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Elenas Tale (El cuento de Elena) IV

en Amor filial

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“Yo pujé un poquito, no mucho, y pensé: ‘Esto se siente delicioso’, quise estar de pie. Tenía un brazo apoyado en la pared de la tina, con la otra mano agarraba a la enfermera y trataba de pararme en la punta de los dedos de los pies. De un momento a otro levanté la pierna izquierda, como si estuviera bailando ballet, mi niña iba saliendo. Fue una situación nunca vivida, una expansión, como algo espiritual, ni siquiera podía pensar. No hubo rasgado o dolor, solo amor, dicha y éxtasis”. 

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(…)La solté y deje que regresara al sofá para que pudiera recostarse. Ella estaba tan ebria que le costaba mantenerse despierta y sin embargo me miro y me sonrió de nuevo. Di unos pasos atrás como queriendo alejarme, algo de mi lo quería, si, pero con mas fuerza quería quedarme y que mi madre pudiera verme. 

Entonces desabotone mi pantalón, estando lejos de ella, y lo baje hasta mis tobillos; después levante mi blusa y el aire frio lacero mis costillas y mi pecho. Me quite el primer tirante del brassier y después el otro, e inmediatamente mis pezones se irguieron como montañas.  

-Mamá, quisiera volver a ser tu bebe y ser tuya… y que me apreciaras así... 

Pero mi madre no escucho mis palabras ni presto atencióna mi desnudes. Aun así me acerque a ella (con un miedo mortal) y me senté sobre sus piernas casi de una forma obscena. Recosté mi cabezaen su hombro y ella dio un sobre salto, como si la despertaran de repente. Con mi mano rodee uno de sus pechos por encima de su vestido. 'Quisiera beber de ti otra vez' le dije, pero ella no respondió nada, no me escuchaba. De alguna manera ese instante podía ser real o no en su mente, así que di por echo que estaba totalmente ausente, por el alcohol quizás. Baje su escote hasta descubrir su corpiño, al que también jale intentando descubrir uno de sus senos. Yo estaba sudando frio, mis rodillas temblaban tanto como mis muñecas  y los dedos de mis pies se habían adormecido por la exaltación. Sin ninguna ternura saque el seno de mi madre haciendo enrojecer su piel pálida. Acerque mi rostro al gran pezón oscuro y pase mi lengua casi sin tocarlo, solo queriendo sentirlo. Después aleje mi boca de su pecho, pensé en detenerme, quise usar la ultima gota de cordura que me quedaba. Ni siquiera intente ver su rostro en busca de una señal de desaprobación.     

Tome su pezón con mi boca y succione sin pensarlo, como queriendo arrancarlo y como creyendo que realmente podría sacar algo de ahí. Imagine su leche y su sabor, el cual era imposible recordar, y con mas fuerza iba tomando más de su seno con mi boca, no lo mordía, pero lo chupaba con fuerza. 

"Hija..."        solo dijo eso, no se quejó, no intento detenerme; quizás ella no comprendía lo que pasaba o tal vez si lo hacia pero el alcohol provocaba que no le importara. Sentí como acaricio mi mejilla, como una madre, y supe que podía hacerlo, que no tenía que detenerme, y que lo que tanto había deseado estaba sucediendo en ese momento y me estremecí de fervor.  

Baje todo su escote para descubrir ambos pechos, rasgando la costura del vestido, y en vez de bajar su corpiño, lo subí hasta su cuello y sus senos cayeron, pero no los tome; me levante y abrí mis piernas para sentarme sobre ella, para quedar frente a su rostro. En eso me empujo con su cuerpo, pero no con tanta fuerza como para tirarme de encima de ella. Pensé que se había dado cuanto, que intentaría detenerme, pero se detuvo y se llevó sus manos al rostro; yo las quite de ahí y en ese momento…   la bese con toda la fuerza acumulada durante noches de imaginación, y no me importaba el profundo sabor a alcohol que tenía su boca, la bese y la abrace rodeándola por el cuello. Y entonces como si ya todo fuera posible, ese beso que parecía no tener sentido alguno pues solo era yo apretando sus labios con los míos y queriendo entrar a la fuerza en su boca con mi lengua, se volvió mutuo; mi madre me respondió y empezó a besarme, primero con ternura, como si fuera su primer beso y después con un poco mas intensidad, hasta que con su lengua llenaba de saliva mis labios, tal vez pensando que besaba a alguien mas y no a su hija.  

Me tomo débilmente por la cintura presionando mi cuerpo contra el suyo como ese día en la ducha pero esta vez al estar sobre ella mis senos se frotaban con los suyos; nuestros pechos casi del mismo tamaño se acariciaban. Algunas palabras salieron de su boca durante el beso, pero yo estaba demasiado distraída para querer descifrarlas. Me puse de pie y me hinque frente a ella, y con sus rodillas en mi rostroquise levantar su vestido pensando que podía quitárselo, pero me distraje con  el encaje de sus medias y con mis manos recorrí lo largo de sus piernas mientras escuchaba un suspiro como el de alguien que solloza. En vez de desprenderla rápidamentede su ropa, tome primero sus pies y los acaricie, masajeándolos como aquella otra vez, para después comenzar a lamer sobre la media de seda que los cubría; pase la lengua por la planta del pie y después rompí la delgada tela y como bendita locura comenzar a chupar cada uno de sus dedos sintiendo que podía comerlos y deshacerlos en mi boca como a un chocolate. Levante la mirada hacia el rostro de mi madre y escuche el sonido de su respiración profunda, y con sus manos jalaba la tela de su vestido descubriendo aún más sus piernas, como invitándome inconscientemente. Levante el vestido hasta su abdomen y acerque mi rostro hasta el interior de sus piernas. Sentí el aroma de la vagina de mi madre, el calor de su sexo y saboree su sabor por enésima de su ropa interior, que juraría estaba ya humeda. 

Baje el sierre de su vestido y lo saque por su cabeza. Cuando la descubrí ella me miro fijamente por un momento, como intentando entender o como finalmente entendiendo. Le arrebate su ropa, el corpiño, y su cuerpo estaba caliente y tembloroso como el mío. Regrese a mi posición enzima de ella, y casi a la fuerza tome una de sus manos y la baje hasta mi entre pierna para que pudiera tocarme; detuve su mano ahí con la mía y apreté mis piernas para que no saliera. Le rogué que me tocara, se lo suplique de la manera mas tierna que pude. 'Mami, por favor... por favor... tócame.' le decía mientras le respiraba muy cerca del rostro. Y de un momento a otro, la sentí... la sentí por dentro, como movía su dedos queriendo abrirse paso. Encajo su mano en mi, hasta donde pudo; de la forma en la que probablemente lo hacia con ella misma. No pronunciaba ni una palabra, solo me miraba; pero sus ojos ya no reflejaban confusión, si no ira. Estábamos desnudas y ella me poseía, me acariciaba desde adentro, de una forma que se hacia cada vez mas violenta. Busque de nuevo su boca para besarla, pero mi madre movía su rostro evitándome, aun cuando con mis manos sujete su cara, ella evitaba que nuestros labios se tocara de nuevo; pero no pude seguir intentando conseguir es beso... un flujo eléctrico empezó a recorrer todo mi cuerpo y antes de que explotase desde mi vagina, me levante estrepitosamente y me eche sobre el sofá, esperando a que los espasmos se detuvieran mientras gemía y sollozaba de placer .

Me tomo mas de un minuto poder regresar a ella, pero cuando lo hice se levando queriendo alejarse. Yo sabía que no lo haría, que no iba a abandonarme ahora... y así fu... regreso he intento sentarse de nuevo, pareciendo desorientada y mareada. La sujete del brazo y la recosté en el sofá. Mi madre se giro boca abajo, evitándome, pero me mosto la figura fina de todo su cuerpo y como si estuviera desvistiendo a una niña, le quite las pantimedias rasgadas y las bragas húmedas. Pase mi lengua una y otro vez, de arriba abajo, y mi saliva quedaba para adornar la vagina de mi madre. la cual comenzaba a hacer sonidos característicos de placer; pequeños suspiros,géminos pronunciados y los gritos débiles como agónicos. Yo chupaba Y yo besaba desde sus húmedos labios vaginales hasta su concurrido velo anal y con mis manos apretaba sus nalgas y tocaba su espalda, y pensaba que esa vagina, la vagina de mi madre, que ya había sido de más de un hombre, en realidad siempre me había pertenecido a mi, desde el momento en el que la tome por primera vez para nacer. 

Cuando ella se levanto (de su confusion y somnolencia) se lo exigí brutalmente, como si no fuera yo misma. Cuando la lujuria sobrepaso el borde de los pensamientos, ella dejo de ser mi madre y yo su hija; ahora solo éramos mujer y mujer y asi se lo pedí...  

 -!Cógeme, Teresa, quiero que me cojas!   

Ella se burlo, rio entre dientes y desvió la mirada. Yo me acababa de recostar en el suelo y ella se hinco a mis costado. Mechones de cabello cubrían su rostro y no podía ver sus ojos. Introdujo su mano en mi de nuevo, pero diferente, con mucha fuerza, incluso parecía que quería lastimarme. No se movía adentro, solo empujaba mas profundo y yo me deleitaba con ese dolor; le gritaba, le decía que la amaba y me retorcía de gozo. Entre mis propios gemidos le rogaba que no se detuviera y mi madre empujo su mano casi completamente hasta mis entrañas. Entonces el silencio de mi madre se interrumpió... 

-Esto es lo que querías, Elena.  

No me lo estaba preguntando, parecía que me estaba reclamando; yo no conteste nada, incoherente solo le repetía, 'por favor, mamá, cógeme'  de esa forma tan vulgar. Y ya sea por mis suplicas ridiculas o por su propia voluntad, ella continuo. Por un momento parecía que abusaba de mí; me tomaba violentamentede las piernas para jalarme hasta ella y luego se introducía en mi en mi otra vez. ¿Pero no era yo quien había abusado de mi madre? Ebria y dolida y sin conciencia, la había tomado por la fuerza. Aunque ella ya no parecía estar mas dormida, pues comenzó a besar mi vientre, sin bajar nunca a mi vagina.  

Me susurraba cosas mientras besaba mi cuerpo... "Entonces es lo que querías hacer con tu mamá" me decia con hipocresía; luego se levantaba del suelo y cuando pensaba que se detendría, regresaba, como si ella misma ya no pudiera parar, y se veía llena de coraje por esa misma razón. 

Se echo sobre mi, en el suelo y me beso de la forma mas bella. Nos acariciamos y nos perdimos, me tomo una vez más y la tome yo otra vez, por primera vez; entramos la una en la otra. Bebí de ella e hice de ella una mujer sucia y ella hiso de mi la mujer más sucia, por hacerme desear a otra mujer y por hacerme desear a mi propia madre, y ademas hacer que me prostrase ante sus pies y los besara, queriendobeber de su leche materna, y hasta querer volver a entrar de nuevo en su vientre, pidiendole con todas mis fuerzas que me tomara cual mujerzuela, rogándole entre gemidos que me cogiera y gritándoselo por su nombre mientras introducia mis dedos y mi lengua en ella, chupándola, mordiéndola, besándola y oliéndola. Como si la violara por un momento y como si le hiciera el amor más dulce a la vez. Ella me había hecho hacerle eso e inéditamente me lo regresaba con más fuerza y me tomaba en sus brazos como su hija y me besaba como su mujer y me cogía como su puta, solo para después hacerme el amor más tierno otra vez. 
 
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Todo cambio a partir de esa noche; quizás para bien, pero en realidad para mal. No hay más que contar despues de ese último suspiro orgásmico que ella soltó en el suelo y frente a mí. Ahora casi dos años después, esa casa donde desee a mi madre hasta que finalmente la tuve, esta vacía. Y esa madre que se unió sexualmente y de la manera más sucia a su hija, ahora vive su propia vida muy lejos de mí. He soñado con que nos volvemos a unir y ella me toma con la misma fuerza, pero todo eso está muy distante. De igual manera sigo amándola, por darme la vida y después entregarse ella misma a mi.