gustado ser alérgica a los perros o amante de los gatos, pero finalmente me vi obligada a aceptar. 

Los primeros días fueron terribles. El perro me odiaba y odiaba vivir en mi departamento. Pero después de un tiempo comenzó a acostumbrarse a mi presencia, y cuando vio que yo era la que le daba de comer y la que se aseguraba de que estuviera bien, dejo de gruñirme tanto; además de que seguro se dio cuenta de que su dueño no regresaría por el al final del día. 

El quinto día de su estancia conmigofue cuando ocurrió todo...   

Era medio día y quise darme una ducha rápida, pero casi inmediatamente después de entrar a la regadera, el perro comenzó a ladrar en la puerta del baño. Intente ignorarlo y seguí bañándome, pero el perro solo comenzó a ladrar mas fuerte, como si estuviera molesto o algo. Así que decidí salir de la ducha para ver por que razón ladraba tanto; aun teniendo jabón por todo el cuerpo y en el cabello.  

Justo en el instante que abrí la puerta para echar un vistazo, el perro salto sobre mi haciéndome dar un brinco de susto; después comenzó a olfatear mi entrepierna, lo que inmediatamente me hiso sobresaltarme; así que lo empuje fuera del baño y le grite que regresara al pasillo, cosa que aparentemente resulto, pues el perro dio la vuelta y se fue.  

El jabón había escurrido hasta mis ojos y me comenzaron a arder mucho; los cerré con fuerza e intente regresar a ciegas hasta la regadera, pero termine golpeando un jarrón decorativo que estaba sobre un estante, haciendo que se callera y rompiera, esparciendo pedazos de cristal por todo el suelo. Inmediatamente busque una toalla para poder limpiarme los ojos y con el pie intente quitar los pedazos de vidrio que estaban a mi paso pues temía cortarme. 

Me agache para  recoger el lio que había causado, pero los ojos aun me ardían y no podía ver bien. Y apenas mis rodillas tocaron el suelo, el enorme perro callejero salto sobre mi espalda y me empujo con fuerza. Rápidamente quise levantarme y quite al perro de enzima de mi, pero este alcanzo a morderme el brazo y subió a mi espalda de nuevo haciéndome caer en los pedazos de vidrio. Mi brazo no sangraba, pero si me dolía y el perro se movía desesperadamente sobre mi, como intentando insertarme su desagradable pene, el cual podía sentir en mis nalgas. Intente empujarlo de nuevo pero me tomo por el cuello con su hocico y yo temí que me hiciera daño así que solo me quede quieta, apoyada en mis codos y rodillas.  

Paso un minuto y el perro me soltó el cuello. Pensé que podría levantarme, pero justo entonces sentí el dolor mas horrible que alguna vez pude imaginar. El había conseguido penetrar mi vagina y se movía agresivamente dentro de mi, y yo no podía hacer nada; estaba en estado de shock y paralizada por el miedo, así que tube que dejarlo cogerme. Ya ni siquiera podía sentir el ardor en mis ojos o el dolor de los vidrios incrustados en mis brazos. Todo mi cuerpo se movía adelante y atrás al ritmo de las penetraciones del perro, que cada vez eran mas lentas hasta que comencé a sentir que el se hacia mas grande dentro de mi. El perro estaba literalmente 'rompiéndome el coño' y solo podía describir esa sensación como un dolor que se siente rico en el fondo. 

Cuando sentí que su pene canino era demasiado grande como para caber en mi vagina, el salió abruptamente de mi. Me apoye en mis brazos que me temblaban de pánico y me quite los pedazos de cristal. El perro comenzó a lamer su esperma que salía de mi y escurría por mis muslo. Yo lo deje para evitar que me mordiera otra vez. 

Sentía que moría, pero los lengüetazos que daba sobre mi vagina se empezaban a sentir realmente bien y mis piernas comenzaron a vibrar. Después de un rato termine en el suelo, con algunas marcas rojas en los brazos y con el culo levantado y masturbándome. 

Mi fluido tibio que ya brotaba por la excitación y el aroma de mi vagina debieron de haber excitado al can otra vez, pues pude ver su rojo miembro asomarse de nuevo de entre su pelo. Pero me levante y corrí hasta mi habitación. El perro venia detrás de mi, así que me asegure de cerrar la puerta.  

Quise entender lo que acababa de pasar; un perro se había apareado conmigo, me habían violado ¿pero porque se había sentido tan bien al final? No sabia si mi pulso acelerado era a causa del shock o de la excitación sexual. 

Después de un rato de pensarlo mucho, termine abriendo la puerta de mi recamara, y aun estando desnuda me incline sobre mi cama dejando mi sexo femenino expuesto. Digo, ya me había convertido en su perra, no podía caer mas bajo. 

 

Una semana después mi primo estaba de vuelta. El perro parecía molesto de irse (en especial por todo lo que hicimos después de que abusara de mi por primera vez), pero también estaba feliz de ver a su dueño de nuevo. En cuanto a mi, probablemente nunca vuelva a tener sexo con un perro, ya que ese incidente no fue algo que me propusiera, todo fue incidental, de ahí que después me aprovechara para mi propio placer.