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Mi Mamada Diaria. ¡Te Adoro Anita!

en Sexo Oral

Lo recuerdo como si fuera ayer. Y necesito contarlo.

 

Yo estaba masturbándome frente al ordenador, y de repente suena el timbre de casa. Testigos de Jehová, pensé, a esas horas… 

Pero no. Era mi amigo Juan que venía a contarme su «desgracia» con su nuevo ligue.

Con la polla dura y andando como un pingüino con los pantalones por los tobillos, me acerqué al intercomunicador, le abrí y le mandé subir, fui al baño, metí mi polla debajo del grifo de agua fría hasta que bajó su volumen, me subí los pantalones, apagué el ordenador y le abrí la puerta a Juan.

 

Entró todo sulfurado, venía con un par de cervezas frías así que fuimos al salón y comenzó a contarme su desdicha:

 

- ¿Te puedes creer que una tía no pueda follar? ¿te lo puedes creer? Joder, macho, estoy hasta los güevos!!! 

- Pero qué te pasa, Juan, qué cojones estás diciendo…

- ¿Te acuerdas de Ana, Anita la que me ligué hace casi un mes? Joder tío, no me lo creo… resulta que no puede follar!!!

- Pero qué estás diciendo…

- Pues eso, joder, que no puede follar, que no tiene coño, que no tiene vagina, o no sé que hostias… creo que he estado un mes con una "especie de homosexual" o algo así, joooooooder…

- A ver, a ver... cuéntame qué hostias es eso.

- Pues no te lo vas a creer, pero resulta que Ana no tiene vagina, que viene sin ella "de fábrica" tío… es todo muy raro hostia!! Según me dijo, tiene no sé que enfermedad congénita, síndrome de Rokitansky o algo así dijo, y no tiene vagina ni útero, bueno, unas cosas muy raras tío… 

- Joder, qué raro tío. ¿Y tú te enteraste ahora?

- Claro man.

- ¿Y te pasaste un mes con ella sin follar? ¡Anda ya! Eso no te lo crees ni tú… ¿o lo hicísteis todo por el culo?

- Jajaja, ya… pues no tío, ni eso, que resulta que afecta a toda la zona y sufre de algo similar en el culito, que tiene el esfínter muy estrechito y que le da miedo, pavor, un miedo horrible, aunque nunca se la metieron por el culo pero no quiere ni oir hablar del tema... 

- ¿Pero un mes con ella y tú sin follar? Que no me lo creo Juan… no me jodas…

- Hombre a ver, no soy de piedra, me hizo algunas pajas pero sobretodo mamadas, eso sí, tengo que decir que es la hostia haciendo mamadas, impresionante, sí, pero tío, yo no vivo solo de mamadas, no soy un adolescente, a mí me gusta follar por encima de todo. Qué cojones.

- Joder, pues sí que es raro, ¿y qué hiciste, le diste puerta?

- Esta noche, la tía después de muchas mamadas, de decirme que quería ir lento, que nosequé excusas, al final me lo dijo, me lo mostró, ahí una especie de mini-coño con pelitos y todo ajajá, joder, pero nada, tenía un agujerito minúsculo, para mear y punto, joder qué cosas pasan en la naturaleza… Total, que se me pone a contar que ella sufría de eso, agenesia vaginal dijo, y que 1 de cada 5.000 chicas sufrían eso, pero que iba desde un grado menor, hasta lo que tenía ella, que no tenía ni útero ni siquiera vagina, ni tenía la regla, por no tener no tenía ni clítoris, menuda historia, imagínate que no puede tener orgasmos, ni aunque le roces el coño con los dedos, ni lamerle el clítoris porque no tiene, es anorgásmica total!!! 

- ¿Ni un solo orgasmo?

- Nada. Sólo se excita acariciándole el cuerpo, besándola, tocándole las tetas y apretándole los pezones y punto. Ese es todo el placer que puede tener. No le puedes ni meter un dedito en el coño porque no le entra...

- Joder, qué raro…

- Sí, y que la habían operado 7 veces de adolescente, pero que siempre se cerraba una especie de mini-orificio que le habían hecho con bisturí, y que era asexual, vamos: que no podía follar… y ya me ves a mí sudando frío, pensé que era una especie de broma o algo así, pero no, era verdad. Así que con todo el dolor de mi corazón, le dije que no podía seguir con ella, que lo sentía mucho pero yo sin follar me muero… Ella empezó a llorar, y dijo que yo era su segundo novio, y que le había pasado lo mismo con el primero, y que a ella no le gustaban las chicas sino los hombres, que no era lesbiana ni ningún monstruo…

- Joder pobre chica…

- Joder, si vieras qué cuadro, yo la abracé y todo eso, poniendo cara de comprensivo, pero al final la dejé en su casa y salí acelerando de allí, llevo todo el día sin encender el móvil para que ni me llame… es que no quiero saber nada de ella, joder, eso no se tarda un mes en decirlo… yo lo siento mucho, pero es así. Ella es muy buena chica, de verdad, pero yo necesito follar, que soy un hombre…

- Bueno tío, pobre tía, pero qué le vas a hacer…

 

Nos acabamos las cervezas, se fue Juan, encendí el ordenador y me puse a investigar. La enfermedad se llama “Síndrome de Rokitansky-Küster-Hauser” y aunque es una patología extraña, nacen una de cada cinco mil mujeres con ese problema.

Pero como decía Juan, a la mayoría no le pasa casi nada, se operan y listo, a algunas solo le falta el útero, a otras la vagina, y solo en determinados casos, hay una falta completa del sistema sexual femenino. Y lo raro es que son completamente mujer, no hay nada más allá de la falta de los órganos sexuales.

 

No tiene clítoris, ni vagina, ni útero, tiene un pequeñito orificio uretral hacia abajo pero solo le sirve para mear.

 

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Total, que al cabo de unos días estaba tomando algo con unos amigos y me la encontré en una terraza, estaba sola, con cara de agonía y esa mirada triste… Me armé de valor y me acerqué a ella, la saludé y comenzamos a hablar. Yo le dije que ya sabía que no estaba con mi amigo Juan y entonces se puso a llorar, la abracé e intenté consolarla, le dije que no pasaba nada, que había millones de chicos por el mundo.

 

Ella me dijo que sí, pero que ella era diferente y que nunca encontraría a nadie, etc, etc, 

Le dije que no debía pensar así, que había siempre personas para cada persona… y me dijo:

 

- ¿Pero te contó por qué no quiere estar conmigo?

- Sí, ya lo sé Anita, lo sé. Pero no te preocupes, ya verás, eso no es tan limitante como crees, seguro que vas a encontrar a algún chico con el que seas feliz.

- Eso es muy fácil decirlo cuando no te consideras un bicho raro, pero mírame bien, no soy tan guapa como todas esas que van por ahí pavoneándose, ni tengo esos pechos exuberantes que atraen la atención de todos, y encima tengo “mi problema”, nunca voy a salir de esto… ¿tú crees que algún chico va a querer estar conmigo?

- Pues claro Anita, eso no lo dudes…

- Eso lo dices para consolarme, como mi madre, o como mis amigas, pero ¿tú crees que alguien querría ser mi pareja, ser mi novio, vivir conmigo como una pareja normal? (Llantos...)

- Pero claro Ana, por dios, siempre hay alguno para otro… mírame a mí, soy bajito, gordito, calvito y la verdad, sé que no soy guapo, pero eso no me importa…

- Eso no es verdad, cualquier chica puede estar contigo y sentirse bien, pero lo mío no tiene solución, además los hombres solo piensan en el sexo, sólo!!! Y yo… (continuó su agonía, con un llanto que me enternecía y me entristecía a la vez), ¿quién querría estar conmigo?

- A ver, no llores más porque no es verdad, cualquiera, yo mismo estaría contigo, y muchos hombres, estoy seguro…

- ¿Tú? ¿En serio? Eso lo dices para quedar bien, pero al mes de estar conmigo ya estarías pensando en, en, en… y siguió su llanto desconsolado…

- Ni de broma Anita, a mí me pareces muy guapa, y “lo otro”, pues mira, no creo que sea problema SI ALGUIEN TE QUIERE Y TE AMA DE VERDAD, eso no debería ser ningún problema…

 

Seguimos hablando durante un largo rato, caía la tarde, y poco a poco fuimos entablando un “algo” que desenbocaría en mi felicidad más placentera.

 

Nos despedimos, y quedamos en volver a vernos. Al día siguiente ya me llamó y volvimos a quedar para charlar y seguir conociéndonos. Y así durante más de dos semanas.

 

Yo estaba bastante preocupado porque de repente, desapareció el resto del mundo para mí y solo quería estar con ella, quién me lo iba a decir… y un viernes me llama mi amigo Juan, veo su número y comienzo a sudar frío, no sabía si descolgar o no, pero lo hice pensando que me había visto con ella y me iba a caer un broncazo. Pero no. La suerte me sonreía. 

 

Me saluda Juan y me dice que hacía mucho que no me veía, que donde me metía, que quería hablar conmigo, y a mí se me forma un nudo en la garganta. Total que viene a mi casa y me temía lo peor, pero llega y me dice que consiguió un trabajo muy bien pagado, pero que estaba a más de 1.000 kms, y que tenía que mudarse. En ese momento ví la luz salvadora!!!

Le deseé toda la suerte del mundo, que no se lo pensara y que pillara ese trabajo, que estaríamos en contacto, y que yo iría a visitarlo y que en vacaciones nos veríamos aquí. Y dicho y hecho. Convencido se fue y yo me libré de tener que dar ninguna explicación. Como si fuera un guión de una película, solo que esta historia es 100% real, verídica. No me invento nada. 100% es 100%.

 

 

Ese día jugando con mis sobrinos me caí y me hice muchísimo daño en la rodilla, hinchada y con pronóstico de estar al menos una semana en casa, no podía ni moverme. Tuve que pedir la baja en el trabajo. Me llama Ana, le cuento el suceso y me dice que si se viene a mi casa. Así que le di mi dirección.

Al entrar por la puerta la encontré particularmente hermosa, se había arreglado mucho y en su mirada se captaba un deseo por mí, que me volvía loco, era más bajita que yo y la verdad es que no tenía mucho pecho, una talla 90 poco desarrollado quizás a causa de su síndrome.

 

Comenzó siendo muy cariñosa conmigo, hasta fue a prepararme un café a mi cocina porque dijo que le gustaba mucho cocinar, que era muy buena ama de casa, y comenzó a acariciarme el pelo mientras yo tomaba el café. Al terminar, nos quedamos mirándonos muy cerca, no me pude contener y la besé.

 

Nos besamos con pasión. Surgió lo que ambos buscábamos.

Nos abrazábamos y besábamos y a mí no me importaba el dolor de mi rodilla, ella se quitó su blusa y el sujetador dejando sus tetas a mi vista, comencé a tocárselas mientras seguíamos besándonos con pasión. Al acomodarme solté un quejido por mi rodilla y ella me dijo: 

- “ Uy pobrecito, déjame a mí”. “Yo sé lo que necesita un hombre”.

 

Me quitó las bermudas y el calzoncillo con todo el cuidado del mundo, se volvió a sentar a mi lado y mientras me besaba comenzó a masturbarme mientras yo seguía tocándole sus tetas y apretándole los pezones y en un momento dado, bajó su cabeza hacia mi polla y me dijo mirándome a los ojos “Qué bien dotado estás dios mío, a ver si consigo estar a la altura…

Y comenzó a hacerme una mamada inolvidable, no la podré olvidar jamás. Os juro que yo notaba “amor” en su forma de mamar, era un sueño para mí. No tenía prisa, y acompañaba la mamada con la mano, chupando con intensidad mi polla pero moviéndola de forma lenta. 

Era lo que ella denomina como “hacer un biberón”.

 

Por trabajo, etc, yo llevaba 3 días sin correrme, y eso era demasiado para cualquier ser humano. Le dije que lo sentía, pero que estaba demasiado excitado. Ella pausó la mamada, agarró mis güevos con una mano como pesándolos, les dio dos besitos me miró a los ojos y me dijo: 

- “Pobrecito, ya veo que estás muy cargadito… A lo mejor te duelen y quizás ha sido mi culpa… No te detengas y córrete a gusto…

 

Y se metió mi polla en la boca chupando cada vez con más fuerza, como queriendo sacarme hasta el tuétano, así que le dije:

- Si sigues chupándome así, me voy a correr en tu boca.

- Uhum, qué rico, ¿sabías que para que te crezcan las tetas y se pongan duras es bueno tomarse toda la leche? Son hormonas naturales para los pechos de las chicas, tú relájate, concéntrate en mi boca, disfruta y vente a gusto…

 

Y ahí no pude aguantar más, acaricié su cabeza, se la sujeté con firmeza y me corrí en su boca escandalosamente.

Creo que me vació los güevos por completo, porque acompañaba cada “chisguete” de leche que salía con una chupada coordinada, masturbándome con su mano, pero mamando suave para no provocarme molestias durante el orgasmo.

Se quedó mamando durante un buen rato. Se separó, hizo una mueca al tragarse la corrida y dijo "Uhum, qué rico estás". Se relamió los labios y un dedo en el que tenía una gota de leche, y bajó hasta mi polla para chupar la última gotita. Se levantó y me dijo "Gracias por una merienda tan rica y nutritiva!!" Me guiñó un ojo y me besó, nos quedamos besándonos y comenzó nuestra relación.

 

Eso fue hace 10 meses. Y desde entonces vivo en un paraíso. Mi paraíso.

 

Anita es maravillosa conmigo. No tiene estudios para poder encontrar un trabajo acorde a su bondad, por ello está desempleada y vivimos gracias a mi salario que no es muchísimo pero vivimos bien. Ella es muy buena ama de casa y cocina como los dioses.

 

Muchas veces se deprime y llora porque piensa que sin sexo vaginal o anal me voy a “cansar de ella” y la voy a dejar.

Siempre me dice que tarde o temprano la voy a abandonar e irme con una chica con la que pueda follar. Pero eso no ocurrirá nunca, porque yo la quiero de verdad, y nuestra manera de hacer el amor es -para mí-, perfecta y muy excitante en pareja. Lo importante en una pareja es que la sexualidad funcione, no importa cómo sea. 

 

Cada noche, cuando estamos en la cama para dormirnos, acostados uno frente al otro nos besamos con pasión, ella lleva sus manos hasta mi cintura y me baja el pantalón del pijama hasta las rodillas. Seguidamente se quita la parte de arriba de su pijama o se desabrocha el camisón y me ofrece sus pechos para que se los amase mientras ella me besa y me masturba. Me encanta tocarle las tetas mientras me besa y me pajea con tanto amor.

Ella sabe perfectamente que me encanta que abra bien su boquita para que pueda meterle mi lengua a fondo mientras me masturba con su manito y cuando estoy bien excitado, se desliza por las sábanas hacia mi polla, se la mete en la boca y me hace esas mamadas de antología, tan intensas que a veces cuando me corro me tengo que agarrar a la almohada, y otras veces a su cabeza sujetándosela con mis manos mientras me vengo en su boca, del placer tan grande que me producen esos orgasmos.

Y después nos besamos y nos quedamos dormidos.

Y así diariamente.

Al poco de comenzar como novios la llevé un fin de semana a una casa rural en la montaña, pero estuvo lloviendo sin parar todo el rato, así que desde la tarde del viernes que llegamos hasta el domingo nos dedicamos a hacer el amor y a comer, nada más.

Tuve muchos orgasmos esos días. Cada vez que a ella le apetecía (y estaba muy apetente), me besaba y me hacía una buena mamada. Porque es así como hay que decirlo. La gran mayoría de las chicas te "chupan" la polla o te masturban con sus labios, etc, pero ella no se limita a eso, ella hace MAMADAS.

La forma que tiene de mamar la polla es impresionante, porque cuando la tengo dentro de su boca ella no chupa, lo que yo noto es que ella está "mamando" como si fuera una ternerita hasta que le doy su leche.

 

Los fines de semana me hace al menos dos mamadas diarias, la del sofá de después de comer para tener una buena siesta, y otra más, la de antes de dormir. Un día quiso saber mi aguante, y me hizo 6 mamadas en un solo día. Me dijo "te voy a dejar seco, jijiji...", y vaya si me secó. Las últimas corridas ya no fueron tan placenteras, pero fue un juego sexual, solo eso.

Aunque ella no llega nunca a excitarse sexualmente, no le gusta que yo le lama su "coñito" porque solo le produce cosquillas al carecer de clítoris, pero le beso y le acaricio todo su cuerpo, y según me dice consigue algo parecido a una sensación sexual. Por ejemplo le encanta que le bese y le acaricie con mi lengua sus pies y meterme el dedo gordo del pie en mi boca y chupárselo mientras acaricio sus piernas. También le gusta ponerse a cuatro y que le bese las nalguitas y le lama el esfínter anal intentando meter mi lengua en su culito mientras paso mis brazos por debajo de su cuerpo y le toco los pechos y le aprieto los pezones. Esas caricias le gustan bastante y son lo más cerca de un orgasmo que la he visto.

 

A ella también le gusta acariciarme con sus manos, y sabe que si me masturba mientras me hace la mamada conseguiré más placer, por eso agarra mi polla por la mitad del tronco mientras la tiene en su boca y se balancea al mismo ritmo, de forma que la mitad de mi polla está siendo mamada mientras el resto está siendo pajeada. A veces con su mano libre también acaricia mis piernas, mi torso o la pone sobre mi culo y acaricia y empuja suave mis nalgas, como si quisiera que le follara la boca, es muy rico correrse así.

Lo único es que a veces me apetece amasarle los pechos mientras me está mamando, pero con tanto brazo no queda espacio entre nosotros, y tengo que decirle que me deje sitio para tocarle las tetas. Entonces se separa un poco y abre los brazos hasta que siente mi mano sobre una teta, y se recoloca. Anita sabe muy bien que cuando comienzo a apretarle mucho los pechos o a retorcerle los pezones es porque estoy a punto de descargarme, así que acelera la mamada hasta que me corro y me quedo a gusto.

Sus ganas por complacerme me dejan loco: un día comencé a notar que cuando me iba a correr ella levantaba un poco la cabeza y miraba hacia otro sitio. Y como ese hábito siguió durante algunos días terminé por preguntarle qué hacia, a lo que me respondió:

 

- Ah, pues verás, quiero conseguirte el mayor de los placeres, así que cuando te vas a correr miro hacia el despertador de la mesita de noche y cronometro cuánto duran tus corridas, cambiando mi forma de chuparte o pajearte mientras te corres averiguando qué es lo que más te gusta, para saber cómo puedo aumentar la duración de tus orgasmos y que sientas todo el placer que yo sea capaz de proporcionarte…”

A veces cuando estamos viendo la tele en el sofá comienza a besarme, acaricia mi polla por encima y comienza a chuparme. Algunas veces pone dos cojines en el suelo, se arrodilla enfrente de mí y me hace el amor así. Es muy excitante mirarnos a los ojos mientras me está mamando, aunque a mí no me gusta tanto tener los orgasmos sentado porque no sube tan fluido el semen hacia arriba, es como si mis güevos tuvieran que empujar más. 

Prefiero correrme de lado porque así me sale más fácil la leche y descargo los güevos más a gusto.

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Cuando llego del trabajo siempre me recibe con una preciosa sonrisa y un beso, y claro, me excita. Me dice que me quite la ropa que tengo preparado el pijama, que me ponga cómodo y vaya a comer que después "me va a ayudar" a dormir la siesta.

Mientras comemos me suele susurrar que no hace otra cosa en todo el día que pensar en el momento en el que hagamos el amor. Y me vuelve loco. Cuando termino de comer voy al servicio, y cuando estoy terminando de cagar, oigo que pone música bajita y relajante y baja las persianas para atenuar la luz, y en cuanto salgo del cuarto de baño ahí está ella en la cama, con sus braguitas puestas (a veces un chupete de bebé en la boca) esperando su postre, "Mi dulce de leche" como ella lo llama, y me meto en la cama, me baja el pijama y me va masturbando mientras me besa metiéndome tanto la lengua que me babo como un niño y me dice "Que tengas una feliz siesta, amor mío" y seguidamente baja hasta mi polla y me hace una mamada de mediodía, es decir, suave y dulce. Y me corro como un ternerito y duermo feliz una media hora de siesta.

Todo es placer y una vida perfecta con Anita, y por eso accedí a conocer a su madre y a su hermana que es 5 años mayor que ella.

El día que fuimos a su casa pude comprobar porqué Anita es tan maravillosa y tiene ese carácter tan servicial, su hermana y su madre también son así, y como huesped no pude sentirme mejor tratado. Su madre es muy cariñosa y está encantada de que su hija por fin tenga novio, pero claro, como sabe el "problema" de su hija me miraba con cierto recelo aunque me trataba con mucho cariño.

Su hermana Sandra también tiene el mismo carácter y como pude comprobar también recelaba de nuestra relación, me hacían ciertas preguntas veladas que yo de alguna manera interpreté. El tema es que su "problema" es una modificación genética heredada por la familia paterna, y Sandra tiene el mismo problema, y aunque es mayor que Anita, nunca ha tenido un novio formal. La verdad es que me dá lástima.

Después de la cena de ese viernes su madre comenzó a preguntarme si yo conocía bien a Anita, que ella era muy débil, que no era como las demás chicas, que si yo sabía eso, etc. Y le dije que yo quería muchísimo a su hija que no tenía que preocuparse por nada. Ella no dejaba de darle a la cabeza y no sentirse conforme con la situación. Yo tampoco, la verdad es que sudé frío. Después vinieron de nuevo las dos hijas, yo me levanté y salí a fumar y mientras las oí cómo discutían entre ellas. 

Después de un buen rato salió Anita y me dijo con lágrimas que su madre no permitía que durmiésemos juntos, que tenía que dormir yo solo en la habitación de invitados. Yo le dije que no se preocupase y ella me dijo sollozando que me había prometido hacerme el amor cada noche antes de dormir. Yo le dije que se olvidara de eso, que además me daría muchísima vergüenza. Le guiñé un ojo y le dije "El domingo te tomas dos biberones..." Ella se rió, me dió un beso y nos fuimos para dentro.

Cuando estaba lavándome los dientes antes de acostarme oí a las tres en el pasillo hablando. Anita entró en el baño y me susurró que cuando se durmieran ellas iba a entrar en mi habitación y hacerme el amor. Me selló los labios y se fue.

Durante la noche oí a Anita salir de su habitación, y cada vez que eso sucedía aparecía su madre o su hermana, ella hacía como que iba al baño y se volvía a su habitación. Las muy espabiladas estaban atentas. Al final me quedé dormido al igual que ella y nada sucedió esa noche.

A la mañana siguiente en el desayuno la noté como enfadada con su hermana y con su madre. Le dije que por favor no siguiese así.

 

Ese mismo sábado pasó sin pena ni gloria. Nos fuimos a visitar el pueblo, comimos y cenamos en restaurantes muy auténticos de la sierra, paseamos, y durante todo el día Anita me propuso escaparnos y hacer el amor. La verdad es que cada vez que me lo proponía me conseguía una erección tremenda pero yo así no quería, y ella insitió que si a mí me apetecía, que me fuese al cuarto de baño del restaurante y ella buscaba una excusa para venir, cerrar la puerta y hacerme una mamada mientras cagaba. Pero lo dije que yo así no quería, incluso teniendo los güevos ya bastante llenos. Pero esas prisas y presiones a mí no me gustan. Así que al llegar la noche llegamos a casa, me metí en cama y volvió a pasar lo mismo que la anterior. Como estaba bastante cansado me quedé dormido enseguida.

 

Ese domingo cuando nos fuimos me contó que estuvieron vigilándola toda la noche, las dos noches, pero le dije que era normal, que no le diese importancia. Pero ella se la dió, me miraba con ojitos tiernos y me dijo que tenía los güevos llenos, y que seguro que me dolían por la hinchazón, que si quería que me hiciera una mamada mientras conducía. Pero le dije que no, que era peligroso y que prefería estar cómodo, en un sitio más confortable para correrme a gusto, que tenía la polla muy dura y se la iba a dejar mamar mucho rato antes de venirme copiosamente, y es que cuando hace dos días que no me corro puedo aguantar más de media hora de mamada. Así que la besé y al llegar a mi casa se tomó dos biberones, como le había prometido. Es tan complaciente que quería hacerme otra más. Pero por ese día había tenido bastante. Aunque ella siempre está pensando en cómo complacerme. Es una diosa.

Hace dos meses en pleno invierno, estábamos comprando ropa y se me acerca con un pijama muy abrigosito de caballero para enseñármelo, y le dije que no era muy bonito. Ella me miró tiernamente y me dijo, "Ya lo sé, pero mira el pantalón, fíjate que tiene esa abertura en la bragueta tan amplia y cómoda, así yo podría sacártela por ahí, ponértela bien dura con mis manos y hacerte las mamadas sin tener que bajarte el pijama, para que no agarres frío...". La miré y nos reímos los dos, a la vez que la besé y tuve una evidente erección pública, evidentemente me convenció y fuí a pagar el pijama elegido por mi preciosa Anita. 

Esa misma noche quiso estrenar el pijama. Me lo puse y nos metimos en cama, nos besamos mientras ella buscaba con su mano el orificio del pantalón y sacaba mi polla por la bragueta masturbándome con todo su amor y me dijo frases como: "Tu nena necesita su leche calentita. Te juro que no me puedo dormir si no te hago una buena mamada y me das la lechita... ¿Le das el biberón a tu nenita? ¿Sí, papi? Quiero quedarme dormida con el biberón en mi boquita!!!

Yo no sé de dónde sacó esas frases tan lascivas, pero me vuelve loco!!!

Y así lo hizo, se deslizó hasta mi polla, y sin bajarme el pijama pudo hacerme una mamada muy rica, y como yo estaba tan excitado sujeté su cabeza con mis dos manos y enseguida le llené la boca de mi almizcle lechoso. Ella siguió mamando despacito como de costumbre, mientras continuaba pajeándome suavemente para sacarme toda la leche y alargar mi orgasmo al máximo. 

Lo que más me gusta es esa forma que tiene de seguir mamando durante un buen rato desde que me he corrido, para que no quede ni una gotita de leche y hasta que mi polla se quede blandita. Esa noche nos quedamos dormidos así, con mi polla dentro de su boca como ella quería. Me desperté pasadas las 3:00 y todavía permanecía acurrucada allí abajo, con su cara enfrente a mi polla. Me dieron ganas de frotar con "mi fresa" sus labios y metérsela otra vez en la boca para que me hiciera otra mamada. Pero el sueño me venció sin darme cuenta, porque estoy seguro de que me la hubiera hecho sin grandes esfuerzos. Así es ella...

No puedo dejar de pensar en la suerte que he tenido suerte con su familia, su padre falleció hace ya varios años por lo tanto no se mete en nuestra vida y su madre es una gran persona, muy buena gente, aunque sé que me mira con desconfianza porque conoce muy bien el problema sexual de su hija, pero tampoco dice nada directamente. Y su hermana Sandra es muy buena chica, 5 años más mayor que ella y más delgadita, un poco introvertida y tímida pero muy agradable y servicial. La pobre ha heredado el mismo síndrome vaginal que Anita, y entre ese problema y su carácter retraído, todavía no ha tenido ningún novio. Se le nota bastante confusa con Anita, quien me contó que le pregunta cosas todo el rato, que necesita información y saber cómo es posible que su hermana mayor tenga novio. 

Tuve pensamientos extrañamente contradictorios con mi forma de pensar porque el día que me confesó que su hermanita también tenía el mismo problema vaginal, tuve una erección tremenda, y no pude dejar de recordar la boca y la cara de su hermana mientras Anita me hacía, esa noche, la mamada de antes de dormir.

Y es que siempre ha sido mi fantasía sexual: que una chica me bese mientras la otra me hace una mamada y claro, me imaginé que mientras Anita me estaba haciendo la mamada, su hermana Sandra me estaba besando y ante esa visión no aguanté mucho y le dí un montón de yogurt a Anita en su boquita. Muy excitante, sin duda.

Pero solo fue una fantasía porque yo a ella la quiero por encima de todo, y nunca se me ocurriría dejarla por nada del mundo.

Muchas personas pensarían que estoy loco, que me voy a cansar de tanto sexo oral y nada de sexo vaginal o anal, pero yo ya he probado los dos y, sinceramente, tampoco son tan importantes cuando tu chica se dedica a conseguirte el mayor de los placeres sexuales de la forma que sea. Y a mí me encanta disfrutar de mi mamada diaria.

Por lo demás, somos una pareja normal, como es lógico y natural. Salimos a cenar, de fiesta, vamos de vacaciones, etc. Lo normal de todas las parejas.

Los debates se los dejo a otros, por ahora nosotros somos muy felices así y no le hacemos mal a nadie. Y cada uno que busque su felicidad como pueda y más le guste. Yo no cuestiono a nadie. Que quede claro.

Disculpad tanto rollo pero tenía que contarlo y no puedo hacerlo con nadie conocido.

Un saludo y espero que os haya gustado y también excitado.

PD: Seguiré contando más adelante cómo nos va, por si os gusta saberlo.